Libro de Números
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              Este libro se llama «Los Números» porque empieza dando las cifras 
                de un censo del pueblo hebreo.  
                comienza con el censo del pueblo. Relata los sucesos acaecidos 
                en 39 años desde que los Israelitas salieron del Sinaí hasta casi 
                llegar a las puertas de la Tierra Prometida. El tiempo de estancia 
                en el desierto pervivió en la memoria de Israel como una época 
                dorada de relación con Dios. Sobre la base de estos recuerdos, 
                el libro de los Números, recogiendo las tradiciones del desierto, 
                viene a dar un sentido an la peregrinación del pueblo de dios 
                a través de su historia. En ella se dan los factores que aparecen 
                en el libro: la esperanza de una situación mejor, la instauración 
                del reino de Dios, las pruebas e infidelidad del pueblo, el culto 
                a Dios, y sobre todo la misericordia divina que constantemente 
                llama a la conversión.  
               
              
                Capítulo 1
              
              Censo de Israel en Sinaí   
              1:1 Habló Jehová a Moisés en el desierto 
                de Sinaí, en el tabernáculo de reunión, en 
                el día primero del mes segundo, en el segundo año 
                de su salida de la tierra de Egipto, diciendo:   
                1:2 Tomad el censo   
                de toda la congregación de los hijos de Israel por sus 
                familias, por las casas de sus padres, con la cuenta de los nombres, 
                todos los varones por sus cabezas.   
                1:3 De veinte años arriba, todos los que pueden salir a 
                la guerra en Israel, los contaréis tú y Aarón 
                por sus ejércitos.   
                1:4 Y estará con vosotros un varón de cada tribu, 
                cada uno jefe de la casa de sus padres.   
                1:5 Estos son los nombres de los varones que estarán con 
                vosotros: De la tribu de Rubén, Elisur hijo de Sedeur.  
                 
                1:6 De Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai.   
                1:7 De Judá, Naasón hijo de Aminadab.   
                1:8 De Isacar, Natanael hijo de Zuar.   
                1:9 De Zabulón, Eliab hijo de Helón.   
                1:10 De los hijos de José: de Efraín, Elisama hijo 
                de Amiud; de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur.   
                1:11 De Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni.  
                 
                1:12 De Dan, Ahiezer hijo de Amisadai.   
                1:13 De Aser, Pagiel hijo de Ocrán.   
                1:14 De Gad, Eliasaf hijo de Deuel.  
                1:15 De Neftalí, Ahira hijo de Enán.   
                1:16 Estos eran los nombrados de entre la congregación, 
                príncipes de las tribus de sus padres, capitanes de los 
                millares de Israel.   
                1:17 Tomaron, pues, Moisés y Aarón a estos varones 
                que fueron designados por sus nombres,   
                1:18 y reunieron a toda la congregación en el día 
                primero del mes segundo, y fueron agrupados por familias, según 
                las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres por 
                cabeza, de veinte años arriba.   
                1:19 Como Jehová lo había mandado a Moisés, 
                los contó en el desierto de Sinaí.   
                1:20 De los hijos de Rubén, primogénito de Israel, 
                por su descendencia, por sus familias, según las casas 
                de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, 
                todos los varones de veinte años arriba, todos los que 
                podían salir a la guerra;   
                1:21 los contados de la tribu de Rubén fueron cuarenta 
                y seis mil quinientos.   
                1:22 De los hijos de Simeón, por su descendencia, por sus 
                familias, según las casas de sus padres, fueron contados 
                conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, todos los varones 
                de veinte años arriba, todos los que podían salir 
                a la guerra;   
                1:23 los contados de la tribu de Simeón fueron cincuenta 
                y nueve mil trescientos.   
                1:24 De los hijos de Gad, por su descendencia, por sus familias, 
                según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de 
                los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían 
                salir a la guerra;   
                1:25 los contados de la tribu de Gad fueron cuarenta y cinco mil 
                seiscientos cincuenta.   
                1:26 De los hijos de Judá, por su descendencia, por sus 
                familias, según las casas de sus padres, conforme a la 
                cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los 
                que podían salir a la guerra;   
                1:27 los contados de la tribu de Judá fueron setenta y 
                cuatro mil seiscientos.   
                1:28 De los hijos de Isacar, por su descendencia, por sus familias, 
                según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de 
                los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían 
                salir a la guerra;   
                1:29 los contados de la tribu de Isacar fueron cincuenta y cuatro 
                mil cuatrocientos.   
                1:30 De los hijos de Zabulón, por su descendencia, por 
                sus familias, según las casas de sus padres, conforme a 
                la cuenta de sus nombres, de veinte años arriba, todos 
                los que podían salir a la guerra;   
                1:31 los contados de la tribu de Zabulón fueron cincuenta 
                y siete mil cuatrocientos.   
                1:32 De los hijos de José; de los hijos de Efraín, 
                por su descendencia, por sus familias, según las casas 
                de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte 
                años arriba, todos los que podían salir a la guerra;  
                 
                1:33 los contados de la tribu de Efraín fueron cuarenta 
                mil quinientos.   
                1:34 Y de los hijos de Manasés, por su descendencia, por 
                sus familias, según las casas de sus padres, conforme a 
                la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos 
                los que podían salir a la guerra;   
                1:35 los contados de la tribu de Manasés fueron treinta 
                y dos mil doscientos.  
                1:36 De los hijos de Benjamín, por su descendencia, por 
                sus familias, según las casas de sus padres, conforme a 
                la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos 
                los que podían salir a la guerra;   
                1:37 los contados de la tribu de Benjamín fueron treinta 
                y cinco mil cuatrocientos.   
                1:38 De los hijos de Dan, por su descendencia, por sus familias, 
                según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de 
                los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían 
                salir a la guerra;   
                1:39 los contados de la tribu de Dan fueron sesenta y dos mil 
                setecientos.   
                1:40 De los hijos de Aser, por su descendencia, por sus familias, 
                según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de 
                los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían 
                salir a la guerra;   
                1:41 los contados de la tribu de Aser fueron cuarenta y un mil 
                quinientos.   
                1:42 De los hijos de Neftalí, por su descendencia, por 
                sus familias, según las casas de sus padres, conforme a 
                la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos 
                los que podían salir a la guerra;   
                1:43 los contados de la tribu de Neftalí fueron cincuenta 
                y tres mil cuatrocientos.   
                1:44 Estos fueron los contados, los cuales contaron Moisés 
                y Aarón, con los príncipes de Israel, doce varones, 
                uno por cada casa de sus padres.   
                1:45 Y todos los contados de los hijos de Israel por las casas 
                de sus padres, de veinte años arriba, todos los que podían 
                salir a la guerra en Israel,   
                1:46 fueron todos los contados seiscientos tres mil quinientos 
                cincuenta.   
               Nombramiento de los levitas   
               1:47 Pero los levitas, según la tribu de sus padres, no 
                fueron contados entre ellos;   
                1:48 porque habló Jehová a Moisés, diciendo:  
                 
                1:49 Solamente no contarás la tribu de Leví, ni 
                tomarás la cuenta de ellos entre los hijos de Israel,  
                 
                1:50 sino que pondrás a los levitas en el tabernáculo 
                del testimonio, y sobre todos sus utensilios, y sobre todas las 
                cosas que le pertenecen; ellos llevarán el tabernáculo 
                y todos sus enseres, y ellos servirán en él, y acamparán 
                alrededor del tabernáculo.   
                1:51 Y cuando el tabernáculo haya de trasladarse, los levitas 
                lo desarmarán, y cuando el tabernáculo haya de detenerse, 
                los levitas lo armarán; y el extraño que se acercare 
                morirá.   
                1:52 Los hijos de Israel acamparán cada uno en su campamento, 
                y cada uno junto a su bandera, por sus ejércitos;  
                 
                1:53 pero los levitas acamparán alrededor del tabernáculo 
                del testimonio, para que no haya ira sobre la congregación 
                de los hijos de Israel; y los levitas tendrán la guarda 
                del tabernáculo del testimonio.   
                1:54 E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas 
                que mandó Jehová a Moisés; así lo 
                hicieron.  
               
                Capítulo 2 
              
              Campamentos y jefes de las tribus  
              2:1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, 
              diciendo:   
              2:2 Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su bandera, 
              bajo las enseñas de las casas de sus padres; alrededor del 
              tabernáculo de reunión acamparán.   
              2:3 Estos acamparán al oriente, al este: la bandera del campamento 
              de Judá, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos 
              de Judá, Naasón hijo de Aminadab.   
              2:4 Su cuerpo de ejército, con sus contados, setenta y cuatro 
              mil seiscientos.   
              2:5 Junto a él acamparán los de la tribu de Isacar; 
              y el jefe de los hijos de Isacar, Natanael hijo de Zuar.   
              2:6 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y 
              cuatro mil cuatrocientos.   
              2:7 Y la tribu de Zabulón; y el jefe de los hijos de Zabulón, 
              Eliab hijo de Helón.  
              2:8 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y 
              siete mil cuatrocientos.   
              2:9 Todos los contados en el campamento de Judá, ciento ochenta 
              y seis mil cuatrocientos, por sus ejércitos, marcharán 
              delante.   
              2:10 La bandera del campamento de Rubén estará al 
              sur, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de Rubén, 
              Elisur hijo de Sedeur.   
              2:11 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y 
              seis mil quinientos.   
              2:12 Acamparán junto a él los de la tribu de Simeón; 
              y el jefe de los hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai.  
               
              2:13 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y 
              nueve mil trescientos.   
              2:14 Y la tribu de Gad; y el jefe de los hijos de Gad, Eliasaf hijo 
              de Reuel.   
              2:15 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y 
              cinco mil seiscientos cincuenta.   
              2:16 Todos los contados en el campamento de Rubén, ciento 
              cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta, por sus ejércitos, 
              marcharán los segundos.   
              2:17 Luego irá el tabernáculo de reunión, con 
              el campamento de los levitas, en medio de los campamentos en el 
              orden en que acampan; así marchará cada uno junto 
              a su bandera.   
              2:18 La bandera del campamento de Efraín por sus ejércitos, 
              al occidente; y el jefe de los hijos de Efraín, Elisama hijo 
              de Amiud.   
              2:19 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta mil 
              quinientos.   
              2:20 Junto a él estará la tribu de Manasés; 
              y el jefe de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur.  
               
              2:21 Su cuerpo de ejército, con sus contados, treinta y dos 
              mil doscientos.   
              2:22 Y la tribu de Benjamín; y el jefe de los hijos de Benjamín, 
              Abidán hijo de Gedeoni.   
              2:23 Y su cuerpo de ejército, con sus contados, treinta y 
              cinco mil cuatrocientos.   
              2:24 Todos los contados en el campamento de Efraín, ciento 
              ocho mil cien, por sus ejércitos, irán los terceros.  
               
              2:25 La bandera del campamento de Dan estará al norte, por 
              sus ejércitos; y el jefe de los hijos de Dan, Ahiezer hijo 
              de Amisadai.   
              2:26 Su cuerpo de ejército, con sus contados, sesenta y dos 
              mil setecientos.   
              2:27 Junto a él acamparán los de la tribu de Aser; 
              y el jefe de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán.  
               
              2:28 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y 
              un mil quinientos.   
              2:29 Y la tribu de Neftalí; y el jefe de los hijos de Neftalí, 
              Ahira hijo de Enán.   
              2:30 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y 
              tres mil cuatrocientos.   
              2:31 Todos los contados en el campamento de Dan, ciento cincuenta 
              y siete mil seiscientos, irán los últimos tras sus 
              banderas.   
              2:32 Estos son los contados de los hijos de Israel, según 
              las casas de sus padres; todos los contados por campamentos, por 
              sus ejércitos, seiscientos tres mil quinientos cincuenta.  
               
              2:33 Mas los levitas no fueron contados entre los hijos de Israel, 
              como Jehová lo mandó a Moisés.   
              2:34 E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que 
              Jehová mandó a Moisés; así acamparon 
              por sus banderas, y así marcharon cada uno por sus familias, 
              según las casas de sus padres.  
              
                Capítulo 3
              
              Censo y deberes de los levitas   
              
              3:1 Estos son los descendientes de Aarón y de Moisés, 
              en el día en que Jehová habló a Moisés 
              en el monte de Sinaí.   
              3:2 Y estos son los nombres de los hijos de Aarón:  
              Nadab el primogénito, Abiú, Eleazar e Itamar.  
              3:3 Estos son los nombres de los hijos de Aarón, sacerdotes 
              ungidos, a los cuales consagró para ejercer el sacerdocio. 
               
              3:4 Pero Nadab y Abiú murieron delante de Jehová cuando 
              ofrecieron fuego extraño delante de Jehová     
              en el desierto de Sinaí; y no tuvieron hijos; y Eleazar e 
              Itamar ejercieron el sacerdocio delante de Aarón su padre.  
               
              3:5 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              3:6 Haz que se acerque la tribu de Leví, y hazla estar delante 
              del sacerdote Aarón, para que le sirvan,   
              3:7 y desempeñen el encargo de él, y el encargo de 
              toda la congregación delante del tabernáculo de reunión 
              para servir en el ministerio del tabernáculo;   
              3:8 y guarden todos los utensilios del tabernáculo de reunión, 
              y todo lo encargado a ellos por los hijos de Israel, y ministren 
              en el servicio del tabernáculo.   
              3:9 Y darás los levitas a Aarón y a sus hijos; le 
              son enteramente dados de entre los hijos de Israel.   
              3:10 Y constituirás a Aarón y a sus hijos para que 
              ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.  
               
              3:11 Habló además Jehová a Moisés, diciendo:  
               
              3:12 He aquí, yo he tomado a los levitas de entre los hijos 
              de Israel en lugar de todos los primogénitos, los primeros 
              nacidos entre los hijos de Israel; serán, pues, míos 
              los levitas.   
               
              3:13 Porque mío es todo primogénito; desde el día 
              en que yo hice morir a todos los primogénitos en la tierra 
              de Egipto, santifiqué para mí a todos los primogénitos 
              en Israel, así de hombres como de animales;  
              míos serán. Yo Jehová.   
              3:14 Y Jehová habló a Moisés en el desierto 
              de Sinaí, diciendo:   
              3:15 Cuenta los hijos de Leví según las casas de sus 
              padres, por sus familias; contarás todos los varones de un 
              mes arriba.   
              3:16 Y Moisés los contó conforme a la palabra de Jehová, 
              como le fue mandado.   
              3:17 Los hijos de Leví fueron estos por sus nombres: Gersón, 
              Coat y Merari.   
              3:18 Y los nombres de los hijos de Gersón por sus familias 
              son estos: Libni y Simei.   
              3:19 Los hijos de Coat por sus familias son: Amram, Izhar, Hebrón 
              y Uziel.   
              3:20 Y los hijos de Merari por sus familias: Mahli y Musi. Estas 
              son las familias de Leví, según las casas de sus padres.  
               
              3:21 De Gersón era la familia de Libni y la de Simei; estas 
              son las familias de Gersón.   
              3:22 Los contados de ellos conforme a la cuenta de todos los varones 
              de un mes arriba, los contados de ellos fueron siete mil quinientos.  
               
              3:23 Las familias de Gersón acamparán a espaldas del 
              tabernáculo, al occidente;   
              3:24 y el jefe del linaje de los gersonitas, Eliasaf hijo de Lael.  
               
              3:25 A cargo de los hijos de Gersón, en el tabernáculo 
              de reunión, estarán el tabernáculo, la tienda 
              y su cubierta, la cortina de la puerta del tabernáculo de 
              reunión,   
              3:26 las cortinas del atrio, y la cortina de la puerta del atrio, 
              que está junto al tabernáculo y junto al altar alrededor; 
              asimismo sus cuerdas para todo su servicio.   
              3:27 De Coat eran la familia de los amramitas, la familia de los 
              izharitas, la familia de los hebronitas y la familia de los uzielitas; 
              estas son las familias coatitas.   
              3:28 El número de todos los varones de un mes arriba era 
              ocho mil seiscientos, que tenían la guarda del santuario.  
               
              3:29 Las familias de los hijos de Coat acamparán al lado 
              del tabernáculo, al sur;   
              3:30 y el jefe del linaje de las familias de Coat, Elizafán 
              hijo de Uziel.   
              3:31 A cargo de ellos estarán el arca, la mesa, el candelero, 
              los altares, los utensilios del santuario con que ministran, y el 
              velo con todo su servicio.   
              3:32 Y el principal de los jefes de los levitas será Eleazar 
              hijo del sacerdote Aarón, jefe de los que tienen la guarda 
              del santuario.   
              3:33 De Merari era la familia de los mahlitas y la familia de los 
              musitas; estas son las familias de Merari.   
              3:34 Los contados de ellos conforme al número de todos los 
              varones de un mes arriba fueron seis mil doscientos.   
              3:35 Y el jefe de la casa del linaje de Merari, Zuriel hijo de Abihail; 
              acamparán al lado del tabernáculo, al norte.  
               
              3:36 A cargo de los hijos de Merari estará la custodia de 
              las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas, sus 
              basas y todos sus enseres, con todo su servicio;   
              3:37 y las columnas alrededor del atrio, sus basas, sus estacas 
              y sus cuerdas.   
              3:38 Los que acamparán delante del tabernáculo al 
              oriente, delante del tabernáculo de reunión al este, 
              serán Moisés y Aarón y sus hijos, teniendo 
              la guarda del santuario en lugar de los hijos de Israel; y el extraño 
              que se acercare, morirá.   
              3:39 Todos los contados de los levitas, que Moisés y Aarón 
              conforme a la palabra de Jehová contaron por sus familias, 
              todos los varones de un mes arriba, fueron veintidós mil.  
              Rescate de los primogénitos   
               3:40 Y Jehová dijo a Moisés: Cuenta todos los primogénitos 
                varones de los hijos de Israel de un mes arriba, y cuéntalos 
                por sus nombres.   
                3:41 Y tomarás a los levitas para mí en lugar de 
                todos los primogénitos de los hijos de Israel, y los animales 
                de los levitas en lugar de todos los primogénitos de los 
                animales de los hijos de Israel. Yo Jehová.   
                3:42 Contó Moisés, como Jehová le mandó, 
                todos los primogénitos de los hijos de Israel.   
                3:43 Y todos los primogénitos varones, conforme al número 
                de sus nombres, de un mes arriba, fueron veintidós mil 
                doscientos setenta y tres.   
                3:44 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo:  
                 
                3:45 Toma los levitas en lugar de todos los primogénitos 
                de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar 
                de sus animales; y los levitas serán míos. Yo Jehová.  
                 
                3:46 Y para el rescate de los doscientos setenta y tres de los 
                primogénitos de los hijos de Israel, que exceden a los 
                levitas,   
                3:47 tomarás cinco siclos   
                por cabeza; conforme al siclo del santuario los tomarás. 
                El siclo tiene veinte geras.   
                3:48 Y darás a Aarón y a sus hijos el dinero del 
                rescate de los que exceden.   
                3:49 Tomó, pues, Moisés el dinero del rescate de 
                los que excedían el número de los redimidos por 
                los levitas,   
                3:50 y recibió de los primogénitos de los hijos 
                de Israel, en dinero, mil trescientos sesenta y cinco siclos,  
                conforme al siclo del santuario.   
                3:51 Y Moisés dio el dinero de los rescates a Aarón 
                y a sus hijos, conforme a la palabra de Jehová, según 
                lo que Jehová había mandado a Moisés.  
               
                Capítulo 4 
              
              Tareas de los levitas 
              4:1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, 
              diciendo:   
              4:2 Toma la cuenta de los hijos de Coat de entre los hijos de Leví, 
              por sus familias, según las casas de sus padres,   
              4:3 de edad de treinta años arriba hasta cincuenta años, 
              todos los que entran en compañía para servir en el 
              tabernáculo de reunión.  
              4:4 El oficio de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión, 
              en el lugar santísimo, será este:   
              4:5 Cuando haya de mudarse el campamento, vendrán Aarón 
              y sus hijos y desarmarán el velo de la tienda, y cubrirán 
              con él el arca del testimonio;   
              4:6 y pondrán sobre ella la cubierta de pieles de tejones, 
              y extenderán encima un paño todo de azul, y le pondrán 
              sus varas.   
              4:7 Sobre la mesa de la proposición extenderán un 
              paño azul, y pondrán sobre ella las escudillas, las 
              cucharas, las copas y los tazones para libar; y el pan continuo 
              estará sobre ella.   
              4:8 Y extenderán sobre ella un paño carmesí, 
              y lo cubrirán con la cubierta de pieles de tejones; y le 
              pondrán sus varas.   
              4:9 Tomarán un paño azul y cubrirán el candelero 
              del alumbrado, sus lamparillas, sus despabiladeras, sus platillos, 
              y todos sus utensilios del aceite con que se sirve;   
              4:10 y lo pondrán con todos sus utensilios en una cubierta 
              de pieles de tejones, y lo colocarán sobre unas parihuelas.  
               
