2° de las Crónicas
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Capítulo 1
Salomón pide sabiduría
(1 R. 3. 3-15)
1:1 Salomón hijo de David fue afirmado en su reino, y
Jehová su Dios estaba con él, y lo engrandeció
sobremanera.
1:2 Y convocó Salomón a todo Israel, a jefes de
millares y de centenas, a jueces y a todos los príncipes
de todo Israel, jefes de familias.
1:3 Y fue Salomón, y con él toda esta asamblea
al lugar alto que había en Gabaón; porque allí
estaba el tabernáculo de reunión de Dios, que Moisés
siervo de Jehová había hecho en el desierto.
1:4 Pero David había traído el arca de Dios desde
Quiriat-jearim al lugar que él le había preparado;
porque él le había levantado una tienda en Jerusalén.
1: 5 Asimismo el altar de bronce
que había hecho Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, estaba
allí delante del tabernáculo de Jehová, al
cual fue a consultar Salomón con aquella asamblea.
1:6 Subió, pues, Salomón allá ante Jehová,
al altar de bronce que estaba en el tabernáculo de reunión,
y ofreció sobre él mil holocaustos.
1:7 Y aquella noche apareció Dios a Salomón
y le dijo: Pídeme lo que quieras que yo te dé.
1:8 Y Salomón dijo a Dios: Tú has tenido con David
mi padre gran misericordia, y a mí me has puesto por rey
en lugar suyo.
1:9 Confírmese pues, ahora, oh Jehová Dios,
tu palabra dada a David mi padre, porque tú me has puesto
por rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra.
1:10 Dame ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante
de este pueblo; porque, quién podrá gobernar a este
tu pueblo tan grande?
1:11 Y dijo Dios a Salomón: por cuanto hubo esto en tu
corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la
vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días,
sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar
a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey,
1:12 sabiduría y ciencia te son dadas; y también
te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron
los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que
vengan después de ti.
1:13 Y desde el lugar alto que estaba en Gabaón, delante
del tabernáculo de reunión, volvió Salomón
a Jerusalén, y reinó sobre Israel.
Salomón comercia en caballos y en carros
(1 R. 10. 26-29;
2 Cr. 9. 25-28)
1:14 Y juntó Salomón carros y gente de a caballo;
y tuvo mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes,
los cuales puso en las ciudades de los carros y con el rey en
Jerusalén.
1:15 Y acumuló el rey plata y oro en Jerusalén como
piedras,
y cedro como cabrahigos de la Sefela en abundancia.
1:16 Y los mercaderes del rey compraban por contrato caballos
y lienzos finos de Egipto para Salomón.
1:17 Y subían y compraban en Egipto un carro por seiscientas
piezas de plata, y un caballo por ciento cincuenta; y así
compraban por medio de ellos, para todos los reyes de los heteos,
y para los reyes de Siria.
Capítulo 2
Pacto de Salomón con Hiram
(1 R. 5. 1-18; 7.
13-14)
2:1 Determinó, pues, Salomón edificar casa al nombre
de Jehová, y casa para su reino.
2:2 Y designó Salomón setenta mil hombres que llevasen
cargas, y ochenta mil hombres que cortasen en los montes, y tres
mil quinientos que los vigilasen.
2:3 Y envió a decir Salomón a Hiram rey de Tiro:
Haz conmigo como hiciste con David mi padre, enviándole
cedros para que edificara para sí casa en que morase.
2:4 He aquí, yo tengo que edificar casa al nombre de Jehová
mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático
delante de él, y para la colocación continua de
los panes de la proposición, y para holocaustos a mañana
y tarde, en los días de reposo, nuevas lunas, y festividades
de Jehová nuestro Dios; lo cual ha de ser perpetuo en Israel.
2:5 Y la casa que tengo que edificar, ha de ser grande; porque
el Dios nuestro es grande sobre todos los dioses.
2:6 Mas ¿quién será capaz de edificarle casa,
siendo que los cielos y los cielos de los cielos no pueden
contenerlo? ¿quién, pues, soy yo, para que le edifique
casa, sino tan sólo para quemar incienso delante de él?
2:7 Envíame, pues, ahora un hombre hábil que sepa
trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en púrpura,
en grana y en azul, y que sepa esculpir con los maestros que están
conmigo en Judá y Jerusalén, los cuales dispuso
mi padre.
2:8 Envíame también madera del Líbano: cedro,
ciprés y sándalo; porque yo sé que tus siervos
saben cortar madera en el Líbano; y he aquí, mis
siervos irán con los tuyos,
2:9 para que me preparen mucha madera, porque la casa que tengo
que edificar ha de ser grande y portentosa.
2:10 Y he aquí, para los trabajadores tus siervos, cortadores
de madera, he dado veinte mil coros
de trigo en grano, veinte mil coros de cebada, veinte mil batos
de vino, y veinte mil batos de aceite.
2:11 Entonces Hiram rey de Tiro respondió por escrito que
envió a Salomón: porque Jehová amó
a su pueblo, te ha puesto por rey sobre ellos.
2:12 Además decía Hiram: Bendito sea Jehová
el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que dio
al rey David un hijo sabio, entendido, cuerdo y prudente, que
edifique casa a Jehová, y casa para su reino.
2:13 Yo, pues, te he enviado un hombre hábil y entendido,
Hiram-abi,
2:14 hijo de una mujer de las hijas de Dan, mas su padre fue de
Tiro; el cual sabe trabajar en oro, plata, bronce y hierro, en
piedra y en madera, en púrpura y en azul, en lino y en
carmesí; asimismo sabe esculpir toda clase de figuras,
y sacar toda forma de diseño que se le pida, con tus hombres
peritos, y con los de mi señor David tu padre.
2:15 Ahora, pues, envíe mi señor a sus siervos el
trigo y cebada, y aceite y vino, que ha dicho;
2:16 y nosotros cortaremos en el Líbano la madera que necesites,
y te la traeremos en balsas por el mar hasta Jope, y tú
la harás llevar hasta Jerusalén.
2:17 Y contó Salomón todos los hombres extranjeros
que había en la tierra de Israel, después de haberlos
ya contado David su padre, y fueron hallados ciento cincuenta
y tres mil seiscientos.
2:18 Y señaló de ellos setenta mil para llevar cargas,
y ochenta mil canteros en la montaña, y tres mil seiscientos
por capataces para hacer trabajar al pueblo
Capítulo 3
Salomón edifica el templo
(1 R. 6.1-38)
3:1 Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová
en Jerusalén, en le monte Moriah, que había sido mostrado
a David su padre, en el lugar que David había preparado en
la era de Ornán jebuseo.
3:2 Y comenzó a edificar en el mes segundo, a los dos días
del mes, en el cuarto año de su reinado.
3:3 Estas son las medidas que dio Salomón a los cimientos
de la casa de Dios. La primera, la longitud, de sesenta codos,
y la anchura de veinte codos.
3:4 El pórtico que estaba al frente del edificio era de veinte
codos
de largo, igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte
codos; y lo cubrió por dentro de oro puro.
3:5 Y techó el cuerpo mayor del edificio con madera de ciprés,
la cual cubrió de oro fino, e hizo realzar en ellas palmeras
y cadenas.
3:6 Cubrió también la casa de piedras preciosas para
ornamento; y el oro era oro de Parvaim.
3:7 así que cubrió la casa, sus vigas, sus umbrales,
sus paredes y sus puertas con oro; y esculpió querubines
en las paredes.
3:8 Hizo asimismo el lugar santísimo,
cuya longitud era de veinte codos
según el ancho de la casa, y su anchura de veinte codos;
y lo cubrió de oro fino que ascendía a seiscientos
talentos.
3:9 Y el peso de los clavos era de uno hasta cincuenta siclos de
oro.
Cubrió también de oro los aposentos.
3:10 Y dentro del lugar santísimo hizo dos querubines
de madera, los cuales fueron cubiertos de oro.
3:11 La longitud de las alas de los querubines era de veinte codos;
porque una ala era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared
de la casa, y la otra de cinco codos, la cual tocaba el ala del
otro querubín.
3:12 De la misma manera una ala del otro querubín era del
cinco codos,
la cual llegaba hasta la pared de la casa, y la otra era de cinco
codos, que tocaba el ala del otro querubín.
3:13 Estos querubines tenían las alas extendidas por veinte
codos,
y estaban en pie con los rostros hacia la casa.
3:14 Hizo también el velo
de azul, púrpura, carmesí y lino, e hizo realzar querubines
en él.
Las dos columnas
(1 R. 7. 15-22)
3:15 Delante de la casa hizo dos columnas de treinta y cinco
codos
de altura cada una, con sus capiteles encima, de cinco codos.
3:16 Hizo asimismo cadenas en el santuario, y las puso sobre los
capiteles de las columnas; e hizo cien granadas, las cuales puso
en las cadenas.
3:17 Y colocó las columnas delante del templo, una a la
mano derecha, y otra a la izquierda; y a la de la mano derecha
llamó Jaquín, y a la de la izquierda, Boaz.
Capítulo 4
Mobiliario del templo
(1 R. 7. 23-51)
4:1 Hizo además un altar de bronce
de veinte codos
de longitud, veinte codos de anchura, y diez codos de altura.
4:2 También hizo un mar de fundición, el cual tenía
diez codos
de un borde al otro, enteramente redondo: su altura era de cinco
codos, y un cordón de treinta codos lo ceñía
alrededor.
4:3 Y debajo del mar había figuras de calabazas que lo
circundaban, diez en cada codo
alrededor; eran dos hileras de calabazas fundidas juntamente con
el mar.
4:4 Estaba asentado sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban
al norte, tres al occidente, y tres al sur, y tres al oriente:
y el mar descansaba sobre ellos, y las anclas de ellos estaban
hacia adentro.
4:5 Y tenía de grueso un palmo menor,
y el borde tenía la forma del borde de un cáliz,
o de una flor de lis. Y le cabían tres mil batos.
4:6 Hizo también diez fuentes,
y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar y
limpiar en ellas lo que se ofrecía en holocausto; pero
el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él.
4:7 Hizo asimismo diez candeleros de oro
según su forma, los cuales puso en el templo, cinco a la
derecha, y cinco a la izquierda.
4:8 Además hizo diez mesas
y las puso en el templo, cinco a la derecha, y cinco a la izquierda:
igualmente hizo cien tazones de oro.
4:9 También hizo el atrio de los sacerdotes, y el gran
atrio, y las portadas del atrio, y cubrió de bronce las
puertas de ellas.
4:10 Y colocó el mar al lado derecho, hacia el sureste
de la casa.
4:11 Hiram hizo también calderos, y palas, y tazones; y
acabó Hiram la obra que hacía al rey Salomón
para la casa de Dios;
4:12 Dos columnas, y los cordones, los capiteles sobre las cabezas
de las dos columnas, y dos redes para cubrir las dos esferas de
los capiteles que estaban encima de las columnas;
4:13 Cuatrocientas granadas en las dos redes, dos hileras de granadas
en cada red, para que cubriesen las dos esferas de los capiteles
que estaban encima de las columnas.
4:14 Hizo también las basas, sobre las cuales colocó
las fuentes;
4:15 Un mar, y los doce bueyes debajo de él:
4:16 Y calderos, palas, y garfios; de bronce muy fino hizo
todos sus enseres Hiram-abi al rey Salomón para la casa
de Jehová.
4:17 Y los fundió el rey en los llanos del Jordán,
en tierra arcillosa, entre Sucot y Seredata.
4:18 Y Salomón hizo todos estos enseres en número
tan grande, que no pudo saberse el peso del bronce.
4:19 Así hizo Salomón todos los utensilios para
la casa de Dios, y el altar de oro, y las mesas sobre las cuales
se ponían los panes de la proposición;
4:20 Asimismo los candeleros y sus lámparas, de oro puro,
para que las encendiesen delante del lugar santísimo conforme
a la ordenanza.
4:21 Las flores, lamparillas, y tenazas se hicieron de oro, de
oro finísimo;
4:22 También las despabiladeras, los lebrillos, las cucharas
y los incensarios eran de oro puro. Y de oro también la
entrada de la casa, sus puertas interiores para el lugar santísimo,
y las puertas de la casa del templo.
Capítulo 5
5:1 Acabada toda la obra que hizo Salomón para la casa de
Jehová, metió Salomón las cosas que David su
padre había dedicado;
y puso la plata, y el oro, y todos los utensilios, en los tesoros
de la casa de Dios.
Salomón traslada el arca al templo
(1 R. 8. 1-11)
5:2 Entonces Salomón reunió en Jerusalem a los
ancianos de Israel, y todos los príncipes de las tribus,
los jefes de las familias de los hijos de Israel, para que trajesen
el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David,
que es Sión.
5:3 Y se congregaron con el rey todos los varones de Israel, para
la fiesta solemne del mes séptimo.
5:4 Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel, y los Levitas
tomaron el arca:
5:5 Y llevaron el arca, y el tabernáculo de reunión,
y todos los utensilios del santuario que estaban en el tabernáculo:
los sacerdotes y los Levitas los llevaron.
5:6 Y el rey Salomón, y toda la congregación de
Israel que se había reunido con él delante
del arca, sacrificaron ovejas y bueyes, que por ser tantos no
se pudieron contar ni numerar.
5:7 Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová
en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo,
bajo las alas de los querubines:
5:8 Pues los querubines extendían las alas sobre el lugar
del arca, y los querubines cubrían por encima así
el arca como sus barras.
5:9 E hicieron salir las barras, de modo que se viesen las cabezas
de las barras del arca delante del lugar santísimo, mas
no se veían desde fuera: y allí están hasta
hoy.
5:10 En el arca no había más que las dos tablas
que Moisés había puesto en Horeb,
con las cuales Jehová había hecho pacto con los
hijos de Israel, cuando salieron de Egipto.
5:11 Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, (porque todos
los sacerdotes que se hallaron habían sido santificados,
y no guardaban sus turnos;
5:12 y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán,
y los de Jedutún, juntamente con sus hijos y sus hermanos,
vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios
y arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes
que tocaban trompetas:)
5:13 Cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos
a una, para alabar y dar gracias a Jehová:
y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos
y otros instrumentos de música, y alababan a
Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su
misericordia es para siempre:
entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová.
5:14 Y no podían los sacerdotes estar allí para
ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová
había llenado la casa de Dios.
Capítulo 6
Dedicación del templo
(1 R. 8. 12-66)
6:1 Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que
él habitaría en la oscuridad.
6:2 Yo pues he edificado una casa de morada para ti, y una habitación
en que mores para siempre.
6:3 Y volviendo el rey su rostro, bendijo a toda la
congregación de Israel: y toda la congregación de
Israel estaba en pie.
6:4 Y él dijo: Bendito sea Jehová Dios de Israel,
quien con su mano ha cumplido lo que prometió con su boca
a David mi padre, diciendo:
6:5 Desde el día que saqué a mi pueblo de la tierra
de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas las tribus de Israel
para edificar casa donde estuviese mi nombre, ni he escogido varón
que fuese príncipe sobre mi pueblo Israel.
6:6 Mas a Jerusalen he elegido para que en ella esté
mi nombre, y a David he elegido para que esté
sobre mi pueblo Israel.
6:7 Y David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al
nombre de Jehová Dios de Israel.
6:8 Mas Jehová dijo a David mi padre: Respecto
a haber tenido en tu corazón edificar casa
a mi nombre, bien has hecho en haber tenido esto en tu corazón.
6:9 Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo
que saldrá de tus lomos, él edificará casa
a mi nombre.
6:10 Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho,
pues me levanté yo en lugar de David mi padre, y me he
sentado en el trono de Israel, como Jehová había
dicho, y he edificado casa al nombre de Jehová Dios de
Israel.
6:11 Y en ella he puesto el arca, en la cual está el pacto
de Jehová que celebró con los hijos de Israel.
6:12 Se puso luego Salomón delante del altar de Jehová,
en presencia de toda la congregación de Israel, y extendió
sus manos.
6:13 Porque Salomón había hecho un estrado de bronce,
de cinco codos
de largo, de cinco codos de ancho, y de altura de tres codos,
y lo había puesto en medio del atrio: y se puso sobre él,
se arrodilló delante de toda la congregación de
Israel, y extendió sus manos al cielo, y dijo:
6:14 Jehová Dios de Israel, no hay Dios semejante
a ti en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y
la misericordia con tus siervos que caminan delante de ti de todo
su corazón;
6:15 Que has guardado a tu siervo David mi padre lo
que le prometiste: tú lo dijiste con tu boca, y con tu
mano lo has cumplido, como se ve en este día.
6:16 Ahora pues, Jehová Dios de Israel, guarda a
tu siervo David mi padre lo que le has prometido, diciendo: No
faltará de ti varón delante de mí, que se
siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden
su camino, andando en mi ley, como tú has andado delante
de mí.
6:17 Ahora pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase
tu palabra que dijiste a tu siervo David.
6:18 Mas ¿es verdad que Dios habitará con el hombre
en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos
no te pueden contener: ¿cuánto menos esta casa que
he edificado?
6:19 Mas tú mirarás a la oración
de tu siervo, y a su ruego, oh Jehová Dios
mío, para oir el clamor y la oración con que tu
siervo ora delante de ti.
6:20 Que tus ojos estén abiertos sobre esta casa de día
y de noche, sobre el lugar del cual dijiste, Mi nombre estará
allí;
que oigas la oración con que tu siervo ora en este lugar.
6:21 Asimismo que oigas el ruego de tu siervo, y de tu pueblo
Israel, cuando en este lugar hicieren oración, que tú
oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada: que
oigas y perdones.
