Abdías
Abdías escribió probablemente después del año 500 y antes de la conquista
de Edom, el año 312. Sus poemas están llenos de gritos de venganza
que en el fondo demuestran su fe en la justicia de Dios.
La humillación de Edom
1 Visión de Abdías. Jehová el Señor
ha dicho así en cuanto a Edom:
Hemos oído el pregón de Jehová, y mensajero
ha sido enviado a las naciones. Levantaos, y levantémonos
contra este pueblo en batalla.
2 He aquí, pequeño te he hecho entre las naciones;
estás abatido en gran manera.
3 La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú
que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima
morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me
derribará a tierra?
4 Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas
pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová.
5 Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (¡cómo
has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que les bastase?
Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algún
rebusco?
6 ¡Cómo fueron escudriñadas las cosas de Esaú!
Sus tesoros escondidos fueron buscados.
7 Todos tus aliados te han engañado; hasta los confines
te hicieron llegar; los que estaban en paz contigo prevalecieron
contra ti; los que comían tu pan pusieron lazo debajo de
ti; no hay en ello entendimiento.
8 ¿No haré que perezcan en aquel día, dice
Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de
Esaú?
9 Y tus valientes, oh Temán, serán amedrentados;
porque todo hombre será cortado del monte de Esaú
por el estrago.
10 Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza,
y serás cortado para siempre.
11 El día que estando tú delante, llevaban extraños
cautivo su ejército, y extraños entraban por sus
puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también
eras como uno de ellos.
12 Pues no debiste tú haber estado mirando en el día
de tu hermano, en el día de su infortunio; no debiste haberte
alegrado de los hijos de Judá en el día en que se
perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia.
13 No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día
de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal en el
día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes
en el día de su calamidad.
14 Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar
a los que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los
que quedaban en el día de angustia.
La exaltación de Israel
15 Porque cercano está el día de Jehová
sobre todas las naciones; como tú hiciste se hará
contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza.
16 De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte, beberán
continuamente todas las naciones; beberán, y engullirán,
y serán como si no hubieran sido.
17 Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve;
y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus
posesiones.
18 La casa de Jacob será fuego, y la casa de José
será llama, y la casa de Esaú estopa, y los quemarán
y los consumirán; ni aun resto quedará de la casa
de Esaú, porque Jehová lo ha dicho.
19 Y los del Neguev poseerán el monte de Esaú, y
los de la Sefela a los filisteos; poseerán también
los campos de Efraín, y los campos de Samaria; y Benjamín
a Galaad.
20 Y los cautivos de este ejército de los hijos de Israel
poseerán lo de los cananeos hasta Sarepta; y los cautivos
de Jerusalén que están en Sefarad poseerán
las ciudades del Neguev.
21 Y subirán salvadores al monte de Sion para juzgar al
monte de Esaú; y el reino será de Jehová
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