              4:11 Sobre el altar de oro extenderán un paño azul, 
              y lo cubrirán con la cubierta de pieles de tejones, y le 
              pondrán sus varas.   
              4:12 Y tomarán todos los utensilios del servicio de que hacen 
              uso en el santuario, y los pondrán en un paño azul, 
              y los cubrirán con una cubierta de pieles de tejones, y los 
              colocarán sobre unas parihuelas.   
              4:13 Quitarán la ceniza del altar, y extenderán sobre 
              él un paño de púrpura;   
              4:14 y pondrán sobre él todos sus instrumentos de 
              que se sirve: las paletas, los garfios, los braseros y los tazones, 
              todos los utensilios del altar; y extenderán sobre él 
              la cubierta de pieles de tejones, y le pondrán además 
              las varas;   
              4:15 Y cuando acaben Aarón y sus hijos de cubrir el santuario 
              y todos los utensilios del santuario, cuando haya de mudarse el 
              campamento, vendrán después de ello los hijos de Coat 
              para llevarlos; pero no tocarán cosa santa, no sea que mueran. 
              Estas serán las cargas de los hijos de Coat en el tabernáculo 
              de reunión.   
              4:16 Pero a cargo de Eleazar hijo del sacerdote Aarón estará 
              el aceite del alumbrado, el incienso aromático, la ofrenda 
              continua y el aceite de la unción; el cargo de todo el tabernáculo 
              y de todo lo que está en él, del santuario y de sus 
              utensilios.   
              4:17 Habló también Jehová a Moisés y 
              a Aarón, diciendo:   
              4:18 No haréis que perezca la tribu de las familias de Coat 
              de entre los levitas.  
              4:19 Para que cuando se acerquen al lugar santísimo vivan, 
              y no mueran, haréis con ellos esto: Aarón y sus hijos 
              vendrán y los pondrán a cada uno en su oficio y en 
              su cargo.   
              4:20 No entrarán para ver cuando cubran las cosas santas, 
              porque morirán.   
              4:21 Además habló Jehová a Moisés, diciendo:  
               
              4:22 Toma también el número de los hijos de Gersón 
              según las casas de sus padres, por sus familias.   
              4:23 De edad de treinta años arriba hasta cincuenta años 
              los contarás; todos los que entran en compañía 
              para servir en el tabernáculo de reunión.   
              4:24 Este será el oficio de las familias de Gersón, 
              para ministrar y para llevar:   
              4:25 Llevarán las cortinas del tabernáculo, el tabernáculo 
              de reunión, su cubierta, la cubierta de pieles de tejones 
              que está encima de él, la cortina de la puerta del 
              tabernáculo de reunión,  
              4:26 las cortinas del atrio, la cortina de la puerta del atrio, 
              que está cerca del tabernáculo y cerca del altar alrededor, 
              sus cuerdas, y todos los instrumentos de su servicio y todo lo que 
              será hecho para ellos; así servirán.  
               
              4:27 Según la orden de Aarón y de sus hijos será 
              todo el ministerio de los hijos de Gersón en todos sus cargos, 
              y en todo su servicio; y les encomendaréis en guarda todos 
              sus cargos.   
              4:28 Este es el servicio de las familias de los hijos de Gersón 
              en el tabernáculo de reunión; y el cargo de ellos 
              estará bajo la dirección de Itamar hijo del sacerdote 
              Aarón.   
              4:29 Contarás los hijos de Merari por sus familias, según 
              las casas de sus padres.   
              4:30 Desde el de edad de treinta años arriba hasta el de 
              cincuenta años los contarás; todos los que entran 
              en compañía para servir en el tabernáculo de 
              reunión.   
              4:31 Este será el deber de su cargo para todo su servicio 
              en el tabernáculo de reunión: las tablas del tabernáculo, 
              sus barras, sus columnas y sus basas,   
              4:32 las columnas del atrio alrededor y sus basas, sus estacas y 
              sus cuerdas, con todos sus instrumentos y todo su servicio; y consignarás 
              por sus nombres todos los utensilios que ellos tienen que transportar.  
               
              4:33 Este será el servicio de las familias de los hijos de 
              Merari para todo su ministerio en el tabernáculo de reunión, 
              bajo la dirección de Itamar hijo del sacerdote Aarón.  
               
              4:34 Moisés, pues, y Aarón, y los jefes de la congregación, 
              contaron a los hijos de Coat por sus familias y según las 
              casas de sus padres,   
              4:35 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de 
              edad de cincuenta años; todos los que entran en compañía 
              para ministrar en el tabernáculo de reunión.  
               
              4:36 Y fueron los contados de ellos por sus familias, dos mil setecientos 
              cincuenta.   
              4:37 Estos fueron los contados de las familias de Coat, todos los 
              que ministran en el tabernáculo de reunión, los cuales 
              contaron Moisés y Aarón, como lo mandó Jehová 
              por medio de Moisés.   
              4:38 Y los contados de los hijos de Gersón por sus familias, 
              según las casas de sus padres,   
              4:39 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de 
              edad de cincuenta años, todos los que entran en compañía 
              para ministrar en el tabernáculo de reunión;  
               
              4:40 los contados de ellos por sus familias, según las casas 
              de sus padres, fueron dos mil seiscientos treinta.   
              4:41 Estos son los contados de las familias de los hijos de Gersón, 
              todos los que ministran en el tabernáculo de reunión, 
              los cuales contaron Moisés y Aarón por mandato de 
              Jehová.   
              4:42 Y los contados de las familias de los hijos de Merari, por 
              sus familias, según las casas de sus padres,   
              4:43 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de 
              edad de cincuenta años, todos los que entran en compañía 
              para ministrar en el tabernáculo de reunión;  
               
              4:44 los contados de ellos, por sus familias, fueron tres mil doscientos.  
               
              4:45 Estos fueron los contados de las familias de los hijos de Merari, 
              los cuales contaron Moisés y Aarón, según lo 
              mandó Jehová por medio de Moisés.   
              4:46 Todos los contados de los levitas que Moisés y Aarón 
              y los jefes de Israel contaron por sus familias, y según 
              las casas de sus padres,   
              4:47 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de 
              edad de cincuenta años, todos los que entraban para ministrar 
              en el servicio y tener cargo de obra en el tabernáculo de 
              reunión,   
              4:48 los contados de ellos fueron ocho mil quinientos ochenta.  
               
              4:49 Como lo mandó Jehová por medio de Moisés 
              fueron contados, cada uno según su oficio y según 
              su cargo; los cuales contó él, como le fue mandado.  
              
                Capítulo 5
              
              Todo inmundo es echado fuera del campamento  
              
              5:1 Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              5:2 Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todo 
              leproso, y a todos los que padecen flujo de semen, y a todo contaminado 
              con muerto.   
              5:3 Así a hombres como a mujeres echaréis; fuera del 
              campamento los echaréis, para que no contaminen el campamento 
              de aquellos entre los cuales yo habito.   
              5:4 Y lo hicieron así los hijos de Israel, y los echaron 
              fuera del campamento; como Jehová dijo a Moisés, así 
              lo hicieron los hijos de Israel.  
              Ley sobre la restitución   
               5:5 Además habló Jehová a Moisés, 
                diciendo:   
                5:6 Di a los hijos de Israel: El hombre o la mujer que cometiere 
                alguno de todos los pecados con que los hombres prevarican contra 
                Jehová y delinquen,   
                5:7 aquella persona confesará el pecado que cometió, 
                y compensará enteramente el daño, y añadirá 
                sobre ello la quinta parte, y lo dará a aquel contra quien 
                pecó.   
                5:8 Y si aquel hombre no tuviere pariente al cual sea resarcido 
                el daño, se dará la indemnización del agravio 
                a Jehová entregándola al sacerdote, además 
                del carnero de las expiaciones, con el cual hará expiación 
                por él.   
                 
                5:9 Toda ofrenda de todas las cosas santas que los hijos de Israel 
                presentaren al sacerdote, suya será.   
                5:10 Y lo santificado de cualquiera será suyo; asimismo 
                lo que cualquiera diere al sacerdote, suyo será.  
               Ley sobre los celos   
               5:11 También Jehová habló a Moisés, 
                diciendo:   
                5:12 Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de alguno 
                se descarriare, y le fuere infiel,   
                5:13 y alguno cohabitare con ella, y su marido no lo hubiese visto 
                por haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra 
                ella, ni ella hubiere sido sorprendida en el acto;   
                5:14 si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere 
                celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o viniere 
                sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su 
                mujer, no habiéndose ella amancillado;   
                5:15 entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y 
                con ella traerá su ofrenda, la décima parte de un 
                efa   
                de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá 
                sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda recordativa, 
                que trae a la memoria el pecado.  
                5:16 Y el sacerdote hará que ella se acerque y se ponga 
                delante de Jehová.   
                5:17 Luego tomará el sacerdote del agua santa en un vaso 
                de barro; tomará también el sacerdote del polvo 
                que hubiere en el suelo del tabernáculo, y lo echará 
                en el agua.   
                5:18 Y hará el sacerdote estar en pie a la mujer delante 
                de Jehová, y descubrirá la cabeza de la mujer, y 
                pondrá sobre sus manos la ofrenda recordativa, que es la 
                ofrenda de celos; y el sacerdote tendrá en la mano las 
                aguas amargas que acarrean maldición.   
                5:19 Y el sacerdote la conjurará y le dirá: Si ninguno 
                ha dormido contigo, y si no te has apartado de tu marido a inmundicia, 
                libre seas de estas aguas amargas que traen maldición;  
                 
                5:20 mas si te has descarriado de tu marido y te has amancillado, 
                y ha cohabitado contigo alguno fuera de tu marido   
                5:21 (el sacerdote conjurará a la mujer con juramento de 
                maldición, y dirá a la mujer): Jehová te 
                haga maldición y execración en medio de tu pueblo, 
                haciendo Jehová que tu muslo caiga y que tu vientre se 
                hinche;   
                5:22 y estas aguas que dan maldición entren en tus entrañas, 
                y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y la mujer dirá: 
                Amén, amén.   
                5:23 El sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, 
                y las borrará con las aguas amargas;   
                5:24 y dará a beber a la mujer las aguas amargas que traen 
                maldición; y las aguas que obran maldición entrarán 
                en ella para amargar.   
                5:25 Después el sacerdote tomará de la mano de la 
                mujer la ofrenda de los celos, y la mecerá delante de Jehová, 
                y la ofrecerá delante del altar.   
                5:26 Y tomará el sacerdote un puñado de la ofrenda 
                en memoria de ella, y lo quemará sobre el altar, y después 
                dará a beber las aguas a la mujer.   
                5:27 Le dará, pues, a beber las aguas; y si fuere inmunda 
                y hubiere sido infiel a su marido, las aguas que obran maldición 
                entrarán en ella para amargar, y su vientre se hinchará 
                y caerá su muslo; y la mujer será maldición 
                en medio de su pueblo.   
                5:28 Mas si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, 
                ella será libre, y será fecunda.   
                5:29 Esta es la ley de los celos, cuando la mujer cometiere infidelidad 
                contra su marido, y se amancillare;   
                5:30 o del marido sobre el cual pasare espíritu de celos, 
                y tuviere celos de su mujer; la presentará entonces delante 
                de Jehová, y el sacerdote ejecutará en ella toda 
                esta ley.   
                5:31 El hombre será libre de iniquidad, y la mujer llevará 
                su pecado.  
               
                Capítulo 6
              
              El voto de los nazareos  
              
              6:1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:  
               
              6:2 Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer que 
              se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová,  
               
              6:3 se abstendrá de vino y de sidra; no beberá vinagre 
              de vino, ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor 
              de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas.   
              6:4 Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la 
              vid, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá.  
               
              6:5 Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja 
              sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su 
              apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer 
              su cabello.   
              6:6 Todo el tiempo que se aparte para Jehová, no se acercará 
              a persona muerta.   
              6:7 Ni aun por su padre ni por su madre, ni por su hermano ni por 
              su hermana, podrá contaminarse cuando mueran; porque la consagración 
              de su Dios tiene sobre su cabeza.   
              6:8 Todo el tiempo de su nazareato, será santo para Jehová.  
               
              6:9 Si alguno muriere súbitamente junto a él, su cabeza 
              consagrada será contaminada; por tanto, el día de 
              su purificación raerá su cabeza; al séptimo 
              día la raerá.   
              6:10 Y el día octavo traerá dos tórtolas o 
              dos palominos al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de 
              reunión.   
              6:11 Y el sacerdote ofrecerá el uno en expiación, 
              y el otro en holocausto; y hará expiación de lo que 
              pecó a causa del muerto, y santificará su cabeza en 
              aquel día.   
              6:12 Y consagrará para Jehová los días de su 
              nazareato, y traerá un cordero de un año en expiación 
              por la culpa; y los días primeros serán anulados, 
              por cuanto fue contaminado su nazareato.   
              6:13 Esta es, pues, la ley del nazareo el día que se cumpliere 
              el tiempo de su nazareato: Vendrá a la puerta del tabernáculo 
              de reunión,   
              6:14 y ofrecerá su ofrenda a Jehová, un cordero de 
              un año sin tacha en holocausto, y una cordera de un año 
              sin defecto en expiación, y un carnero sin defecto por ofrenda 
              de paz.   
              6:15 Además un canastillo de tortas sin levadura, de flor 
              de harina amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas 
              con aceite, y su ofrenda y sus libaciones.   
              6:16 Y el sacerdote lo ofrecerá delante de Jehová, 
              y hará su expiación y su holocausto;   
              6:17 y ofrecerá el carnero en ofrenda de paz a Jehová, 
              con el canastillo de los panes sin levadura; ofrecerá asimismo 
              el sacerdote su ofrenda y sus libaciones.   
              6:18 Entonces el nazareo raerá a la puerta del tabernáculo 
              de reunión su cabeza consagrada, y tomará los cabellos 
              de su cabeza consagrada y los pondrá sobre el fuego que está 
              debajo de la ofrenda de paz.   
              6:19 Después tomará el sacerdote la espaldilla cocida 
              del carnero, una torta sin levadura del canastillo, y una hojaldre 
              sin levadura, y las pondrá sobre las manos del nazareo, después 
              que fuere raída su cabeza consagrada;   
              6:20 y el sacerdote mecerá aquello como ofrenda mecida delante 
              de Jehová, lo cual será cosa santa del sacerdote, 
              además del pecho mecido y de la espaldilla separada; después 
              el nazareo podrá beber vino.   
              6:21 Esta es la ley del nazareo que hiciere voto de su ofrenda a 
              Jehová por su nazareato, además de lo que sus recursos 
              le permitieren; según el voto que hiciere, así hará, 
              conforme a la ley de su nazareato.   
              La bendición sacerdotal  
               6:22 Jehová habló a Moisés, diciendo:  
                 
                6:23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis 
                a los hijos de Israel, diciéndoles:  
                6:24 Jehová te bendiga, y te guarde;  
                6:25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y 
                tenga de ti misericordia;  
                6:26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. 
                 
                6:27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo 
                los bendeciré. 
               
                Capítulo 7
              
              Ofrendas para la dedicación del altar 
               
              
              7:1 Aconteció que cuando Moisés hubo acabado de levantar 
              el tabernáculo, y lo hubo ungido y santificado, con todos 
              sus utensilios, y asimismo ungido y santificado el altar y todos 
              sus utensilios,  
              7:2 entonces los príncipes de Israel, los jefes de las casas 
              de sus padres, los cuales eran los príncipes de las tribus, 
              que estaban sobre los contados, ofrecieron;   
              7:3 y trajeron sus ofrendas delante de Jehová, seis carros 
              cubiertos y doce bueyes; por cada dos príncipes un carro, 
              y cada uno un buey, y los ofrecieron delante del tabernáculo.  
               
              7:4 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              7:5 Tómalos de ellos, y serán para el servicio del 
              tabernáculo de reunión; y los darás a los levitas, 
              a cada uno conforme a su ministerio.   
              7:6 Entonces Moisés recibió los carros y los bueyes, 
              y los dio a los levitas.   
              7:7 Dos carros y cuatro bueyes dio a los hijos de Gersón, 
              conforme a su ministerio,   
              7:8 y a los hijos de Merari dio cuatro carros y ocho bueyes, conforme 
              a su ministerio bajo la mano de Itamar hijo del sacerdote Aarón.  
               
              7:9 Pero a los hijos de Coat no les dio, porque llevaban sobre sí 
              en los hombros el servicio del santuario.  
              7:10 Y los príncipes trajeron ofrendas para la dedicación 
              del altar el día en que fue ungido, ofreciendo los príncipes 
              su ofrenda delante del altar.   
              7:11 Y Jehová dijo a Moisés: Ofrecerán su ofrenda, 
              un príncipe un día, y otro príncipe otro día, 
              para la dedicación del altar.   
              7:12 Y el que ofreció su ofrenda el primer día fue 
              Naasón hijo de Aminadab, de la tribu de Judá.  
               
              7:13 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de 
              peso,  
              y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos 
              llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:14 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:15 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:16 un macho cabrío para expiación;   
              7:17 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Naasón hijo de Aminadab.   
              7:18 El segundo día ofreció Natanael hijo de Zuar, 
              príncipe de Isacar.   
              7:19 Ofreció como su ofrenda un plato de plata de ciento 
              treinta siclos de peso,  
              y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos 
              llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:20 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:21 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:22 un macho cabrío para expiación;   
              7:23 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Natanael hijo de Zuar.   
              7:24 El tercer día, Eliab hijo de Helón, príncipe 
              de los hijos de Zabulón.   
              7:25 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos 
              de peso,  
              y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos 
              llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:26 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:27 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:28 un macho cabrío para expiación;  
              7:29 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Eliab hijo de Helón.   
              7:30 El cuarto día, Elisur hijo de Sedeur, príncipe 
              de los hijos de Rubén.   
              7:31 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos 
              de peso,  
              y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos 
              llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:32 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:33 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:34 un macho cabrío para expiación;   
              7:35 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Elisur hijo de Sedeur.   
              7:36 El quinto día, Selumiel hijo de Zurisadai, príncipe 
              de los hijos de Simeón.   
              7:37 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos 
              de peso,  
              y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos 
              llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:38 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:39 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:40 un macho cabrío para expiación;   
              7:41 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Selumiel hijo de Zurisadai.   
              7:42 El sexto día, Eliasaf hijo de Deuel, príncipe 
              de los hijos de Gad.   
              7:43 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos 
              de peso,  
              y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos 
              llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:44 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:45 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:46 un macho cabrío para expiación;   
              7:47 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Eliasaf hijo de Deuel.   
              7:48 El séptimo día, el príncipe de los hijos 
              de Efraín, Elisama hijo de Amiud.   
              7:49 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos 
              de peso,  
              y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos 
              llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:50 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:51 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:52 un macho cabrío para expiación;   
              7:53 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Elisama hijo de Amiud.   
              7:54 El octavo día, el príncipe de los hijos de Manasés, 
              Gamaliel hijo de Pedasur.   
              7:55 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos   
              de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, 
              ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:56 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:57 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:58 un macho cabrío para expiación;   
              7:59 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Gamaliel hijo de Pedasur.   
              7:60 El noveno día, el príncipe de los hijos de Benjamín, 
              Abidán hijo de Gedeoni.   
              7:61 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos 
              de peso,  
              y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos 
              llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:62 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:63 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:64 un macho cabrío para expiación;   
              7:65 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Abidán hijo de Gedeoni.   
              7:66 El décimo día, el príncipe de los hijos 
              de Dan, Ahiezer hijo de Amisadai.   
              7:67 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos 
              de peso,  
              y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos 
              llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:68 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:69 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:70 un macho cabrío para expiación;   
              7:71 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Ahiezer hijo de Amisadai.   
              7:72 El undécimo día, el príncipe de los hijos 
              de Aser, Pagiel hijo de Ocrán.   
              7:73 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos 
              de peso,  
              y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos 
              llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:74 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:75 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:76 un macho cabrío para expiación;   
              7:77 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Pagiel hijo de Ocrán.   
              7:78 El duodécimo día, el príncipe de los hijos 
              de Neftalí, Ahira hijo de Enán.   
              7:79 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de 
              peso,  
              y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos 
              llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
               
              7:80 una cuchara de oro de diez siclos,  
              llena de incienso;   
              7:81 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
               
              7:82 un macho cabrío para expiación;   
              7:83 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos 
              cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda 
              de Ahira hijo de Enán.   
              7:84 Esta fue la ofrenda que los príncipes de Israel ofrecieron 
              para la dedicación del altar, el día en que fue ungido: 
              doce platos de plata, doce jarros de plata, doce cucharas de oro.  
               