6:22 Si alguno pecare contra su prójimo, y se le exigiere
juramento, y viniere a jurar ante tu altar en esta casa,
6:23 tú oirás desde los cielos, y actuarás,
y juzgarás a tus siervos, dando la paga al
impío, haciéndole recaer su proceder sobre su cabeza,
y justificando al justo al darle conforme a su justicia.
6:24 Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de los enemigos,
por haber prevaricado contra ti, y se convirtiere, y confesare
tu nombre, y rogare delante de ti en esta casa,
6:25 tú oirás desde los cielos, y perdonarás
el pecado de tu pueblo Israel, y les harás volver a la
tierra que diste a ellos y a sus padres.
6:26 Si los cielos se cerraren, y no hubiere lluvias por haber
pecado contra ti, si oraren a ti hacia este lugar, y confesaren
tu nombre, y se convirtieren de sus pecados, cuando los afligieres,
6:27 tú los oirás en los cielos, y perdonarás
el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, y les enseñarás
el buen camino para que anden en él, y darás lluvia
sobre tu tierra, que diste por heredad a tu pueblo.
6:28 Si hubiere hambre en la tierra, o si hubiere pestilencia,
si hubiere tizoncillo o añublo, langosta o pulgón;
o si los sitiaren sus enemigos en la tierra donde moren; cualquiera
plaga o enfermedad que sea;
6:29 Toda oración y todo ruego que hiciere cualquier hombre,
o todo tu pueblo Israel, cualquiera que conociere su llaga y su
dolor en su corazón, si extendiere sus manos hacia esta
casa,
6:30 Tú oirás desde los cielos, desde el lugar de
tu morada, y perdonarás, y darás a cada uno conforme
a sus caminos, habiendo conocido su corazón; porque solo
tú conoces el corazón de los hijos de los hombres;
6:31 Para que te teman y anden en tus caminos, todos los días
que vivieren sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros
padres.
6:32 Y también al extranjero que no fuere de tu pueblo
Israel, que hubiere venido de lejanas tierras a causa de tu gran
nombre, y de tu mano poderosa, y de tu brazo extendido, si viniere,
y orare hacia esta casa,
6:33 tú oirás desde los cielos, desde el lugar
de tu morada, y harás conforme a todas las cosas por las
cuales hubiere clamado a ti el extranjero; para que todos los
pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman así
como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre
esta casa que yo he edificado.
6:34 Si tu pueblo saliere a la guerra contra sus enemigos por
el camino que tú les enviares, y oraren a ti hacia esta
ciudad que tú elegiste, hacia la casa que he edificado
a tu nombre,
6:35 Tú oirás desde los cielos su oración
y su ruego, y ampararás su causa.
6:36 Si pecaren contra ti, (pues no hay hombre que no peque,)
y te enojares contra ellos, y los entregares delante de sus enemigos,
para que los que los tomaren los lleven cautivos a tierra de enemigos,
lejos o cerca,
6:37 y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren
llevados cautivos; si se convirtieren, y oraren a ti en la tierra
de su cautividad, y dijeren: Pecamos, hemos hecho inicuamente,
impíamente hemos hecho;
6:38 Si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda
su alma en la tierra de su cautividad, donde los hubieren llevado
cautivos, y oraren hacia la tierra que tú diste a sus padres,
hacia la ciudad que tu elegiste, y hacia la casa que he edificado
a tu nombre;
6:39 tú oirás desde los cielos, desde el lugar de
tu morada, su oración y su ruego, y ampararás su
causa, y perdonarás a tu pueblo que pecó contra
ti.
6:40 Ahora pues, oh Dios mío, te ruego estén abiertos
tus ojos, y atentos tus oídos a la oración en este
lugar.
6:41 Oh Jehová Dios, levántate ahora para habitar
en tu reposo, tú y el arca de tu poder; oh Jehová
Dios, sean vestidos de salvación tus sacerdotes, y tus
santos se regocijen en tu bondad.
6:42 Jehová Dios, no rechaces a tu ungido: acuérdate
de tus misericordias para con David tu siervo.
Capítulo 7
7:1 Cuando Salomón acabó de orar, descendió
fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas;
y la gloria de Jehová llenó la casa.
7:2 Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová,
porque la gloria de Jehová había llenado la casa de
Jehová.
7:3 Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y
la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron sobre sus
rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová,
diciendo: Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre.
7:4 Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron víctimas
delante de Jehová.
7:5 Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veinte
y dos mil bueyes, y ciento y veinte mil ovejas; y así dedicaron
la casa de Dios el rey y todo el pueblo.
7:6 Y los sacerdotes desempeñaban su ministerio; y los levitas
con los instrumentos de música de Jehová, los cuales
había hecho el rey David para alabar a Jehová, porque
su misericordia es para siempre; cuando David alababa por medio
de ellos. Asimismo los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos,
y todo Israel estaba en pie.
7:7 También Salomón consagró la parte central
del atrio que estaba delante de la casa de Jehová, por cuanto
había ofrecido allí los holocaustos, y la grosura
de las ofrendas de paz; porque en el altar de bronce que Salomón
había hecho, no podían caber los holocaustos, las
ofrendas y las grosuras.
7:8 Entonces hizo Salomón fiesta siete días, y con
él todo Israel, una gran congregación, desde la entrada
de Hamat hasta el arroyo de Egipto.
7:9 Al octavo día hicieron solemne asamblea, porque habían
hecho la dedicación del altar en siete días, y habían
celebrado la fiesta solemne por siete días.
7:10 Y a los veintitrés días del mes séptimo
envió al pueblo a sus hogares ,alegres y gozosos
de corazón por los beneficios que Jehová había
hecho a David, y a Salomón, y
a su pueblo Israel.
Pacto de Dios con Salomón
(1 R. 9. 1-9)
7:11 Terminó, pues, Salomón la casa de Jehová,
y la casa del rey: y todo lo que Salomón se propuso hacer
en la casa de Jehová y en su casa, fue prosperado.
7:12 Y apareció Jehová a Salomón de noche,
y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para
mí este lugar por casa de sacrificio.
7:13 Si yo cerrare los cielos, para que no haya lluvia, y si mandare
a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia
a mi pueblo;
7:14 Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado,
y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos
caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré
sus pecados, y sanaré su tierra.
7:15 Ahora estarán abiertos mis ojos, y atentos mis oídos,
a la oración en este lugar:
7:16 Porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que
esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón
estarán ahí para siempre.
7:17 Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo
David tu padre, e hicieres todas las cosas que yo te he mandado,
y guardares mis estatutos y mis decretos,
7:18 yo confirmaré el trono de tu reino, como pacté
con David tu padre, diciendo: No te faltará varón
que gobierne en Israel.
7:19 Mas si vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y
mandamientos que he puesto delante de vosotros, y fuereis y sirviereis
a dioses ajenos, y los adorareis,
7:20 Yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; y esta
casa que he santificado a mi nombre, yo la arrojaré de
mi presencia, y la pondré por burla y escarnio de todos
los pueblos.
7:21 Y esta casa que es tan excelsa, será espanto a todo
el que pasare, y dirá: ¿Por qué ha hecho
así Jehová a esta tierra y a esta casa?
7:22 Y se responderá: Por cuanto dejaron a Jehová
Dios de sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto,
y han abrazado a dioses ajenos, y los adoraron y sirvieron: por
eso él ha traído todo este mal sobre ellos.
Capítulo 8
Otras actividades de Salomón
(1 R. 9. 10-28)
8:1 Después de veinte años, durante los cuales
Salomón había edificado la casa de Jehová
y su propia casa,
8:2 reedificó Salomón las ciudades que Hiram le
había dado, y estableció en ellas a los hijos de
Israel.
8:3 Después vino Salomón a Hamat de Soba, y la tomó.
8:4 Y edificó a Tadmor en el desierto, y todas las ciudades
de aprovisionamiento que edificó en Hamat.
8:5 Asimismo reedificó a Bet-orón la de arriba,
y a Bet-orón la de abajo, ciudades fortificadas,
con muros, puertas, y barras;
8:6 Y a Baalat, y a todas las ciudades de provisiones que Salomón
tenía; también todas las ciudades de los carros
y las de la gente de a caballo; y todo lo que Salomón quiso
edificar en Jerusalén , y en el Líbano, y en toda
la tierra de su dominio.
8:7 Y a todo el pueblo que había quedado de los heteos,
amorreos, ferezeos, heveos, y jebuseos, que no eran de Israel,
8:8 los hijos de los que habían quedado en la tierra después
de ellos, a los cuales los hijos de Israel no destruyeron del
todo, hizo Salomón tributarios hasta hoy.
8:9 Pero de los hijos de Israel no puso Salomón siervos
en su obra; porque eran hombres de guerra, y sus oficiales y sus
capitanes, y sus comandantes de sus carros, y su gente de a caballo.
8:10 Y tenía Salomón doscientos cincuenta gobernadores
principales, los cuales mandaban sobre aquella gente.
8:11 Y pasó Salomón a la hija de Faraón,
de la ciudad de David a la casa que él había edificado
para ella; porque dijo: Mi mujer no morará en la casa de
David rey de Israel, porque aquellas habitaciones donde ha entrado
el arca de Jehová, son sagradas.
8:12 Entonces ofreció Salomón holocaustos a Jehová
sobre el altar de Jehová que él había edificado
delante del pórtico,
8:13 Para que ofreciesen cada cosa en su día, conforme
al mandamiento de Moisés, en los días de reposo,
en las nuevas lunas,
y en las fiestas solemnes tres veces en el año,
esto es, en la fiesta de los panes sin levasdura, en la fiesta
de las semanas, y en la fiesta de los tabernáculos.
8:14 Y constituyó los turnos de los sacerdotes en sus oficios,
conforme a lo ordenado por David su padre; y los levitas por sus
cargos, para que alabasen y ministrasen delante de los sacerdotes,
casa cosa en su día; asimismo los porteros por su orden
a cada puerta: porque así lo había mandado David,
varón de Dios.
8:15 Y no se apartaron del mandamiento del rey, en cuanto a los
sacerdotes y los levitas, y los tesoros, y todo negocio:
8:16 porque toda la obra de Salomón estaba preparada desde
el día en que se pusieron los cimientos de la casa de Jehová
hasta que fue terminada, hasta que la casa de Jehová fué
acabada totalmente.
8:17 Entonces Salomón fué a Ezión-geber,
y a Elot, a la costa del mar en la tierra de Edom.
8:18 Porque Hiram le había enviado naves por mano de sus
siervos, y marineros diestros en el mar, los cuales fueron con
los siervos de Salomón a Ofir, y tomaron de allá
cuatrocientos cincuenta talentos
de oro, y los trajeron al rey Salomón.
Capítulo 9
La reina de Sabá visita a Salomón
(1 R. 10. 1-13)
9:1 Oyendo la reina de Sabá
la fama de Salomón, vino a Jerusalén con un
séquito muy grande, con camellos cargados de especias aromáticas,
oro en abundancia, y piedras preciosas, para probar a Salomón
con preguntas difíciles. Y luego que vino a Salomón,
habló con él todo lo que en su corazón tenía.
9:2 Pero Salomón le respondió a todas sus preguntas:
y nada hubo que Salomón no le contestase.
9:3 Y viendo la reina de Sabá la sabiduría de Salomón,
y la casa que había edificado,
9:4 Y las viandas de su mesa, las habitaciones de sus oficiales,
el estado de sus criados y los vestidos de ellos, sus maestresalas
y sus vestidos, y la escalinata por donde subía a la casa
de Jehová, se quedó asombrada.
9:5 Y dijo al rey: Verdad es lo que había oído en
mi tierra acerca de tus cosas y de tu sabiduría;
9:6 Mas yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido,
y mis ojos han visto: y he aquí que ni aun la mitad de la
grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque
tú superas la fama que yo había oído.
9:7 Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos siervos tuyos,
que están siempre delante de ti, y oyen tu sabiduría.
9:8 Bendito sea Jehová tu Dios, el cual se ha agradado de
ti para ponerte sobre su trono como rey para Jehová tu Dios:
por cuanto tu Dios amó a Israel para afirmarlo perpetuamente,
por eso te ha puesto por rey sobre ellos, para que hagas juicio
y justicia.
9:9 Y dio al rey ciento veinte talentos de oro,
y gran cantidad de especias aromáticas , y piedras preciosas:
nunca hubo tales especias aromáticas como los que dio
la reina de Sabá al rey Salomón.
9:10 También los siervos de Hiram y los siervos de Salomón,
que habían traído el oro de Ofir, trajeron madera
de sándalo, y piedras preciosas.
9:11 Y de la madera de sándalo el rey hizo gradas en
la casa de Jehová, y en las casas reales, y arpas y salterios
para los cantores: nunca en tierra de Judá se había
visto madera semejante.
9:12 Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo
lo que ella quiso y le pidió, más de lo que ella había
traído al rey. Después ella se volvió y se
fue a su tierra con sus siervos.
Riquezas y fama de Salomón
(1 R. 10. 14-29;
2 Cr. 1. 14-17)
9:13 El peso de oro que venía a Salomón cada año,
era seiscientos sesenta y seis talentos de oro,
9:14 Sin lo que traían los mercaderes y negociantes; también
todos los reyes de Arabia y los gobernadores de la tierra traían
oro y plata a Salomón.
9:15 Hizo también el rey Salomón doscientos paveses
de oro batido, cada uno de los cuales tenía seiscientos
siclos de oro
labrado:
9:16 asimismo trescientos escudos de oro batido, teniendo cada
escudo trescientos siclos de oro:
y los puso el rey en la casa del bosque del Líbano.
9:17 Hizo además el rey un gran trono de marfil, y lo cubrió
de oro puro.
9:18 El trono tenía seis gradas, y un estrado de oro fijado
al trono, y brazos del asiento, y dos leones que estaban junto
a los brazos.
9:19 Había también allí doce leones sobre
las seis gradas a uno y otro lado. Jamás fue hecho trono
semejante en reino alguno.
9:20 Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y toda
la vajilla de la casa del bosque del Líbano, de oro puro.
En los días de Salomón la plata no era apreciada.
9:21 Porque la flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram,
y cada tres años solían venir las naves de Tarsis,
y traían oro, plata, marfil, monos, y pavos reales.
9:22 Y excedió el rey Salomón a todos los reyes
de la tierra en riqueza y en sabiduría.
9:23 Y todos los reyes de la tierra procuraban ver el rostro de
Salomón, para oir la sabiduría, que Dios le había
dado:
9:24 Cada uno de éstos traía su presente, alhajas
de plata, alhajas de oro, vestidos, armas, perfumes , caballos
y mulos, todos los años.
9:25 Tuvo también Salomón cuatro mil caballerizas
para sus caballos y carros, y doce mil jinetes,
los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en
Jerusalén .
9:26 Y tuvo dominio sobre todos los reyes desde el Eufrates hasta
la tierra de los Filisteos, y hasta la frontera de Egipto.
9:27 Y acumuló el rey plata en Jerusalén como
piedras,
y cedros como los cabrahigos de la Sefela en abundancia.
9:28 Traían también caballos para Salomón,
de Egipto
y de todos los países.
Muerte de Salomón
(1 R. 11. 41-43)
9:29 Los demás hechos de Salomón, primeros y postreros,
¿no están todos escritos en los libros del profeta
Natán, en la profecía de Ahías silonita,
y en las profecías del vidente Iddo contra Jeroboam hijo
de Nabat?
9:30 Reinó Salomón en Jerusalén sobre
todo Israel cuarenta años.
9:31 Y durmió Salomón con sus padres, y lo sepultaron
en la ciudad de David su padre: y reinó en su lugar Roboam
su hijo.
Capítulo 10
Rebelión de Israel
(1 R. 12. 1-24)
10:1 Roboam fue a Siquem, porque en Siquem se había reunido
todo Israel para hacerlo rey.
10:2 Y cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat, el cual estaba
en Egipto, adonde había huído a causa del rey Salomón,
volvió de Egipto.
10:3 Y enviaron y le llamaron. Vino, pues, Jeroboam, y todo Israel,
y hablaron a Roboam, diciendo:
10:4 Tu padre agravó nuestro yugo; ahora alivia algo de
la dura servidumbre, y del pesado yugo con que tu padre nos apremió,
y te serviremos.
10:5 Y él les dijo: Volved a mí de aquí a
tres días. Y el pueblo se fue .
10:6 Entonces el rey Roboam tomó consejo con los ancianos,
que habían estado delante de Salomón su padre cuando
vivía, y les dijo: ¿Cómo aconsejáis
vosotros que responda a este pueblo?
10:7 Y ellos le contestaron, diciendo: Si te condujeres humanamente
con este pueblo, y les agradares, y les hablares buenas palabras,
ellos te servirán siempre.
10:8 Mas él, dejando el consejo que le dieron los ancianos,
tomó consejo con los jóvenes que se habían
criado con él, y que estaban a su servicio;
10:9 Y les dijo: ¿Qué aconsejáis vosotros
que respondamos a este pueblo, que me ha hablado, diciendo: Alivia
algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros?
10:10 Entonces los jóvenes que se habían criado
con él, le contestaron: Así dirás al pueblo
que te ha hablado diciendo, Tu padre agravó nuestro yugo,
mas tú disminuye nuestra carga: Así les dirás:
Mi dedo más pequeño es más grueso que los
lomos de mi padre.
10:11 Así que, si mi padre os cargó de grave yugo,
yo añadiré a vuestro yugo: mi padre os castigó
con azotes, y yo con escorpiones.
10:12 Vino pues Jeroboam con todo el pueblo a Roboam al tercer
día, según el rey les había mandado deciendo:
Volved a mí de aquí a tres días.
