ÉXODO
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Exodo: es la salida de Egipto, quiere decir, peregrinación o
salida. Se cuenta en él los hechos del 145 años desde la muerte
de José hasta la erección del Tabernáculo. Consta de un conjuto
de relatos y de normas íntimamente entrelazados que transmiten
la historia de los hijos de Israel, desde Egipto hasta su prolongada
estancia en el monte Sinaí. En esta etapa ocurrieron los acontecimientos
más importantes de la vida de Israel: su esclavitud, el nacimiento
de Moisés,los prodigios que Dios obró para sacarles de la opresión,
institución de la Pasena, y el establecimiento de la Pascua. Aparecen
figuras o tipos: Nueva Ley y Sacramentos: v.gr. el paso del mar
rojo, que prefigura el bautismo donde se lavan los pecados; el
maná, prefigura la Eucaristía; el monte Sión, prefigura la Jerusalén
militante; el paso del desierto, representa nuestro tránsito temporal
en esta vida para llegar a la eterna.
DIVISION
DEL LIBRO
Esta es, en la Biblia, la gran hazaña de Dios: la salida del país
de la esclavitud hacia la tierra prometida. Dios libera a su pueblo
«con gran poder, mano fuerte y brazo extendido», abriendo un camino
en el mar.
El Exodo es el corazón del Antiguo Testamento, y aquello que le
da su significado al presentarnos a un Dios que liberta a los
hombres. Este libro ha dado a la religión judía, y luego a la
fe cristiana, su primera orientación que las hizo diferentes de
todas las demás. Dios no viene primero para que se lo respete
o para indicar caminos espirituales, sino para escoger un pueblo
con el cual actuará en el corazón de la historia humana.
Capítulo 1
Aflicción de los israelitas en Egipto
1:1 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron
en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia:
1:2 Rubén, Simeón, Leví, Judá,
1:3 Isacar, Zabulón, Benjamín,
1:4 Dan, Neftalí, Gad y Aser.
1:5 Todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta.
Y José estaba en Egipto.
1:6 Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella
generación.
1:7 Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron,
y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó
de ellos la tierra.
1:8 Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que
no conocía a José; y
dijo a su pueblo:
1:9 He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor
y más fuerte que nosotros.
1:10 Ahora, pues, seamos sabios
para con él, para que no se multiplique, y acontezca que
viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos
y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.
1:11 Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que
los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón
las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés.
1:12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más
se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios
temían a los hijos de Israel.
1:13 Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con
dureza,
1:14 y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro
y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al
cual los obligaban con rigor.
1:15 Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas,
una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo:
1:16 Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis
el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva.
1:17 Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les
mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a
los niños.
1:18 Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo:
¿Por qué habéis hecho esto, que habéis
preservado la vida a los niños?
1:19 Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres
hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz
antes que la partera venga a ellas.
1:20 Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó
y se fortaleció en gran manera.
1:21 Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó
sus familias.
1:22 Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo:
Echad al río a todo hijo que nazca,
y a toda hija preservad la vida.
Capítulo 2
Nacimiento de Moisés
2:1 Un varón de la familia de Leví fue y tomó
por mujer a una hija de Leví,
2:2 la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole
que era hermoso, le tuvo escondido tres meses.
2:3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una
arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó
en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del
río.
2:4 Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería.
2:5 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río,
y paseándose sus doncellas por la ribera del río,
vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya
a que la tomase.
2:6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí
que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él,
dijo: De los niños de los hebreos es éste.
2:7 Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré
a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este
niño?
2:8 Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue
la doncella, y llamó a la madre del niño,
2:9 a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño
y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó
al niño y lo crió.
2:10 Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija
de Faraón, la cual lo prohijó,
y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas
lo saqué.
Moisés huye de Egipto
2:11 En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés,
salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas,
y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos,
sus hermanos.
2:12 Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía
nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena.
2:13 Al día siguiente salió y vio a dos hebreos
que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro:
¿Por qué golpeas a tu prójimo?
2:14 Y él respondió: ¿Quién te ha
puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas
matarme como mataste al egipcio?
Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha
sido descubierto.
2:15 Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró
matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante
de Faraón, y habitó en la tierra de Madián.
2:16 Y estando sentado junto al pozo, siete hijas que tenía
el sacerdote de Madián vinieron a sacar agua para llenar
las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre.
2:17 Mas los pastores vinieron y las echaron de allí; entonces
Moisés se levantó y las defendió, y dio de
beber a sus ovejas.