              7:85 Cada plato de ciento treinta siclos,  
              y cada jarro de setenta; toda la plata de la vajilla, dos mil cuatrocientos 
              siclos, al siclo del santuario.   
              7:86 Las doce cucharas de oro llenas de incienso, de diez siclos   
              cada cuchara, al siclo del santuario; todo el oro de las cucharas, 
              ciento veinte siclos.   
              7:87 Todos los bueyes para holocausto, doce becerros; doce los carneros, 
              doce los corderos de un año, con su ofrenda, y doce los machos 
              cabríos para expiación.   
              7:88 Y todos los bueyes de la ofrenda de paz, veinticuatro novillos, 
              sesenta los carneros, sesenta los machos cabríos, y sesenta 
              los corderos de un año. Esta fue la ofrenda para la dedicación 
              del altar, después que fue ungido.   
              7:89 Y cuando entraba Moisés en el tabernáculo de 
              reunión, para hablar con Dios, oía la voz que le hablaba 
              de encima del propiciatorio que estaba sobre el arca del testimonio, 
              de entre los dos querubines; y hablaba con él.  
              
                Capítulo 8
              
              Aarón enciende las lámparas  
              
              8:1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:  
               
              8:2 Habla a Aarón y dile: Cuando enciendas las lámparas, 
              las siete lámparas alumbrarán hacia adelante del candelero.  
               
              8:3 Y Aarón lo hizo así; encendió hacia la 
              parte anterior del candelero sus lámparas, como Jehová 
              lo mandó a Moisés.   
              8:4 Y esta era la hechura del candelero, de oro labrado a martillo; 
              desde su pie hasta sus flores era labrado a martillo; conforme al 
              modelo que Jehová mostró a Moisés, así 
              hizo el candelero.    
              Consagración de los levitas   
               8:5 También Jehová habló a Moisés, 
                diciendo:   
                8:6 Toma a los levitas de entre los hijos de Israel, y haz expiación 
                por ellos.   
                8:7 Así harás para expiación por ellos: Rocía 
                sobre ellos el agua de la expiación, y haz pasar la navaja 
                sobre todo su cuerpo, y lavarán sus vestidos, y serán 
                purificados.   
                8:8 Luego tomarán un novillo, con su ofrenda de flor de 
                harina amasada con aceite; y tomarás otro novillo para 
                expiación.   
                8:9 Y harás que los levitas se acerquen delante del tabernáculo 
                de reunión, y reunirás a toda la congregación 
                de los hijos de Israel.   
                8:10 Y cuando hayas acercado a los levitas delante de Jehová, 
                pondrán los hijos de Israel sus manos sobre los levitas;  
                 
                8:11 y ofrecerá Aarón los levitas delante de Jehová 
                en ofrenda de los hijos de Israel, y servirán en el ministerio 
                de Jehová.   
                8:12 Y los levitas pondrán sus manos sobre las cabezas 
                de los novillos; y ofrecerás el uno por expiación, 
                y el otro en holocausto a Jehová, para hacer expiación 
                por los levitas.   
                8:13 Y presentarás a los levitas delante de Aarón, 
                y delante de sus hijos, y los ofrecerás en ofrenda a Jehová.  
                 
                8:14 Así apartarás a los levitas de entre los hijos 
                de Israel, y serán míos los levitas.   
                8:15 Después de eso vendrán los levitas a ministrar 
                en el tabernáculo de reunión; serán purificados, 
                y los ofrecerás en ofrenda.   
                8:16 Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas 
                de entre los hijos de Israel, en lugar de todo primer nacido; 
                los he tomado para mí en lugar de los primogénitos 
                de todos los hijos de Israel.   
                 
                8:17 Porque mío es todo primogénito de entre los 
                hijos de Israel, así de hombres como de animales; desde 
                el día que yo herí a todo primogénito en 
                la tierra de Egipto, los santifiqué para mí.   
                 
                8:18 Y he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos 
                de los hijos de Israel.   
                8:19 Y yo he dado en don los levitas a Aarón y a sus hijos 
                de entre los hijos de Israel, para que ejerzan el ministerio de 
                los hijos de Israel en el tabernáculo de reunión, 
                y reconcilien a los hijos de Israel; para que no haya plaga en 
                los hijos de Israel, al acercarse los hijos de Israel al santuario.  
                 
                8:20 Y Moisés y Aarón y toda la congregación 
                de los hijos de Israel hicieron con los levitas conforme a todas 
                las cosas que mandó Jehová a Moisés acerca 
                de los levitas; así hicieron con ellos los hijos de Israel.  
                 
                8:21 Y los levitas se purificaron, y lavaron sus vestidos; y Aarón 
                los ofreció en ofrenda delante de Jehová, e hizo 
                Aarón expiación por ellos para purificarlos.  
                 
                8:22 Así vinieron después los levitas para ejercer 
                su ministerio en el tabernáculo de reunión delante 
                de Aarón y delante de sus hijos; de la manera que mandó 
                Jehová a Moisés acerca de los levitas, así 
                hicieron con ellos.   
                8:23 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo:  
                 
                8:24 Los levitas de veinticinco años arriba entrarán 
                a ejercer su ministerio en el servicio del tabernáculo 
                de reunión.   
                8:25 Pero desde los cincuenta años cesarán de ejercer 
                su ministerio, y nunca más lo ejercerán.   
                8:26 Servirán con sus hermanos en el tabernáculo 
                de reunión, para hacer la guardia, pero no servirán 
                en el ministerio. Así harás con los levitas en cuanto 
                a su ministerio.  
               
                Capítulo 9
              
              Celebración de la pascua   
              
              9:1 Habló Jehová a Moisés en el desierto de 
              Sinaí, en el segundo año de su salida de la tierra 
              de Egipto, en el mes primero, diciendo:   
              9:2 Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo.  
               
              9:3 El decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, 
              la celebraréis a su tiempo; conforme a todos sus ritos y 
              conforme a todas sus leyes la celebraréis.   
              9:4 Y habló Moisés a los hijos de Israel para que 
              celebrasen la pascua.   
              9:5 Celebraron la pascua en el mes primero, a los catorce días 
              del mes, entre las dos tardes, en el desierto de Sinaí; conforme 
              a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés, 
              así hicieron los hijos de Israel.   
               
              9:6 Pero hubo algunos que estaban inmundos a causa de muerto, y 
              no pudieron celebrar la pascua aquel día; y vinieron delante 
              de Moisés y delante de Aarón aquel día,  
              9:7 y le dijeron aquellos hombres: Nosotros estamos inmundos por 
              causa de muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer 
              ofrenda a Jehová a su tiempo entre los hijos de Israel?  
               
              9:8 Y Moisés les respondió: Esperad, y oiré 
              lo que ordena Jehová acerca de vosotros.   
              9:9 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              9:10 Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de vosotros 
              o de vuestros descendientes, que estuviere inmundo por causa de 
              muerto o estuviere de viaje lejos, celebrará la pascua a 
              Jehová.   
              9:11 En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre 
              las dos tardes, la celebrarán; con panes sin levadura y hierbas 
              amargas la comerán.   
              9:12 No dejarán del animal sacrificado para la mañana, 
              ni quebrarán hueso de él;    
              conforme a todos los ritos de la pascua la celebrarán.  
               
              9:13 Mas el que estuviere limpio, y no estuviere de viaje, si dejare 
              de celebrar la pascua, la tal persona será cortada de entre 
              su pueblo; por cuanto no ofreció a su tiempo la ofrenda de 
              Jehová, el tal hombre llevará su pecado.   
              9:14 Y si morare con vosotros extranjero, y celebrare la pascua 
              a Jehová, conforme al rito de la pascua y conforme a sus 
              leyes la celebrará; un mismo rito tendréis, tanto 
              el extranjero como el natural de la tierra.  
              La nube sobre el tabernáculo   
                (Ex. 40.34-38)  
               9:15 El día que el tabernáculo fue erigido, la 
                nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del testimonio; 
                y a la tarde había sobre el tabernáculo como una 
                apariencia de fuego, hasta la mañana.   
                9:16 Así era continuamente: la nube lo cubría de 
                día, y de noche la apariencia de fuego.   
                9:17 Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos 
                de Israel partían; y en el lugar donde la nube paraba, 
                allí acampaban los hijos de Israel.   
                9:18 Al mandato de Jehová los hijos de Israel partían, 
                y al mandato de Jehová acampaban; todos los días 
                que la nube estaba sobre el tabernáculo, permanecían 
                acampados.   
                9:19 Cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo 
                muchos días, entonces los hijos de Israel guardaban la 
                ordenanza de Jehová, y no partían.   
                9:20 Y cuando la nube estaba sobre el tabernáculo pocos 
                días, al mandato de Jehová acampaban, y al mandato 
                de Jehová partían.   
                9:21 Y cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la 
                mañana, o cuando a la mañana la nube se levantaba, 
                ellos partían; o si había estado un día, 
                y a la noche la nube se levantaba, entonces partían.  
                 
                9:22 O si dos días, o un mes, o un año, mientras 
                la nube se detenía sobre el tabernáculo permaneciendo 
                sobre él, los hijos de Israel seguían acampados, 
                y no se movían; mas cuando ella se alzaba, ellos partían.  
                 
                9:23 Al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová 
                partían, guardando la ordenanza de Jehová como Jehová 
                lo había dicho por medio de Moisés.  
               
                Capítulo 10
              
              Las trompetas de plata  
              
              10:1 Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              10:2 Hazte dos trompetas de plata; de obra de martillo las harás, 
              las cuales te servirán para convocar la congregación, 
              y para hacer mover los campamentos.   
              10:3 Y cuando las tocaren, toda la congregación se reunirá 
              ante ti a la puerta del tabernáculo de reunión.  
               
              10:4 Mas cuando tocaren sólo una, entonces se congregarán 
              ante ti los príncipes, los jefes de los millares de Israel.  
               
              10:5 Y cuando tocareis alarma, entonces moverán los campamentos 
              de los que están acampados al oriente.   
              10:6 Y cuando tocareis alarma la segunda vez, entonces moverán 
              los campamentos de los que están acampados al sur; alarma 
              tocarán para sus partidas.   
              10:7 Pero para reunir la congregación tocaréis, mas 
              no con sonido de alarma.   
              10:8 Y los hijos de Aarón, los sacerdotes, tocarán 
              las trompetas; y las tendréis por estatuto perpetuo por vuestras 
              generaciones.   
              10:9 Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el 
              enemigo que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; 
              y seréis recordados por Jehová vuestro Dios, y seréis 
              salvos de vuestros enemigos.   
              10:10 Y en el día de vuestra alegría, y en vuestras 
              solemnidades, y en los principios de vuestros meses, tocaréis 
              las trompetas sobre vuestros holocaustos, y sobre los sacrificios 
              de paz, y os serán por memoria delante de vuestro Dios. Yo 
              Jehová vuestro Dios.  
              Los israelitas salen de Sinaí   
               10:11 En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte 
                días del mes, la nube se alzó del tabernáculo 
                del testimonio.   
                10:12 Y partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí 
                según el orden de marcha; y se detuvo la nube en el desierto 
                de Parán.   
                10:13 Partieron la primera vez al mandato de Jehová por 
                medio de Moisés.   
                10:14 La bandera del campamento de los hijos de Judá comenzó 
                a marchar primero, por sus ejércitos; y Naasón hijo 
                de Aminadab estaba sobre su cuerpo de ejército.   
                10:15 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos 
                de Isacar, Natanael hijo de Zuar.   
                10:16 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los 
                hijos de Zabulón, Eliab hijo de Helón.   
                10:17 Después que estaba ya desarmado el tabernáculo, 
                se movieron los hijos de Gersón y los hijos de Merari, 
                que lo llevaban.   
                10:18 Luego comenzó a marchar la bandera del campamento 
                de Rubén por sus ejércitos; y Elisur hijo de Sedeur 
                estaba sobre su cuerpo de ejército.   
                10:19 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos 
                de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai.   
                10:20 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los 
                hijos de Gad, Eliasaf hijo de Deuel.   
                10:21 Luego comenzaron a marchar los coatitas llevando el santuario; 
                y entretanto que ellos llegaban, los otros acondicionaron el tabernáculo.  
                 
                10:22 Después comenzó a marchar la bandera del campamento 
                de los hijos de Efraín por sus ejércitos; y Elisama 
                hijo de Amiud estaba sobre su cuerpo de ejército.  
                 
                10:23 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos 
                de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur.   
                10:24 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los 
                hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni.  
                 
                10:25 Luego comenzó a marchar la bandera del campamento 
                de los hijos de Dan por sus ejércitos, a retaguardia de 
                todos los campamentos; y Ahiezer hijo de Amisadai estaba sobre 
                su cuerpo de ejército.   
                10:26 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos 
                de Aser, Pagiel hijo de Ocrán.   
                10:27 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los 
                hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán.   
                10:28 Este era el orden de marcha de los hijos de Israel por sus 
                ejércitos cuando partían.   
                10:29 Entonces dijo Moisés a Hobab, hijo de Ragüel 
                madianita, su suegro: Nosotros partimos para el lugar del cual 
                Jehová ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros, 
                y te haremos bien; porque Jehová ha prometido el bien a 
                Israel.   
                10:30 Y él le respondió: Yo no iré, sino 
                que me marcharé a mi tierra y a mi parentela.   
                 
                10:31 Y él le dijo: Te ruego que no nos dejes; porque tú 
                conoces los lugares donde hemos de acampar en el desierto, y nos 
                serás en lugar de ojos.   
                10:32 Y si vienes con nosotros, cuando tengamos el bien que Jehová 
                nos ha de hacer, nosotros te haremos bien.   
                10:33 Así partieron del monte de Jehová camino de 
                tres días; y el arca del pacto de Jehová fue delante 
                de ellos camino de tres días, buscándoles lugar 
                de descanso.   
                10:34 Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, 
                desde que salieron del campamento.   
                10:35 Cuando el arca se movía, Moisés decía: 
                Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, 
                y huyan de tu presencia los que te aborrecen.   
                 
                10:36 Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh 
                Jehová, a los millares de millares de Israel.  
               
                Capítulo 11 
              
              Jehová envía codornices  
              
              11:1 Aconteció que el pueblo se quejó a oídos 
              de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió 
              su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y 
              consumió uno de los extremos del campamento.   
              11:2 Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés 
              oró a Jehová, y el fuego se extinguió.  
               
              11:3 Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehová 
              se encendió en ellos.   
              11:4 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un 
              vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar 
              y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!   
              11:5 Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de 
              balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y 
              los ajos;   
              11:6 y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná 
              ven nuestros ojos.   
              11:7 Y era el maná como semilla de culantro, y su color como 
              color de bedelio.   
              11:8 El pueblo se esparcía y lo recogía, y lo molía 
              en molinos o lo majaba en morteros, y lo cocía en caldera 
              o hacía de él tortas; su sabor era como sabor de aceite 
              nuevo.   
               
              11:9 Y cuando descendía el rocío sobre el campamento 
              de noche, el maná descendía sobre él.   
               
              11:10 Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus 
              familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira de Jehová 
              se encendió en gran manera; también le pareció 
              mal a Moisés.   
              11:11 Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué 
              has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado 
              gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo 
              sobre mí?   
              11:12 ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré 
              yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la 
              que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus 
              padres?   
              11:13 ¿De dónde conseguiré yo carne para dar 
              a todo este pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne 
              que comamos.   
              11:14 No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado 
              en demasía.   
              11:15 Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que 
              me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea 
              mi mal.   
              11:16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme 
              setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que 
              son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la 
              puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí 
              contigo.   
              11:17 Y yo descenderé y hablaré allí contigo, 
              y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré 
              en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la 
              llevarás tú solo.   
              11:18 Pero al pueblo dirás: Santificaos para mañana, 
              y comeréis carne; porque habéis llorado en oídos 
              de Jehová, diciendo: ¡Quién nos diera a comer 
              carne! ¡Ciertamente mejor nos iba en Egipto! Jehová, 
              pues, os dará carne, y comeréis.   
              11:19 No comeréis un día, ni dos días, ni cinco 
              días, ni diez días, ni veinte días,   
              11:20 sino hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices, 
              y la aborrezcáis, por cuanto menospreciasteis a Jehová 
              que está en medio de vosotros, y llorasteis delante de él, 
              diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto?  
               
              11:21 Entonces dijo Moisés: Seiscientos mil de a pie es el 
              pueblo en medio del cual yo estoy; ¡y tú dices: Les 
              daré carne, y comerán un mes entero!   
              11:22 ¿Se degollarán para ellos ovejas y bueyes que 
              les basten? ¿o se juntarán para ellos todos los peces 
              del mar para que tengan abasto?   
              11:23 Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso 
              se ha acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se 
              cumple mi palabra, o no.   
              11:24 Y salió Moisés y dijo al pueblo las palabras 
              de Jehová; y reunió a los setenta varones de los ancianos 
              del pueblo, y los hizo estar alrededor del tabernáculo.  
               
              11:25 Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; 
              y tomó del espíritu que estaba en él, y lo 
              puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre 
              ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.   
              11:26 Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados 
              el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó 
              el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero 
              no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en 
              el campamento.   
              11:27 Y corrió un joven y dio aviso a Moisés, y dijo: 
              Eldad y Medad profetizan en el campamento.   
              11:28 Entonces respondió Josué hijo de Nun, ayudante 
              de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor 
              mío Moisés, impídelos.   
              11:29 Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú 
              celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová 
              fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre 
              ellos.   
              11:30 Y Moisés volvió al campamento, él y los 
              ancianos de Israel.   
              11:31 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del 
              mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino 
              a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, 
              y casi dos codos   
              sobre la faz de la tierra.  
              11:32 Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día 
              y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron codornices; 
              el que menos, recogió diez montones; y las tendieron para 
              sí a lo largo alrededor del campamento.   
              11:33 Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes 
              que fuese masticada, cuando la ira de Jehová se encendió 
              en el pueblo, e hirió Jehová al pueblo con una plaga 
              muy grande.   
              11:34 Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por 
              cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso.   
              11:35 De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y se 
              quedó en Hazerot.  
              
                Capítulo 12
              
              María y Aarón murmuran contra 
              Moisés   
              
              12:1 María y Aarón hablaron contra Moisés a 
              causa de la mujer cusita que había tomado; porque él 
              había tomado mujer cusita.   
              12:2 Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? 
              ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó 
              Jehová.   
              12:3 Y aquel varón Moisés era muy manso, más 
              que todos los hombres que había sobre la tierra.   
              12:4 Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y 
              a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. 
              Y salieron ellos tres.   
              12:5 Entonces Jehová descendió en la columna de la 
              nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó 
              a Aarón y a María; y salieron ambos.  
              12:6 Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando 
              haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré 
              en visión, en sueños hablaré con él.  
               
              12:7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda 
              mi casa.   
               
              12:8 Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no 
              por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por 
              qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo 
              Moisés?   
              12:9 Entonces la ira de Jehová se encendió contra 
              ellos; y se fue.   
              12:10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí 
              que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón 
              a María, y he aquí que estaba leprosa.   
              12:11 Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor 
              mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente 
              hemos actuado, y hemos pecado.   
              12:12 No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir 
              del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne.  
               
              12:13 Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: 
              Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora.   
              12:14 Respondió Jehová a Moisés: Pues si su 
              padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría 
              por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete 
              días,  
              y después volverá a la congregación.  
               
              12:15 Así María fue echada del campamento siete días; 
              y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió María 
              con ellos.   
              12:16 Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon 
              en el desierto de Parán.  
              
                Capítulo 13 
              
              Misión de los doce espías  
               
              (Dt. 1.19-33)  
              
              13:1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              13:2 Envía tú hombres que reconozcan la tierra de 
              Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu 
              de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe 
              entre ellos.   
              13:3 Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, 
              conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones 
              eran príncipes de los hijos de Israel.   
              13:4 Estos son sus nombres: De la tribu de Rubén, Samúa 
              hijo de Zacur.   
              13:5 De la tribu de Simeón, Safat hijo de Horí.  
               
              13:6 De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone.   
              13:7 De la tribu de Isacar, Igal hijo de José.   
              13:8 De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun.   
              13:9 De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú.  
               
              13:10 De la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi.  
               
              13:11 De la tribu de José: de la tribu de Manasés, 
              Gadi hijo de Susi.   
              13:12 De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali.   
              13:13 De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael.   
              13:14 De la tribu de Neftalí, Nahbi hijo de Vapsi.  
              13:15 De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui.   
              13:16 Estos son los nombres de los varones que Moisés envió 
              a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés 
              el nombre de Josué.   
              13:17 Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra 
              de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, 
              y subid al monte,   
              13:18 y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, 
              si es fuerte o débil, si poco o numeroso;   
              13:19 cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo 
              son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas;  
               
              13:20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, 
              si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del 
              fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas.  
               
              13:21 Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el desierto 
              de Zin hasta Rehob, entrando en Hamat.   
              13:22 Y subieron al Neguev y vinieron hasta Hebrón; y allí 
              estaban Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac. Hebrón 
              fue edificada siete años antes de Zoán en Egipto.  
               
              13:23 Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron 
              un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, 
              y de las granadas y de los higos.   
              13:24 Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo 
              que cortaron de allí los hijos de Israel.   
              13:25 Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días.  
               
              13:26 Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, 
              y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto 
              de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos 
              y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la 
              tierra.   
              13:27 Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a 
              la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este 
              es el fruto de ella.   
              13:28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades 
              muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a 
              los hijos de Anac.   
              13:29 Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo 
              habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera 
              del Jordán.   
              13:30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, 
              y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque 
              más podremos nosotros que ellos.   
              13:31 Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos 
              subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros.  
               