10:13 Y les respondió el rey ásperamente; pues dejó
el rey Roboam el consejo de los ancianos,
10:14 Y les habló conforme al consejo de los jóvenes,
diciendo: Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo añadiré
a vuestro yugo: mi padre os castigó con azotes, mas yo
con escorpiones.
10:15 Y no escuchó el rey al pueblo; porque la causa era
de Dios, para que Jehová cumpliera la palabra que había
hablado por Ahías silonita, a Jeroboam hijo de Nabat.
10:16 Y viendo todo Israel que el rey no les había oído,
respondió el pueblo al rey, diciendo: ¿Qué
parte tenemos nosotros con David? No herencia en el hijo de Isaí.
¡Israel, cada uno a sus tiendas!
¡David, mira ahora por tu casa! Así se fue todo Israel
a sus tiendas.
10:17 Mas reinó Roboam sobre los hijos de Israel que habitaban
en las ciudades de Judá.
10:18 Envió luego el rey Roboam a Adoram, que tenía
cargo de los tributos; pero le apedrearon los hijos de Israel,
y murió. Entonces se apresuró el rey Roboam, y subiendo
en su carro huyó a Jerusalén .
10:19 Así se apartó Israel de la casa de David hasta
hoy.
Capítulo 11
11:1 Cuando vino Roboam a Jerusalén , reunió de la
casa de Judá y de Benjamín a ciento ochenta
mil hombres escogidos de guerra, para pelear contra Israel y hacer
volver el reino a Roboam.
11:2 Mas vino palabra de Jehová a Semaías varón
de Dios, diciendo:
11:3 Habla a Roboam hijo de Salomón, rey de Judá,
y a todos los israelitas en Judá y Benjamín, diciéndoles:
11:4 Así ha dicho Jehová: No subáis ni peleéis
contra vuestros hermanos; vuélvase cada uno a su casa, porque
yo he hecho esto. Y ellos oyeron la palabra de Jehová, y
se volvieron, y no fueron contra Jeroboam.
Prosperidad de Roboam
11:5 Y habitó Roboam en Jerusalén , y edificó
ciudades para fortificar a Judá.
11:6 Edificó a Belén, Etam, Tecoa,
11:7 Bet-sur, Soco, Adulam,
11:8 Gat, Maresa, Zif,
11:9 Adoraim, Laquis, Azeca,
11:10 Sora, Ajalón, y Hebrón, que eran ciudades
fortificadas de Judá y Benjamín.
11:11 Reforzó también las fortalezas, y puso en
ellas capitanes, y provisiones, y vino, y aceite;
11:12 Y en todas las ciudades puso escudos y lanzas. Las Fortificó,
pues, en gran manera; y Judá y Benjamín le estaban
sujetos.
11:13 Y los sacerdotes y levitas que estaban en todo Israel, se
juntaron a él desde todos los lugares donde vivían.
11:14 Porque los levitas dejaban sus ejidos y sus posesiones,
y venían a Judá y a Jerusalén : pues Jeroboam
y sus hijos los excluyeron del ministerio de Jehová.
11:15 Y él designó sus propios sacerdotes para los
lugares altos, y para los demonios, y para los becerros que él
había hecho.
11:16 Tras aquellos acudieron también de todas las tribus
de Israel los que habían puesto su corazón en buscar
a Jehová Dios de Israel; y vinieron a Jerusalén
para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios de sus padres.
11:17 Así fortalecieron el reino de Judá, y confirmaron
a Roboam hijo de Salomón, por tres años; porque
tres años anduvieron en el camino de David y de Salomón.
11:18 Y tomó Roboam por mujer a Mahalat, hija de Jerimot
hijo de David, y a Abihail, hija de Eliab hijo de Isaí.
11:19 La cual le dioa luz estos hijos: a Jeus, Semarias, y a Zaham.
11:20 Después de ella tomó a Maaca hija de Absalón,
la cual le dio a luz a Abías, a Atai, Ziza, y Selomit.
11:21 Pero Roboam amó a Maaca hija de Absalón sobre
todas sus mujeres y concubinas; porque tomó dieciocho mujeres
y sesenta concubinas, y engendró veintiocho hijos y sesenta
hijas.
11:22 Y puso Roboam a Abías hijo de Maaca por jefe y príncipe
de sus hermanos, porque quería hacerle rey.
11:23 Obró sagazmente, y esparció todos sus hijos
por todas las tierras de Judá y de Benjamín, y por
todas las ciudades fortificadas, y les dio provisiones en abundancia,
y muchas mujeres.
Capítulo 12
Sisac invade Judá
(1 R. 14. 21-31)
12:1 Cuando Roboam había consolidado el reino, dejó
la ley de Jehová, y todo Israel con él.
12:2 Y por cuanto se habían rebelado contra Jehová,
en el quinto año del rey Roboam subió Sisac rey
de Egipto contra Jerusalén ,
12:3 Con mil doscientos carros, y con sesenta mil hombres de a
caballo: mas el pueblo que venía con él de Egipto,
esto es, de libios, suquienos, y etíopes, no tenía
número.
12:4 Y tomó las ciudades fortificadas de Judá, y
llegó hasta Jerusalén .
12:5 Entonces vino el profeta Semaías a Roboam y a los
príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén
por causa de Sisac, y les dijo: Así ha dicho Jehová:
Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado
en manos de Sisac.
12:6 Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron,
y dijeron: Justo es Jehová.
12:7 Y cuando Jehová vió que se habían humillado,
fue palabra de Jehová a Semaías, diciendo: Se han
humillado; no los destruiré; antes los salvaré en
breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén
por mano de Sisac.
12:8 Pero serán sus siervos; para que sepan lo que es servirme
a mí, y que es servir a los reinos de las naciones.
12:9 Subió pues Sisac rey de Egipto a Jerusalén
, y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los
tesoros de la casa del rey; todo lo llevó: y tomó
los escudos de oro que Salomón había hecho.
12:10 Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce,
y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales custodiaban
la entrada de la casa del rey.
12:11 Cuando el rey iba a la casa de Jehová, venían
los de la guardia, y los llevaban, y después los volvían
a la cámara de la guardia.
12:12 Y cuando él se humilló, la ira de Jehová
se apartó de él, para no destruirlo del todo: y
también en Judá las cosas fueron bien.
12:13 Fortalecido, pues, Roboam, reinó en Jerusalén
: y era Roboam de cuarenta y un años cuando comenzó
a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén
, ciudad que escogió Jehová de todas las tribus
de Israel, para poner en ella su nombre. Y el nombre de la
madre de Roboam fue Naama amonita.
12:14 E hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para
buscar a Jehová.
12:15 Y las cosas de Roboam, primeras y postreras, ¿no
están escritas en los libros del profeta Semaías
y del vidente Iddo, en el registro de las familias? Y entre Roboam
y Jeroboam hubo guerra constante.
12:16 Y durmió Roboam con sus padres, y fue sepultado en
la ciudad de David: y reinó en su lugar Abías su
hijo.
Capítulo 13
Reinado de Abías
(1R. 15. 1-8)
13:1 A los dieciocho años del rey Jeroboam, reinó
Abías sobre Judá.
13:2 Y reinó tres años en Jerusalén
. El nombre de su madre fue Micaías hija de Uriel de Gabaa.
Y hubo guerra entre Abías y Jeroboam.
13:3 Entonces Abías ordenó batalla con un ejército
de cuatrocientos mil hombres de guerra valerosos y escogidos:
y Jeroboam ordenó batalla contra él con ochocientos
mil hombres escogidos, fuertes y valerosos.
13:4 Y se levantó Abías sobre el monte de Zemaraim,
que es en los montes de Efraín, y dijo: Oidme, Jeroboam
y todo Israel.
13:5 ¿No sabéis vosotros, que Jehová Dios
de Israel dio el reino a David sobre Israel para siempre, a él
y a sus hijos bajo pacto de sal?
13:6 Pero Jeroboam hijo de Nabat, siervo de Salomón hijo
de David, se levantó y rebeló contra su señor.
13:7 Y se juntaron con él hombres vanos y perversos, y
pudieron más que Roboam hijo de Salomón, porque
Roboam era joven y pusilánime, y no se defendió
de ellos.
13:8 Y ahora vosotros tratáis de de resistir al reino de
Jehová en mano de los hijos de David, porque sois muchos,
y tenéis con vosotros los becerros de oro que Jeroboam
os hizo por dioses.
13:9 ¿No habéis arrojado vosotros a los sacerdotes
de Jehová, a los hijos de Aarón, y a los levitas,
y os habéis designado sacerdotes a la manera de los pueblos
de otras tierras, para que cualquiera venga a consagrarse con
un becerro y siete carneros, y así sea sacerdote de los
que no son dioses?
13:10 Mas en cuanto a nosotros, Jehová es nuestro Dios,
y no le hemos dejado: y los sacerdotes que ministran delante de
Jehová son los hijos de Aarón, y los que están
en la obra son los levitas,
13:11 Los cuales queman para Jehová los holocaustos cada
mañana y cada tarde, y el incienso aromático; y
ponen los panes sobre la mesa limpia, y el candelero de oro con
sus lámparas para que ardan cada tarde: porque nosotros
guardamos la ordenanza de Jehová nuestro Dios; mas vosotros
le habéis dejado.
13:12 Y he aquí Dios está con nosotros por jefe,
y sus sacerdotes con las trompetas del júbilo para que
suenen contra vosotros. Oh hijos de Israel, no peleéis
contra Jehová el Dios de vuestros padres, porque no prosperaréis.
13:13 Pero Jeroboam hizo tender una emboscada para venir a ellos
por la espalda: y estando así delante de ellos, la emboscada
estaba a espaldas de Judá.
13:14 Y cuando miró Judá, he aquí que tenía
batalla por delante y a las espaldas; por lo que clamaron a Jehová,
y los sacerdotes tocaron las trompetas.
13:15 Entonces los de Judá gritaron con fuerza; y así
que ellos alzaron el grito, Dios desbarató a Jeroboam y
a todo Israel delante de Abías y de Judá:
13:16 Y huyeron los hijos de Israel delante de Judá, y
Dios los entregó en sus manos.
13:17 Y Abías y su gente hacían en ellos gran matanza;
y cayeron heridos de Israel quinientos mil hombres escogidos.
13:18 Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel
tiempo: y los hijos de Judá prevalecieron, porque se apoyaban
en Jehová el Dios de sus padres.
13:19 Y siguió Abías a Jeroboam, y le tomó
algunas ciudades, a Bet-el con sus aldeas, a Jesana con sus aldeas,
y a Efrain con sus aldeas.
13:20 Y nunca más tuvo Jeroboam poderío en los días
de Abías: y Jehová lo hirió, y murió.
13:21 Pero Abías se hizo más poderoso. Tomó
catorce mujeres, y engendró veintidós hijos, y dieciséis
hijas.
13:22 Lo demás hechos de Abías, sus caminos y sus
dichos, están escritos en la historia de Iddo profeta.
Capítulo 14
Reinado de Asa
(1 R. 15. 9-12)
14:1 Durmió Abías con sus padres, y fue sepultado
en la ciudad de David. Y reinó en su lugar su hijo Asa,
en cuyos días tuvo sosiego el país por diez años.
14:2 E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová
su Dios.
14:3 Porque quitó los altares del culto extraño,
y los lugares altos; quebró las imágenes, y destruyo
los símbolos de Asera;
14:4 y mandó a Judá que buscase a Jehová
el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos.
14:5 Quitó asimismo de todas las ciudades de Judá
los lugares altos y las imágenes, y estuvo el reino en
paz bajo su reinado.
14:6 Y edificó ciudades fortificadas en Judá, por
cuanto había paz en la tierra, y no había guerra
contra él en aquellos tiempos; porque Jehová le
había dado paz.
14:7 Dijo, por tanto a Judá: Edifiquemos estas ciudades,
y cerquémoslas de muros con torres, puertas, y barras,
ya que la tierra es nuestra: porque hemos buscado a Jehová
nuestro Dios, lo hemos buscado, y él nos ha dado paz por
todas partes. Edificaron pues, y fueron prosperados.
14:8 Tuvo también Asa ejército que traía
escudos y lanzas: de Judá trescientos mil, y de Benjamín
doscientos ochenta mil que traían escudos y entesaban arcos;
todos hombres diestros.
14:9 Y salió contra ellos Zera etíope con un ejército
de millones, y trescientos carros; y vino hasta Maresa.
14:10 Entonces salió Asa contra él, y ordenaron
la batalla en el valle de Sefata junto a Maresa.
14:11 Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: ¡OhJehová,para
ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que
no tiene fuerzas. Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro,
porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este
ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios:
no prevalezca contra ti el hombre.
14:12 Y Jehová deshizo a los etíopes delante de
Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes.
14:13 Y Asa, y el pueblo que con él estaba, lo siguieron
hasta Gerar; y cayeron los etíopes hasta no quedar en ellos
aliento; porque fueron deshechos delante de Jehová y de
su ejército. Y les tomaron muy grande botín.
14:14 Atacaron también todas las ciudades alrededor de
Gerar, porque el terror de Jehová cayó sobre ellas:
y saquearon todas las ciudades, porque había en ellas gran
botín.
14:15 Asimismo atacaron las cabañas de los que tenían
ganado, y se llevaron muchas ovejas y camellos, y volvieron a
Jerusalén .
Capítulo 15
Reformas religiosas de Asa
(1 R. 15. 13-15)
15:1 Vino el espíritu de Dios sobre Azarías hijo
de Obed;
15:2 Y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oidme, Asa,
y todo Judá y Benjamín: Jehová estará
con vosotros, si vosotros estuviereis con él: y si le buscareis,
será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él
también os dejará.
15:3 Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios y
sin sacerdoteque enseñara y sin ley;
15:4 pero cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová
Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos.
15:5 En aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que entraba,
ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos
los habitantes de las tierras.
15:6 Y una gente destruía a la otra, y una ciudad a otra
ciudad: porque Dios los turbó con toda clase de calamidades.
15:7 Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos;
pues hay recompensa para vuestra obra.
15:8 Cuando oyó Asa las palabras y la profecía del
profeta Azarías hijo de Obed, fue cobró ánimo,
y quitó los ídolos abominables de toda la tierra
de Judá y de Benjamín, y de las ciudades que él
había tomado en la parte montañosa de Efraín;
y reparó el altar de Jehová que estaba delante del
pórtico de Jehová.
15:9 Después reunió a todo Judá y Benjamín,
y con ellos los forasteros de Efraín, de Manasés,
y de Simeón: porque muchos de Israel se habían pasado
a él, viendo que Jehová su Dios estaba con él.
15:10 Se reunieron, pues, en Jerusalén en el mes
tercero del año décimoquinto del reinado de Asa.
15:11 Y en aquel mismo día sacrificaron a Jehová,
del botín que habían traído, setecientos
bueyes y siete mil ovejas.
15:12 Entonces prometieron solemnemente que buscarían a
Jehová el Dios de sus padres, de todo su corazón
y de toda su alma;
15:13 Y que cualquiera que no buscase a Jehová el Dios
de Israel, muriese, grande opequeño, hombre o mujer.
15:14 Y juraron a Jehová con gran voz y júbilo,
al son de trompetas y de bocinas:
15:15 Todos los de Judá se alegraron de este juramento;
porque de todo su corazón lo juraban, y de toda su voluntad
lo buscaban: y fue hallado de ellos; y les dio Jehová paz
por todas partes.
15:16 Y aun a Maaca madre del rey Asa, él mismo la depuso
de su dignidad, porque había hecho una imagen de Asera:
y Asa destruyó la imagen, y la desmenuzó, y la quemó
en el torrente de Cedrón.
15:17 Con todo eso los lugares altos no eran quitados de Israel,
aunque el corazón de Asa fue perfecto en todos sus días.
15:18 Y trajo a la casa de Dios lo que su padre había dedicado,
y lo que él había consagrado, plata, oro y utensilios.
15:19 Y no hubo más guerra hasta los treinta y cinco años
del reinado de Asa.
Capítulo 16
Alianza de Asa con Ben-adad
(1 R. 15. 16-22)
16:1 En el año treinta y seis del reinado de Asa, subió
Baasa rey de Israel contra Judá, y fortificó a Rama,
para no dejar salir ni entrar a ninguno al rey Asa, rey de Judá.
16:2 Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de
la casa de Jehová y de la casa real, y envió a Ben-adad
rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo:
16:3 Haya alianza entre tu y yo, como la hubo entre tu padre y mi
padre; he aquí yo te he enviado plata y oro, para que vengas
y deshagas la alianza que tienes con Baasa rey de Israel, a fin
de que se retire de mí.
16:4 Y consintió Ben-adad con el rey Asa, y envió
los capitanes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel:
y conquistaron Ijón, Dan, Abel-maim, y las ciudades de aprovisionamiento
de Neftalí.
16:5 Oyendo esto Baasa, cesó de edificar a Rama, y abandonó
su obra.
16:6 Entonces el rey Asa tomó a todo Judá, y se llevaron
de Rama la piedra y la madera con que Baasa edificaba, y con ella
edificó a Geba y Mizpa.
16:7 En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá,
y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te
apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del
rey de Siria ha escapado de tus manos.
16:8 Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército
numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo? con
todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó
en tus manos.
16:9 Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra,
para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto
para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí
en adelante habrá más guerra contra ti.
16:10 Entonces se enojó Asa contra el vidente, lo echó
en la cárcel, porque se encolerizó grandemente a causa
de esto. Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo.
Muerte de Asa
(1 R. 15. 23-24)
16:11 Mas he aquí, los hechos de Asa, primeros y postreros,
están escritos en el libro de los reyes de Judá
y de Israel.