2:18 Y volviendo ellas a Reuel su padre, él les dijo: ¿Por
qué habéis venido hoy tan pronto?
2:19 Ellas respondieron: Un varón egipcio nos defendió
de mano de los pastores, y también nos sacó el agua,
y dio de beber a las ovejas.
2:20 Y dijo a sus hijas: ¿Dónde está? ¿Por
qué habéis dejado a ese hombre? Llamadle para que
coma.
2:21 Y Moisés convino en morar con aquel varón;
y él dio su hija Séfora por mujer a Moisés.
2:22 Y ella le dio a luz un hijo; y él le puso por nombre
Gersón, porque dijo: Forastero soy en tierra ajena.
2:23 Aconteció que después de muchos días
murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían
a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el
clamor de ellos con motivo de su servidumbre.
2:24 Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó
de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.
2:25 Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció
Dios.
Capítulo 3
Llamamiento
de Moisés
3:1 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote
de Madián, llevó las ovejas a través del desierto,
y llegó hasta Horeb, monte de Dios.
3:2 Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama
de fuego en medio de una zarza;
y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego,
y la zarza no se consumía.
3:3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré
esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.
3:4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó
Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés!
Y él respondió: Heme aquí.
3:5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque
el lugar en que tú estás, tierra santa es.
3:6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de
Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su
rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
3:7 Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción
de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor
a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias,
3:8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos
de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye
leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo,
del ferezeo, del heveo y del jebuseo.
3:9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de
mí, y también he visto la opresión con que
los egipcios los oprimen.
3:10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón,
para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
3:11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién
soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos
de Israel?
3:12 Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo;
y esto te será por señal de que yo te he enviado:
cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios
sobre este monte.
3:13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los
hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres
me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál
es su nombre?, ¿qué les responderé?
3:14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY.
Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me
envió a vosotros.
3:15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás
a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres,
el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado
a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me
recordará por todos los siglos.
3:16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová,
el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,
me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto
lo que se os hace en Egipto;
3:17 y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto
a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del
heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.
3:18 Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos
de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el
Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos
ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos
sacrificios a Jehová nuestro Dios.
3:19 Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir
sino por mano fuerte.
3:20 Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto
con todas mis maravillas que haré en él, y entonces
os dejará ir.
3:21 Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios,
para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías;
3:22 sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda
alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis
sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto.
Capítulo 4
4:1 Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí
que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán:
No te ha aparecido Jehová.
4:2 Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en
tu mano? Y él respondió: Una vara.
4:3 El le dijo: Echala en tierra. Y él la echó en
tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella.
4:4 Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano,
y tómala por la cola. Y él extendió su mano,
y la tomó, y se volvió vara en su mano.
4:5 Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová,
el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios
de Jacob.
4:6 Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu
seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó,
he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.
4:7 Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió
a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí
que se había vuelto como la otra carne.
4:8 Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de
la primera señal, creerán a la voz de la postrera.
4:9 Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren
tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás
en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás
del río y se harán sangre en la tierra.
4:10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor!
nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde
que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y
torpe de lengua.
4:11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio
la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo,
al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?
4:12 Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré
lo que hayas de hablar.
4:13 Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te
ruego, por medio del que debes enviar.
4:14 Entonces Jehová se enojó contra Moisés,
y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita,
y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá
a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón.
4:15 Tú hablarás a él, y pondrás en
su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya,
y os enseñaré lo que hayáis de hacer.
4:16 Y él hablará por ti al pueblo; él te será
a ti en lugar de boca, y tú serás para él en
lugar de Dios.
4:17 Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás
las señales.
Moisés vuelve a Egipto
4:18 Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro
Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos
que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro
dijo a Moisés: Ve en paz.
4:19 Dijo también Jehová a Moisés en Madián:
Ve y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que
procuraban tu muerte.
4:20 Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos,
y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto.
Tomó también Moisés la vara de Dios en su
mano.
4:21 Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto
a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas
que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón,
de modo que no dejará ir al pueblo.
4:22 Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así:
Israel es mi hijo, mi primogénito.
4:23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva,
mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a
tu hijo, tu primogénito.
4:24 Y aconteció en el camino, que en una posada Jehová
le salió al encuentro, y quiso matarlo.
4:25 Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y
cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies,
diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre.
4:26 Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo de
sangre, a causa de la circuncisión.
4:27 Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés
al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte
de Dios, y le besó.
4:28 Entonces contó Moisés a Aarón todas
las palabras de Jehová que le enviaba, y todas las señales
que le había dado.