              13:32 Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que 
              habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos 
              para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el 
              pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura.  
               
              13:33 También vimos allí gigantes,  
              hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a 
              nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos 
              a ellos.  
              
                Capítulo 14 
              
              Los israelitas se rebelan contra Jehová  
              
              14:1 Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; 
              y el pueblo lloró aquella noche.   
              14:2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos 
              los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá 
              muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá 
              muriéramos!   
              14:3 ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra 
              para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños 
              sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?  
               
              14:4 Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, 
              y volvámonos a Egipto.   
              14:5 Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus 
              rostros delante de toda la multitud de la congregación de 
              los hijos de Israel.   
              14:6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran 
              de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos,  
               
              14:7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, 
              diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra 
              en gran manera buena.   
              14:8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará 
              a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche 
              y miel.   
              14:9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni 
              temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos 
              como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está 
              Jehová; no los temáis.   
               
              14:10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero 
              la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo 
              de reunión a todos los hijos de Israel,   
              14:11 y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo 
              me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me 
              creerán, con todas las señales que he hecho en medio 
              de ellos?   
              14:12 Yo los heriré de mortandad y los destruiré, 
              y a ti te pondré sobre gente más grande y más 
              fuerte que ellos.   
              14:13 Pero Moisés respondió a Jehová: Lo oirán 
              luego los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo 
              con tu poder;   
              14:14 y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales 
              han oído que tú, oh Jehová, estabas en medio 
              de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, oh Jehová, 
              y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante 
              de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego;  
               
              14:15 y que has hecho morir a este pueblo como a un solo hombre; 
              y las gentes que hubieren oído tu fama hablarán, diciendo:  
               
              14:16 Por cuanto no pudo Jehová meter este pueblo en la tierra 
              de la cual les había jurado, los mató en el desierto.  
               
              14:17 Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del 
              Señor, como lo hablaste, diciendo:  
              14:18 Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, 
              que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún 
              modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad 
              de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos.      
               
              14:19 Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la 
              grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo 
              desde Egipto hasta aquí.   
              Jehová castiga a Israel   
                (Dt. 1.34-40) 
               14:20 Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme 
                a tu dicho.   
                14:21 Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda 
                la tierra,   
                14:22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que 
                he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez 
                veces, y no han oído mi voz,   
                14:23 no verán la tierra de la cual juré a sus padres; 
                no, ninguno de los que me han irritado la verá.   
                 
                14:24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro 
                espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le 
                meteré en la tierra donde entró, y su descendencia 
                la tendrá en posesión.   
                 
                14:25 Ahora bien, el amalecita y el cananeo habitan en el valle; 
                volveos mañana y salid al desierto, camino del Mar Rojo.  
                 
                14:26 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, 
                diciendo:   
                14:27 ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud 
                que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, 
                que de mí se quejan?   
                14:28 Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis 
                hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. 
                 
                14:29 En este desierto caerán vuestros cuerpos;  
                todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, 
                de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra 
                mí.   
                14:30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por 
                la cual alcé mi mano y juré que os haría 
                habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué 
                hijo de Nun.   
                14:31 Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que 
                serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán 
                la tierra que vosotros despreciasteis.   
                14:32 En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en 
                este desierto.   
                14:33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto 
                cuarenta años,  
                y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros 
                cuerpos sean consumidos en el desierto.   
                14:34 Conforme al número de los días, de los cuarenta 
                días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras 
                iniquidades cuarenta años, un año por cada día; 
                y conoceréis mi castigo.   
                14:35 Yo Jehová he hablado; así haré a toda 
                esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en 
                este desierto serán consumidos, y ahí morirán.  
               Muerte de los diez espías malvados   
               14:36 Y los varones que Moisés envió a reconocer 
                la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra 
                él a toda la congregación, desacreditando aquel 
                país,   
                14:37 aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, 
                murieron de plaga delante de Jehová.   
                14:38 Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron 
                con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer 
                la tierra.  
               La derrota en Horma   
                (Dt. 1.41-46)  
               14:39 Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, 
                y el pueblo se enlutó mucho.   
                14:40 Y se levantaron por la mañana y subieron a la cumbre 
                del monte, diciendo: Henos aquí para subir al lugar del 
                cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado.   
                14:41 Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis 
                el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá 
                bien.   
                14:42 No subáis, porque Jehová no está en 
                medio de vosotros, no seáis heridos delante de vuestros 
                enemigos.   
                14:43 Porque el amalecita y el cananeo están allí 
                delante de vosotros, y caeréis a espada; pues por cuanto 
                os habéis negado a seguir a Jehová, por eso no estará 
                Jehová con vosotros.   
                14:44 Sin embargo, se obstinaron en subir a la cima del monte; 
                pero el arca del pacto de Jehová, y Moisés, no se 
                apartaron de en medio del campamento.   
                14:45 Y descendieron el amalecita y el cananeo que habitaban en 
                aquel monte, y los hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos 
                hasta Horma.  
               
                Capítulo 15 
              
              Leyes sobre las ofrendas  
              15:1 Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              15:2 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis 
              entrado en la tierra de vuestra habitación que yo os doy,  
               
              15:3 y hagáis ofrenda encendida a Jehová, holocausto, 
              o sacrificio, por especial voto, o de vuestra voluntad, o para ofrecer 
              en vuestras fiestas solemnes olor grato a Jehová, de vacas 
              o de ovejas;   
              15:4 entonces el que presente su ofrenda a Jehová traerá 
              como ofrenda la décima parte de un efa   
              de flor de harina, amasada con la cuarta parte de un hin de aceite.  
               
              15:5 De vino para la libación ofrecerás la cuarta 
              parte de un hin, además del holocausto o del sacrificio, 
              por cada cordero.   
              15:6 Por cada carnero harás ofrenda de dos décimas 
              de flor de harina, amasada con la tercera parte de un hin   
              de aceite;   
              15:7 y de vino para la libación ofrecerás la tercera 
              parte de un hin,  
              en olor grato a Jehová.   
              15:8 Cuando ofrecieres novillo en holocausto o sacrificio, por especial 
              voto, o de paz a Jehová,   
              15:9 ofrecerás con el novillo una ofrenda de tres décimas 
              de flor de harina, amasada con la mitad de un hin   
              de aceite;   
              15:10 y de vino para la libación ofrecerás la mitad 
              de un hin, en ofrenda encendida de olor grato a Jehová.  
               
              15:11 Así se hará con cada buey, o carnero, o cordero 
              de las ovejas, o cabrito.   
              15:12 Conforme al número así haréis con cada 
              uno, según el número de ellos.   
              15:13 Todo natural hará estas cosas así, para ofrecer 
              ofrenda encendida de olor grato a Jehová.   
              15:14 Y cuando habitare con vosotros extranjero, o cualquiera que 
              estuviere entre vosotros por vuestras generaciones, si hiciere ofrenda 
              encendida de olor grato a Jehová, como vosotros hiciereis, 
              así hará él.   
              15:15 Un mismo estatuto tendréis vosotros de la congregación 
              y el extranjero que con vosotros mora; será estatuto perpetuo 
              por vuestras generaciones; como vosotros, así será 
              el extranjero delante de Jehová.   
              15:16 Una misma ley y un mismo decreto tendréis, vosotros 
              y el extranjero que con vosotros mora.   
               
              15:17 También habló Jehová a Moisés, 
              diciendo:   
              15:18 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis 
              entrado en la tierra a la cual yo os llevo,   
              15:19 cuando comencéis a comer del pan de la tierra, ofreceréis 
              ofrenda a Jehová.   
              15:20 De lo primero que amaséis, ofreceréis una torta 
              en ofrenda; como la ofrenda de la era, así la ofreceréis.  
               
              15:21 De las primicias de vuestra masa daréis a Jehová 
              ofrenda por vuestras generaciones.   
              15:22 Y cuando errareis, y no hiciereis todos estos mandamientos 
              que Jehová ha dicho a Moisés,   
              15:23 todas las cosas que Jehová os ha mandado por medio 
              de Moisés, desde el día que Jehová lo mandó, 
              y en adelante por vuestras edades,   
              15:24 si el pecado fue hecho por yerro con ignorancia de la congregación, 
              toda la congregación ofrecerá un novillo por holocausto 
              en olor grato a Jehová, con su ofrenda y su libación 
              conforme a la ley, y un macho cabrío en expiación.  
               
              15:25 Y el sacerdote hará expiación por toda la congregación 
              de los hijos de Israel; y les será perdonado, porque yerro 
              es; y ellos traerán sus ofrendas, ofrenda encendida a Jehová, 
              y sus expiaciones delante de Jehová por sus yerros.  
               
              15:26 Y será perdonado a toda la congregación de los 
              hijos de Israel, y al extranjero que mora entre ellos, por cuanto 
              es yerro de todo el pueblo.   
              15:27 Si una persona pecare por yerro, ofrecerá una cabra 
              de un año para expiación.   
              15:28 Y el sacerdote hará expiación por la persona 
              que haya pecado por yerro; cuando pecare por yerro delante de Jehová, 
              la reconciliará, y le será perdonado.   
               
              15:29 El nacido entre los hijos de Israel, y el extranjero que habitare 
              entre ellos, una misma ley tendréis para el que hiciere algo 
              por yerro.   
              15:30 Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el 
              natural como el extranjero, ultraja a Jehová; esa persona 
              será cortada de en medio de su pueblo.   
              15:31 Por cuanto tuvo en poco la palabra de Jehová, y menospreció 
              su mandamiento, enteramente será cortada esa persona; su 
              iniquidad caerá sobre ella.  
              Lapidación de un violador del día de reposo  
                 
               15:32 Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a 
                un hombre que recogía leña en día de reposo.  
                 
                15:33 Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron 
                a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación;  
                 
                15:34 y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado 
                qué se le había de hacer.   
                15:35 Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera 
                aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera 
                del campamento.   
                15:36 Entonces lo sacó la congregación fuera del 
                campamento, y lo apedrearon, y murió, como Jehová 
                mandó a Moisés.  
               Franjas en los vestidos   
               15:37 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:  
                 
                15:38 Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas 
                en los bordes de sus vestidos,  
                por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un 
                cordón de azul.   
                15:39 Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis 
                os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, 
                para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón 
                y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis.  
                 
                15:40 Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, 
                y seáis santos a vuestro Dios.   
                15:41 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la 
                tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Yo Jehová vuestro 
                Dios.  
               
                Capítulo 16 
              
              La rebelión de Coré  
              
              16:1 Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, 
              y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los 
              hijos de Rubén, tomaron gente,   
              16:2 y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta 
              varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, 
              de los del consejo, varones de renombre.   
              16:3 Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: 
              ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, 
              todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; 
              ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre 
              la congregación de Jehová?   
              16:4 Cuando oyó esto Moisés, se postró sobre 
              su rostro;   
              16:5 y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: 
              Mañana mostrará Jehová quién es suyo, 
              y quién es santo, y hará que se acerque a él; 
              al que él escogiere, él lo acercará a sí.  
               
              16:6 Haced esto: tomaos incensarios, Coré y todo su séquito,  
               
              16:7 y poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso delante de 
              Jehová mañana; y el varón a quien Jehová 
              escogiere, aquel será el santo; esto os baste, hijos de Leví.  
               
              16:8 Dijo más Moisés a Coré: Oíd ahora, 
              hijos de Leví:   
              16:9 ¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de 
              la congregación de Israel, acercándoos a él 
              para que ministréis en el servicio del tabernáculo 
              de Jehová, y estéis delante de la congregación 
              para ministrarles,   
              16:10 y que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos 
              de Leví contigo? ¿Procuráis también 
              el sacerdocio?   
              16:11 Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que 
              os juntáis contra Jehová; pues Aarón, ¿qué 
              es, para que contra él murmuréis?   
              16:12 Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram, 
              hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos allá.  
               
              16:13 ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que 
              destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que 
              también te enseñorees de nosotros imperiosamente?  
               
              16:14 Ni tampoco nos has metido tú en tierra que fluya leche 
              y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas. ¿Sacarás 
              los ojos de estos hombres? No subiremos.   
              16:15 Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo 
              a Jehová: No mires a su ofrenda; ni aun un asno he tomado 
              de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal.   
              16:16 Después dijo Moisés a Coré: Tú 
              y todo tu séquito, poneos mañana delante de Jehová; 
              tú, y ellos, y Aarón;   
              16:17 y tomad cada uno su incensario y poned incienso en ellos, 
              y acercaos delante de Jehová cada uno con su incensario, 
              doscientos cincuenta incensarios; tú también, y Aarón, 
              cada uno con su incensario.   
              16:18 Y tomó cada uno su incensario, y pusieron en ellos 
              fuego, y echaron en ellos incienso, y se pusieron a la puerta del 
              tabernáculo de reunión con Moisés y Aarón.  
               
              16:19 Ya Coré había hecho juntar contra ellos toda 
              la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión; 
              entonces la gloria de Jehová apareció a toda la congregación.  
               
              16:20 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, 
              diciendo:   
              16:21 Apartaos de entre esta congregación, y los consumiré 
              en un momento.   
              16:22 Y ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios 
              de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre 
              el que pecó? ¿Por qué airarte contra toda la 
              congregación?   
              16:23 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              16:24 Habla a la congregación y diles: Apartaos de en derredor 
              de la tienda de Coré, Datán y Abiram.   
              16:25 Entonces Moisés se levantó y fue a Datán 
              y a Abiram, y los ancianos de Israel fueron en pos de él.  
               
              16:26 Y él habló a la congregación, diciendo: 
              Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres impíos, y 
              no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis 
              en todos sus pecados.   
              16:27 Y se apartaron de las tiendas de Coré, de Datán 
              y de Abiram en derredor; y Datán y Abiram salieron y se pusieron 
              a las puertas de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos.  
               
              16:28 Y dijo Moisés: En esto conoceréis que Jehová 
              me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice 
              de mi propia voluntad.   
              16:29 Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o 
              si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, 
              Jehová no me envió.   
              16:30 Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere 
              su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos 
              al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron 
              a Jehová.   
              16:31 Y aconteció que cuando cesó él de hablar 
              todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo 
              de ellos.   
              16:32 Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, 
              a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes.  
               
              16:33 Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos 
              al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio 
              de la congregación.   
              16:34 Y todo Israel, los que estaban en derredor de ellos, huyeron 
              al grito de ellos; porque decían: No nos trague también 
              la tierra.  
              16:35 También salió fuego de delante de Jehová, 
              y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían 
              el incienso.   
              16:36 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              16:37 Di a Eleazar hijo del sacerdote Aarón, que tome los 
              incensarios de en medio del incendio, y derrame más allá 
              el fuego; porque son santificados   
              16:38 los incensarios de estos que pecaron contra sus almas; y harán 
              de ellos planchas batidas para cubrir el altar; por cuanto ofrecieron 
              con ellos delante de Jehová, son santificados, y serán 
              como señal a los hijos de Israel.   
              16:39 Y el sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce 
              con que los quemados habían ofrecido; y los batieron para 
              cubrir el altar,   
              16:40 en recuerdo para los hijos de Israel, de que ningún 
              extraño que no sea de la descendencia de Aarón se 
              acerque para ofrecer incienso delante de Jehová, para que 
              no sea como Coré y como su séquito; según se 
              lo dijo Jehová por medio de Moisés.   
              16:41 El día siguiente, toda la congregación de los 
              hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, 
              diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová.  
               
              16:42 Y aconteció que cuando se juntó la congregación 
              contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo 
              de reunión, y he aquí la nube lo había cubierto, 
              y apareció la gloria de Jehová.   
              16:43 Y vinieron Moisés y Aarón delante del tabernáculo 
              de reunión.   
              16:44 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              16:45 Apartaos de en medio de esta congregación, y los consumiré 
              en un momento. Y ellos se postraron sobre sus rostros.   
              16:46 Y dijo Moisés a Aarón: Toma el incensario, y 
              pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, 
              y ve pronto a la congregación, y haz expiación por 
              ellos, porque el furor ha salido de la presencia de Jehová; 
              la mortandad ha comenzado.   
              16:47 Entonces tomó Aarón el incensario, como Moisés 
              dijo, y corrió en medio de la congregación; y he aquí 
              que la mortandad había comenzado en el pueblo; y él 
              puso incienso, e hizo expiación por el pueblo,   
              16:48 y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó la 
              mortandad.   
              16:49 Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil 
              setecientos, sin los muertos por la rebelión de Coré.  
               
              16:50 Después volvió Aarón a Moisés 
              a la puerta del tabernáculo de reunión, cuando la 
              mortandad había cesado.  
              
                Capítulo 17
              
              La vara de Aarón florece   
              
              17:1 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo:  
               
              17:2 Habla a los hijos de Israel, y toma de ellos una vara por cada 
              casa de los padres, de todos los príncipes de ellos, doce 
              varas conforme a las casas de sus padres; y escribirás el 
              nombre de cada uno sobre su vara.   
              17:3 Y escribirás el nombre de Aarón sobre la vara 
              de Leví; porque cada jefe de familia de sus padres tendrá 
              una vara.   
              17:4 Y las pondrás en el tabernáculo de reunión 
              delante del testimonio, donde yo me manifestaré a vosotros.  
               
              17:5 Y florecerá la vara del varón que yo escoja, 
              y haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos 
              de Israel con que murmuran contra vosotros.   
              17:6 Y Moisés habló a los hijos de Israel, y todos 
              los príncipes de ellos le dieron varas; cada príncipe 
              por las casas de sus padres una vara, en total doce varas; y la 
              vara de Aarón estaba entre las varas de ellos.   
              17:7 Y Moisés puso las varas delante de Jehová en 
              el tabernáculo del testimonio.   
              17:8 Y aconteció que el día siguiente vino Moisés 
              al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara 
              de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, 
              y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras.  
              17:9 Entonces sacó Moisés todas las varas de delante 
              de Jehová a todos los hijos de Israel; y ellos lo vieron, 
              y tomaron cada uno su vara.   
              17:10 Y Jehová dijo a Moisés: Vuelve la vara de Aarón 
              delante del testimonio,  
              para que se guarde por señal a los hijos rebeldes; y harás 
              cesar sus quejas de delante de mí, para que no mueran.  
               
              17:11 E hizo Moisés como le mandó Jehová, así 
              lo hizo.   
              17:12 Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés, diciendo: 
              He aquí nosotros somos muertos, perdidos somos, todos nosotros 
              somos perdidos.   
              17:13 Cualquiera que se acercare, el que viniere al tabernáculo 
              de Jehová, morirá. ¿Acabaremos por perecer 
              todos?  
              
                Capítulo 18 
              
              Sostenimiento de sacerdotes y levitas  
              
              18:1 Jehová dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y 
              la casa de tu padre contigo, llevaréis el pecado del santuario; 
              y tú y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro 
              sacerdocio.   
              18:2 Y a tus hermanos también, la tribu de Leví, la 
              tribu de tu padre, haz que se acerquen a ti y se junten contigo, 
              y te servirán; y tú y tus hijos contigo serviréis 
              delante del tabernáculo del testimonio.   
              18:3 Y guardarán lo que tú ordenes, y el cargo de 
              todo el tabernáculo; mas no se acercarán a los utensilios 
              santos ni al altar, para que no mueran ellos y vosotros.   
              18:4 Se juntarán, pues, contigo, y tendrán el cargo 
              del tabernáculo de reunión en todo el servicio del 
              tabernáculo; ningún extraño se ha de acercar 
              a vosotros.   
              18:5 Y tendréis el cuidado del santuario, y el cuidado del 
              altar, para que no venga más la ira sobre los hijos de Israel.  
               
              18:6 Porque he aquí, yo he tomado a vuestros hermanos los 
              levitas de entre los hijos de Israel, dados a vosotros en don de 
              Jehová, para que sirvan en el ministerio del tabernáculo 
              de reunión.   
              18:7 Mas tú y tus hijos contigo guardaréis vuestro 
              sacerdocio en todo lo relacionado con el altar, y del velo adentro, 
              y ministraréis. Yo os he dado en don el servicio de vuestro 
              sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.  
               
              18:8 Dijo más Jehová a Aarón: He aquí 
              yo te he dado también el cuidado de mis ofrendas; todas las 
              cosas consagradas de los hijos de Israel te he dado por razón 
              de la unción, y a tus hijos, por estatuto perpetuo.  
               