16:12 En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó
gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová,
sino a los médicos.
16:13 Y durmió Asa con sus padres, y murió en el
año cuarenta y uno de su reinado.
16:14 Y lo sepultaron en los sepulcros que él había
hecho para sí en la ciudad de David;
y lo pusieron en un ataúd, el cual llenaron de perfumes
y diversas especies aromáticas, preparadas por expertos
perfumistas; e hicieron un gran fuego en su honor.
Capítulo 17
Reinado de Josafat
17:1 Reinó en su lugar Josafat su hijo, el cual se hizo
fuerte contra Israel.
17:2 Puso ejército en todas las ciudades fortificadas de
Judá, y colocó gente de guarnición, en tierra
de Judá, y asimismo en las ciudades de Efraín que
su padre Asa había tomado.
17:3 Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los
primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales;
17:4 Sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus
mandamientos, y no según las obras de Israel.
17:5 Jehová por tanto confirmó el reino en su mano,
y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y
gloria en abundancia.
17:6 Y se animó su corazón en los caminos de Jehová,
y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera
de en medio de Judá.
17:7 Al tercer año de su reinado envió sus príncipes
Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías,
para que enseñasen en las ciudades de Judá;
17:8 Y con ellos a los levitas, Semaías, Netanías,
Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán,
Adonías, Tobías, y Tobadonías; y con ellos
a los sacerdotes Elisama y Joram.
17:9 Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro
de la ley de Jehová, y recorrieron todas las ciudades de
Judá enseñando al pueblo.
17:10 Y cayó el pavor de Jehová sobre todos los
reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá; y
no osaron hacer guerra contra Josafat.
17:11 Y traían de los Filisteos presentes a Josafat, y
tributos de plata. Los Arabes también le trajeron ganados,
siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos
cabrío.
17:12 Iba, pues, Josafat engrandeciéndose mucho; y edificó
en Judá fortalezas y ciudades de aprovisionamiento.
17:13 Tuvo muchas provisiones en las ciudades de Judá,
y hombres de guerra muy valientes en Jerusalén.
17:14 Y este es el número de ellos según sus casas
paternas: de los jefes de los millares de Judá, el
general Adna, y con él trescientos mil hombres muy esforzados;
17:15 Después de él, el jefe Johanán,
y con él doscientos ochenta mil;
17:16 Tras éste, Amasías hijo de Zicri, el cual
se había ofrecido voluntariamente a Jehová, y con
él doscientos mil hombres valientes;
17:17 De Benjamín, Eliada, hombre muy valeroso, y con él
doscientos mil armados de arco y escudo;
17:18 Tras éste, Jozabad, y con él ciento ochenta
mil dispuestos para la guerra.
17:19 Estos eran siervos del rey, sin los que el rey había
puesto en las ciudades de fortificadas en todo Judá
Capítulo 18
Micaías profetiza la derrota de Acab
(1 R. 22. 1-40)
18:1 Tenía, pues, Josafat riquezas y gloria en abundancia,
y contrajo parentesco con Acab.
18:2 Y después de algunos años descendió
a Samaria para visitar a Acab; por lo que mató Acab muchas
ovejas y bueyes para él, y para la gente que con él
venía: y le persuadió que fuese con él contra
Ramot de Galaad.
18:3 Y dijo Acab rey de Israel a Josafat rey de Judá: ¿Quieres
venir conmigo contra Ramot de Galaad? Y él respondió:
Yo soy como tú; y mi pueblo como tu pueblo; iremos contigo
a la guerra.
18:4 Además dijo Josafat al rey de Israel: te Ruégo
que consultes hoy la palabra de Jehová.
18:5 Entonces el rey de Israel reunió a cuatrocientos profetas,
y les preguntó: ¿Iremos a la guerra contra Ramot
de Galaad, o me estaré quieto? Y ellos dijeron: Sube, porque
Dios los entregará en mano del rey.
18:6 Pero Josafat dijo: ¿Hay aún aquí algun
profeta de Jehová, para que por medio de él preguntemos?
18:7 Y el rey de Israel respondio a Josafat: Aun hay aquí
un hombre por el cual podemos preguntar a Jehová: mas yo
le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre
mal. Este es Micaías, hijo de Imla. Y respondio Josafat:
No hable así el rey.
18:8 Entonces el rey de Israel llamo a un oficial, y le dijo:
Haz venir luego a Micaías hijo de Imla.
18:9 Y el rey de Israel y Josafat rey de Judá, estaban
sentados cada uno en su trono, vestidos con sus ropas reales;
en la plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria, y todos
los profetas profetizaban delante de ellos.
18:10 Y Sedequías hijo de Quenaana se había hecho
cuernos de hierro, y decía: Así ha dicho Jehová:
Con estos acornearás a los Siros hasta destruirlos por
completo.
18:11 De esta manera profetizaban también todos los profetas,
diciendo: Sube contra Ramot de Galaad, y serás prosperado;
porque Jehová la entregará en mano del rey.
18:12 Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías,
le hablo, diciendo: He aquí las palabras de los profetas
a una voz anuncian al rey cosas buenas; yo, pues, te ruego que
tu palabra sea como la de uno de ellos, que hables bien.
18:13 Dijo Micaías: Vive Jehová, que lo que mi Dios
me dijere, eso hablaré. Y vino al rey.
18:14 Y el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a pelear
contra Ramot de Galaad, o me estaré quieto? El respondió:
Subid, y seréis prosperados, pues serán entregados
en vuestras manos.
18:15 El rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces te conjuraré
por el nombre de Jehová que no me hables sino la verdad?
18:16 Entonces Micaías dijo: He visto a todo Israel derramado
por los montes como ovejas sin pastor;
y dijo Jehová: Estos no tienen señor; vuélvase
cada uno en paz a su casa.
18:17 Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te había
yo dicho que no me profetizaría bien, sino mal?
18:18 Entonces él dijo: Oid pues palabra de Jehová:
Yo he visto a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército
de los cielos estaba a su mano derecha y a su izquierda.
18:19 Y Jehová preguntó: ¿Quién inducirá
a Acab rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?
Y uno decía así, y otro decía de otra manera.
18:20 Entonces salió un espíritu, que se puso delante
de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová
le dijo: ¿De qué modo?
18:21 Y él dijo: Saldré y seré espíritu
de mentira en la boca de todos sus profetas. Y Jehová dijo:
Tu le inducirás, y lo lograrás; anda y hazlo así.
18:22 Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu
de mentira en la boca de estos tus profetas; pues Jehová
ha hablado el mal contra ti.
18:23 Entonces Sedequías hijo de Quenaana se le acercó,
y golpeó a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Por
qué camino se fue de mí el Espíritu de Jehová
para hablarte a ti?
18:24 Y Micaías respondio: He aquí tú lo
verás aquel día, cuando entres de cámara
en cámara para esconderte.
18:25 Entonces el rey de Israel dijo: Tomad a Micaías,
y llevadlo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás
hijo del rey.
18:26 Y decidles: El rey ha dicho así: Poned a éste
en la cárcel, y sustentadle con pan de afliccion y agua
de angustia, hasta que yo vuelva en paz.
18:27 Y Micaías dijo: Si tú volvieres en paz, Jehová
no ha hablado por mí. Dijo además: Oid, pueblos
todos.
18:28 Subieron, pues, el rey de Israel, y Josafat rey de Judá,
a Ramot de Galaad.
18:29 Y dijo el rey de Israel a Josafat: Yo me disfrazaré
para entrar en la batalla, pero tú vístete tus ropas
reales. Y se disfrazó el rey de Israel, y entro en la batalla.
18:30 Había el rey de Siria mandado a los capitanes de
los carros que tenía consigo, diciendo: No peleéis
con chico ni con grande, sino sólo con el rey de Israel.
18:31 Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron:
Este es el rey de Israel. Y lo rodearon para pelear; mas Josafat
clamó, y Jehová lo ayudó, y los apartó
Dios de él;
18:32 Pues viendo los capitanes de los carros que no era el rey
de Israel, desistieron de acosarle.
18:33 Mas disparando uno el arco a la ventura, hirió al
rey de Israel entre las junturas y el coselete. El entonces dijo
al cochero: Vuelve las riendas, y sácame del campo, porque
estoy mal herido.
18:34 Y arreció la batalla aquel día, por lo que
estuvo el rey de Israel en pie en el carro enfrente de los sirios
hasta la tarde; y murió al ponerse el sol.
Capítulo 19
El profeta Jehú amonesta a Josafat
19:1 Josafat rey de Judá volvió en paz a su casa
en Jerusalén .
19:2 Y le salió al encuentro el vidente Jehú hijo
de Hanani, y dijo al rey Josafat: ¿Al impío das
ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues ha salido
de la presencia de Jehová ira contra ti por esto.
19:3 Pero se han hallado en ti buenas cosas, por cuanto has quitado
de la tierra las imágenes de Asera, y has dispuesto tu
corazon para buscar a Dios.
19:4 Habitó, pues, Josafat en Jerusalén ; pero daba
vuelta y salía al pueblo, desde Beerseba hasta el monte
de Efraín, y los conducía a Jehová el Dios
de sus padres.
19:5 Y puso jueces en todas las ciudades fortificadas de Judá,
por todos los lugares.
19:6 Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis: porque no
juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová,
el cual está con vosotros cuando juzgáis.
19:7 Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad
lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no
hay injusticia, ni acepcion de personas, ni admisión de
cohecho.
19:8 Puso también Josafat en Jerusalén a algunos
de los levitas y sacerdotes, y de los padres de familias de Israel,
para el juicio de Jehová y para las causas. Y volvieron
a Jerusalén .
19:9 Y les mandó, diciendo: Procederéis asimismo
con temor de Jehová, con verdad, con corazón
íntegro.
19:10 En cualquier causa que viniere a vosotros de vuestros hermanos
que habitan en las ciudades, en causas de sangre, entre ley y
precepto, estatutos y decretos, les amonestaréis que no
pequen contra Jehová, para que no venga ira sobre vosotros
y sobre vuestros hermanos. Haciendo así no pecaréis.
19:11 Y he aquí el sacerdote Amarías será
el que os presida en todo asunto de Jehová; y Zebadías
hijo de Ismael, príncipe de la casa de Judá, en
todos los negocios del rey; también los levitas serán
oficiales en presencia de vosotros. Esforzaos, pues, para hacerlo,
y Jehová estará con el bueno.
Capítulo 20
Victoria sobre Moab y Amón
20:1 Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab
y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra
Josafat a la guerra.
20:2 Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra
ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y
he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi.
20:3 Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su
rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo
Judá.
20:4 Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová:
y también de todas las ciudades de Judá vinieron a
pedir ayuda a Jehová.
20:5 Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá
y de Jerusalén , en la casa de Jehová, delante del
atrio nuevo;
20:6 Y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres
tú Dios en los cielos, y te tienes dominio sobre todos los
reinos de las naciones? ¿no está en tu mano tal fuerza
y poder, que no hay quien te resista?
20:7 Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de
esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia
de Abraham tu amigo
para siempre?
20:8 Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario
a tu nombre, diciendo:
20:9 Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia,
o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti,
(porque tu nombre está en esta casa,) y a causa de nuestras
tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.
20:10 Ahora, pues, he aquí los hijos de Amón y de
Moab, y los del monte de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasase
Israel cuando venía de la tierra de Egipto,
sino que se apartase de ellos, y no los destruyese;
20:11 He aquí ellos nos dan el pago viniendo a arrojarnos
de la heredad que tú nos diste en poseción.
20:12 ¡Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú?
porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que
viene contra nosotros: no sabemos que hacer, y a ti volvemos nuestros
ojos.
20:13 Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová,
con sus niños y sus mujeres, y sus hijos.
20:14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo
de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita
de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el espíritu de Jehová
en medio de la reunión;
20:15 Y dijo: Oid, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén
, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No
temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud
tan grande; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.
20:16 Mañana descenderéis contra ellos; he aquí
que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis
junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel.
20:17 No habrá para qué peleéis vosotros en
este caso: paraos, estad quedos, y ved la salvación de Jehová
con vosotros. Oh Judá y Jerusalén , no temáis
ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que Jehová
estará con vosotros.
20:18 Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo
todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron
delante de Jehová, y adoraron a Jehová.
20:19 Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los
hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel
con fuerte y alta voz.
20:20 Y cuando se levantaron por la mañana, salieron por
el desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat estando
en pie, dijo: Oidme, Judá y moradores de Jerusalén
. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros;
creed a sus profetas, y seréis prosperados.
20:21 Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen
y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras
salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová,
porque su misericordia es para siempre.
20:22 Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová
puso contra los hijos de Amón, de Moab, y del monte de Seir,
las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá,
y se mataron los unos a los otros:
20:23 Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra
los del monte de Seir, para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron
acabado con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción
de su compañero.
20:24 Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron
hacia la multitud; y he aquí yacían ellos en tierra
muertos, pues ninguno había escapado.
20:25 Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron
entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos
como alhajas preciosas, que tomaron para sí, tantos, que
no los podían llevar: tres días estuvieron recogiendo
el botín, porque era mucho.
20:26 Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca;
porque allí bendijeron a Jehová, y por esto llamaron
el nombre de aquel paraje el valle de Beraca, hasta hoy.
20:27 Y todo Judá y los de Jerusalén , y Josafat a
la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén
gozosos, porque Jehová les había dado gozo librándolos
de sus enemigos.
20:28 Y vinieron a Jerusalén con salterios, arpas,
y trompetas, a la casa de Jehová.
20:29 Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella
tierra, cuando oyeron que Jehová había peleado contra
los enemigos de Israel.
20:30 Y el reino de Josafat tuvo paz; porque su Dios le dio paz
de todas partes.
Resumen del reinado de Josafat
(1 R. 22. 41-50)
20:31 Así reinó Josafat sobre Judá; de treinta
y cinco años era cuando comenzó a reinar, y reinó
veintecinco años en Jerusalén . El nombre de su
madre fue Azuba, hija de Silhi.
20:32 Y anduvo en el camino de Asa su padre, sin apartarse de
él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová.
20:33 Con todo eso los lugares altos no fueron quitados; pues
el pueblo aún no había enderezado su corazón
al Dios de sus padres.
20:34 Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros,
he aquí están escritos en las palabras de Jehú
hijo de Hanani, del cual se hace mención en el libro de
los reyes de Israel.
20:35 Pasadas estas cosas, Josafat rey de Judá trabó
amistad con Ocozías rey de Israel, el cual era dado a la
impiedad:
20:36 e hizo con él compañía para construir
naves que fuesen a Tarsis; y construyeron las naves en Ezión-geber.
20:37 Entonces Eliezer hijo de Dodava, de Maresa, profetizó
contra Josafat, diciendo: Por cuanto has hecho compañía
con Ocozías, Jehová destruirá tus obras.
Y las naves se rompieron, y no pudieron ir a Tarsis.
Capítulo 21
Reinado de Joram de Judá
(2 R. 8. 16-24)
21:1 Durmió Josafat con sus padres, y lo sepultaron con
sus padres en la ciudad de David. Y reinó en su lugar Joram
su hijo,
21:2 quien tuvo por hermanos, hijos de Josafat, a Azarías,
Jehiel, Zacarías, Azarías, Micael, y Sefatías.
Todos estos fueron hijos de Josafat rey de Judá.
21:3 Y su padre les había dado muchos regalos de oro y
de plata, y cosas preciosas, y ciudades fortificadas en Judá;
pero había dado el reino a Joram, porque él era
el primogénito.
21:4 Fue elevado, pues, Joram al reino de su padre;
y luego que se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos,
y también a algunos de los príncipes de Israel.
21:5 Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años,
y reinó ocho años en Jerusalén .
21:6 Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la
casa de Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab,
e hizo lo malo ante los ojos de Jehová.
21:7 Mas Jehová no quiso destruir la casa de David, a causa
del pacto que había hecho con David, y porque le había
dicho que le daría lámpara a él y a sus hijos
perpetuamente.
21:8 En los días de éste se rebeló Edom contra
el dominio de Judá,
y pusieron rey sobre sí.
21:9 Entonces pasó Joram con sus príncipes, y todos
sus carros; y se levantó de noche, y derrotó a los
edomitas que le habían sitiado, y a todos los comandantes
de sus carros.
21:10 No obstante, Edom se libertó del dominio de Judá,
hasta hoy. También en el mismo tiempo Libna se libertó
de su dominio, por cuanto él había dejado a Jehová
el Dios de sus padres.
21:11 Además de esto hizo lugares altos en los montes de
Judá, e hizo que los moradores de Jerusalén
fornicasen, y a ello impelió a Judá.
21:12 Y le llegó una carta del profeta Elías, que
decía: Jehová, el Dios de David tu padre, ha dicho
así: Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat
tu padre, ni en los caminos de Asa rey de Judá,
21:13 sino que has andado en el camino de los reyes de Israel,
y has hecho que fornicase Judá, y los moradores de Jerusalén
, como fornicó la casa de Acab; y además has dado
muerte a tus hermanos, a la familia de tu padre, los cuales eran
mejores que tú:
21:14 he aquí Jehová herirá a tu pueblo de
una gran plaga, y a tus hijos y a tus mujeres, y a todo cuanto
tienes;
21:15 Y a ti con muchas enfermedades, con enfermedad de tus intestinos,
hasta que se te salgan a causa de tu persistente enfermedad.
21:16 Entonces Jehová despertó contra Joram la ira
de los filisteos, y de los árabes que estaban junto a los
etíopes;
21:17 Y subieron contra Judá, e invadieron la tierra, y
tomaron todos los bienes que hallaron en la casa del rey, y a
sus hijos y a sus mujeres; y no le quedó más hijo,
sino solamente Joacaz el menor de sus hijos.