4:29 Y fueron Moisés y Aarón, y reunieron a todos
los ancianos de los hijos de Israel.
4:30 Y habló Aarón acerca de todas las cosas que
Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales
delante de los ojos del pueblo.
4:31 Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había
visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción,
se inclinaron y adoraron.
Capítulo 5
Moisés y Aarón ante Faraón
5:1 Después Moisés y Aarón entraron a la presencia
de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice
así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.
5:2 Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová,
para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová,
ni tampoco dejaré ir a Israel.
5:3 Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos,
pues, ahora, camino de tres días por el desierto, y ofreceremos
sacrificios a Jehová nuestro Dios, para que no venga sobre
nosotros con peste o con espada.
5:4 Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón,
¿por qué hacéis cesar al pueblo de su trabajo?
Volved a vuestras tareas.
5:5 Dijo también Faraón: He aquí el pueblo
de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar
de sus tareas.
5:6 Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros
del pueblo que lo tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo:
5:7 De aquí en adelante no daréis paja al pueblo para
hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por sí
mismos la paja.
5:8 Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían
antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos,
por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios
a nuestro Dios.
5:9 Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen
en ella, y no atiendan a palabras mentirosas.
5:10 Y saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus capataces, hablaron
al pueblo, diciendo: Así ha dicho Faraón: Yo no os
doy paja.
5:11 Id vosotros y recoged la paja donde la halléis; pero
nada se disminuirá de vuestra tarea.
5:12 Entonces el pueblo se esparció por toda la tierra de
Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja.
5:13 Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad vuestra
obra, la tarea de cada día en su día, como cuando
se os daba paja.
5:14 Y azotaban a los capataces de los hijos de Israel que los cuadrilleros
de Faraón habían puesto sobre ellos, diciendo: ¿Por
qué no habéis cumplido vuestra tarea de ladrillo ni
ayer ni hoy, como antes?
5:15 Y los capataces de los hijos de Israel vinieron a Faraón
y se quejaron a él, diciendo: ¿Por qué lo haces
así con tus siervos?
5:16 No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el
ladrillo. Y he aquí tus siervos son azotados, y el pueblo
tuyo es el culpable.
5:17 Y él respondió: Estáis ociosos, sí,
ociosos, y por eso decís: Vamos y ofrezcamos sacrificios
a Jehová.
5:18 Id pues, ahora, y trabajad. No se os dará paja, y habéis
de entregar la misma tarea de ladrillo.
5:19 Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en
aflicción, al decírseles: No se disminuirá
nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día.
5:20 Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban
a la vista de ellos cuando salían de la presencia de Faraón,
5:21 les dijeron: Mire Jehová sobre vosotros, y juzgue; pues
nos habéis hecho abominables delante de Faraón y de
sus siervos, poniéndoles la espada en la mano para que nos
maten.
Jehová comisiona a Moisés y a Aarón
5:22 Entonces Moisés se volvió a Jehová,
y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo?
¿Para qué me enviaste?
5:23 Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en
tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado
a tu pueblo.
Capítulo 6
6:1 Jehová respondió a Moisés: Ahora verás
lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los
dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra.
6:2 Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo:
Yo soy JEHOVÁ.
6:3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente,
mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.
6:4 También establecí mi pacto con ellos, de darles
la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros,
y en la cual habitaron.
6:5 Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel,
a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.
6:6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ;
y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto,
y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con
brazo extendido, y con juicios grandes;
6:7 y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios;
y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios,
que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto.
6:8 Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano
jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os
la daré por heredad. Yo JEHOVÁ.
6:9 De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel;
pero ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de
espíritu, y de la dura servidumbre.
6:10 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
6:11 Entra y habla a Faraón rey de Egipto, que deje ir de
su tierra a los hijos de Israel.
6:12 Y respondió Moisés delante de Jehová:
He aquí, los hijos de Israel no me escuchan; ¿cómo,
pues, me escuchará Faraón, siendo yo torpe de labios?
6:13 Entonces Jehová habló a Moisés y a Aarón
y les dio mandamiento para los hijos de Israel, y para Faraón
rey de Egipto, para que sacasen a los hijos de Israel de la tierra
de Egipto.
6:14 Estos son los jefes de las familias de sus padres: Los hijos
de Rubén, el primogénito de Israel: Hanoc, Falú,
Hezrón y Carmi; estas son las familias de Rubén.
6:15 Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín,
Zohar, y Saúl hijo de una cananea. Estas son las familias
de Simeón.
6:16 Estos son los nombres de los hijos de Leví por sus linajes:
Gersón, Coat y Merari. Y los años de la vida de Leví
fueron ciento treinta y siete años.