              18:9 Esto será tuyo de la ofrenda de las cosas santas, reservadas 
              del fuego; toda ofrenda de ellos, todo presente suyo, y toda expiación 
              por el pecado de ellos, y toda expiación por la culpa de 
              ellos, que me han de presentar, será cosa muy santa para 
              ti y para tus hijos.   
              18:10 En el santuario la comerás; todo varón comerá 
              de ella; cosa santa será para ti.   
              18:11 Esto también será tuyo: la ofrenda elevada de 
              sus dones, y todas las ofrendas mecidas de los hijos de Israel, 
              he dado a ti y a tus hijos y a tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; 
              todo limpio en tu casa comerá de ellas.   
              18:12 De aceite, de mosto y de trigo, todo lo más escogido, 
              las primicias de ello, que presentarán a Jehová, para 
              ti las he dado.   
              18:13 Las primicias de todas las cosas de la tierra de ellos, las 
              cuales traerán a Jehová, serán tuyas; todo 
              limpio en tu casa comerá de ellas.   
              18:14 Todo lo consagrado por voto   
              en Israel será tuyo.   
              18:15 Todo lo que abre matriz, de toda carne que ofrecerán 
              a Jehová, así de hombres como de animales, será 
              tuyo; pero harás que se redima el primogénito del 
              hombre; también harás redimir el primogénito 
              de animal inmundo.   
              18:16 De un mes harás efectuar el rescate de ellos, conforme 
              a tu estimación, por el precio de cinco siclos,  
              conforme al siclo del santuario, que es de veinte geras.   
              18:17 Mas el primogénito de vaca, el primogénito de 
              oveja y el primogénito de cabra, no redimirás; santificados 
              son; la sangre de ellos rociarás sobre el altar, y quemarás 
              la grosura de ellos, ofrenda encendida en olor grato a Jehová.  
               
              18:18 Y la carne de ellos será tuya; como el pecho de la 
              ofrenda mecida y como la espaldilla derecha, será tuya.  
               
              18:19 Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos 
              de Israel ofrecieren a Jehová, las he dado para ti, y para 
              tus hijos y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; pacto 
              de sal perpetuo es delante de Jehová para ti y para tu descendencia 
              contigo.   
              18:20 Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos 
              no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. 
              Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.  
               
              18:21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos 
              los diezmos    
              en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven 
              en el ministerio del tabernáculo de reunión.  
               
              18:22 Y no se acercarán más los hijos de Israel al 
              tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado 
              por el cual mueran.   
              18:23 Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo 
              de reunión, y ellos llevarán su iniquidad; estatuto 
              perpetuo para vuestros descendientes; y no poseerán heredad 
              entre los hijos de Israel.   
              18:24 Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los 
              hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda; 
              por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán 
              heredad.   
              18:25 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:  
               
              18:26 Así hablarás a los levitas, y les dirás: 
              Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he 
              dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis 
              de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de los diezmos.  
               
              18:27 Y se os contará vuestra ofrenda como grano de la era, 
              y como producto del lagar.   
              18:28 Así ofreceréis también vosotros ofrenda 
              a Jehová de todos vuestros diezmos que recibáis de 
              los hijos de Israel; y daréis de ellos la ofrenda de Jehová 
              al sacerdote Aarón.   
              18:29 De todos vuestros dones ofreceréis toda ofrenda a Jehová; 
              de todo lo mejor de ellos ofreceréis la porción que 
              ha de ser consagrada.   
              18:30 Y les dirás: Cuando ofreciereis lo mejor de ellos, 
              será contado a los levitas como producto de la era, y como 
              producto del lagar.   
              18:31 Y lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras 
              familias; pues es vuestra remuneración por vuestro ministerio 
              en el tabernáculo de reunión.   
              18:32 Y no llevaréis pecado por ello, cuando hubiereis ofrecido 
              la mejor parte de él; y no contaminaréis las cosas 
              santas de los hijos de Israel, y no moriréis.  
                
              
                Capítulo 19
              
              La purificación de los inmundos  
               
              
              19:1 Jehová habló a Moisés y a Aarón, 
              diciendo:   
              19:2 Esta es la ordenanza de la ley que Jehová ha prescrito, 
              diciendo: Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca alazana, 
              perfecta, en la cual no haya falta, sobre la cual no se haya puesto 
              yugo;   
              19:3 y la daréis a Eleazar el sacerdote, y él la sacará 
              fuera del campamento, y la hará degollar en su presencia.  
               
              19:4 Y Eleazar el sacerdote tomará de la sangre con su dedo, 
              y rociará hacia la parte delantera del tabernáculo 
              de reunión con la sangre de ella siete veces;   
              19:5 y hará quemar la vaca ante sus ojos; su cuero y su carne 
              y su sangre, con su estiércol, hará quemar.  
               
              19:6 Luego tomará el sacerdote madera de cedro, e hisopo, 
              y escarlata, y lo echará en medio del fuego en que arde la 
              vaca.   
              19:7 El sacerdote lavará luego sus vestidos, lavará 
              también su cuerpo con agua, y después entrará 
              en el campamento; y será inmundo el sacerdote hasta la noche.  
               
              19:8 Asimismo el que la quemó lavará sus vestidos 
              en agua, también lavará en agua su cuerpo, y será 
              inmundo hasta la noche.   
              19:9 Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y 
              las pondrá fuera del campamento en lugar limpio, y las guardará 
              la congregación de los hijos de Israel para el agua de purificación; 
              es una expiación.   
               
              19:10 Y el que recogió las cenizas de la vaca lavará 
              sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; y será 
              estatuto perpetuo para los hijos de Israel, y para el extranjero 
              que mora entre ellos.   
              19:11 El que tocare cadáver de cualquier persona será 
              inmundo siete días.   
              19:12 Al tercer día se purificará con aquella agua, 
              y al séptimo día será limpio; y si al tercer 
              día no se purificare, no será limpio al séptimo 
              día.   
              19:13 Todo aquel que tocare cadáver de cualquier persona, 
              y no se purificare, el tabernáculo de Jehová contaminó, 
              y aquella persona será cortada de Israel; por cuanto el agua 
              de la purificación no fue rociada sobre él, inmundo 
              será, y su inmundicia será sobre él.  
               
              19:14 Esta es la ley para cuando alguno muera en la tienda: cualquiera 
              que entre en la tienda, y todo el que esté en ella, será 
              inmundo siete días.   
              19:15 Y toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien ajustada, 
              será inmunda;   
              19:16 y cualquiera que tocare algún muerto a espada sobre 
              la faz del campo, o algún cadáver, o hueso humano, 
              o sepulcro, siete días será inmundo.   
              19:17 Y para el inmundo tomarán de la ceniza de la vaca quemada 
              de la expiación, y echarán sobre ella agua corriente 
              en un recipiente;   
              19:18 y un hombre limpio tomará hisopo, y lo mojará 
              en el agua, y rociará sobre la tienda, sobre todos los muebles, 
              sobre las personas que allí estuvieren, y sobre aquel que 
              hubiere tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto, o el sepulcro.  
               
              19:19 Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al 
              séptimo día; y cuando lo haya purificado al día 
              séptimo, él lavará luego sus vestidos, y a 
              sí mismo se lavará con agua, y será limpio 
              a la noche.   
              19:20 Y el que fuere inmundo, y no se purificare, la tal persona 
              será cortada de entre la congregación, por cuanto 
              contaminó el tabernáculo de Jehová; no fue 
              rociada sobre él el agua de la purificación; es inmundo.  
               
              19:21 Les será estatuto perpetuo; también el que rociare 
              el agua de la purificación lavará sus vestidos; y 
              el que tocare el agua de la purificación será inmundo 
              hasta la noche.   
              19:22 Y todo lo que el inmundo tocare, será inmundo; y la 
              persona que lo tocare será inmunda hasta la noche.  
              
                Capítulo 20
              
              Agua de la roca  
              
              20:1 Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, 
              al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo 
              en Cades; y allí murió María, y allí 
              fue sepultada.   
              20:2 Y porque no había agua para la congregación, 
              se juntaron contra Moisés y Aarón.   
              20:3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá 
              hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante 
              de Jehová!   
              20:4 ¿Por qué hiciste venir la congregación 
              de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros 
              y nuestras bestias?   
              20:5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para 
              traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, 
              de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.  
               
              20:6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación 
              a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron 
              sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció 
              sobre ellos.   
              20:7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:  
               
              20:8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú 
              y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de 
              ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de 
              la peña, y darás de beber a la congregación 
              y a sus bestias.   
              20:9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, 
              como él le mandó.   
              20:10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación 
              delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, 
              rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?  
               
              20:11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó 
              la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y 
              bebió la congregación, y sus bestias.   
              20:12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por 
              cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante 
              de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación 
              en la tierra que les he dado.   
              20:13 Estas son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron 
              los hijos de Israel con Jehová, y él se santificó 
              en ellos.   
              Edom rehúsa dar paso a Israel   
               20:14 Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde 
                Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano: Tú 
                has sabido todo el trabajo que nos ha venido;   
                20:15 cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y estuvimos 
                en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros 
                padres;   
                20:16 y clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, 
                y envió un ángel, y nos sacó de Egipto; y 
                he aquí estamos en Cades, ciudad cercana a tus fronteras.  
                 
                20:17 Te rogamos que pasemos por tu tierra. No pasaremos por labranza, 
                ni por viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino 
                real iremos, sin apartarnos a diestra ni a siniestra, hasta que 
                hayamos pasado tu territorio.   
                20:18 Edom le respondió: No pasarás por mi país; 
                de otra manera, saldré contra ti armado.   
                20:19 Y los hijos de Israel dijeron: Por el camino principal iremos; 
                y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré 
                el precio de ellas; déjame solamente pasar a pie, nada 
                más.   
                20:20 Pero él respondió: No pasarás. Y salió 
                Edom contra él con mucho pueblo, y mano fuerte.   
                20:21 No quiso, pues, Edom dejar pasar a Israel por su territorio, 
                y se desvió Israel de él.  
               Aarón muere en el Monte Hor   
               20:22 Y partiendo de Cades los hijos de Israel, toda aquella 
                congregación, vinieron al monte de Hor.   
                20:23 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón 
                en el monte de Hor, en la frontera de la tierra de Edom, diciendo:  
                 
                20:24 Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará 
                en la tierra que yo di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis 
                rebeldes a mi mandamiento en las aguas de la rencilla.   
                20:25 Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir 
                al monte de Hor,   
                20:26 y desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con 
                ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido 
                a su pueblo, y allí morirá.   
                20:27 Y Moisés hizo como Jehová le mandó; 
                y subieron al monte de Hor a la vista de toda la congregación.  
                 
                20:28 Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, 
                y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murió 
                allí en la cumbre del monte,   
                y Moisés y Eleazar descendieron del monte.   
                20:29 Y viendo toda la congregación que Aarón había 
                muerto, le hicieron duelo por treinta días todas la familias 
                de Israel.  
               
                Capítulo 21 
              
              El rey de Arad ataca a Israel  
              21:1 Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, 
              oyó que venía Israel   
              por el camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó 
              de él prisioneros.   
              21:2 Entonces Israel hizo voto a Jehová, y dijo: Si en efecto 
              entregares este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades.  
               
              21:3 Y Jehová escuchó la voz de Israel, y entregó 
              al cananeo, y los destruyó a ellos y a sus ciudades; y llamó 
              el nombre de aquel lugar Horma.  
              La serpiente de bronce  
               21:4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar 
                Rojo, para rodear la tierra de Edom;  
                y se desanimó el pueblo por el camino.   
                21:5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: 
                ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos 
                en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene 
                fastidio de este pan tan liviano.   
                21:6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, 
                que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.  
                 
                21:7 Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado 
                por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová 
                que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró 
                por el pueblo.   
                21:8 Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente 
                ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido 
                y mirare a ella, vivirá.   
                21:9 Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre 
                una asta;  
                y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la 
                serpiente de bronce, y vivía.  
               Los israelitas rodean la tierra de Moab   
               21:10 Después partieron los hijos de Israel y acamparon 
                en Obot.   
                21:11 Y partiendo de Obot, acamparon en Ije-abarim, en el desierto 
                que está enfrente de Moab, al nacimiento del sol.  
                 
                21:12 Partieron de allí, y acamparon en el valle de Zered.  
                 
                21:13 De allí partieron, y acamparon al otro lado de Arnón, 
                que está en el desierto, y que sale del territorio del 
                amorreo; porque Arnón es límite de Moab, entre Moab 
                y el amorreo.   
                21:14 Por tanto se dice en el libro de las batallas de Jehová:  
                 
                Lo que hizo en el Mar Rojo,   
                Y en los arroyos de Arnón;   
                21:15 Y a la corriente de los arroyos   
                Que va a parar en Ar,   
                Y descansa en el límite de Moab.  
                21:16 De allí vinieron a Beer: este es el pozo del cual 
                Jehová dijo a Moisés: Reúne al pueblo, y 
                les daré agua.   
                21:17 Entonces, cantó Israel este cántico:  
                 
                Sube, oh pozo; a él cantad;  
                21:18 Pozo, el cual cavaron los señores.   
                Lo cavaron los príncipes del pueblo,   
                Y el legislador, con sus báculos.   
                Del desierto vinieron a Matana,  
                21:19 y de Matana a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot;   
                21:20 y de Bamot al valle que está en los campos de Moab, 
                y a la cumbre de Pisga, que mira hacia el desierto.  
               Israel derrota a Sehón   
                (Dt. 2.26-37)  
               21:21 Entonces envió Israel embajadores a Sehón 
                rey de los amorreos, diciendo:   
                21:22 Pasaré por tu tierra; no nos iremos por los sembrados, 
                ni por las viñas; no beberemos las aguas de los pozos; 
                por el camino real iremos, hasta que pasemos tu territorio.  
                 
                21:23 Mas Sehón no dejó pasar a Israel por su territorio, 
                sino que juntó Sehón todo su pueblo y salió 
                contra Israel en el desierto, y vino a Jahaza y peleó contra 
                Israel.   
                21:24 Y lo hirió Israel a filo de espada, y tomó 
                su tierra desde Arnón hasta Jaboc, hasta los hijos de Amón; 
                porque la frontera de los hijos de Amón era fuerte.  
                 
                21:25 Y tomó Israel todas estas ciudades, y habitó 
                Israel en todas las ciudades del amorreo, en Hesbón y en 
                todas sus aldeas.   
                21:26 Porque Hesbón era la ciudad de Sehón rey de 
                los amorreos, el cual había tenido guerra antes con el 
                rey de Moab, y tomado de su poder toda su tierra hasta Arnón.  
                 
                21:27 Por tanto dicen los proverbistas:   
                Venid a Hesbón,   
                Edifíquese y repárese la ciudad de Sehón. 
                 
                21:28 Porque fuego salió de Hesbón,  
                 
                Y llama de la ciudad de Sehón,   
                Y consumió a Ar de Moab,   
                A los señores de las alturas de Arnón.  
                 
                21:29 ¡Ay de ti, Moab!   
                Pereciste, pueblo de Quemos.   
                Fueron puestos sus hijos en huida,   
                Y sus hijas en cautividad,   
                Por Sehón rey de los amorreos.   
                21:30 Mas devastamos el reino de ellos;   
                Pereció Hesbón hasta Dibón,  
                 
                Y destruimos hasta Nofa y Medeba.  
               Israel derrota a Og de Basán   
                (Dt. 3.1-11)  
               21:31 Así habitó Israel en la tierra del amorreo.  
                 
                21:32 También envió Moisés a reconocer a 
                Jazer; y tomaron sus aldeas, y echaron al amorreo que estaba allí.  
                 
                21:33 Y volvieron, y subieron camino de Basán; y salió 
                contra ellos Og rey de Basán, él y todo su pueblo, 
                para pelear en Edrei.   
                21:34 Entonces Jehová dijo a Moisés: No le tengas 
                miedo, porque en tu mano lo he entregado, a él y a todo 
                su pueblo, y a su tierra; y harás de él como hiciste 
                de Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.  
                 
                21:35 E hirieron a él y a sus hijos, y a toda su gente, 
                sin que le quedara uno, y se apoderaron de su tierra.  
               
                Capítulo 22 
              
              Balac manda llamar a Balaam   
              
              22:1 Partieron los hijos de Israel, y acamparon en los campos de 
              Moab junto al Jordán, frente a Jericó.  
              22:2 Y vio Balac hijo de Zipor todo lo que Israel había hecho 
              al amorreo.   
              22:3 Y Moab tuvo gran temor a causa del pueblo, porque era mucho; 
              y se angustió Moab a causa de los hijos de Israel.  
               
              22:4 Y dijo Moab a los ancianos de Madián: Ahora lamerá 
              esta gente todos nuestros contornos, como lame el buey la grama 
              del campo. Y Balac hijo de Zipor era entonces rey de Moab.  
              22:5 Por tanto, envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en 
              Petor, que está junto al río en la tierra de los hijos 
              de su pueblo, para que lo llamasen, diciendo: Un pueblo ha salido 
              de Egipto, y he aquí cubre la faz de la tierra, y habita 
              delante de mí.   
              22:6 Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque 
              es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo 
              de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas será 
              bendito, y el que tú maldigas será maldito.  
               
              22:7 Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián 
              con las dádivas de adivinación en su mano, y llegaron 
              a Balaam y le dijeron las palabras de Balac.   
              22:8 El les dijo: Reposad aquí esta noche, y yo os daré 
              respuesta según Jehová me hablare. Así los 
              príncipes de Moab se quedaron con Balaam.   
              22:9 Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones 
              son estos que están contigo?   
              22:10 Y Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey 
              de Moab, ha enviado a decirme:   
              22:11 He aquí, este pueblo que ha salido de Egipto cubre 
              la faz de la tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo; quizá 
              podré pelear contra él y echarlo.   
              22:12 Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas 
              al pueblo, porque bendito es.   
              22:13 Así Balaam se levantó por la mañana y 
              dijo a los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, 
              porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros.   
              22:14 Y los príncipes de Moab se levantaron, y vinieron a 
              Balac y dijeron: Balaam no quiso venir con nosotros.   
              22:15 Volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, 
              y más honorables que los otros;   
              22:16 los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice 
              Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí;  
               
              22:17 porque sin duda te honraré mucho, y haré todo 
              lo que me digas; ven, pues, ahora, maldíceme a este pueblo. 
               
              22:18 Y Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aunque 
              Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar 
              la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande.  
               
              22:19 Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí 
              esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir Jehová.  
               
              22:20 Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieron para 
              llamarte estos hombres, levántate y vete con ellos; pero 
              harás lo que yo te diga.  
              El ángel y el asna de Balaam   
               22:21 Así Balaam se levantó por la mañana, 
                y enalbardó su asna y fue con los príncipes de Moab.  
                 
                22:22 Y la ira de Dios se encendió porque él iba; 
                y el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario 
                suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él 
                dos criados suyos.   
                22:23 Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba 
                en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó 
                el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó 
                Balaam al asna para hacerla volver al camino.   
                22:24 Pero el ángel de Jehová se puso en una senda 
                de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro.  
                 
                22:25 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se pegó 
                a la pared, y apretó contra la pared el pie de Balaam; 
                y él volvió a azotarla.   
                22:26 Y el ángel de Jehová pasó más 
                allá, y se puso en una angostura donde no había 
                camino para apartarse ni a derecha ni a izquierda.   
                22:27 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se echó 
                debajo de Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna 
                con un palo.   
                22:28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la 
                cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has 
                azotado estas tres veces?   
                22:29 Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado 
                de mí. ¡Ojalá tuviera espada en mi mano, que 
                ahora te mataría!   
                22:30 Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre 
                mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este 
                día; ¿he acostumbrado hacerlo así contigo? 
                Y él respondió: No.   
                22:31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, 
                y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, 
                y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, 
                y se inclinó sobre su rostro.   
                22:32 Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por 
                qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí 
                yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante 
                de mí.   
                22:33 El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de 
                mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, 
                yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría 
                viva.   
                22:34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He 
                pecado, porque no sabía que tú te ponías 
                delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal, 
                yo me volveré.   
                22:35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Ve con 
                esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. 
                Así Balaam fue con los príncipes de Balac.  
                 
                22:36 Oyendo Balac que Balaam venía, salió a recibirlo 
                a la ciudad de Moab, que está junto al límite de 
                Arnón, que está al extremo de su territorio.  
                 
                22:37 Y Balac dijo a Balaam: ¿No envié yo a llamarte? 
                ¿Por qué no has venido a mí? ¿No puedo 
                yo honrarte?   
                22:38 Balaam respondió a Balac: He aquí yo he venido 
                a ti; mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra 
                que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré.   
                22:39 Y fue Balaam con Balac, y vinieron a Quiriat-huzot.  
                 
                22:40 Y Balac hizo matar bueyes y ovejas, y envió a Balaam, 
                y a los príncipes que estaban con él.  
               Balaam bendice a Israel   
               22:41 El día siguiente, Balac tomó a Balaam y lo 
                hizo subir a Bamot-baal, y desde allí vio a los más 
                cercanos del pueblo.  
               
                Capítulo 23 
              
              
              23:1 Y Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, 
              y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.  
               
              23:2 Balac hizo como le dijo Balaam; y ofrecieron Balac y Balaam 
              un becerro y un carnero en cada altar.   
              23:3 Y Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré; 
              quizá Jehová me vendrá al encuentro, y cualquiera 
              cosa que me mostrare, te avisaré. Y se fue a un monte descubierto.  
               