21:18 Después de todo esto, Jehová lo hirió
con una enfermedad incurable en los intestinos.
21:19 Y aconteció que al pasar muchos días, al fin,
al cabo de dos años, los intestinos se le salieron por
la enfermedad, muriendo así de enfermedad muy penosa. Y
no encendieron fuego en su honor, como las habían hecho
con sus padres.
21:20 Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años,
y reinó en Jerusalén ocho años; y murió
sin que lo desearan más. Y lo sepultaron en la ciudad de
David, pero no en los sepulcros de los reyes.
Capítulo 22
Reinado de Ocozías de Judá
(2 R. 8.25-29)
22:1 Los habitantes de Jerusalén hicieron rey en lugar
de Joram a Ocozías su hijo menor; porque una banda armada
que había venido con los árabes al campamento,
había matado a todos los mayores; por lo cual reinó
Ocozías, hijo de Joram rey de Judá.
22:2 Cuando Ocozías comenzó a reinar era de cuarenta
y dos años, y reinó un año en Jerusalén
. El nombre de su madre fue Atalía, hija de Omri.
22:3 También él anduvo en los caminos de la casa de
Acab: pues su madre le aconsejaba a que actuase impíamente.
22:4 Hizo pues lo malo ante los ojos de Jehová, como la casa
de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le
aconsejaron para su perdición.
22:5 Y él anduvo en los consejos de ellos, y fue a la guerra
con Joram hijo de Acab, rey de Israel, contra Hazael rey de Siria,
a Ramot de Galaad, donde los Siros hirieron a Joram.
22:6 Y volvió para curarse en Jezreel de las heridas que
le habían hecho en Ramot, peleando contra Hazael rey de Siria.
Y descendió Ocozías hijo de Joram, rey de Judá,
para visitar a Joram hijo de Acab, en Jezreel, porque allí
estaba enfermo.
Jehú mata a Ocozías
(2 R. 9. 27-29)
22:7 Pero esto venía de Dios, para que Ocozías
fuese destruído viniendo a Joram: porque habiendo venido,
salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual
Jehová había ungido para que exterminara la familia
de Acab.
22:8 Y haciendo juicio Jehú contra la casa de Acab, halló
a los príncipes de Judá, y a los hijos de los hermanos
de Ocozías, que servían a Ocozías, y los
mató.
22:9 Y buscando a Ocozías, el cual se había escondido
en Samaria, lo hallaron, y lo trajéron a Jehú, y
le mataron; y le dieron sepultura, porque dijeron: Es hijo de
Josafat, quien de todo su corazón buscó a Jehová.
Y la casa de Ocozías no tenía fuerzas para poder
retener el reino.
Atalía usurpa el trono
(2 R. 11. 1-21)
22:10 Entonces Atalía madre de Ocozías, viendo
que su hijo era muerto, se levantó y destruyó toda
la descendencia real de la casa de Judá.
22:11 Pero Josabet, hija del rey, tomó a Joás hijo
de Ocozías, y escondiéndolo de entre los demás
hijos del rey, a los cuales mataban, y le guardó a él
y a su ama en uno de los aposentos. Así lo escondió
Josabet, hija del rey Joram, mujer del sacerdote Joiada, (porque
ella era hermana de Ocozías), de delante de Atalía,
y no lo mataron.
22:12 Y estuvo con ellos escondido en la casa de Dios seis años.
Entre tanto Atalía reinaba en el país.
Capítulo 23
23:1 En el séptimo año se animó Joiada,
y tomó consigo en alianza a los jefes de centenas Azarías
hijo de Jeroham, Ismael hijo de Johanán, Azarías
hijo de Obed, Maasías hijo de Adaía, y a Elisafat
hijo de Zicri,
23:2 Los cuales recorrieron el país de Judá, y reunieron
a los levitas de todas las ciudades de Judá, y a los príncipes
de las familias de Israel, y vinieron a Jerusalén .
23:3 Y toda la multitud hizo pacto con el rey en la casa de Dios.
Y Joiada les dijo: He aquí el hijo del rey, el cual reinará,
como Jehová ha dicho a los hijos de David.
23:4 Ahora haced esto: la tercera parte de vosotros, los que entran
el día de reposo, estarán de porteros con los sacerdotes
y los levitas;
23:5 Otra tercera parte, a la casa del rey; y la otra tercera
parte, a la puerta del Cimiento: y todo el pueblo estará
en los patios de la casa de Jehová.
23:6 Y ninguno entre en la casa de Jehová, sino los sacerdotes
y levitas que ministran: éstos entrarán, porque
están consagrados; y todo el pueblo hará guardia
delante de Jehová.
23:7 Y los levitas rodearán al rey por todas partes, y
cada uno tendrá sus armas en la mano; cualquiera
que entre en la casa, que muera: y estaréis con el rey
cuando entre, y cuando salga.
23:8 Y los levitas y todo Judá lo hicieron todo como lo
había mandado el sacerdote Joiada: y tomó cada jefe
a los suyos, los que entraban el día de reposo, y los que
salían el día de reposo: porque el sacerdote Joiada
no dio licencia a las compañías.
23:9 Dio también el sacerdote Joiada a los jefes de las
centenas las lanzas, los paveses y los escudos que habían
sido del rey David, y que estaban en la casa de Dios;
23:10 Y puso en orden a todo el pueblo, teniendo cada uno su espada
en la mano, desde el rincón derecho del templo hasta el
izquierdo, hacia el altar y la casa, alrededor del rey por todas
partes.
23:11 Entonces sacaron al hijo del rey, y le pusieron la corona
y el testimonio, y lo proclamaron rey; y Joiada y sus hijos lo
ungieron, diciendo luego: ¡Viva el rey!
23:12 Cuando Atalía oyó el estruendo de la gente
que corría, y de los que aclamaban al rey, vino al pueblo
a la casa de Jehová;
23:13 Y mirando, vió al rey que estaba junto a su columna
a la entrada, y los príncipes y los trompeteros junto al
rey, y que todo el pueblo de la tierra mostraba alegría,
y sonaban bocinas, y los cantores con instrumentos de música
dirigían la alabanza. Entonces Atalía rasgó
sus vestidos, y dijo: ¡Traición! ¡Traición!
23:14 Pero el sacerdote Joiada mandó que salieran los jefes
de centenas del ejército, y les dijo: Sacadla fuera del
recinto; y al que la siguiere, matadlo a filo de espada: porque
el sacerdote había mandado que no la matasen en la casa
de Jehová.
23:15 Ellos pues le echaron mano, y luego que ella hubo pasado
la entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey, allí
la mataron.
23:16 Y Joiada hizo pacto entre sí y todo el pueblo y el
rey, que serían pueblo de Jehová.
23:17 Después de esto entró todo el pueblo en el
templo de Baal, y lo derribaron, y también sus altares;
e hicieron pedazos sus imágenes, y mataron delante de los
altares a Matán, sacerdote de Baal.
23:18 Luego ordenó Joiada los oficios en la casa de Jehová,
bajo la mano de los sacerdotes y levitas, según David los
había distribuido en la casa de Jehová, para ofrecer
a Jehová los holocaustos, como está escrito en la
ley de Moisés, con gozo y con cánticos, conforme
a la disposición de David.
23:19 Puso también porteros a las puertas de la casa de
Jehová, para que por ninguna vía entrase ningún
inmundo.
23:20 Llamó después a los jefes de centenas, y a
los principales, a los que gobernaban el pueblo y a todo el pueblo
de la tierra, para conducir al rey desde la casa de Jehová;
y cuando llegaron a la mitad de la puerta mayor de la casa del
rey, sentaron al rey sobre el trono del reino.
23:21 Y se regocijó todo el pueblo del país; y la
ciudad estuvo tranquila, después que mataron a Atalia a
filo de espada.
Capítulo 24
Reinado de Joás de Judá
(2 R. 12. 1-21)
24:1 De siete años era Joás cuando comenzó
a reinar, y cuarenta años reinó en Jerusalén
. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba.
24:2 E hizo Joás lo recto ante los ojos de Jehová
todos los días de Joiada el sacerdote.
24:3 Y Joiada tomó para él dos mujeres; y engendró
hijos e hijas.
24:4 Después de esto aconteció que Joás decidió
restaurar la casa de Jehová.
24:5 Y reunió a los sacerdotes y los levitas, y les dijo:
Salid por las ciudades de Judá, y recoged dinero de todo
Israel, para que cada año sea reparada la casa de vuestro
Dios; y vosotros poned diligencia en el asunto. Pero los levitas
no pusieron diligencia.
24:6 Por lo cual el rey llamó al sumo sacerdote Joiada
y le dijo: ¿Por qué no has procurado que los levitas
traigan de Judá y de Jerusalén la ofrenda que Moisés
siervo de Jehová impuso a la congregación
de Israel para el tabernáculo del testimonio?
24:7 Porque la impía Atalía y sus hijos habían
destruído la casa de Dios, y además habían
gastado en los ídolos todas las cosas consagradas de la
casa de Jehová.
24:8 Mandó, pues, el rey que hiciesen un arca, la cual
pusieron fuera, a la puerta de la casa de Jehová;
24:9 e hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén
, que trajesen a Jehová la ofrenda que Moisés siervo
de Dios había impuesto a Israel en el desierto.
24:10 Y todos los jefes y todo el pueblo se gozaron, y trajeron
ofrendas, y las echaron en el arca hasta llenarla.
24:11 Y cuando venía el tiempo para llevar el arca al secretario
del rey por mano de los levitas, cuando veían que había
mucho dinero, venía el escriba del rey, y el que estaba
puesto por el sumo sacerdote, y llevaban el arca, y la vaciában,
y la volvían a su lugar. Así lo hacían de
día en día, y recogían mucho dinero;
24:12 y el rey y Joiada lo daban a los que hacían el trabajo
del servicio de la casa de Jehová, y tomaban canteros y
carpinteros que reparasen la casa de Jehová, y artífices
en hierro y bronce para componer la casa.
24:13 Hacían, pues, los artesanos la obra, y por sus manos
la obra fue restaurada, y restituyeron la casa de Dios a su antigua
condición, y la consolidaron.
24:14 Y cuando terminaron, trajeron al rey y a Joiada lo que quedaba
del dinero, e hicieron de él utensilios para la casa de
Jehová, utensilios para el servicio, morteros, cucharas,
vasos de oro y de plata. Y sacrificaban holocaustos continuamente
en la casa de Jehová todos los días de Joiada.
24:15 Mas Joiada envejeció, y murió lleno de días:
de ciento y treinta años era cuando murió.
24:16 Y lo sepultaron en la ciudad de David con los reyes, por
cuanto había hecho bien con Israel, y para con Dios, y
con su casa.
24:17 Muerto Joiada, vinieron los príncipes de Judá,
y ofrecieron obediencia al rey; y el rey los oyó.
24:18 Y desampararon la casa de Jehová el Dios de sus padres,
y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes
esculpidas. Entonces la ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén
por este su pecado.
24:19 Y les envió profetas, para que los volviesen a Jehová,
los cuales les amonestaron; mas ellos no los escucharon.
24:20 Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías,
hijo del sacerdote Joiada; y puesto en pie, donde estaba más
alto que el pueblo, les dijo: Así ha dicho Dios: ¿Por
qué quebrantáis los mandamientos de Jehová?
No os vendrá bien por ello; porque por haber dejado a Jehová,
el también os abandonará.
24:21 Pero ellos hicieron conspiración contra él,
y por mandato del rey lo apedrearon hasta matarlo, en el patio
de la casa de Jehová.
24:22 Así el rey Joás no se acordó de la
misericordia que Joiada padre de Zacarías había
hecho con él, antes mató a su hijo, quien dijo al
morir: Jehová lo vea y lo demande.
24:23 A la vuelta del año subió contra él
el ejército de Siria; y vinieron a Judá y a Jerusalén
, y destruyeron en el pueblo a todos los principales de él,
y enviaron todos el botín al rey a Damasco.
24:24 Porque aunque el ejército de Siria había venido
con poca gente, Jehová entregó en sus manos un ejército
muy numeroso, por cuanto habían dejado a Jehová
el Dios de sus padres. Así ejecutaron juicios contra Joás.
24:25 Y cuando se fueron los sirios, lo dejaron agobiado por sus
dolencias; y conspiraron contra él sus siervos a causa
de la sangre de los hijos de Joiada el sacerdote, y lo hirieron
en su cama, y murió: y lo sepultaron en la ciudad de David,
pero no en los sepulcros de los reyes.
24:26 Los que conspiraron contra él fueron Zabad, hijo
de Simeat amonita, y Jozabad, hijo de Simrit moabita.
24:27 En cuanto a los hijos de Joás, y la multiplicación
que hizo de las rentas, y la restauración de la casa de
Jehová, he aquí está escrito en la historia
del libro de los reyes. Y reinó en su lugar Amasías
su hijo.
Capítulo 25
Reinado de Amasías
(2 R. 14. 1-22)
25:1 De veinticinco años era Amasías cuando comenzó
a reinar, y veintinueve años reinó en Jerusalén
: el nombre de su madre fue Joadan, de Jerusalén .
25:2 Hizo él lo recto ante los ojos de Jehová aunque
no de perfecto corazón.
25:3 Y luego que fue confirmado en el reino, mató a los
siervos que habían matado al rey su padre;
25:4 Pero no mató a los hijos de ellos, según
lo que está escrito en la ley en el libro de Moisés,
donde Jehová mandó diciendo: No morirán los
padres por los hijos, ni los hijos por los padres; mas cada uno
morirá por su pecado.
25:5 Reunió luego Amasías a Judá, y con arreglo
a las familias les puso jefes de millares y de centenas sobre
todo Judá y Benjamín. Después puso en lista
a todos los de veinte años arriba, y fueron hallados trescientos
mil escogidos para salir a la guerra, que tenían lanza
y escudo.
25:6 Y de Israel tomó a sueldo por cien talentos de plata,
a cien mil hombres valientes,.
25:7 Mas un varón de Dios vino a él, y le dijo:
Rey, no vaya contigo el ejército de Israel; porque Jehová
no está con Israel, ni con todos los hijos de Efraín.
25:8 Pero si vas así, si lo haces, y te esfuerzas para
pelear, Dios te hará caer delante de los enemigos; porque
en Dios está el poder, o para ayudar, o para derribar.
25:9 Y Amasías dijo al varón de Dios: ¿Qué,
pues, se hará de los cien talentos
que he dado al ejército de Israel? Y el varón de
Dios respondió: Jehová puede darte mucho más
que esto.
25:10 Entonces Amasías apartó el ejército
de la gente que había venido a él de Efraín,
para que se fuesen a sus casas: y ellos se enojaron grandemente
contra Judá, y volvieron a sus casas encolerizados.
25:11 Esforzándose entonces Amasías, sacó
a su pueblo, y vino al Valle de la Sal: y mató de los hijos
de Seir diez mil.
25:12 Y los hijos de Judá tomaron vivos a otros diez mil,
los cuales llevaron a la cumbre de un peñasco, y de allí
los despeñaron, y todos se hicieron pedazos.
25:13 Mas los del ejército que Amasías había
despedido, para que no fuesen con él a la guerra, invadieron
las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet-oron, y mataron
a tres mil de ellos, y tomaron gran despojo.
25:14 Volviendo luego Amasías de la matanza de los edomitas,
trajo también consigo los dioses de los hijos de Seir,
y los puso ante sí por dioses, y los adoró, y les
quemó incienso.
25:15 Por esto se encendió la ira de Jehová contra
Amasías, y envió a él un profeta, que le
dijo: ¿Por qué has buscado los dioses de otra nación,
que no libraron a su pueblo de tus manos?
25:16 Y hablándole el profeta estas cosas, él le
respondió: ¿te han puesto a ti por consejero del
rey? Déjate de eso: ¿por qué quieres que
te maten? Y cuando terminó de hablar, el profeta dijo luego:
Yo sé que Dios ha decretado destruirte, porque has hecho
esto, y no obedeciste mi consejo.
25:17 Y Amasías rey de Judá, después de tomar
consejo, envió a decir a Joás, hijo de Joacaz hijo
de Jehú, rey de Israel: Ven, y veámonos cara a cara.
25:18 Entonces Joás rey de Israel envió a decir
a Amasías rey de Judá: El cardo que estaba en el
Líbano, envió al cedro que estaba en el Líbano,
diciendo: Da tu hija a mi hijo por mujer. Y he aquí que
las bestias fieras que estaban en el Líbano, pasaron, y
hollaron el cardo.
25:19 Tú dices: He aquí he derrotado a Edom; y tu
corazón se enaltece para gloriarte. Quédate ahora
en tu casa. ¿para qué te provocas un mal en que
puedas caer tú y Judá contigo?
25:20 Mas Amasías no quiso oir; porque era la voluntad
de Dios, que los quería entregar en manos de sus enemigos,
por cuanto habían buscado los dioses de Edom.
25:21 Subió pues Joás rey de Israel, y se vieron
cara a cara él y Amasías rey de Judá, en
la batalla de Bet-semes, la cual es de Judá.
25:22 Pero cayó Judá delante de Israel, y huyó
cada uno a su estancia.
25:23 Y Joás rey de Israel prendió en Bet-semes
a Amasías rey de Judá, hijo de Joás hijo
de Joacaz, y lo llevóa Jerusalén : y derribó
el muro de Jerusalén desde la puerta de Efraín
hasta la puerta del ángulo, un tramo de cuatrocientos codos.
25:24 Asimismo tomó todo el oro y plata, y todos los utensilios
que se hallaron en la casa de Dios en casa de Obed-edom, y los
tesoros de la casa del rey, y los hijos de los nobles; después
volvió a Samaria.