6:17 Los hijos de Gersón: Libni y Simei, por sus familias.
6:18 Y los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. Y
los años de la vida de Coat fueron ciento treinta y tres
años.
6:19 Y los hijos de Merari: Mahli y Musi. Estas son las familas
de Leví por sus linajes.
6:20 Y Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, la cual
dio a luz a Aarón y a Moisés. Y los años de
la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años.
6:21 Los hijos de Izhar: Coré, Nefeg y Zicri.
6:22 Y los hijos de Uziel: Misael, Elzafán y Sitri.
6:23 Y tomó Aarón por mujer a Elisabet hija de Aminadab,
hermana de Naasón; la cual dio a luz a Nadab, Abiú,
Eleazar e Itamar.
6:24 Los hijos de Coré: Asir, Elcana y Abiasaf. Estas son
las familias de los coreítas.
6:25 Y Eleazar hijo de Aarón tomó para sí mujer
de las hijas de Futiel, la cual dio a luz a Finees. Y estos son
los jefes de los padres de los levitas por sus familias.
6:26 Este es aquel Aarón y aquel Moisés, a los cuales
Jehová dijo: Sacad a los hijos de Israel de la tierra de
Egipto por sus ejércitos.
6:27 Estos son los que hablaron a Faraón rey de Egipto, para
sacar de Egipto a los hijos de Israel. Moisés y Aarón
fueron éstos.
6:28 Cuando Jehová habló a Moisés en la tierra
de Egipto,
6:29 entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:
Yo soy JEHOVÁ; di a Faraón rey de Egipto todas las
cosas que yo te digo a ti.
6:30 Y Moisés respondió delante de Jehová:
He aquí, yo soy torpe de labios; ¿cómo, pues,
me ha de oír Faraón?
Capítulo 7
7:1 Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido
dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu
profeta.
7:2 Tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón
tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su
tierra a los hijos de Israel.
7:3 Y yo endureceré el corazón de Faraón, y
multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y
mis maravillas.
7:4 Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano
sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo,
los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios.
7:5 Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando
extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de
en medio de ellos.
7:6 E hizo Moisés y Aarón como Jehová les mandó;
así lo hicieron.
7:7 Era Moisés de edad de ochenta años, y Aarón
de edad de ochenta y tres, cuando hablaron a Faraón.
La vara de Aarón
7:8 Habló Jehová a Moisés y a Aarón,
diciendo:
7:9 Si Faraón os respondiere diciendo: Mostrad milagro;
dirás a Aarón: Toma tu vara, y échala delante
de Faraón, para que se haga culebra.
7:10 Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón,
e hicieron como Jehová lo había mandado. Y echó
Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos,
y se hizo culebra.
7:11 Entonces llamó también Faraón sabios
y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros
de Egipto con sus encantamientos;
7:12 pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron
culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas
de ellos.
7:13 Y el corazón de Faraón se endureció,
y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
La plaga de sangre
7:14 Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón
de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir
al pueblo.
7:15 Ve por la mañana a Faraón, he aquí que
él sale al río; y tú ponte a la ribera delante
de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra,
7:16 y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado
a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto;
y he aquí que hasta ahora no has querido oír.
7:17 Así ha dicho Jehová: En esto conocerás
que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con
la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río,
y se convertirá en sangre.
7:18 Y los peces que hay en el río morirán, y hederá
el río, y los egipcios tendrán asco de beber el
agua del río.
7:19 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón:
Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre
sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre
todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en
sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así
en los vasos de madera como en los de piedra.
7:20 Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová
lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que
había en el río, en presencia de Faraón y
de sus siervos; y todas las aguas que había en el río
se convirtieron en sangre.
7:21 Asimismo los peces que había en el río murieron;
y el río se corrompió, tanto que los egipcios no
podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra
de Egipto.
7:22 Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos;
y el corazón de Faraón se endureció, y no
los escuchó; como Jehová lo había dicho.
7:23 Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio
atención tampoco a esto.
7:24 Y en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río
para beber, porque no podían beber de las aguas del río.
7:25 Y se cumplieron siete días después que Jehová
hirió el río.
Capítulo 8
La plaga de ranas
8:1 Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia
de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja
ir a mi pueblo, para que me sirva.
8:2 Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré
con ranas todos tus territorios.
8:3 Y el río criará ranas, las cuales subirán
y entrarán en tu casa, en la cámara donde duermes,
y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu pueblo, en
tus hornos y en tus artesas.