              23:4 Y vino Dios al encuentro de Balaam, y éste le dijo: 
              Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro 
              y un carnero.   
              23:5 Y Jehová puso palabra en la boca de Balaam, y le dijo: 
              Vuelve a Balac, y dile así.   
              23:6 Y volvió a él, y he aquí estaba él 
              junto a su holocausto, él y todos los príncipes de 
              Moab.   
              23:7 Y él tomó su parábola, y dijo:   
              De Aram me trajo Balac,   
              Rey de Moab, de los montes del oriente;   
              Ven, maldíceme a Jacob,   
              Y ven, execra a Israel.   
              23:8 ¿Por qué maldeciré yo al que Dios no 
              maldijo?   
              ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no 
              ha execrado?   
              23:9 Porque de la cumbre de las peñas lo veré,  
               
              Y desde los collados lo miraré;   
              He aquí un pueblo que habitará confiado,  
               
              Y no será contado entre las naciones.   
              23:10 ¿Quién contará el polvo de Jacob,  
               
              O el número de la cuarta parte de Israel?   
              Muera yo la muerte de los rectos,   
              Y mi postrimería sea como la suya.   
              23:11 Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué me has hecho? 
              Te he traído para que maldigas a mis enemigos, y he aquí 
              has proferido bendiciones.   
              23:12 El respondió y dijo: ¿No cuidaré de decir 
              lo que Jehová ponga en mi boca?   
              23:13 Y dijo Balac: Te ruego que vengas conmigo a otro lugar desde 
              el cual los veas; solamente los más cercanos verás, 
              y no los verás todos; y desde allí me los maldecirás.  
               
              23:14 Y lo llevó al campo de Zofim, a la cumbre de Pisga, 
              y edificó siete altares, y ofreció un becerro y un 
              carnero en cada altar.   
              23:15 Entonces él dijo a Balac: Ponte aquí junto a 
              tu holocausto, y yo iré a encontrar a Dios allí.  
               
              23:16 Y Jehová salió al encuentro de Balaam, y puso 
              palabra en su boca, y le dijo: Vuelve a Balac, y dile así.  
               
              23:17 Y vino a él, y he aquí que él estaba 
              junto a su holocausto, y con él los príncipes de Moab; 
              y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho Jehová?  
               
              23:18 Entonces él tomó su parábola, y dijo:  
               
              Balac, levántate y oye;   
              Escucha mis palabras, hijo de Zipor:   
              23:19 Dios no es hombre, para que mienta,   
              Ni hijo de hombre para que se arrepienta.   
              El dijo, ¿y no hará?   
              Habló, ¿y no lo ejecutará?   
              23:20 He aquí, he recibido orden de bendecir;  
               
              El dio bendición, y no podré revocarla.  
               
              23:21 No ha notado iniquidad en Jacob,   
              Ni ha visto perversidad en Israel.   
              Jehová su Dios está con él,   
              Y júbilo de rey en él.   
              23:22 Dios los ha sacado de Egipto;   
              Tiene fuerzas como de búfalo.   
              23:23 Porque contra Jacob no hay agüero,   
              Ni adivinación contra Israel.   
              Como ahora, será dicho de Jacob y de Israel:  
               
              ¡Lo que ha hecho Dios!   
              23:24 He aquí el pueblo que como león se levantará,  
               
              Y como león se erguirá;   
              No se echará hasta que devore la presa,   
              Y beba la sangre de los muertos.   
              23:25 Entonces Balac dijo a Balaam: Ya que no lo maldices, tampoco 
              lo bendigas.   
              23:26 Balaam respondió y dijo a Balac: ¿No te he dicho 
              que todo lo que Jehová me diga, eso tengo que hacer?  
               
              23:27 Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré 
              a otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde 
              allí me lo maldigas.   
              23:28 Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira 
              hacia el desierto.   
              23:29 Entonces Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí 
              siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete 
              carneros.   
              23:30 Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro 
              y un carnero en cada altar.  
              
                Capítulo 24 
              
              
              24:1 Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que 
              él bendijese a Israel, no fue, como la primera y segunda 
              vez, en busca de agüero, sino que puso su rostro hacia el desierto;  
               
              24:2 y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y 
              el Espíritu de Dios vino sobre él.   
              24:3 Entonces tomó su parábola, y dijo:   
              Dijo Balaam hijo de Beor,   
              Y dijo el varón de ojos abiertos;   
              24:4 Dijo el que oyó los dichos de Dios,   
              El que vio la visión del Omnipotente;   
              Caído, pero abiertos los ojos:   
              24:5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob,  
               
              Tus habitaciones, oh Israel!  
              24:6 Como arroyos están extendidas,   
              Como huertos junto al río,   
              Como áloes plantados por Jehová,   
              Como cedros junto a las aguas.   
              24:7 De sus manos destilarán aguas,   
              Y su descendencia será en muchas aguas;   
              Enaltecerá su rey más que Agag,   
              Y su reino será engrandecido.  
              24:8 Dios lo sacó de Egipto;   
              Tiene fuerzas como de búfalo.   
              Devorará a las naciones enemigas,   
              Desmenuzará sus huesos,  
              Y las traspasará con sus saetas.   
              24:9 Se encorvará para echarse como león,  
               
              Y como leona; ¿quién lo despertará?   
               
              Benditos los que te bendijeren,   
              Y malditos los que te maldijeren.   
              Profecía de Balaam   
               24:10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, 
                y batiendo sus manos le dijo: Para maldecir a mis enemigos te 
                he llamado, y he aquí los has bendecido ya tres veces.  
                 
                24:11 Ahora huye a tu lugar; yo dije que te honraría, mas 
                he aquí que Jehová te ha privado de honra.  
                 
                24:12 Y Balaam le respondió: ¿No lo declaré 
                yo también a tus mensajeros que me enviaste, diciendo:  
                 
                24:13 Si Balac me diese su casa llena de plata y oro, yo no podré 
                traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala 
                de mi arbitrio, mas lo que hable Jehová, eso diré 
                yo?   
                24:14 He aquí, yo me voy ahora a mi pueblo; por tanto, 
                ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo 
                en los postreros días.   
                24:15 Y tomó su parábola, y dijo:   
                Dijo Balaam hijo de Beor,   
                Dijo el varón de ojos abiertos;   
                24:16 Dijo el que oyó los dichos de Jehová,  
                 
                Y el que sabe la ciencia del Altísimo,   
                El que vio la visión del Omnipotente;   
                Caído, pero abiertos los ojos:   
                24:17 Lo veré, mas no ahora;   
                Lo miraré, mas no de cerca;   
                Saldrá ESTRELLA de Jacob,   
                Y se levantará cetro de Israel,   
                Y herirá las sienes de Moab,   
                Y destruirá a todos los hijos de Set.   
                24:18 Será tomada Edom,   
                Será también tomada Seir por sus enemigos,  
                 
                E Israel se portará varonilmente.   
                24:19 De Jacob saldrá el dominador,   
                Y destruirá lo que quedare de la ciudad.   
                24:20 Y viendo a Amalec, tomó su parábola y dijo: 
                 
                Amalec, cabeza de naciones;  
                Mas al fin perecerá para siempre.  
                24:21 Y viendo al ceneo, tomó su parábola y dijo: 
                 
                Fuerte es tu habitación;  
                Pon en la peña tu nido;  
                24:22 Porque el ceneo será echado,  
                Cuando Asiria te llevará cautivo.  
                24:23 Tomó su parábola otra vez, y dijo:  
                ¡Ay! ¿quién vivirá cuando hiciere 
                Dios estas cosas?  
                24:24 Vendrán naves de la costa de Quitim,  
                Y afligirán a Asiria, afligirán también 
                a Heber;  
                Mas él también perecerá para siempre. 
                 
                24:25 Entonces se levantó Balaam y se fue,  
                y volvió a su lugar; y también Balac se fue por 
                su amino.  
               
                Capítulo 25
              
              Israel acude a Baal-peor  
              
              25:1 Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar 
              con las hijas de Moab,   
              25:2 las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; 
              y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses.  
               
              25:3 Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor 
              de Jehová se encendió contra Israel.   
              25:4 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes 
              del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, 
              y el ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel.  
               
              25:5 Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Matad cada 
              uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor.  
               
              25:6 Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino 
              y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y 
              de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras 
              lloraban ellos a la puerta del tabernáculo de reunión.  
               
              25:7 Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, 
              y se levantó de en medio de la congregación, y tomó 
              una lanza en su mano;   
              25:8 y fue tras el varón de Israel a la tienda, y los alanceó 
              a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. 
              Y cesó la mortandad de los hijos de Israel.   
              25:9 Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil.   
              25:10 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              25:11 Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha 
              hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre 
              ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de 
              Israel.   
              25:12 Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de 
              paz con él;   
              25:13 y tendrá él, y su descendencia después 
              de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo 
              celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.  
               
              25:14 Y el nombre del varón que fue muerto con la madianita 
              era Zimri hijo de Salu, jefe de una familia de la tribu de Simeón.  
               
              25:15 Y el nombre de la mujer madianita muerta era Cozbi hija de 
              Zur, príncipe de pueblos, padre de familia en Madián.  
               
              25:16 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              25:17 Hostigad a los madianitas, y heridlos,   
              25:18 por cuanto ellos os afligieron a vosotros con sus ardides 
              con que os han engañado en lo tocante a Baal-peor, y en lo 
              tocante a Cozbi hija del príncipe de Madián, su hermana, 
              la cual fue muerta el día de la mortandad por causa de Baal-peor.  
              
                Capítulo 26
              
              Censo del pueblo en Moab   
              
              26:1 Aconteció después de la mortandad, que Jehová 
              habló a Moisés y a Eleazar hijo del sacerdote Aarón, 
              diciendo:   
              26:2 Tomad el censo   
              de toda la congregación de los hijos de Israel, de veinte 
              años arriba, por las casas de sus padres, todos los que pueden 
              salir a la guerra en Israel.   
              26:3 Y Moisés y el sacerdote Eleazar hablaron con ellos en 
              los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó, 
              diciendo:   
              26:4 Contaréis el pueblo de veinte años arriba, como 
              mandó Jehová a Moisés y a los hijos de Israel 
              que habían salido de tierra de Egipto.   
              26:5 Rubén, primogénito de Israel; los hijos de Rubén: 
              de Enoc, la familia de los enoquitas; de Falú, la familia 
              de los faluitas;   
              26:6 de Hezrón, la familia de los hezronitas; de Carmi, la 
              familia de los carmitas.   
              26:7 Estas son las familias de los rubenitas; y fueron contados 
              de ellas cuarenta y tres mil setecientos treinta.   
              26:8 Los hijos de Falú: Eliab.   
              26:9 Y los hijos de Eliab: Nemuel, Datán y Abiram. Estos 
              Datán y Abiram fueron los del consejo de la congregación, 
              que se rebelaron contra Moisés y Aarón con el grupo 
              de Coré, cuando se rebelaron contra Jehová;  
               
              26:10 y la tierra abrió su boca y los tragó a ellos 
              y a Coré, cuando aquel grupo murió, cuando consumió 
              el fuego a doscientos cincuenta varones, para servir de escarmiento.  
               
              26:11 Mas los hijos de Coré no murieron.   
              26:12 Los hijos de Simeón por sus familias: de Nemuel, la 
              familia de los nemuelitas; de Jamín, la familia de los jaminitas; 
              de Jaquín, la familia de los jaquinitas;   
              26:13 de Zera, la familia de los zeraítas; de Saúl, 
              la familia de los saulitas.   
              26:14 Estas son las familias de los simeonitas, veintidós 
              mil doscientos.   
              26:15 Los hijos de Gad por sus familias: de Zefón, la familia 
              de los zefonitas; de Hagui, la familia de los haguitas; de Suni, 
              la familia de los sunitas;   
              26:16 de Ozni, la familia de los oznitas; de Eri, la familia de 
              los eritas;   
              26:17 de Arod, la familia de los aroditas; de Areli, la familia 
              de los arelitas.   
              26:18 Estas son las familias de Gad; y fueron contados de ellas 
              cuarenta mil quinientos.   
              26:19 Los hijos de Judá: Er y Onán; y Er y Onán 
              murieron en la tierra de Canaán.   
              26:20 Y fueron los hijos de Judá por sus familias: de Sela, 
              la familia de los selaítas; de Fares, la familia de los faresitas; 
              de Zera, la familia de los zeraítas.   
              26:21 Y fueron los hijos de Fares: de Hezrón, la familia 
              de los hezronitas; de Hamul, la familia de los hamulitas.  
               
              26:22 Estas son las familias de Judá, y fueron contados de 
              ellas setenta y seis mil quinientos.   
              26:23 Los hijos de Isacar por sus familias; de Tola, la familia 
              de los tolaítas; de Fúa, la familia de los funitas;  
               
              26:24 de Jasub, la familia de los jasubitas; de Simrón, la 
              familia de los simronitas.   
              26:25 Estas son las familias de Isacar, y fueron contados de ellas 
              sesenta y cuatro mil trescientos.   
              26:26 Los hijos de Zabulón por sus familias: de Sered, la 
              familia de los sereditas; de Elón, la familia de los elonitas; 
              de Jahleel, la familia de los jahleelitas.   
              26:27 Estas son las familias de los zabulonitas, y fueron contados 
              de ellas sesenta mil quinientos.   
              26:28 Los hijos de José por sus familias: Manasés 
              y Efraín.   
              26:29 Los hijos de Manasés: de Maquir, la familia de los 
              maquiritas; y Maquir engendró a Galaad; de Galaad, la familia 
              de los galaaditas.   
              26:30 Estos son los hijos de Galaad: de Jezer, la familia de los 
              jezeritas; de Helec, la familia de los helequitas;   
              26:31 de Asriel, la familia de los asrielitas; de Siquem, la familia 
              de los siquemitas;   
              26:32 de Semida, la familia de los semidaítas; de Hefer, 
              la familia de los heferitas.   
              26:33 Y Zelofehad hijo de Hefer no tuvo hijos sino hijas; y los 
              nombres de las hijas de Zelofehad fueron Maala, Noa, Hogla, Milca 
              y Tirsa.   
              26:34 Estas son las familias de Manasés; y fueron contados 
              de ellas cincuenta y dos mil setecientos.   
              26:35 Estos son los hijos de Efraín por sus familias: de 
              Sutela, la familia de los sutelaítas; de Bequer, la familia 
              de los bequeritas; de Tahán, la familia de los tahanitas.  
               
              26:36 Y estos son los hijos de Sutela: de Erán, la familia 
              de los eranitas.   
              26:37 Estas son las familias de los hijos de Efraín; y fueron 
              contados de ellas treinta y dos mil quinientos. Estos son los hijos 
              de José por sus familias.   
              26:38 Los hijos de Benjamín por sus familias: de Bela, la 
              familia de los belaítas; de Asbel, la familia de los asbelitas; 
              de Ahiram, la familia de los ahiramitas;   
              26:39 de Sufam, la familia de los sufamitas; de Hufam, la familia 
              de los hufamitas.   
              26:40 Y los hijos de Bela fueron Ard y Naamán: de Ard, la 
              familia de los arditas; de Naamán, la familia de los naamitas.  
               
              26:41 Estos son los hijos de Benjamín por sus familias; y 
              fueron contados de ellos cuarenta y cinco mil seiscientos.  
               
              26:42 Estos son los hijos de Dan por sus familias: de Súham, 
              la familia de los suhamitas. Estas son las familias de Dan por sus 
              familias.   
              26:43 De las familias de los suhamitas fueron contados sesenta y 
              cuatro mil cuatrocientos.   
              26:44 Los hijos de Aser por sus familias: de Imna, la familia de 
              los imnitas; de Isúi, la familia de los isuitas; de Bería, 
              la familia de los beriaítas.   
              26:45 Los hijos de Bería: de Heber, la familia de los heberitas; 
              de Malquiel, la familia de los malquielitas.   
              26:46 Y el nombre de la hija de Aser fue Sera.   
              26:47 Estas son las familias de los hijos de Aser; y fueron contados 
              de ellas cincuenta y tres mil cuatrocientos.   
              26:48 Los hijos de Neftalí, por sus familias: de Jahzeel, 
              la familia de los jahzeelitas; de Guni, la familia de los gunitas;  
               
              26:49 de Jezer, la familia de los jezeritas; de Silem, la familia 
              de los silemitas.   
              26:50 Estas son las familias de Neftalí por sus familias; 
              y fueron contados de ellas cuarenta y cinco mil cuatrocientos.  
               
              26:51 Estos son los contados de los hijos de Israel, seiscientos 
              un mil setecientos treinta.   
              Orden para la repartición de la tierra  
               26:52 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:  
                 
                26:53 A éstos se repartirá la tierra en heredad, 
                por la cuenta de los nombres.   
                26:54 A los más darás mayor heredad, y a los menos 
                menor; y a cada uno se le dará su heredad conforme a sus 
                contados.   
                26:55 Pero la tierra será repartida por suerte; y por los 
                nombres de las tribus de sus padres heredarán.   
                26:56 Conforme a la suerte será repartida su heredad entre 
                el grande y el pequeño.    
               Censo de la tribu de Leví   
               26:57 Los contados de los levitas por sus familias son estos: 
                de Gersón, la familia de los gersonitas; de Coat, la familia 
                de los coatitas; de Merari, la familia de los meraritas.  
                 
                26:58 Estas son las familias de los levitas: la familia de los 
                libnitas, la familia de los hebronitas, la familia de los mahlitas, 
                la familia de los musitas, la familia de los coreítas. 
                Y Coat engendró a Amram.   
                26:59 La mujer de Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, 
                que le nació a Leví en Egipto; ésta dio a 
                luz de Amram a Aarón y a Moisés, y a María 
                su hermana.   
                26:60 Y a Aarón le nacieron Nadab, Abiú, Eleazar 
                e Itamar.   
                 
                26:61 Pero Nadab y Abiú murieron cuando ofrecieron fuego 
                extraño delante de Jehová.    
                 
                26:62 De los levitas fueron contados veintitrés mil, todos 
                varones de un mes arriba; porque no fueron contados entre los 
                hijos de Israel, por cuanto no les había de ser dada heredad 
                entre los hijos de Israel.  
               Caleb y Josué sobreviven   
               26:63 Estos son los contados por Moisés y el sacerdote 
                Eleazar, los cuales contaron los hijos de Israel en los campos 
                de Moab, junto al Jordán frente a Jericó.  
                 
                26:64 Y entre éstos ninguno hubo de los contados por Moisés 
                y el sacerdote Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel 
                en el desierto de Sinaí.   
                26:65 Porque Jehová había dicho de ellos: Morirán 
                en el desierto; y no quedó varón de ellos, sino 
                Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.   
               
                Capítulo 27
              
              Petición de las hijas de Zelofehad  
               
              
              27:1 Vinieron las hijas de Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, 
              hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés 
              hijo de José, los nombres de las cuales eran Maala, Noa, 
              Hogla, Milca y Tirsa;   
              27:2 y se presentaron delante de Moisés y delante del sacerdote 
              Eleazar, y delante de los príncipes y de toda la congregación, 
              a la puerta del tabernáculo de reunión, y dijeron:  
               
              27:3 Nuestro padre murió en el desierto; y él no estuvo 
              en la compañía de los que se juntaron contra Jehová 
              en el grupo de Coré, sino que en su propio pecado murió, 
              y no tuvo hijos.   
              27:4 ¿Por qué será quitado el nombre de nuestro 
              padre de entre su familia, por no haber tenido hijo? Danos heredad 
              entre los hermanos de nuestro padre.   
              27:5 Y Moisés llevó su causa delante de Jehová.  
               
              27:6 Y Jehová respondió a Moisés, diciendo:  
               
              27:7 Bien dicen las hijas de Zelofehad; les darás la posesión 
              de una heredad entre los hermanos de su padre, y traspasarás 
              la heredad de su padre a ellas.   
               
              27:8 Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: Cuando alguno 
              muriere sin hijos, traspasaréis su herencia a su hija.  
               
              27:9 Si no tuviere hija, daréis su herencia a sus hermanos;  
               
              27:10 y si no tuviere hermanos, daréis su herencia a los 
              hermanos de su padre.   
              27:11 Y si su padre no tuviere hermanos, daréis su herencia 
              a su pariente más cercano de su linaje, y de éste 
              será; y para los hijos de Israel esto será por estatuto 
              de derecho, como Jehová mandó a Moisés.  
              Josué es designado como sucesor de Moisés  
                 
               27:12 Jehová dijo a Moisés: Sube a este monte Abarim, 
                y verás la tierra que he dado a los hijos de Israel.  
                 
                27:13 Y después que la hayas visto, tú también 
                serás reunido a tu pueblo, como fue reunido tu hermano 
                Aarón.   
                27:14 Pues fuisteis rebeldes a mi mandato en el desierto de Zin, 
                en la rencilla de la congregación, no santificándome 
                en las aguas a ojos de ellos.   
                Estas son las aguas de la rencilla de Cades en el desierto de 
                Zin.   
                27:15 Entonces respondió Moisés a Jehová, 
                diciendo:   
                27:16 Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda 
                carne, un varón sobre la congregación,   
                27:17 que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, 
                que los saque y los introduzca, para que la congregación 
                de Jehová no sea como ovejas sin pastor.   
                27:18 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué   
                hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás 
                tu mano sobre él;   
                27:19 y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y delante 
                de toda la congregación; y le darás el cargo en 
                presencia de ellos.   
                27:20 Y pondrás de tu dignidad sobre él, para que 
                toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca.  
                 