25:25 Y vivió Amasías hijo de Joás, rey de
Judá, quince años después de la muerte de
Joás hijo de Joacaz, rey de Israel.
25:26 Lo demás hechos de Amasías, primeros y postreros,
¿no están escritos en el libro de los reyes de Judá
y de Israel?
25:27 Desde el tiempo en que Amasías se apartó de
Jehová, empezaron a conspirar contra él en Jerusalén
; y habiendo él huído a Laquis, enviaron tras él
a Laquis, y allá lo mataron;
25:28 Y lo trajeron en caballos, y lo sepultaron con sus padres
en la ciudad de Judá.
Capítulo 26
Reinado de Uzías
(2 R. 15. 1-7)
26:1 Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Uzías,
el cual tenía dieciséis años, y lo pusieron
por rey en lugar de Amasías su padre.
26:2 Uzías edificó él a Elot, y la restituyó
a Judá después que el rey Amasías durmió
con sus padres.
26:3 De dieciséis años era Uzías cuando comenzó
a reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén
. El nombre de su madre fue Jecolías, de Jerusalén
.
26:4 E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme
a todas las cosas que había hecho Amasías su padre.
26:5 Y persistió en buscar a Dios en los días de
Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días
que buscó a Jehová, él le prosperó.
26:6 Y salió, y peleó contra los filisteos, y rompió
el muro de Gat, y el muro de Jabnia, y el muro de Asdod; y edificó
ciudades en Asdod, y en la tierra de los filisteos.
26:7 Dios le dio ayuda contra los filisteos, y contra los árabes
que habitaban en Gur-baal, y contra los amonitas.
26:8 Y dieron los amonitas presentes a Uzías, y se divulgó
su fama hasta la frontera de Egipto; porque se había hecho
altamente poderoso.
26:9 Edificó también Uzías torres en Jerusalén
, junto a la puerta del ángulo, y junto a la puerta del
valle, y junto a las esquinas; y las fortificó.
26:10 Asimismo edificó torres en el desierto, y abrió
muchas cisternas: porque tuvo muchos ganados, así en los
Sefela como en las vegas; y viñas, y labranzas, así
en los montes como en los llanos fértiles; porque era amigo
de la agricultura.
26:11 Tuvo también Uzías un ejército de guerreros,
los cuales salían a la guerra en divisiones, de acuerdo
con la lista hecha por mano de Jehiel escriba, y de Maasías
gobernador, y por mano de Hananías, uno de los jefes del
rey.
26:12 Todo el número de los jefes de familias, valientes
y esforzados, era dos mil seiscientos.
26:13 Y bajo la mano de éstos estaba el ejército
de guerra, de trescientos siete mil quinientos guerreros poderosos
y fuertes, para ayudar al rey contra los enemigos.
26:14 Y Uzías preparó para todo el ejército,
escudos, lanzas, yelmos, coseletes, arcos, y hondas para tirar
piedras.
26:15 E hizo en Jerusalén máquinas por inventadas
por ingenieros, para que estuviesen en las torres y en los baluartes,
para arrojar saetas y grandes piedras, y su fama se extendió
lejos, porque fue ayudado maravillosamente, hasta hacerse poderoso.
26:16 Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció
para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su
Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso
en el altar del incienso.
26:17 Y entró tras él el sacerdote Azarías,
y con él ochenta sacerdotes de Jehová, varones valientes.
26:18 Y se pusieron contra el rey Uzías, y le dijeron:
No te corresponde a ti, oh Uzías, el quemar incienso a
Jehová, sino a los sacerdotes hijos de Aarón, que
son consagrados para quemarlo.Sal
del santuario, por que has prevaricado, y no te será para
gloria delante de Jehová Dios.
26:19 Entonces Uzías, teniendo enla mano un incensariopar
ofrecer incienso, se llenó de ira; y en su ira contra los
sacerdotes, la lepra le brotó en la frente delante de los
sacerdotes en la casa de Jehová, junto al altar del incienso.
26:20 Y le miró el sumo sacerdote Azarías, y todos
los sacerdotes, y he aquí la lepra estaba en su frente;
e le hicieron salir apresuradamente de aquel lugar; y él
también se dio prisa a salir, porque Jehová lo había
herido.
26:21 Así el rey Uzías fue leproso hasta el día
de su muerte, y habitó leproso en una casa apartada, por
lo cual fue excluido de la casa de Jehová; y Jotam su hijo
tuvo cargo de la casa real, gobernando al pueblo de la tierra.
26:22 Los demás de los hechos de Uzías, primeros
y postreros, fueron escritos por el profeta Isaías, hijo
de Amóz.
26:23 Y durmió Uzías con sus padres,
y lo sepultaron con sus padres en el campo de los sepulcros reales;
porque dijeron: Leproso es. Y reinó Jotam su hijo en lugar
suyo.
Capítulo 27
Reinado de Jotam
(2 R. 15. 32-38)
27:1 De veinticinco años era Jotam cuando comenzó
a reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalén
. El nombre de su madre fue Jerusa, hija de Sadoc.
27:2 E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme
a todas las cosas que había hecho Uzías su padre,
salvo que no entró en el santuario de Jehová. Pero
el pueblo continuaba corrompiéndose.
27:3 Edificó él la puerta mayor de la casa de Jehová,
y sobre el muro de la fortaleza edificó mucho.
27:4 Además edificó ciudades en las montañas
de Judá, y construyó fortalezas y torres en los
bosques.
27:5 También tuvo él guerra con el rey de los hijos
de Amón, a los cuales venció; y le dieron los hijos
de Amón en aquel año cien talentos de plata,
diez mil coros de trigo, y diez mil de cebada. Esto le dieron
los hijos de Amón, y lo mismo en el segundo año,
y en el tercero.
27:6 Así que Jotam se hizo fuerte, porque preparó
sus caminos delante de Jehová su Dios.
27:7 Lo demás hechos de Jotam, y todas sus guerras, y sus
caminos, he aquí están escritos en el libro de los
reyes de Israel y de Judá.
27:8 Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años,
y dieciséis reinó en Jerusalén .
27:9 Y durmió Jotam con sus padres, y lo sepultaron en
la ciudad de David; y reinó en su lugar Acaz su hijo.
Capítulo 28
Reinado de Acaz
(2 R. 16. 1-20)
28:1 De veinte años era Acaz cuando comenzó a reinar,
y dieciséis años reinó en Jerusalén
: mas no hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David
su padre.
28:2 Antes anduvo en los caminos de los reyes de Israel, y además
hizo imágenes fundidas a los baales.
28:3 Quemó también incienso en el valle de los hijos
de Hinom, e hizo pasar a sus hijos por fuego, conforme a las abominaciones
de las naciones que Jehová había arrojado de la
presencia de los hijos de Israel.
28:4 Asimismo sacrificó y quemó incienso en los
lugares altos, en los collados, y debajo de todo árbol
frondoso.
28:5 Por lo cual Jehová su Dios lo entregó en manos
del rey de los sirios, los cuales lo derrotaron, y le tomaron
una gran número de prisioneros que llevaron a Damasco.
fue también entregado en manos del rey de Israel, el cual
lo batió con gran mortandad.
28:6 Porque Peka, hijo de Remalías mató en Judá
en un día ciento veinte mil hombres valientes; por cuanto
habían dejado a Jehová el Dios de sus padres.
28:7 Asimismo Zicri, hombre poderoso de Efraín, mató
a Maasías hijo del rey, y a Azricam su mayordomo, y a Elcana,
segundo después del rey.
28:8 También los hijos de Israel tomaron cautivos de sus
hermanos doscientos mil, mujeres, muchachos, y muchachas, además
de haber tomado de ellos mucho botín, que llevaron a Samaria.
28:9 Había entonces allí un profeta de Jehová
que se llamaba Obed, el cual salió delante del ejército
cuando entraba en Samaria, y les dijo: He aquí Jehová
el Dios de vuestros padres, por el enojo contra Judá, los
ha entregado en vuestras manos; y vosotros los habéis matado
con ira que ha llegado hasta el cielo.
28:10 Y ahora habéis determinado sujetar a vosotros a Judá
y a Jerusalén como siervos y siervas; mas ¿no
habéis pecado vosotros contra Jehová vuestro Dios?
28:11 Oidme, pues, ahora, y devolved a los cautivos que habéis
tomado de vuestros hermanos; porque Jehová está
airado contra vosotros.
28:12 Entonces se levantaron algunos varones de los principales
de los hijos de Efraín, Azarías hijo de Johanán,
Berequías hijo de Mesilemot, Ezequías hijo de Salum,
y Amasa hijo de Hadlai, contra los que venían de la guerra.
28:13 Y les dijeron: No traigáis acá a los cautivos,
porque el pecado contra Jehová estará sobre nosotros.
Vosotros tratáis de añadir sobre nuestros pecados
y sobre nuestras culpas, siendo muy grande nuestro delito, y el
ardor de la ira contra Israel.
28:14 Entonces el ejército dejó los cautivos y el
botín delante de los príncipes y de toda la multitud.
28:15 Y se levantaron los varones nombrados, y tomaron a los cautivos,
y del despojo vistieron a los que de ellos estaban desnudos; los
vistieron, los calzaron, y les dieron de comer y de beber, y los
ungieron, y condujeron en asnos a todos los débiles, y
los llevaron hasta Jericó, ciudad de las palmeras, cerca
de sus hermanos; y ellos volvieron a Samaria.
28:16 En aquel tiempo envió a pedir el rey Acaz a los reyes
de Asiria que le ayudasen:
28:17 Porque también los edomitas habían venido
y atacado a los de Judá, y habían llevado cautivos.
28:18 Asimismo los filisteos se habían extendido por las
ciudades de la Sefela, y del Neguev de Judá, y habían
tomado Bet-semes, Ajalón, Gederot, y Soco con sus aldeas,
Timna también con sus aldeas, y Gimzo con sus aldeas; y
habitaban en ellas.
28:19 Porque Jehová había humillado a Judá
por causa de Acaz rey de Israel: por cuanto él había
actuado desenfrenadamente en Judá, y había prevaricado
gravemente contra Jehová.
28:20 También vino contra él Tiglat-pileser, rey
de los asirios, quien lo redujo a estrechez, y no lo fortaleció.
28:21 No obstante que despojó Acaz la casa de Jehová,
y la casa real, y las de los príncipes, para dar al rey
de los asirios, éste no le ayudó.
28:22 Además el rey Acaz en el tiempo que aquél
le apuraba, añadió mayor pecado contra Jehová;
28:23 Porque ofreció sacrificios a los dioses de Damasco
que le habían derrotado, y dijo: Pues que los dioses de
los reyes de Siria les ayudan, yo también ofreceré
sacrificios a ellos para que me ayuden; bien que fueron éstos
su ruina, y la de todo Israel.
28:24 Además de eso recogió Acaz los utensilios
de la casa de Dios, y los quebró, y cerró las puertas
de la casa de Jehová, y se hizo altares en Jerusalén
en todos los rincones.
28:25 Hizo también lugares altos en todas las ciudades
de Judá, para quemar incienso a los dioses ajenos, provocando
así a ira a Jehová el Dios de sus padres.
28:26 Los demás de sus hechos, y todos sus caminos, primeros
y postreros, he aquí están escritos en el libro
de los reyes de Judá y de Israel.
28:27 Y durmió Acaz con sus padres,
y lo sepultaron en la ciudad de Jerusalén : pero no lo
metieron en los sepulcros de los reyes de Israel; y reinó
en su lugar Ezequías su hijo.
Capítulo 29
Reinado de Ezequías
(2 R. 18. 1-3)
29:1 Comenzó a reinar Ezequías siendo de veinticinco
años, y reinó veintinueve años en Jerusalén
. El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías.
29:2 E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a
todas las cosas que había hecho David su padre.
Ezequías restablece el culto del templo
29:3 En el primer año de su reinado, en el mes primero,
abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó.
29:4 E hizo venir los sacerdotes y levitas, y los reunió
en la plaza oriental.
29:5 Y les dijo: ¡Oidme, levitas! Santificaos ahora, y santificad
la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacad del
santuario la inmundicia.
29:6 Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo
ante los ojos de Jehová nuestro Dios; porque le dejaron,
y apartaron sus rostros del tabernáculo de Jehová,
y le volvieron las espaldas.
29:7 Y aun cerraron las puertas del pórtico, y apagaron
las lámparas; no quemaron incienso, ni sacrificaron holocausto
en el santuario al Dios de Israel.
29:8 Por tanto, la ira de Jehová ha venido sobre Judá
y Jerusalén , y los ha entregado a turbación, y
a execración y escarnio, como veis vosotros con vuestros
ojos.
29:9 Y he aquí nuestros padres han caído a espada,
y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras mujeres fueron llevados
cautivos por esto.
29:10 Ahora, pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová
el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su
ira.
29:11 Hijos míos, no os engañéis ahora, porque
Jehová os ha escogido a vosotros para que estéis
delante de él, y le sirváis, y seáis sus
ministros, y le queméis incienso.
29:12 Entonces se levantaron los levitas, Mahat hijo de Amasai,
y Joel hijo de Azarías, de los hijos de Coat; y de los
hijos de Merari, Cis hijo de Abdi, y Azarías hijo de Jehalelel;
de los hijos de Gersón, Joa hijo de Zima, y Edén
hijo de Joa;
29:13 de los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel; y de los
hijos de Asaf, Zacarías y Matanías;
29:14 de los hijos de Hemán, Jehiel y Simei; y de
los hijos de Jedutún, Semaías y Uziel.
29:15 Estos reunieron a sus hermanos, y se santificaron, y entraron,
conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehová,
para limpiar la casa de Jehová.
29:16 Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehová
para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el
templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová;
y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente de
Cedrón.
29:17 Comenzaron a santificarse el día primero del mes
primero, y a los ocho del mismo mes vinieron al pórtico
de Jehová: y santificaron la casa de Jehová en ocho
días, y en el dieciséis del mes primero terminaron.
29:18 Entonces vinieron al rey Ezequías y le dijeron: Ya
hemos limpiado toda la casa de Jehová, el altar del holocausto,
y todos sus instrumentos, y la mesa de la proposición con
todos sus utensilios.
29:19 Asimismo hemos preparado y santificado todos los utensilios
que en su infidelidad había desechado el rey Acaz, cuando
reinaba: y he aquí están delante del altar de Jehová.
29:20 Y levantándose de mañana el rey Ezequías
reunió los principales de la ciudad, y subió a la
casa de Jehová.
29:21 Y presentaron siete novillos, siete carneros, siete corderos,
y siete machos cabríos, para expiación por el reino,
por el santuario y por Judá. Y dijo a los sacerdotes hijos
de Aarón, que los ofreciesen sobre el altar de Jehová.
29:22 Mataron, pues, los novillos, y los sacerdotes recibieron
la sangre, y la esparcieron sobre el altar; mataron luego los
carneros, y esparcieron la sangre sobre el altar; asimismo mataron
los corderos, y esparcieron la sangre sobre el altar.
29:23 Después hicieron acercar delante del rey y de la
multitud los machos cabríos para la expiación, y
pusieron sobre ellos sus manos:
29:24 Y los sacerdotes los mataron, e hicieron ofrenda de expiación
con la sangre de ellos sobre el altar, para reconciliar a todo
Israel; porque por todo Israel mandó el rey hacer el holocausto
y la expiación.
29:25 Puso también levitas en la casa de Jehová
con címbalos, salterios, y arpas, conforme al mandamiento
de David, de Gad vidente del rey, y del profeta Natán:
porque aquel mandamiento procedía de Jehová por
medio de sus profetas.
29:26 Y los levitas estaban con los instrumentos de David, y los
sacerdotes con trompetas.
29:27 Entonces mandó Ezequías sacrificar el holocausto
en el altar; y cuando comenzó el holocausto, comenzó
también el cántico de Jehová, con las trompetas
y los instrumentos de David rey de Israel.
29:28 Y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los
trompeteros sonaban las trompetas; todo hasta duró hasta
consumirse el holocausto.
29:29 Y cuando acabaron de ofrecer, se inclinó el rey,
y todos los que con él estaban, y adoraron.
29:30 Entonces el rey Ezequías y los príncipes dijeron
a los levitas que alabasen a Jehová con las palabras de
David y de Asaf vidente: y ellos alabaron con gran alegría,
y se inclinaron y adoraron.
29:31 Y respondiendo Ezequías dijo: Vosotros os habéis
consagrado ahora a Jehová; acercaos, pues, y presentad
sacrificios y alabanzas en la casa de Jehová. Y la multitud
presentó sacrificios y alabanzas; y todos los generosos
de corazón trajeron holocaustos.
29:32 Y fue el número de los holocaustos que trajo la congregación,
setenta bueyes, cien carneros y doscientos corderos; todo para
el holocausto de Jehová.
29:33 Y las ofrendas fueron seiscientos bueyes, y tres mil ovejas.
29:34 Mas los sacerdotes eran pocos, y no bastaban para desollar
los holocaustos; y así sus hermanos los levitas les ayudaron
hasta que acabaron la obra, y hasta que los demás sacerdotes
se santificaron: porque los levitas fueron más rectos de
corazón para santificarse, que los sacerdotes.
29:35 Así, pues, hubo abundancia de holocaustos, con grosura
de las ofrendas de paz, y libaciones para cada holocausto. Y quedó
restablecido el servicio de la casa de Jehová.
29:36 Y se alegró Ezequías con todo el pueblo, de
que Dios hubiese preparado el pueblo; porque la cosa fue hecha
rápidamente.
