Rut
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Con el libro de Rut encontramos una tradición antigua, desarrollada
bajo la forma de una novela encantadora con la intención de fomentar
un espíritu supranacional.
Una tradición antigua decía que entre los antepasados de David
había una mujer extranjera, Rut, mujer moabita.
Rut adopta al Dios verdadero de Israel y es recibida en la comunidad
del pueblo de Dios.
Capítulo 1
Rut y Noemí
1:1 Aconteció en los días que gobernaban los jueces,
que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén
de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y
su mujer, y dos hijos suyos.
1:2 El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer,
Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y
Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron,
pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí.
1:3 Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó
ella con sus dos hijos,
1:4 los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre
de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí
unos diez años.
1:5 Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión,
quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de
su marido.
1:6 Entonces se levantó con sus nueras, y regresó
de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que
Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.
1:7 Salió, pues, del lugar donde había estado, y
con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse
a la tierra de Judá.
1:8 Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada
una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia,
como la habéis hecho con los muertos y conmigo.
1:9 Os conceda Jehová que halléis descanso, cada
una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron
su voz y lloraron,
1:10 y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo.
1:11 Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías;
¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo
yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos?
1:12 Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja
para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche
estuviese con marido, y aun diese a luz hijos,
1:13 ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen
grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor
a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que
vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.
1:14 Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó
a su suegra, mas Rut se quedó con ella.
1:15 Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha
vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras
ella.
1:16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte
de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo,
y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será
mi pueblo, y tu Dios mi Dios.
1:17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí
seré sepultada; así me haga Jehová, y aun
me añada, que sólo la muerte hará separación
entre nosotras dos.
1:18 Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella,
no dijo más.
1:19 Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén;
y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda
la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían:
¿No es ésta Noemí?
1:20 Y ella les respondía: No me llaméis Noemí,
sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el
Todopoderoso.
1:21 Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las
manos vacías. ¿Por qué me llamaréis
Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí,
y el Todopoderoso me ha afligido?
1:22 Así volvió Noemí, y Rut la moabita su
nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron
a Belén al comienzo de la siega de la cebada.
Capítulo 2
Rut recoge espigas en el campo de Booz
2:1 Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico
de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz.
2:2 Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes
ir al campo, y recogeré espigas
en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió:
Vé, hija mía.
2:3 Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los
segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de
Booz, el cual era de la familia de Elimelec.
2:4 Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los
segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron:
Jehová te bendiga.
2:5 Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De
quién es esta joven?
2:6 Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y
dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de
los campos de Moab;
2:7 y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los
segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está
desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por
un momento.
2:8 Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar
a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás
junto a mis criadas.
2:9 Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo
he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed,
ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.
2:10 Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra,
y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos
para que me reconozcas, siendo yo extranjera?
2:11 Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho
con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando
a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a
un pueblo que no conociste antes.
2:12 Jehová recompense tu obra, y tu remuneración
sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas
alas has venido a refugiarte.
2:13 Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante
de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón
de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas.
2:14 Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come
del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y ella se sentó
junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió
hasta que se sació, y le sobró.
2:15 Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a
sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las
gavillas, y no la avergoncéis;
2:16 y dejaréis también caer para ella algo de los
manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis.
2:17 Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó
lo que había recogido, y fue como un efa
de cebada.
2:18 Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo
que había recogido. Sacó también luego lo que
le había sobrado después de haber quedado saciada,
y se lo dio.
2:19 Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy?
¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido.
Y contó ella a su suegra con quién había trabajado,
y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es
Booz.
2:20 Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová,
pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para
con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro
pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos.
2:21 Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate
con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega.
2:22 Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija
mía, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en
otro campo.
2:23 Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta
que se acabó la siega de la cebada y la del trigo; y vivía
con su suegra.
Capítulo 3
Rut y Booz en la era
3:1 Después le dijo su suegra Noemí: Hija mía,
¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien?
3:2 ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú
has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva
de las cebadas.
3:3 Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote
tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer
al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.
3:4 Y cuando él se acueste, notarás el lugar donde
se acuesta, e irás y descubrirás sus pies, y te acostarás
allí; y él te dirá lo que hayas de hacer.
3:5 Y ella respondió: Haré todo lo que tú me
mandes.
3:6 Descendió, pues, a la era, e hizo todo lo que su suegra
le había mandado.
3:7 Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo
contento, se retiró a dormir a un lado del montón.
Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies
y se acostó.
3:8 Y aconteció que a la medianoche se estremeció
aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba
acostada a sus pies.
3:9 Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió:
Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva,
por cuanto eres pariente cercano.
3:10 Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová,
hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera,
no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos.
3:11 Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo
lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que
eres mujer virtuosa.
3:12 Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con
todo eso hay pariente más cercano que yo.
3:13 Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él
te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere
redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues,
hasta la mañana.
3:14 Y después que durmió a sus pies hasta la mañana,
se levantó antes que los hombres pudieran reconocerse unos
a otros; porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era.
3:15 Después le dijo: Quítate el manto que traes sobre
ti, y tenlo. Y teniéndolo ella, él midió seis
medidas
de cebada, y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad.
3:16 Y cuando llegó a donde estaba su suegra, ésta
le dijo: ¿Qué hay, hija mía? Y le contó
ella todo lo que con aquel varón le había acontecido.
3:17 Y dijo: Estas seis medidas
de cebada me dio, diciéndome: A fin de que no vayas a tu
suegra con las manos vacías.
3:18 Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía,
hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel
hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy.
Capítulo 4
Booz se casa con Rut
4:1 Booz subió a la puerta y se sentó allí;
y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había
hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate.
Y él vino y se sentó.
4:2 Entonces él tomó a diez varones de los ancianos
de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron.
4:3 Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo
de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano
Elimelec.
4:4 Y yo decidí hacértelo saber, y decirte que la
compres en presencia de los que están aquí sentados,
y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres redimir, redime;
y si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa;
porque no hay otro que redima sino tú, y yo después
de ti. Y él respondió: Yo redimiré.
4:5 Entonces replicó Booz: El mismo día que compres
las tierras de mano de Noemí, debes tomar también
a Rut la moabita, mujer del difunto, para que restaures el nombre
del muerto sobre su posesión.
4:6 Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí,
no sea que dañe mi heredad. Redime tú, usando de mi
derecho, porque yo no podré redimir.
4:7 Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en
Israel tocante a la redención y al contrato, que para la
confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato
y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio
en Israel.
4:8 Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y
se quitó el zapato.
4:9 Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois
testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo
que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón.
4:10 Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer
de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su
heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus
hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy.
4:11 Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con
los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que
entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la
casa de Israel;
y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén.
4:12 Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz
a Judá,
por la descendencia que de esa joven te dé Jehová.
4:13 Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó
a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo.
4:14 Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová,
que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será
celebrado en Israel;
4:15 el cual será restaurador de tu alma, y sustentará
tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es
de más valor para ti que siete hijos.
4:16 Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue
su aya.
4:17 Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo
a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí,
padre de David.
4:18 Estas son las generaciones de Fares: 
Fares engendró a Hezrón,
4:19 Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró
a Aminadab,
4:20 Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró
a Salmón,
4:21 Salmón engendró a Booz, y Booz engendró
a Obed,
4:22 Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró
a David.
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