                27:21 El se pondrá delante del sacerdote Eleazar, y le 
                consultará por el juicio del Urim    
                delante de Jehová; por el dicho de él saldrán, 
                y por el dicho de él entrarán, él y todos 
                los hijos de Israel con él, y toda la congregación.  
                 
                27:22 Y Moisés hizo como Jehová le había 
                mandado, pues tomó a Josué y lo puso delante del 
                sacerdote Eleazar, y de toda la congregación;   
                27:23 y puso sobre él sus manos, y le dio el cargo,  
                como Jehová había mandado por mano de Moisés.  
               
                Capítulo 28
              
              Las ofrendas diarias   
              (Ex. 29.38-46) 
              
              28:1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:  
              28:2 Manda a los hijos de Israel, y diles: Mi ofrenda, mi pan con 
              mis ofrendas encendidas en olor grato a mí, guardaréis, 
              ofreciéndomelo a su tiempo.   
              28:3 Y les dirás: Esta es la ofrenda encendida que ofreceréis 
              a Jehová: dos corderos sin tacha de un año, cada día, 
              será el holocausto continuo.   
              28:4 Un cordero ofrecerás por la mañana, y el otro 
              cordero ofrecerás a la caída de la tarde;   
              28:5 y la décima parte de un efa   
              de flor de harina, amasada con un cuarto de un hin de aceite de 
              olivas machacadas, en ofrenda.   
              28:6 Es holocausto continuo, que fue ordenado en el monte Sinaí 
              para olor grato, ofrenda encendida a Jehová.   
              28:7 Y su libación, la cuarta parte de un hin   
              con cada cordero; derramarás libación de vino superior 
              ante Jehová en el santuario.   
              28:8 Y ofrecerás el segundo cordero a la caída de 
              la tarde; conforme a la ofrenda de la mañana y conforme a 
              su libación ofrecerás, ofrenda encendida en olor grato 
              a Jehová.  
              Ofrendas mensuales y del día de reposo   
               28:9 Mas el día de reposo, dos corderos de un año 
                sin defecto, y dos décimas de flor de harina amasada con 
                aceite, como ofrenda, con su libación.   
                28:10 Es el holocausto de cada día de reposo, además 
                del holocausto continuo y su libación.   
                 
                28:11 Al comienzo de vuestros meses ofreceréis en holocausto 
                a Jehová dos becerros de la vacada, un carnero, y siete 
                corderos de un año sin defecto;   
                28:12 y tres décimas de flor de harina amasada con aceite, 
                como ofrenda con cada becerro; y dos décimas de flor de 
                harina amasada con aceite, como ofrenda con cada carnero;  
                 
                28:13 y una décima de flor de harina amasada con aceite, 
                en ofrenda que se ofrecerá con cada cordero; holocausto 
                de olor grato, ofrenda encendida a Jehová.   
                28:14 Y sus libaciones de vino, medio hin   
                con cada becerro, y la tercera parte de un hin con cada carnero, 
                y la cuarta parte de un hin con cada cordero. Este es el holocausto 
                de cada mes por todos los meses del año.   
                28:15 Y un macho cabrío en expiación se ofrecerá 
                a Jehová, además del holocausto continuo con su 
                libación.  
               Ofrendas de las fiestas solemnes   
                (Lv. 23.1-44) 
               28:16 Pero en el mes primero, a los catorce días del mes, 
                será la pascua de Jehová.    
                 
                28:17 Y a los quince días de este mes, la fiesta solemne; 
                por siete días se comerán panes sin levadura.      
                 
                28:18 El primer día será santa convocación; 
                ninguna obra de siervos haréis.   
                28:19 Y ofreceréis como ofrenda encendida en holocausto 
                a Jehová, dos becerros de la vacada, y un carnero, y siete 
                corderos de un año; serán sin defecto.   
                28:20 Y su ofrenda de harina amasada con aceite: tres décimas 
                con cada becerro, y dos décimas con cada carnero;  
                 
                28:21 y con cada uno de los siete corderos ofreceréis una 
                décima.   
                28:22 Y un macho cabrío por expiación, para reconciliaros.  
                 
                28:23 Esto ofreceréis además del holocausto de la 
                mañana, que es el holocausto continuo.   
                28:24 Conforme a esto ofreceréis cada uno de los siete 
                días, vianda y ofrenda encendida en olor grato a Jehová; 
                se ofrecerá además del holocausto continuo, con 
                su libación.   
                28:25 Y el séptimo día tendréis santa convocación; 
                ninguna obra de siervos haréis.   
                28:26 Además, el día de las primicias, cuando presentéis 
                ofrenda nueva a Jehová en vuestras semanas,    
                tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos 
                haréis.   
                28:27 Y ofreceréis en holocausto, en olor grato a Jehová, 
                dos becerros de la vacada, un carnero, siete corderos de un año;  
                 
                28:28 y la ofrenda de ellos, flor de harina amasada con aceite, 
                tres décimas con cada becerro, dos décimas con cada 
                carnero,   
                28:29 y con cada uno de los siete corderos una décima;  
                 
                28:30 y un macho cabrío para hacer expiación por 
                vosotros.   
                28:31 Los ofreceréis, además del holocausto continuo 
                con sus ofrendas, y sus libaciones; serán sin defecto.  
               
                Capítulo 29 
              
              
              29:1 En el séptimo mes, el primero del mes, tendréis 
              santa convocación; ninguna obra de siervos haréis; 
              os será día de sonar las trompetas.   
              29:2 Y ofreceréis holocausto en olor grato a Jehová, 
              un becerro de la vacada, un carnero, siete corderos de un año 
              sin defecto;   
              29:3 y la ofrenda de ellos, de flor de harina amasada con aceite, 
              tres décimas de efa   
              con cada becerro, dos décimas con cada carnero,   
              29:4 y con cada uno de los siete corderos, una décima;  
               
              29:5 y un macho cabrío por expiación, para reconciliaros,  
               
              29:6 además del holocausto del mes y su ofrenda, y el holocausto 
              continuo y su ofrenda, y sus libaciones conforme a su ley, como 
              ofrenda encendida a Jehová en olor grato.   
              29:7 En el diez de este mes séptimo tendréis santa 
              convocación, y afligiréis vuestras almas;  
              ninguna obra haréis;   
              29:8 y ofreceréis en holocausto a Jehová en olor grato, 
              un becerro de la vacada, un carnero, y siete corderos de un año; 
              serán sin defecto.   
              29:9 Y sus ofrendas, flor de harina amasada con aceite, tres décimas 
              de efa   
              con cada becerro, dos décimas con cada carnero,   
              29:10 y con cada uno de los siete corderos, una décima;  
               
              29:11 y un macho cabrío por expiación; además 
              de la ofrenda de las expiaciones por el pecado, y del holocausto 
              continuo y de sus ofrendas y de sus libaciones.   
              29:12 También a los quince días del mes séptimo 
              tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos 
              haréis, y celebraréis fiesta solemne a Jehová 
              por siete días.     
               
              29:13 Y ofreceréis en holocausto, en ofrenda encendida a 
              Jehová en olor grato, trece becerros de la vacada, dos carneros, 
              y catorce corderos de un año; han de ser sin defecto.  
               
              29:14 Y las ofrendas de ellos, de flor de harina amasada con aceite, 
              tres décimas de efa   
              con cada uno de los trece becerros, dos décimas con cada 
              uno de los dos carneros,   
              29:15 y con cada uno de los catorce corderos, una décima;  
               
              29:16 y un macho cabrío por expiación, además 
              del holocausto continuo, su ofrenda y su libación.  
               
              29:17 El segundo día, doce becerros de la vacada, dos carneros, 
              catorce corderos de un año sin defecto,   
              29:18 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los 
              carneros y con los corderos, según el número de ellos, 
              conforme a la ley;   
              29:19 y un macho cabrío por expiación; además 
              del holocausto continuo, y su ofrenda y su libación.  
               
              29:20 El día tercero, once becerros, dos carneros, catorce 
              corderos de un año sin defecto;   
              29:21 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los 
              carneros y con los corderos, según el número de ellos, 
              conforme a la ley;   
              29:22 y un macho cabrío por expiación, además 
              del holocausto continuo, y su ofrenda y su libación.  
               
              29:23 El cuarto día, diez becerros, dos carneros, catorce 
              corderos de un año sin defecto;   
              29:24 sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros 
              y con los corderos, según el número de ellos, conforme 
              a la ley;   
              29:25 y un macho cabrío por expiación; además 
              del holocausto continuo, su ofrenda y su libación.  
               
              29:26 El quinto día, nueve becerros, dos carneros, catorce 
              corderos de un año sin defecto;   
              29:27 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los 
              carneros y con los corderos, según el número de ellos, 
              conforme a la ley;   
              29:28 y un macho cabrío por expiación, además 
              del holocausto continuo, su ofrenda y su libación.  
               
              29:29 El sexto día, ocho becerros, dos carneros, catorce 
              corderos de un año sin defecto;   
              29:30 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los 
              carneros y con los corderos, según el número de ellos, 
              conforme a la ley;   
              29:31 y un macho cabrío por expiación, además 
              del holocausto continuo, su ofrenda y su libación.  
               
              29:32 El séptimo día, siete becerros, dos carneros, 
              catorce corderos de un año sin defecto;   
              29:33 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los 
              carneros y con los corderos, según el número de ellos, 
              conforme a la ley;   
              29:34 y un macho cabrío por expiación, además 
              del holocausto continuo, con su ofrenda y su libación.  
               
              29:35 El octavo día tendréis solemnidad; ninguna obra 
              de siervos haréis.   
              29:36 Y ofreceréis en holocausto, en ofrenda encendida de 
              olor grato a Jehová, un becerro, un carnero, siete corderos 
              de un año sin defecto;   
              29:37 sus ofrendas y sus libaciones con el becerro, con el carnero 
              y con los corderos, según el número de ellos, conforme 
              a la ley;   
              29:38 y un macho cabrío por expiación, además 
              del holocausto continuo, con su ofrenda y su libación.  
               
              29:39 Estas cosas ofreceréis a Jehová en vuestras 
              fiestas solemnes, además de vuestros votos, y de vuestras 
              ofrendas voluntarias, para vuestros holocaustos, y para vuestras 
              ofrendas, y para vuestras libaciones, y para vuestras ofrendas de 
              paz.   
              29:40 Y Moisés dijo a los hijos de Israel conforme a todo 
              lo que Jehová le había mandado.  
              
                Capítulo 30 
              
              Ley de los votos   
              
              30:1 Habló Moisés a los príncipes de las tribus 
              de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha 
              mandado.   
              30:2 Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento 
              ligando su alma con obligación, no quebrantará su 
              palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.    
               
              30:3 Mas la mujer, cuando hiciere voto a Jehová, y se ligare 
              con obligación en casa de su padre, en su juventud;  
               
              30:4 si su padre oyere su voto, y la obligación con que ligó 
              su alma, y su padre callare a ello, todos los votos de ella serán 
              firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, 
              firme será.   
              30:5 Mas si su padre le vedare el día que oyere todos sus 
              votos y sus obligaciones con que ella hubiere ligado su alma, no 
              serán firmes; y Jehová la perdonará, por cuanto 
              su padre se lo vedó.   
              30:6 Pero si fuere casada e hiciere votos, o pronunciare de sus 
              labios cosa con que obligue su alma;   
              30:7 si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los 
              votos de ella serán firmes, y la obligación con que 
              ligó su alma, firme será.   
              30:8 Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces 
              el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con 
              que ligó su alma, será nulo; y Jehová la perdonará.  
               
              30:9 Pero todo voto de viuda o repudiada, con que ligare su alma, 
              será firme.   
              30:10 Y si hubiere hecho voto en casa de su marido, y hubiere ligado 
              su alma con obligación de juramento,   
              30:11 si su marido oyó, y calló a ello y no le vedó, 
              entonces todos sus votos serán firmes, y toda obligación 
              con que hubiere ligado su alma, firme será.   
              30:12 Mas si su marido los anuló el día que los oyó, 
              todo lo que salió de sus labios cuanto a sus votos, y cuanto 
              a la obligación de su alma, será nulo; su marido los 
              anuló, y Jehová la perdonará.   
              30:13 Todo voto, y todo juramento obligándose a afligir el 
              alma, su marido lo confirmará, o su marido lo anulará.  
               
              30:14 Pero si su marido callare a ello de día en día, 
              entonces confirmó todos sus votos, y todas las obligaciones 
              que están sobre ella; los confirmó, por cuanto calló 
              a ello el día que lo oyó.   
              30:15 Mas si los anulare después de haberlos oído, 
              entonces él llevará el pecado de ella.   
              30:16 Estas son las ordenanzas que Jehová mandó a 
              Moisés entre el varón y su mujer, y entre el padre 
              y su hija durante su juventud en casa de su padre.  
              
                Capítulo 31 
              
              Venganza de Israel contra Madián  
              
              31:1 Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              31:2 Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas; 
              después serás recogido a tu pueblo.   
              31:3 Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos 
              algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián 
              y hagan la venganza de Jehová en Madián.   
              31:4 Mil de cada tribu de todas las tribus de los hijos de Israel, 
              enviaréis a la guerra.   
              31:5 Así fueron dados de los millares de Israel, mil por 
              cada tribu, doce mil en pie de guerra.   
              31:6 Y Moisés los envió a la guerra; mil de cada tribu 
              envió; y Finees hijo del sacerdote Eleazar fue a la guerra 
              con los vasos del santuario, y con las trompetas en su mano para 
              tocar.   
              31:7 Y pelearon contra Madián, como Jehová lo mandó 
              a Moisés, y mataron a todo varón.   
              31:8 Mataron también, entre los muertos de ellos, a los reyes 
              de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián; 
              también a Balaam hijo de Beor mataron a espada.   
              31:9 Y los hijos de Israel llevaron cautivas a las mujeres de los 
              madianitas, a sus niños, y todas sus bestias y todos sus 
              ganados; y arrebataron todos sus bienes,   
              31:10 e incendiaron todas sus ciudades, aldeas y habitaciones.  
               
              31:11 Y tomaron todo el despojo, y todo el botín, así 
              de hombres como de bestias.   
              31:12 Y trajeron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a la 
              congregación de los hijos de Israel, los cautivos y el botín 
              y los despojos al campamento, en los llanos de Moab, que están 
              junto al Jordán frente a Jericó.   
              31:13 Y salieron Moisés y el sacerdote Eleazar, y todos los 
              príncipes de la congregación, a recibirlos fuera del 
              campamento.   
              31:14 Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, 
              contra los jefes de millares y de centenas que volvían de 
              la guerra,   
              31:15 y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis 
              dejado con vida a todas las mujeres?   
              31:16 He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de 
              que los hijos de Israel prevaricasen contra Jehová en lo 
              tocante a Baal-peor,  
              por lo que hubo mortandad en la congregación de Jehová.  
               
              31:17 Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; 
              matad también a toda mujer que haya conocido varón 
              carnalmente.   
              31:18 Pero a todas las niñas entre las mujeres, que no hayan 
              conocido varón, las dejaréis con vida.   
              31:19 Y vosotros, cualquiera que haya dado muerte a persona, y cualquiera 
              que haya tocado muerto, permaneced fuera del campamento siete días, 
              y os purificaréis al tercer día y al séptimo, 
              vosotros y vuestros cautivos.   
              31:20 Asimismo purificaréis todo vestido, y toda prenda de 
              pieles, y toda obra de pelo de cabra, y todo utensilio de madera.  
              Repartición del botín   
               31:21 Y el sacerdote Eleazar dijo a los hombres de guerra que 
                venían de la guerra: Esta es la ordenanza de la ley que 
                Jehová ha mandado a Moisés:   
                31:22 Ciertamente el oro y la plata, el bronce, hierro, estaño 
                y plomo,  
                31:23 todo lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis 
                pasar, y será limpio, bien que en las aguas de purificación 
                habrá de purificarse; y haréis pasar por agua todo 
                lo que no resiste el fuego.   
                31:24 Además lavaréis vuestros vestidos el séptimo 
                día, y así seréis limpios; y después 
                entraréis en el campamento.   
                31:25 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:  
                 
                31:26 Toma la cuenta del botín que se ha hecho, así 
                de las personas como de las bestias, tú y el sacerdote 
                Eleazar, y los jefes de los padres de la congregación;  
                 
                31:27 y partirás por mitades el botín entre los 
                que pelearon, los que salieron a la guerra, y toda la congregación.  
                 
                31:28 Y apartarás para Jehová el tributo de los 
                hombres de guerra que salieron a la guerra; de quinientos, uno, 
                así de las personas como de los bueyes, de los asnos y 
                de las ovejas.   
                31:29 De la mitad de ellos lo tomarás; y darás al 
                sacerdote Eleazar la ofrenda de Jehová.   
                31:30 Y de la mitad perteneciente a los hijos de Israel tomarás 
                uno de cada cincuenta de las personas, de los bueyes, de los asnos, 
                de las ovejas y de todo animal, y los darás a los levitas, 
                que tienen la guarda del tabernáculo de Jehová.  
                 
                31:31 E hicieron Moisés y el sacerdote Eleazar como Jehová 
                mandó a Moisés.   
                31:32 Y fue el botín, el resto del botín que tomaron 
                los hombres de guerra, seiscientas setenta y cinco mil ovejas,  
                 
                31:33 setenta y dos mil bueyes,   
                31:34 y sesenta y un mil asnos.   
                31:35 En cuanto a personas, de mujeres que no habían conocido 
                varón, eran por todas treinta y dos mil.   
                31:36 Y la mitad, la parte de los que habían salido a la 
                guerra, fue el número de trescientas treinta y siete mil 
                quinientas ovejas;   
                31:37 y el tributo de las ovejas para Jehová fue seiscientas 
                setenta y cinco.   
                31:38 De los bueyes, treinta y seis mil; y de ellos el tributo 
                para Jehová, setenta y dos.   
                31:39 De los asnos, treinta mil quinientos; y de ellos el tributo 
                para Jehová, sesenta y uno.  
                31:40 Y de las personas, dieciséis mil; y de ellas el tributo 
                para Jehová, treinta y dos personas.   
                31:41 Y dio Moisés el tributo, para ofrenda elevada a Jehová, 
                al sacerdote Eleazar, como Jehová lo mandó a Moisés.  
                 
                31:42 Y de la mitad para los hijos de Israel, que apartó 
                Moisés de los hombres que habían ido a la guerra  
                 
                31:43 (la mitad para la congregación fue: de las ovejas, 
                trescientas treinta y siete mil quinientas;   
                31:44 de los bueyes, treinta y seis mil;   
                31:45 de los asnos, treinta mil quinientos;   
                31:46 y de las personas, dieciséis mil);   
                31:47 de la mitad, pues, para los hijos de Israel, tomó 
                Moisés uno de cada cincuenta, así de las personas 
                como de los animales, y los dio a los levitas, que tenían 
                la guarda del tabernáculo de Jehová, como Jehová 
                lo había mandado a Moisés.   
                31:48 Vinieron a Moisés los jefes de los millares de aquel 
                ejército, los jefes de millares y de centenas,   
                31:49 y dijeron a Moisés: Tus siervos han tomado razón 
                de los hombres de guerra que están en nuestro poder, y 
                ninguno ha faltado de nosotros.   
                31:50 Por lo cual hemos ofrecido a Jehová ofrenda, cada 
                uno de lo que ha hallado, alhajas de oro, brazaletes, manillas, 
                anillos, zarcillos y cadenas, para hacer expiación por 
                nuestras almas delante de Jehová.   
                31:51 Y Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro 
                de ellos, alhajas, todas elaboradas.   
                31:52 Y todo el oro de la ofrenda que ofrecieron a Jehová 
                los jefes de millares y de centenas fue dieciséis mil setecientos 
                cincuenta siclos.  
                 
                31:53 Los hombres del ejército habían tomado botín 
                cada uno para sí.   
                31:54 Recibieron, pues, Moisés y el sacerdote Eleazar el 
                oro de los jefes de millares y de centenas, y lo trajeron al tabernáculo 
                de reunión, por memoria de los hijos de Israel delante 
                de Jehová.  
               
                Capítulo 32 
              
              Rubén y Gad se establecen al oriente 
              del Jordán   
              (Dt. 3.12-22)  
              
              32:1 Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían 
              una muy inmensa muchedumbre de ganado; y vieron la tierra de Jazer 
              y de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado.  
               
              32:2 Vinieron, pues, los hijos de Gad y los hijos de Rubén, 
              y hablaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a los príncipes 
              de la congregación, diciendo:   
              32:3 Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, 
              Sebam, Nebo y Beón,   
              32:4 la tierra que Jehová hirió delante de la congregación 
              de Israel, es tierra de ganado, y tus siervos tienen ganado.  
               
              32:5 Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dése 
              esta tierra a tus siervos en heredad, y no nos hagas pasar el Jordán.  
               