Capítulo 30
Ezequías celebra la pascua
30:1 Envió después Ezequías por todo Israel
y Judá, y escribió cartas a Efraín y a Manasés,
para que viniesen a Jerusalén a la casa de Jehová
para celebrar la pascua a Jehová Dios de Israel.
30:2 Y el rey había tomado consejo con sus príncipes,
y con toda la congregación en Jerusalén , para celebrar
la pascua en el mes segundo:
30:3 Porque entonces no la podían celebrar, por cuanto
no había suficientes sacerdotes santificados, ni el pueblo
se había reunido en Jerusalén.
30:4 Esto agradó al rey y a toda la multitud.
30:5 Y determinaron hacer pasar pregón por todo Israel,
desde Beerseba hasta Dan, para que viniesen a celebrar la pascua
a Jehová Dios de Israel, en Jerusalén : porque en
mucho tiempo no la habían celebrado al modo que está
escrito.
30:6 Fueron pues correos con cartas de mano del rey y de sus príncipes
por todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado,
y decían: Hijos de Israel, volveos a Jehová el Dios
de Abraham, de Isaac, y de Israel, y él se volverá
al remanente que ha quedado de la mano de los reyes de Asiria.
30:7 No seáis como vuestros padres y como vuestros hermanos,
que se rebelaron contra Jehová el Dios de sus padres, y
él los entregó a desolación, como vosotros
veis.
30:8 No endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros
padres; someteos a Jehová, y venid a su santuario, el cual
él ha santificado para siempre; y servid a Jehová
vuestro Dios, y el ardor de su ira se apartará de vosotros.
30:9 Porque si os volviereis a Jehová, vuestros hermanos
y vuestros hijos hallarán misericordia delante de los que
los tienen cautivos, y volverán a esta tierra: porque Jehová
vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no apartará
de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a él.
30:10 Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por la tierra
de Efraín y Manasés, hasta Zabulón: mas se
reían y burlaban de ellos.
30:11 Con todo eso, algunos hombres de Aser, de Manasés,
y de Zabulón, se humillaron, y vinieron a Jerusalén
.
30:12 En Judá también estuvo la mano de Dios para
darles un solo corazón para cumplir el mensaje del rey
y de los príncipes, conforme a la palabra de Jehová.
30:13 Y se reunió en Jerusalén mucha gente
para celebrar la fiesta solemne de los panes sin levadura en el
mes segundo, una vasta reunión.
30:14 Y levantándose, quitaron los altares que había
en Jerusalén ; quitaron también todos los altares
de incienso, y los echaron al torrente de Cedrón.
30:15 Entonces sacrificaron la pascua, a los catorce días
del mes segundo; y los sacerdotes y los levitas llenos de vergüenza
se santificaron, y trajeron los holocaustos a la casa de Jehová.
30:16 Y tomaron su lugar en los turnos de costumbre, conforme
a la ley de Moisés varón de Dios; y los sacerdotes
esparcían la sangre que recibían de manos de los
levitas:
30:17 Porque había muchos en la congregación que
no estaban santificados, y por eso los levitas sacrificaban la
pascua por todos los que no se habían purificado, para
santificarlos a Jehová.
30:18 Porque una gran multitud del pueblo de Efraín y Manasés,
y de Isacar y Zabulón, no se habían purificado,
y comieron la pascua no conforme a lo que está escrito.
Mas Ezequías oró por ellos, diciendo: Jehová,
que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha prepasrado su corazón
para buscar a Dios,
30:19 a Jehová el Dios de sus padres, aunque no esté
purificado según los ritos de purificación
del santuario.
30:20 Y oyó Jehová a Ezequías, y sanó
al pueblo.
30:21 Así los hijos de Israel que estaban en Jerusalén
celebraron la fiesta solemne de los panes sin levadura por siete
días con grande gozo: y glorificaban a Jehová todos
los días los levitas y los sacerdotes, cantando con instrumentos
resonantes a Jehová.
30:22 Y habló Ezequías al corazón de todos
los levitas que tenían buena inteligencia en el servicio
de Jehová. Y comieron de lo sacrificado en la fiesta solemne
por siete días, ofreciendo sacrificios de paz, y dando
gracias a Jehová el Dios de sus padres.
30:23 Y toda aquella asamblea determinó que celebrasen
la fiesta por otros siete días; y la celebraron otros siete
días con alegría.
30:24 Porque Ezequías rey de Judá había dado
a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas; y también
los príncipes dieron al pueblo mil novillos y diez mil
ovejas: y muchos sacerdotes ya se habían santificado.
30:25 Se alegró, pues, toda la congregación de Judá,
como también los sacerdotes y levitas, y toda la multitud
que había venido de Israel; asimismo los forasteros que
habían venido de la tierra de Israel, y los que habitaban
en Judá.
30:26 Hubo entonces gran regocijo en Jerusalén; porque
desde los días de Salomón hijo de David rey de Israel,
no había habido cosa semejante en Jerusalén .
30:27 Después los sacerdotes y levitas, puestos en pie,
bendijeron al pueblo: y la voz de ellos fue oída, y su
oración llegó a la habitación de su santuario,
al cielo.
Capítulo 31
31:1 Hechas todas estas cosas, todos los de Israel que habían
estado allí, salieron por las ciudades de Judá, y
quebraron las estatuas y destruyeron las imágenes de Asera,
y derribaron los lugares altos y los altares por todo Judá
y Benjamín, y también en Efraín y Manasés,
hasta acabarlo todo. Después se volvieron todos los hijos
de Israel a sus ciudades, cada uno a su posesión.
Ezequías reorganiza el servicio de los sacerdotes y
levitas
31:2 Y arregló Ezequías la distribución
de los sacerdotes y de los levitas conforme a sus turnos, cada
uno según su oficio, los sacerdotes y los levitas para
ofrecer el holocausto y las ofrendas de paz, para que ministrasen,
para que diesen gracias y alabasen dentro de las puertas
de los atrios de Jehová.
31:3 el rey contribuyó de su propia hacienda para los holocaustos
a mañana y tarde, y para los holocaustos de los días
de reposo, nuevas lunas, y fiestas solemnes, como está
escrito en la ley de Jehová.
31:4 Mandó también al pueblo que habitaba en Jerusalén
, que diese la porción a los sacerdotes y levitas, para
que ellos se dedicasen a la ley de Jehová.
31:5 Y cuando este edicto fue divulgado, los hijos de Israel dieron
muchas primicias de grano, vino, aceite, miel, y de todos los
frutos de la tierra: trajeron asimismo en abundancia los diezmos
de todas las cosas.
31:6 También los hijos de Israel y de Judá, que
habitaban en las ciudades de Judá, dieron del mismo modo
los diezmos de las vacas y de las ovejas; y trajeron los diezmos
de lo santificado, de las cosas que habían prometido a
Jehová su Dios, y los depositaron en montones.
31:7 En el mes tercero comenzaron a formar aquellos montones,
y terminaron en el mes séptimo.
31:8 Cuando Ezequías y los príncipes vinieron y
vieron los montones, bendijeron a Jehová, y a su pueblo
Israel.
31:9 Y preguntó Ezequías a los sacerdotes y a los
levitas acerca de esos montones.
31:10 Y el sumo sacerdote Azarías, de la casa de
Sadoc, le contestó: Desde que comenzaron a traer las ofrendas
a la casa de Jehová, hemos comido y nos hemos saciado,
y nos ha sobrado mucho: porque Jehová ha bendecido su pueblo,
y ha quedado esta abundancia de provisiones.
31:11 Entonces mandó Ezequías que preparasen cámaras
en la casa de Jehová; y las prepararon.
31:12 Y en ellas depositaron las primicias y los diezmos y las
cosas consagradas, fielmente; y dieron cargo de ello al levita
Conanías, el principal, y Simei su hermano fue el segundo.
31:13 Y Jehiel, Azazías, Nahat, Asael, Jerimot, Jozabad,
Eliel, Ismaquías, Mahat, y Benaía, fueron los mayordomos
al servicio de Conanías y de Simei su hermano, por mandamiento
del rey Ezequías y de Azarías, príncipe de
la casa de Dios.
31:14 Y el levitaCoré hijo de Imna, guarda de la puerta
oriental, tenía cargo de las ofrendas voluntarias para
Dios, y de la distribución de las ofrendas dedicadas a
Jehová, y de las cosas santísimas.
31:15 Y a su servicio estaba Edén, Benjamín, Jesúa,
Semaías, Amarías, y Secanías, en las ciudades
de los sacerdotes, para dar con fidelidad a sus hermanos sus porciones
conforme a sus grupos, así al mayor como al menor;
31:16 a los varones anotados por sus linajes, de tres años
arriba, a todos los que entraban en la casa de Jehová,
para desempeñar su ministerio, según sus oficios
y grupos;
31:17 También a los que eran contados entre los sacerdotes
según sus casas paternas; y a los levitas de edad de veinte
años arriba, conforme a sus oficios y grupos;
31:18 Eran inscritos con todos sus niños, sus mujeres,
sus hijos e hijas, toda la multitud; porque con fidelidad se consagraban
a las cosas santas.
31:19 Del mismo modo para los hijos de Aarón, sacerdotes,
que estaban en los ejidos de sus ciudades, por todas las ciudades,
los varones nombrados tenían cargo de dar sus porciones
a todos los varones de entre los sacerdotes, y a todo el linaje
de los levitas.
31:20 De esta manera hizo Ezequías en todo Judá:
y ejecutó lo bueno, recto, y verdadero, delante de Jehová
su Dios.
31:21 En todo cuanto emprendió en el servicio de la casa
de Dios, de acuerdo con la ley, buscó a su Dios, lo hizo
de todo corazón, y fue prosperado.
Capítulo 32
Senaquerib invade a Judá
(2 R. 18. 13-37; Is.
36. 1-22)
32:1 Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib
rey de los asirios e invadió a Judá, y acampó
contra las ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas.
32:2 Viendo, pues, Ezequías la venida de Senaquerib, y su
intención de combatir a Jerusalén ,
32:3 Tuvo consejo con sus príncipes y con sus hombres valientes,
para cegar las fuentes de agua que estaban fuera de la ciudad; y
ellos le apoyaron.
32:4 Entonces se reunió mucho pueblo, y cegaron todas las
fuentes, y el arroyo que corría por a traves del territorio,
diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria
muchas aguas cuando vengan?
32:5 Después con ánimo resuelto edificó Ezequías
todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro
por fuera: fortificó además a Milo en la ciudad de
David, e hizo también muchas espadas y escudos.
32:6 Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir
en la plaza de la puerta de la ciudad, y habló al corazón
de ellos, diciendo:
32:7 Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo
del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene;
porque más hay con nosotros que con él.
32:8 Con él es el brazo de carne, mas con nosotros está
Jehová nuestro Dios para ayudarnos, y pelear nuestras batallas.
Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey
de Judá.
32:9 Después de esto Senaquerib rey de los asirios, mientras
sitiaba a Laquis con todas sus fuerzas, envió sus siervos
a Jerusalén para decir a Ezequías rey de Judá,
y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén :
32:10 Así ha dicho Senaquerib rey de los asirios: ¿En
quién confiáis vosotros al resistir el sitio en Jerusalén?
32:11 ¿No os engaña Ezequías para entregaros
a muerte, a hambre, y a sed, al decir: Jehová nuestro Dios
nos librará de la mano del rey de Asiria?
32:12 ¿No es Ezequías el mismo que ha quitado sus
lugares altos y sus altares, y ha dicho a Judá y a Jerusalén
: Delante de este solo altar adoraréis, y sobre él
quemaréis incienso?
32:13 ¿No habéis sabido lo que yo y mis padres hemos
hecho a todos los pueblos de la tierra? ¿Pudieron los dioses
de las naciones de esas tierras librar su tierra de mi mano?
32:14 ¿Qué dios hubo de entre todos los dioses de
aquellas naciones que destruyeron mis padres, que pudiese salvar
a su pueblo de mis manos? ¿Cómo podrá vuestro
Dios libraros de mi mano?
32:15 Ahora, pues, no os engañe Ezequías, ni os persuada
de ese modo, ni le creáis; que si ningún dios de todas
aquellas naciones y reinos pudo librar a su pueblo de mis manos,
y de las manos de mis padres, ¿cuánto menos vuestro
Dios os podrá librar de mi mano?
32:16 Y otras cosas más hablaron sus siervos contra Jehová
Dios, y contra su siervo Ezequías.
32:17 Además de esto escribió cartas en que blasfemaba
contra Jehová el Dios de Israel, y hablaba contra él,
diciendo: Como los dioses de las naciones de los países no
pudieron librar su pueblo de mis manos, tampoco el Dios de Ezequías
librará al suyo de mis manos.
32:18 Y clamaron a gran voz en judaico al pueblo de Jerusalén
que estaba sobre los muros, para espantarles y atemorizarles, a
fin de poder tomar la ciudad.
32:19 Y hablaron contra el Dios de Jerusalén , como contra
los dioses de los pueblos de la tierra, que son obra de manos de
hombres.
Jehová libra a Ezequías
(2 R. 19. 1-37;
Is. 37. 1-38)
32:20 Mas el rey Ezequías, y el profeta Isaías
hijo de Amoz, oraron por esto, y clamaron al cielo.
32:21 Y Jehová envió un ángel, el cual destruyó
a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento
del rey de Asiria. Este se volvió por tanto, avergonzado
a su tierra; y entrando en el templo de su dios, allí lo
mataron a espada sus propios hijos.
32:22 Así salvó Jehová a Ezequías
y a los moradores de Jerusalén de las manos de Senaquerib
rey de Asiria, y de las manos de todos; y les dio reposo de todos
lados.
32:23 Y muchos trajeron a Jerusalén ofrenda a Jehová,
y ricos presentes a Ezequías rey de Judá; y fue
muy engrandecido delante de todas las naciones después
de esto.
Enfermedad de Ezequías
(2 R. 20. 1-11;
Is. 38. 1-22)
32:24 En aquel tiempo Ezequías enfermó de muerte;
y oró a Jehová, quien le respondió, y le
dio una señal.
32:25 Mas Ezequías no correspondió al bien que le
había sido hecho: sino que se enalteció su corazón,
y vino la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén
.
32:26 Pero Ezequías, después de haberse enaltecido
su corazón, se humilló, él y los moradores
de Jerusalén ; y no vino sobre ellos la ira de Jehová
en los días de Ezequías.
Ezequías recibe a los enviados de Babilonia
(2 R. 20. 12-19;
Is. 39. 1-8)
32:27 Y tuvo Ezequías riquezas y gloria, muchas en gran
manera; y adquirió tesoros de plata y oro, piedras preciosas,
perfumes , escudos, y toda clase de joyas deseables.
32:28 Asimismo hizo depósitos para las rentas del grano,
del vino, y del aceite; establos para toda clase de bestias, y
apriscos para los ganados.
32:29 Adquirió también ciudades, y hatos de ovejas
y de vacas en gran abundancia; porque Dios le había dado
muchas riquezas.
32:30 Este Ezequías cubrió los manantiales de Gihón
la de arriba, y condujo el agua hacia el occidente de la ciudad
de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo.
32:31 Mas en lo referente a los mensajeros de los príncipes
de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio
que había acontecido en el país, Dios lo dejó,
para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.
Muerte de Ezequías
(2 R. 20. 20-21)
32:32 Los demás de los hechos de Ezequías, y de
sus misericordias, he aquí todos están escritos
en la profecía del profeta Isaías hijo de Amoz,
en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
32:33 Y durmió Ezequías con sus padres, y lo sepultaron
en el lugar más prominente de los sepulcros de los hijos
de David, honrándole en su muerte todo Judá y toda
Jerusalén : y reinó en su lugar Manasés su
hijo.
Capítulo 33
Reinado de Manasés
(2
R. 21. 1-18)
33:1 De doce años era Manasés cuando comenzó
a reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén.
33:2 Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová,
conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había
echado de delante de los hijos de Israel:
33:3 Porque él reedificó los lugares altos que Ezequías
su padre había derribado, y levantó altares a los
baales, e hizo imágenes de Asera, y adoró a todo el
ejército de los cielos, y les rindió culto.
33:4 Edificó también altares en la casa de Jehová,
de la cual había dicho Jehová: En Jerusalén
estará mi nombre perpetuamente.
33:5 Edificó asimismo altares a todo el ejército de
los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová.
33:6 Y pasó sus hijos por fuego en el valle de los hijos
de Hinom; y observaba los tiempos, miraba en agüeros, era dado
a adivinaciones, y consultaba a adivinos y encantadores: se excedió
en hacer lo malo ante los ojos de Jehová, hasta encender
su ira.
33:7 Además de esto puso una imagen fundida que hizo, en
la casa de Dios, de la cual había dicho Dios a David y a
Salomón su hijo: En esta casa y en Jerusalén , la
cual yo elegí sobre todas las tribus de Israel, pondré
mi nombre para siempre:
33:8 Y nunca más quitaré el pie de Israel de la tierra
que yo entregué a vuestros padres, a condición de
que guarden y hagan todas las cosas que yo les he mandado, toda
la ley, los estatutos, y los preceptos, por medio de Moisés.
33:9 Manasés, pues, hizo extraviarse a Judá y a los
moradores de Jerusalén , para hacer más mal que las
naciones que Jehová destruyó delante de los hijos
de Israel.
33:10 Y habló Jehová a Manasés y a su pueblo,
mas ellos no escucharon:
33:11 por lo cual Jehová trajo contra ellos los generales
del ejército del rey de los asirios, los cuales aprisionaron
con grillos a Manasés, y atado con cadenas lo llevaron a
Babilonia.
33:12 Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová
su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres.
33:13 Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó
su oración, y lo restauró a Jerusalén, a su
reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová
era Dios.
33:14 Después de esto edificó el muro exterior de
la ciudad de David, al occidente de Gihón, en el valle, a
la entrada de la puerta del Pescado, y amuralló Ofel, y elevó
el muro muy alto; y puso capitanes de ejército en todas las
ciudades fortificadas de Judá.
33:15 Asimismo quitó los dioses ajenos, y el ídolo
de la casa de Jehová, y todos los altares que había
edificado en el monte de la casa de Jehová y en Jerusalén
, y los echó fuera de la ciudad.
33:16 Reparó luego el altar de Jehová, y sacrificó
sobre él sacrificios de ofrenda de paz y de alabanza; y mandó
a Judá que sirviesen a Jehová Dios de Israel.
33:17 Pero el pueblo aún sacrificaba en los lugares altos,
aunque lo hacía para Jehová su Dios.
33:18 Lo demás hechos de Manasés, y su oración
a su Dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre
de Jehová el Dios de Israel, he aquí todo está
escrito en las actas de los reyes de Israel.
33:19 Su oración también, y cómo fue oído,
todos sus pecados, y su prevaricación, los sitios donde edificó
lugares altos y erigió imágenes de Asera e ídolos,
antes que se humillase, he aquí estas cosas están
escritas en las palabras de los videntes.
33:20 Y durmió Manasés con sus padres, y lo sepultaron
en su casa; y reinó en su lugar Amón su hijo.
Reinado de Amón
(2 R. 21. 19-26)
33:21 De veintidós años era Amón cuando
comenzó a reinar, y dos años reinó en Jerusalén
.
33:22 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como había
hecho Manasés su padre; porque ofreció sacrificios
y sirvió a todos los ídolos que su padre Manasés
había hecho.
33:23 Pero nunca se humilló delante de Jehová, como
se humilló Manasés su padre; antes bien aumentó
el pecado.
33:24 Y conspiraron contra él sus siervos, y lo mataron
en su casa.
33:25 Mas el pueblo de la tierra mató a todos los que habían
conspirado contra el rey Amón; y el pueblo de la tierra
puso por rey en su lugar a Josías su hijo.
Capítulo 34
Reinado de Josías
(2 R. 22 1-2)
34:1 De ocho años era Josías cuando comenzó
a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén.
34:2 Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo
en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni
a la izquierda.
Reformas de Josías
(2 R. 23. 4-20)
34:3 A los ocho años de su reinado, siendo aún
muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y
a los doce años comenzó a limpiar a Judá
y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes
de Asera, esculturas, e imágenes fundidas.
34:4 Y derribaron delante de él los altares de los baales,
e hizo pedazos las imágenes del sol, que estaban puestas
encima; despedazó también los imágenes de
Asera, y las esculturas y estatuas fundidas, y las desmenuzó,
y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que les
habían ofrecido sacrificio.
34:5 Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre
sus altares,
y limpió a Judá y a Jerusalén .
34:6 Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín,
Simeón, y hasta Neftalí, y en los lugares asolados
alrededor.
34:7 Y cuando hubo derribado los altares y los imágenes
de Asera, y quebrado y desmenuzado las esculturas, y destruído
todos los ídolos por toda la tierra de Israel, volvió
a Jerusalén .
Hallazgo del libro de la ley
(2 R. 22 3--23. 3)
34:8 A los dieciocho años de su reinado, después
de haber limpiado la tierra y la casa, envió a Safán
hijo de Azalía, a Maasías gobernador de la ciudad,
y a Joa hijo de Joacaz, canciller, para que reparasen la casa
de Jehová su Dios.
34:9 Vinieron estos al sumo sacerdote Hilcías, y dieron
el dinero que había sido traído a la casa de Jehová,
que los levitas que guardaban la puerta habían recogido
de mano de Manasés y de Efraín y de todo el remanente
de Israel, de todo Judá y Benjamín, y de los habitantes
de Jerusalén .
34:10 Y lo entregaron en mano de los que hacían la obra,
que eran mayordomos en la casa de Jehová, los cuales lo
daban a los que hacían la obra y trabajaban en la casa
de Jehová, para reparar y restaurar el templo.
34:11 Daban asimismo a los carpinteros y canteros para que comprasen
piedra de cantería, y madera para los armazones, y para
la entabladura de los edificios que habían destruído
los reyes de Judá.
34:12 Y estos hombres procedían con fidelidad en la obra:
y eran sus mayordomos Jahat y Abdías, levitas de los hijos
de Merari; y Zacarías y Mesulam de los hijos de Coat, para
que activasen la obra; y de los levitas, todos los entendidos
en instrumentos de música.
34:13 También velaban sobre los cargadores, y eran mayordomos
de los que se ocupaban en cualquier clase de obra; y de los levitas
había escribas, gobernadores, y porteros.
34:14 Y al sacar el dinero que había sido traído
a la casa de Jehová, el sacerdote Hilcías halló
el libro de la ley de Jehová dada por medio de Moisés.
34:15 Y dando cuenta Hilcías, dijo al escriba Safán:
Yo he hallado el libro de la ley en la casa de Jehová.
Y dio Hilcías el libro a Safán.
34:16 Y Safán lo llevó al rey, y le contó
el asunto, diciendo: Tus siervos han cumplido todo lo que les
fue encomendado.
34:17 Han reunido el dinero que se halló en la casa de
Jehová, y lo han entregado en mano de los encargados, y
en mano de los que hacen la obra.
34:18 Además de esto, declaró el escriba Safán
al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me dio un libro.
Y leyó Safán en él delante del rey.
34:19 Luego que el rey oyó las palabras de la ley, rasgó
sus vestidos;
34:20 Y mandó a Hilcías y a Ahicam hijo de Safán,
y a Abdón hijo de Micaía, y a Safán escriba,
y a Asaías siervo del rey, diciendo:
34:21 Andad, consultad a Jehová por mí, y por el
remanente de Israel y de Judá, acerca de las palabras del
libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová
que ha caído sobre nosotros, por cuanto nuestros padres
no guardaron la palabra de Jehová, para hacer conforme
a todo lo que está escrito en este libro.
34:22 Entonces Hilcías y los del rey fueron a Hulda profetisa,
mujer de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las vestiduras,
la cual moraba en Jerusalén en el segundo barrio,
y le dijeron las palabras antes dichas.
34:23 Y ella respondió: Jehová Dios de Israel ha
dicho así: Decid al varón que os ha enviado a mí,
que así ha dicho Jehová:
34:24 He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los
moradores de él, todas las maldiciones que están
escritas en el libro que leyeron delante del rey de Judá:
34:25 Por cuanto me han dejado, y han ofrecido sacrificios a dioses
ajenos, provocándome a ira con todas las obras de sus manos;
por tanto se derramará mi ira sobre este lugar, y no se
apagará.
34:26 Mas al rey de Judá, que os ha enviado a consultar
a Jehová, así le diréis: Jehová el
Dios de Israel ha dicho así: Por cuanto oiste las palabras
del libro,
34:27 Y tu corazón se conmovió, y te humillaste
delante de Dios al oir sus palabras sobre este lugar y sobre sus
moradores, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus
vestidos, y lloraste en mi presencia, yo también te he
oído, dice Jehová.
34:28 He aquí que yo te recogeré con tus padres,
y serás recogido en tu sepulcro en paz, y tus ojos no verán
todo el mal que yo traigo sobre este lugar y sobre los moradores
de él. Y ellos refirieron al rey la respuesta.
34:29 Entonces el rey envió y reunió todos los ancianos
de Judá y de Jerusalén .
34:30 Y subió el rey a la casa de Jehová, y con
él todos los varones de Judá, y los moradores de
Jerusalén, y los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo
desde el mayor hasta el más pequeño; y leyó
a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto
que había sido hallado en la casa de Jehová.
34:31 Y estando el rey en pie en su sitio, hizo delante de Jehová
pacto de caminar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos,
sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y
con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que
estaban escritas en aquel libro.
34:32 E hizo que se obligaran a ello todos los que estaban en
Jerusalén y en Benjamín; y los moradores de
Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, del
Dios de sus padres.
34:33 Y quitó Josías todas las abominaciones de
toda las tierra de los hijos de Israel, e hizo que todos los que
se hallaron en Israel sirviesen a Jehová su Dios. No se
apartaron de en pos de Jehová el Dios de sus padres, todo
el tiempo que él vivió.
Capítulo 35
Josías celebra la pascua
(2 R. 23. 21-23)
35:1 Josías celebró la pascua a Jehová en Jerusalén
, y sacrificaron la pascua a los catorce días del mes primero.
35:2 Puso también a los sacerdotes en sus oficios, y los
confirmó en el ministerio de la casa de Jehová.
35:3 Y dijo a los levitas que enseñaban a todo Israel, y
que estaban dedicados a Jehová: Poned el arca santa en la
casa que edificó Salomón hijo de David, rey de Israel,
para que no la carguéis más sobre los hombros. Ahora
servid a Jehová vuestro Dios, y a su pueblo Israel.
35:4 Preparaos según las familias de vuestros padres, por
vuestros turnos, como lo ordenaron David rey de Israel y Salomón
su hijo.
35:5 Estad en el santuario según la distribución de
las familias de vuestros hermanos los hijos del pueblo, y según
la distribución de la familia de los levitas.
35:6 Sacrificad luego la pascua; y después de santificaros,
preparad a vuestros hermanos, para que hagan conforme a la palabra
de Jehová dada por medio de Moisés.
35:7 Y dio el rey Josías a los del pueblo ovejas, corderos,
y cabritos de los rebaños, en número de treinta mil,
y tres mil bueyes, todo para la pascua, para todos los que se hallaron
presentes; esto de la hacienda del rey.
35:8 También sus príncipes dieron con liberalidad
al pueblo y a los sacerdotes y levitas. Hilcías, Zacarías
y Jehiel, oficiales de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes,
para celebrar la pascua, dos mil seiscientas ovejas, y trescientos
bueyes.
35:9 Asimismo Conanías, y Semaías y Natanael sus hermanos,
y Hasabías, Jeiel, y Josabad, jefes de los levitas, dieron
a los levitas, para los sacrificios de la pascua, cinco mil ovejas
y quinientos bueyes.
35:10 Preparado así el servicio, los sacerdotes se colocaron
en sus puestos, y asimismo los levitas en sus turno, conforme al
mandamiento del rey.
35:11 Y sacrificaron la pascua; y esparcían los sacerdotes
la sangre recibida de mano de los levitas, y los levitas desollaban
las víctimas.
35:12 Tomaron luego del holocausto, para dar conforme a los repartimientos
de las familias del pueblo, a fin de que ofreciesen a Jehová
según está escrito en el libro de Moisés; y
asimismo tomaron de los bueyes.
35:13 Y asaron la pascua al fuego conforme a la ordenanza;
mas lo que había sido santificado lo cocieron en ollas, en
calderos y sartenes, y lo repartieron rápidamente a todo
el pueblo.
35:14 Después prepararon para ellos mismos y para los sacerdotes;
porque los sacerdotes, hijos de Aarón, estuvieron ocupados
hasta la noche en el sacrificio de los holocaustos y de las grosuras;
por tanto, los levitas prepararon para ellos mismos y para los sacerdotes
hijos de Aarón.
35:15 Asimismo los cantores hijos de Asaf estaban en su puesto,
conforme al mandamiento de David, de Asaf y de Hemán, y de
Jedutún vidente del rey;
también los porteros estaban a cada puerta; y no era necesario
que se apartasen de su ministerio, porque sus hermanos los levitas
preparaban para ellos.
35:16 Así fue preparado todo el servicio de Jehová
en aquel día, para celebrar la pascua, y para sacrificar
los holocaustos sobre el altar de Jehová, conforme al mandamiento
del rey Josías.
35:17 Y los hijos de Israel que estaban allí, celebraron
la pascua en aquel tiempo, y la fiesta solemne de los panes sin
levadura por siete días.
35:18 Nunca fue celebrada una pascua como esta en Israel desde los
días de Samuel el profeta; ni ningún rey de Israel
celebró pascua tal como la que celebró el rey Josías,
con los sacerdotes y levitas, y todo Judá e Israel, los que
se hallaron allí, juntamente con los moradores de Jerusalén
.
35:19 Esta pascua fue celebrada en el año dieciocho del rey
Josías.
Muerte de Josías
(2 R. 23. 28-30)
35:20 Después de todas estas cosas, luego de haber reparado
Josías la casa de Jehová, Necao rey de Egipto subió
para hacer guerra en Carquemis junto al Eufrates; y salió
Josías contra él.
35:21 Y Necao le envió mensajeros, diciendo: ¿Qué
tengo yo contigo, rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy,
sino contra la casa que me hace guerra: y Dios me ha dicho que
me apresure. Déja de oponerte a Dios, quien está
conmigo, no sea que él te destruya.
35:22 Mas Josías no se retiró, sino que se disfrazó
para darle batalla, y no atendió a las palabras de Necao,
que eran de boca de Dios; y vino a darle la batalla en el campo
de Meguido.
35:23 Y los flecheros tiraron contra el rey Josías. Entonces
dijo el rey a sus siervos: Quitadme de aquí, porque estoy
herido gravemente.
35:24 Entonces sus siervos lo sacaron de aquel carro, y lo pusieron
en un segundo carro que tenía, y lo llevaron a Jerusalén,
donde murió; y lo sepultaron en los sepulcros de sus padres.
Y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por
Josías.
35:25 Y Jeremías endechó en memoria de Josías.
Todos los cantores y cantoras recitan esas lamentaciones sobre
Josías hasta hoy; y las tomaron por norma para endechar
en Israel, las cuales están escritas en el libro de Lamentos.
35:26 Lo demás hechos de Josías, y sus obras piadosas,
conforme a lo que está escrito en la ley de Jehová,
35:27 Y sus hechos, primeros y postreros, he aquí están
escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.
Capítulo 36
Reinado y destronamiento de Joacaz
(2 R. 23. 31-35)
36:1 Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de
Josías, y lo hizo rey en lugar de su padre en Jerusalén
.
36:2 De veintrés años era Joacaz cuando comenzó
a reinar, y tres meses reinó en Jerusalén .
36:3 Y el rey de Egipto lo quitó de Jerusalén , y
condenó la tierra a pagar cien talentos de plata
y uno de oro.
36:4 Y estableció el rey de Egipto a Eliacim hermano de Joacaz
por rey sobre Judá y Jerusalén , y le mudó
el nombre en Joacim; y a Joacaz su hermano tomó Necao, y
lo llevó a Egipto.
Reinado de Joacim
(2 R. 23. 36--24. 7)
36:5 Cuando comenzó a reinar Joacimera
de veinticinco años, y reinó once años en
Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová
su Dios.
36:6 Y subió contra él Nabucodonosor rey de Babilonia,
y lo llevó a Babilonia atado con cadenas.
36:7 También llevó Nabucodonosor a Babilonia de
los utensilios de la casa de Jehová, y los puso en su templo
en Babilonia.
36:8 Los demás de los hechos de Joacim, y las abominaciones
que hizo, y lo que en él se halló, está escrito
en el libro de los reyes de Israel y de Judá: y reinó
en su lugar Joaquín su hijo.
Joaquín es llevado cautivo a Babilonia
(2 R. 24. 8-17)
36:9 De ocho años era Joaquín cuando comenzó
a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén;
e hizo lo malo ante los ojos de Jehová.
36:10 A la vuelta del año el rey Nabucodonosor envió
y lo hizo llevar a Babilonia,
juntamente con los objetos preciosos de la casa de Jehová,
y constituyó a Sedequías su hermano por rey sobre
Judá y Jerusalén.
Reinado de Sedequías
(2 R. 24. 18-20;
Jer. 52. 1-3)
36:11 De veintiún años era Sedequías
cuando comenzó a reinar, y once años reinó
en Jerusalén .
36:12 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y
no se humilló delante del profeta Jeremías, que
le hablaba de parte de Jehová.
36:13 Se rebeló asimismo contra Nabucodonosor,
al cual había jurado por Dios; y endureció su cerviz,
y obstinó su corazón, para no volverse a Jehová
el Dios de Israel.
36:14 También todos los principales sacerdotes, y el pueblo,
aumentaron la iniquidad, siguiendo todas las abominaciones de
las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual
él había santificado en Jerusalén.
36:15 Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente
palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él
tenía misericordia de su pueblo, y de su habitación.
36:16 Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios,
y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas,
hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo,
y no hubo ya remedio.
Cautividad de Judá
(2 R. 25. 8-21;
Jer. 39. 8-10; 52.
12-30)
36:17 Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos,
que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su
santuario, sin perdonar joven ni doncella, anciano ni decrépito;
todos los entregó en sus manos.
36:18 Asimismo todos los utensilios de la casa de Dios, grandes
y chicos, los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros
de la casa del rey y de sus príncipes, todo lo llevó
a Babilonia.
36:19 Y quemaron la casa de Dios,
y rompieron el muro de Jerusalén , y consumieron a fuego
todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables.
36:20 Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos
a Babilonia; y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta
que vino el reino de los Persas;
36:21 Para que se cumpliese la palabra de Jehová por la
boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo;
porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que
los setenta años fueron cumplidos.
El decreto de Ciro
(Esd. 1. 1-4)
36:22 Mas al primer año de Ciro rey de los persas, para
que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías,
Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de
los persas, el cual hizo pregonar de palabra y también
por escrito, por todo su reino, diciendo:
36:23 Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová,
el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra;
y él me ha encargado que le edifique casa en Jerusalén,
que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo
su pueblo, sea Jehová su Dios sea con él, y suba.
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