              32:6 Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los 
              hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la 
              guerra, y vosotros os quedaréis aquí?   
              32:7 ¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, 
              para que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová?  
               
              32:8 Así hicieron vuestros padres, cuando los envié 
              desde Cades- barnea para que viesen la tierra.   
              32:9 Subieron hasta el torrente de Escol, y después que vieron 
              la tierra, desalentaron a los hijos de Israel para que no viniesen 
              a la tierra que Jehová les había dado.   
               
              32:10 Y la ira de Jehová se encendió entonces, y juró 
              diciendo:   
              32:11 No verán los varones que subieron de Egipto de veinte 
              años arriba, la tierra que prometí con juramento a 
              Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de 
              mí;   
              32:12 excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo 
              de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová.   
              32:13 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, 
              y los hizo andar errantes cuarenta años por el desierto, 
              hasta que fue acabada toda aquella generación que había 
              hecho mal delante de Jehová.  
               
              32:14 Y he aquí, vosotros habéis sucedido en lugar 
              de vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir 
              aún a la ira de Jehová contra Israel.   
              32:15 Si os volviereis de en pos de él, él volverá 
              otra vez a dejaros en el desierto, y destruiréis a todo este 
              pueblo.   
              32:16 Entonces ellos vinieron a Moisés y dijeron: Edificaremos 
              aquí majadas para nuestro ganado, y ciudades para nuestros 
              niños;   
              32:17 y nosotros nos armaremos, e iremos con diligencia delante 
              de los hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y nuestros 
              niños quedarán en ciudades fortificadas a causa de 
              los moradores del país.   
              32:18 No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel 
              posean cada uno su heredad.   
              32:19 Porque no tomaremos heredad con ellos al otro lado del Jordán 
              ni adelante, por cuanto tendremos ya nuestra heredad a este otro 
              lado del Jordán al oriente.   
              32:20 Entonces les respondió Moisés: Si lo hacéis 
              así, si os disponéis para ir delante de Jehová 
              a la guerra,   
              32:21 y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante 
              de Jehová, hasta que haya echado a sus enemigos de delante 
              de sí,   
              32:22 y sea el país sojuzgado delante de Jehová; luego 
              volveréis, y seréis libres de culpa para con Jehová, 
              y para con Israel; y esta tierra será vuestra en heredad 
              delante de Jehová.   
              32:23 Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis 
              pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará.  
               
              32:24 Edificaos ciudades para vuestros niños, y majadas para 
              vuestras ovejas, y haced lo que ha declarado vuestra boca.  
               
              32:25 Y hablaron los hijos de Gad y los hijos de Rubén a 
              Moisés, diciendo: Tus siervos harán como mi señor 
              ha mandado.   
              32:26 Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros ganados 
              y todas nuestras bestias, estarán ahí en las ciudades 
              de Galaad;   
              32:27 y tus siervos, armados todos para la guerra, pasarán 
              delante de Jehová a la guerra, de la manera que mi señor 
              dice.   
              32:28 Entonces les encomendó Moisés al sacerdote Eleazar, 
              y a Josué hijo de Nun, y a los príncipes de los padres 
              de las tribus de los hijos de Israel.   
              32:29 Y les dijo Moisés: Si los hijos de Gad y los hijos 
              de Rubén pasan con vosotros el Jordán, armados todos 
              para la guerra delante de Jehová, luego que el país 
              sea sojuzgado delante de vosotros, les daréis la tierra de 
              Galaad en posesión;   
              32:30 mas si no pasan armados con vosotros, entonces tendrán 
              posesión entre vosotros, en la tierra de Canaán.  
               
              32:31 Y los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron 
              diciendo: Haremos lo que Jehová ha dicho a tus siervos.  
               
              32:32 Nosotros pasaremos armados delante de Jehová a la tierra 
              de Canaán, y la posesión de nuestra heredad será 
              a este lado del Jordán.   
               
              32:33 Así Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos 
              de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de José, 
              el reino de Sehón rey amorreo y el reino de Og rey de Basán, 
              la tierra con sus ciudades y sus territorios, las ciudades del país 
              alrededor.  
              32:34 Y los hijos de Gad edificaron Dibón, Atarot, Aroer,  
               
              32:35 Atarot-sofán, Jazer, Jogbeha,   
              32:36 Bet-nimra y Bet-arán, ciudades fortificadas; hicieron 
              también majadas para ovejas.   
              32:37 Y los hijos de Rubén edificaron Hesbón, Eleale, 
              Quiriataim,   
              32:38 Nebo, Baal-meón (mudados los nombres) y Sibma; y pusieron 
              nombres a las ciudades que edificaron.   
              32:39 Y los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad, 
              y la tomaron, y echaron al amorreo que estaba en ella.   
              32:40 Y Moisés dio Galaad a Maquir hijo de Manasés, 
              el cual habitó en ella.   
              32:41 También Jair hijo de Manasés fue y tomó 
              sus aldeas, y les puso por nombre Havot-jair.   
              32:42 Asimismo Noba fue y tomó Kenat y sus aldeas, y lo llamó 
              Noba, conforme a su nombre.  
              
                Capítulo 33
              
              Jornadas de Israel desde Egipto hasta el 
              Jordán  
              
              33:1 Estas son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron 
              de la tierra de Egipto por sus ejércitos, bajo el mando de 
              Moisés y Aarón.   
              33:2 Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas 
              por mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con 
              arreglo a sus salidas.   
              33:3 De Ramesés salieron en el mes primero, a los quince 
              días del mes primero; el segundo día de la pascua 
              salieron los hijos de Israel con mano poderosa, a vista de todos 
              los egipcios,   
              33:4 mientras enterraban los egipcios a los que Jehová había 
              herido de muerte de entre ellos, a todo primogénito; también 
              había hecho Jehová juicios contra sus dioses.  
               
              33:5 Salieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés, y acamparon 
              en Sucot.   
              33:6 Salieron de Sucot y acamparon en Etam, que está al confín 
              del desierto.   
              33:7 Salieron de Etam y volvieron sobre Pi-hahirot, que está 
              delante de Baal-zefón, y acamparon delante de Migdol.  
               
              33:8 Salieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio del mar al desierto, 
              y anduvieron tres días de camino por el desierto de Etam, 
              y acamparon en Mara.   
              33:9 Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde había doce 
              fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí.  
               
              33:10 Salieron de Elim y acamparon junto al Mar Rojo.   
              33:11 Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.  
               
              33:12 Salieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca.   
              33:13 Salieron de Dofca y acamparon en Alús.   
              33:14 Salieron de Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo 
              no tuvo aguas para beber.   
              33:15 Salieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinaí.  
               
              33:16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot- 
              hataava.   
              33:17 Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot.   
              33:18 Salieron de Hazerot y acamparon en Ritma.   
              33:19 Salieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres.  
               
              33:20 Salieron de Rimón-peres y acamparon en Libna.  
               
              33:21 Salieron de Libna y acamparon en Rissa.   
              33:22 Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata.   
              33:23 Salieron de Ceelata y acamparon en el monte de Sefer.  
               
              33:24 Salieron del monte de Sefer y acamparon en Harada.   
              33:25 Salieron de Harada y acamparon en Macelot.   
              33:26 Salieron de Macelot y acamparon en Tahat.   
              33:27 Salieron de Tahat y acamparon en Tara.   
              33:28 Salieron de Tara y acamparon en Mitca.   
              33:29 Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona.   
              33:30 Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot.   
              33:31 Salieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacán.  
               
              33:32 Salieron de Bene-jaacán y acamparon en el monte de 
              Gidgad.   
              33:33 Salieron del monte de Gidgad y acamparon en Jotbata.  
               
              33:34 Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona.   
              33:35 Salieron de Abrona y acamparon en Ezión-geber.  
               
              33:36 Salieron de Ezión-geber y acamparon en el desierto 
              de Zin, que es Cades.   
              33:37 Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la 
              extremidad del país de Edom.   
              33:38 Y subió el sacerdote Aarón al monte de Hor, 
              conforme al dicho de Jehová, y allí murió    
              a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de 
              la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.  
               
              33:39 Era Aarón de edad de ciento veintitrés años, 
              cuando murió en el monte de Hor.   
              33:40 Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba en el Neguev en la 
              tierra de Canaán, oyó que habían venido los 
              hijos de Israel.   
               
              33:41 Y salieron del monte de Hor y acamparon en Zalmona.  
               
              33:42 Salieron de Zalmona y acamparon en Punón.   
              33:43 Salieron de Punón y acamparon en Obot.   
              33:44 Salieron de Obot y acamparon en Ije-abarim, en la frontera 
              de Moab.   
              33:45 Salieron de Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad.  
               
              33:46 Salieron de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim.  
               
              33:47 Salieron de Almón-diblataim y acamparon en los montes 
              de Abarim, delante de Nebo.   
              33:48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos 
              de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.   
              33:49 Finalmente acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot 
              hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.  
              Límites y repartición de Canaán  
                 
               33:50 Y habló Jehová a Moisés en los campos 
                de Moab junto al Jordán frente a Jericó, diciendo:  
                 
                33:51 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis 
                pasado el Jordán entrando en la tierra de Canaán,  
                 
                33:52 echaréis de delante de vosotros a todos los moradores 
                del país, y destruiréis todos sus ídolos 
                de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y 
                destruiréis todos sus lugares altos;   
                33:53 y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis 
                en ella; porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad.  
                 
                33:54 Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; 
                a los muchos daréis mucho por herencia, y a los pocos daréis 
                menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la 
                tendrá cada uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis.  
                 
                33:55 Y si no echareis a los moradores del país de delante 
                de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán 
                por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, 
                y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.  
                 
                33:56 Además, haré a vosotros como yo pensé 
                hacerles a ellos.  
               
                Capítulo 34 
              
              
              34:1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:  
               
              34:2 Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado 
              en la tierra de Canaán, esto es, la tierra que os ha de caer 
              en herencia, la tierra de Canaán según sus límites,  
               
              34:3 tendréis el lado del sur desde el desierto de Zin hasta 
              la frontera de Edom; y será el límite del sur al extremo 
              del Mar Salado hacia el oriente.   
              34:4 Este límite os irá rodeando desde el sur hasta 
              la subida de Acrabim, y pasará hasta Zin; y se extenderá 
              del sur a Cades- barnea; y continuará a Hasar-adar, y pasará 
              hasta Asmón.   
              34:5 Rodeará este límite desde Asmón hasta 
              el torrente de Egipto, y sus remates serán al occidente.  
               
              34:6 Y el límite occidental será el Mar Grande; este 
              límite será el límite occidental.  
              34:7 El límite del norte será este: desde el Mar Grande 
              trazaréis al monte de Hor.   
              34:8 Del monte de Hor trazaréis a la entrada de Hamat, y 
              seguirá aquel límite hasta Zedad;   
              34:9 y seguirá este límite hasta Zifrón, y 
              terminará en Hazar- enán; este será el límite 
              del norte.  
              34:10 Por límite al oriente trazaréis desde Hazar-enán 
              hasta Sefam;   
              34:11 y bajará este límite desde Sefam a Ribla, al 
              oriente de Aín; y descenderá el límite, y llegará 
              a la costa del mar de Cineret, al oriente.   
              34:12 Después descenderá este límite al Jordán, 
              y terminará en el Mar Salado: esta será vuestra tierra 
              por sus límites alrededor.   
              34:13 Y mandó Moisés a los hijos de Israel, diciendo: 
              Esta es la tierra que se os repartirá en heredades por sorteo, 
              que mandó Jehová que diese a las nueve tribus, y a 
              la media tribu;   
               
              34:14 porque la tribu de los hijos de Rubén según 
              las casas de sus padres, y la tribu de los hijos de Gad según 
              las casas de sus padres, y la media tribu de Manasés, han 
              tomado su heredad.   
              34:15 Dos tribus y media tomaron su heredad a este lado del Jordán 
              frente a Jericó al oriente, al nacimiento del sol.   
               
              34:16 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:  
               
              34:17 Estos son los nombres de los varones que os repartirán 
              la tierra: El sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun.  
               
              34:18 Tomaréis también de cada tribu un príncipe, 
              para dar la posesión de la tierra.   
              34:19 Y estos son los nombres de los varones: De la tribu de Judá, 
              Caleb hijo de Jefone.   
              34:20 De la tribu de los hijos de Simeón, Semuel hijo de 
              Amiud.   
              34:21 De la tribu de Benjamín, Elidad hijo de Quislón.  
               
              34:22 De la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Buqui 
              hijo de Jogli.   
              34:23 De los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, 
              el príncipe Haniel hijo de Efod,   
              34:24 y de la tribu de los hijos de Efraín, el príncipe 
              Kemuel hijo de Siftán.   
              34:25 De la tribu de los hijos de Zabulón, el príncipe 
              Elizafán hijo de Parnac.   
              34:26 De la tribu de los hijos de Isacar, el príncipe Paltiel 
              hijo de Azán.   
              34:27 De la tribu de los hijos de Aser, el príncipe Ahiud 
              hijo de Selomi.   
              34:28 Y de la tribu de los hijos de Neftalí, el príncipe 
              Pedael hijo de Amiud.  
              34:29 A éstos mandó Jehová que hiciesen la 
              repartición de las heredades a los hijos de Israel en la 
              tierra de Canaán.  
              
                Capítulo 35
              
              Herencia de los levitas   
              
              35:1 Habló Jehová a Moisés en los campos de 
              Moab, junto al Jordán frente a Jericó, diciendo:  
               
              35:2 Manda a los hijos de Israel que den a los levitas, de la posesión 
              de su heredad, ciudades en que habiten; también daréis 
              a los levitas los ejidos de esas ciudades alrededor de ellas.  
               
              35:3 Y tendrán ellos las ciudades para habitar, y los ejidos 
              de ellas serán para sus animales, para sus ganados y para 
              todas sus bestias.   
              35:4 Y los ejidos de las ciudades que daréis a los levitas 
              serán mil codos   
              alrededor, desde el muro de la ciudad para afuera.   
              35:5 Luego mediréis fuera de la ciudad al lado del oriente 
              dos mil codos, al lado del sur dos mil codos, al lado del occidente 
              dos mil codos, y al lado del norte dos mil codos, y la ciudad estará 
              en medio; esto tendrán por los ejidos de las ciudades.  
               
              35:6 Y de las ciudades que daréis a los levitas, seis ciudades 
              serán de refugio, las cuales daréis para que el homicida 
              se refugie allá; y además de éstas daréis 
              cuarenta y dos ciudades.   
              35:7 Todas las ciudades que daréis a los levitas serán 
              cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos.   
              35:8 Y en cuanto a las ciudades que diereis de la heredad de los 
              hijos de Israel, del que tiene mucho tomaréis mucho, y del 
              que tiene poco tomaréis poco; cada uno dará de sus 
              ciudades a los levitas según la posesión que heredará.   
              Ciudades de refugio   
                (Dt. 19.1-13)  
               35:9 Habló Jehová a Moisés, diciendo:  
                 
                35:10 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis 
                pasado al otro lado del Jordán a la tierra de Canaán,  
                 
                35:11 os señalaréis ciudades, ciudades de refugio   
                tendréis, donde huya el homicida que hiriere a alguno de 
                muerte sin intención.   
                35:12 Y os serán aquellas ciudades para refugiarse del 
                vengador, y no morirá el homicida hasta que entre en juicio 
                delante de la congregación.   
                35:13 De las ciudades, pues, que daréis, tendréis 
                seis ciudades de refugio.   
                35:14 Tres ciudades daréis a este lado del Jordán, 
                y tres ciudades daréis en la tierra de Canaán, las 
                cuales serán ciudades de refugio.   
                35:15 Estas seis ciudades serán de refugio para los hijos 
                de Israel, y para el extranjero y el que more entre ellos, para 
                que huya allá cualquiera que hiriere de muerte a otro sin 
                intención.   
                35:16 Si con instrumento de hierro lo hiriere y muriere, homicida 
                es; el homicida morirá.   
                35:17 Y si con piedra en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere 
                y muriere, homicida es; el homicida morirá.   
                35:18 Y si con instrumento de palo en la mano, que pueda dar muerte, 
                lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá.  
                 
                35:19 El vengador de la sangre, él dará muerte al 
                homicida; cuando lo encontrare, él lo matará.  
                 
                35:20 Y si por odio lo empujó, o echó sobre él 
                alguna cosa por asechanzas, y muere;   
                35:21 o por enemistad lo hirió con su mano, y murió, 
                el heridor morirá; es homicida; el vengador de la sangre 
                matará al homicida cuando lo encontrare.  
                35:22 Mas si casualmente lo empujó sin enemistades, o echó 
                sobre él cualquier instrumento sin asechanzas,   
                35:23 o bien, sin verlo hizo caer sobre él alguna piedra 
                que pudo matarlo, y muriere, y él no era su enemigo, ni 
                procuraba su mal;   
                35:24 entonces la congregación juzgará entre el 
                que causó la muerte y el vengador de la sangre conforme 
                a estas leyes;   
                35:25 y la congregación librará al homicida de mano 
                del vengador de la sangre, y la congregación lo hará 
                volver a su ciudad de refugio, en la cual se había refugiado; 
                y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el 
                cual fue ungido con el aceite santo.   
                35:26 Mas si el homicida saliere fuera de los límites de 
                su ciudad de refugio, en la cual se refugió,   
                35:27 y el vengador de la sangre le hallare fuera del límite 
                de la ciudad de su refugio, y el vengador de la sangre matare 
                al homicida, no se le culpará por ello;   
                35:28 pues en su ciudad de refugio deberá aquél 
                habitar hasta que muera el sumo sacerdote; y después que 
                haya muerto el sumo sacerdote, el homicida volverá a la 
                tierra de su posesión.  
               Ley sobre los testigos y sobre el rescate   
               35:29 Estas cosas os serán por ordenanza de derecho por 
                vuestras edades, en todas vuestras habitaciones.   
                35:30 Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos 
                morirá el homicida; mas un solo testigo no hará 
                fe contra una persona para que muera.    
                 
                35:31 Y no tomaréis precio por la vida del homicida, porque 
                está condenado a muerte; indefectiblemente morirá.  
                 
                35:32 Ni tampoco tomaréis precio del que huyó a 
                su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta 
                que muera el sumo sacerdote.   
                35:33 Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis; porque 
                esta sangre amancillará la tierra, y la tierra no será 
                expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la sangre 
                del que la derramó.   
                35:34 No contaminéis, pues, la tierra donde habitáis, 
                en medio de la cual yo habito; porque yo Jehová habito 
                en medio de los hijos de Israel.  
               
                Capítulo 36
              
              Ley del casamiento de las herederas  
              
              36:1 Llegaron los príncipes de los padres de la familia de 
              Galaad hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de 
              los hijos de José; y hablaron delante de Moisés y 
              de los príncipes, jefes de las casas paternas de los hijos 
              de Israel,   
              36:2 y dijeron: Jehová mandó a mi señor que 
              por sorteo diese la tierra a los hijos de Israel en posesión; 
              también ha mandado Jehová a mi señor, que dé 
              la posesión de Zelofehad nuestro hermano a sus hijas.   
               
              36:3 Y si ellas se casaren con algunos de los hijos de las otras 
              tribus de los hijos de Israel, la herencia de ellas será 
              así quitada de la herencia de nuestros padres, y será 
              añadida a la herencia de la tribu a que se unan; y será 
              quitada de la porción de nuestra heredad.   
              36:4 Y cuando viniere el jubileo de los hijos de Israel, la heredad 
              de ellas será añadida a la heredad de la tribu de 
              sus maridos; así la heredad de ellas será quitada 
              de la heredad de la tribu de nuestros padres.   
              36:5 Entonces Moisés mandó a los hijos de Israel por 
              mandato de Jehová, diciendo: La tribu de los hijos de José 
              habla rectamente.   
              36:6 Esto es lo que ha mandado Jehová acerca de las hijas 
              de Zelofehad, diciendo: Cásense como a ellas les plazca, 
              pero en la familia de la tribu de su padre se casarán,  
               
              36:7 para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada 
              de tribu en tribu; porque cada uno de los hijos de Israel estará 
              ligado a la heredad de la tribu de sus padres.   
              36:8 Y cualquiera hija que tenga heredad en las tribus de los hijos 
              de Israel, con alguno de la familia de la tribu de su padre se casará, 
              para que los hijos de Israel posean cada uno la heredad de sus padres,  
               
              36:9 y no ande la heredad rodando de una tribu a otra, sino que 
              cada una de las tribus de los hijos de Israel estará ligada 
              a su heredad.   
              36:10 Como Jehová mandó a Moisés, así 
              hicieron las hijas de Zelofehad.   
              36:11 Y así Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, hijas de Zelofehad, 
              se casaron con hijos de sus tíos paternos.   
              36:12 Se casaron en la familia de los hijos de Manasés, hijo 
              de José; y la heredad de ellas quedó en la tribu de 
              la familia de su padre.   
              36:13 Estos son los mandamientos y los estatutos que mandó 
              Jehová por medio de Moisés a los hijos de Israel en 
              los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. 
	
	
 
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