8:4 Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre
todos tus siervos.
8:5 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende
tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos y estanques,
para que haga subir ranas sobre la tierra de Egipto.
8:6 Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas
de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.
8:7 Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e
hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.
8:8 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón,
y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí
y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca
sacrificios a Jehová.
8:9 Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme
cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo,
para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente
queden en el río.
8:10 Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió:
Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay
como Jehová nuestro Dios.
8:11 Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos
y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río.
8:12 Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia
de Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante
a las ranas que había mandado a Faraón.
8:13 E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés,
y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos.
8:14 Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra.
8:15 Pero viendo Faraón que le habían dado reposo,
endureció su corazón y no los escuchó, como
Jehová lo había dicho.
La plaga de piojos
8:16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón:
Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva
piojos por todo el país de Egipto.
8:17 Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió
su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el
cual se volvió piojos, así en los hombres como en
las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos
en todo el país de Egipto.
8:18 Y los hechiceros hicieron así también, para
sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo
piojos tanto en los hombres como en las bestias.
8:19 Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de
Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se
endureció, y no los escuchó, como Jehová
lo había dicho.
La plaga de moscas
8:20 Jehová dijo a Moisés: Levántate de
mañana y ponte delante de Faraón, he aquí
él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así:
Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
8:21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré
sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas
toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán
de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén.
8:22 Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén,
en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas
haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio
de la tierra.
8:23 Y yo pondré redención entre mi pueblo y el
tuyo. Mañana será esta señal.
8:24 Y Jehová lo hizo así, y vino toda clase de
moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre
las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto;
y la tierra fue corrompida a causa de ellas.
8:25 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón,
y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra.
8:26 Y Moisés respondió: No conviene que hagamos
así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro
Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si
sacrificáramos la abominación de los egipcios delante
de ellos, ¿no nos apedrearían?
8:27 Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos
sacrificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá.
8:28 Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis
sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal
que no vayáis más lejos; orad por mí.
8:29 Y respondió Moisés: He aquí, al salir
yo de tu presencia, rogaré a Jehová que las diversas
clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos,
y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte
más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Jehová.
8:30 Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón,
y oró a Jehová.
8:31 Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés,
y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus
siervos y de su pueblo, sin que quedara una.
8:32 Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón,
y no dejó ir al pueblo.
Capítulo 9
La plaga en el ganado
9:1 Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia
de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos,
dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
9:2 Porque si no lo quieres dejar ir, y lo detienes aún,
9:3 he aquí la mano de Jehová estará sobre
tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos,
vacas y ovejas, con plaga gravísima.
9:4 Y Jehová hará separación entre los ganados
de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de
los hijos de Israel.
9:5 Y Jehová fijó plazo, diciendo: Mañana hará
Jehová esta cosa en la tierra.
9:6 Al día siguiente Jehová hizo aquello, y murió
todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel
no murió uno.
9:7 Entonces Faraón envió, y he aquí que del
ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el
corazón de Faraón se endureció, y no dejó
ir al pueblo.
La plaga de úlceras
9:8 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad
puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés
hacia el cielo delante de Faraón;
9:9 y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto,
y producirá sarpullido con úlceras en los hombres
y en las bestias, por todo el país de Egipto.
9:10 Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de Faraón,
y la esparció Moisés hacia el cielo; y hubo sarpullido
que produjo úlceras
tanto en los hombres como en las bestias.
9:11 Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés
a causa del sarpullido, porque hubo sarpullido en los hechiceros
y en todos los egipcios.
9:12 Pero Jehová endureció el corazón de
Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había
dicho a Moisés.
La plaga de granizo
9:13 Entonces Jehová dijo a Moisés: Levántate
de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: Jehová,
el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo,
para que me sirva.
9:14 Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón,
sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que entiendas que no
hay otro como yo en toda la tierra.
9:15 Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a ti
y a tu pueblo de plaga, y serás quitado de la tierra.
9:16 Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder,
y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra.
9:17 ¿Todavía te ensoberbeces contra mi pueblo,
para no dejarlos ir?
9:18 He aquí que mañana a estas horas yo haré
llover granizo muy pesado, cual nunca hubo en Egipto, desde el
día que se fundó hasta ahora.
9:19 Envía, pues, a recoger tu ganado, y todo lo que tienes
en el campo; porque todo hombre o animal que se halle en el campo,
y no sea recogido a casa, el granizo caerá sobre él,
y morirá.
9:20 De los siervos de Faraón, el que tuvo temor de la
palabra de Jehová hizo huir sus criados y su ganado a casa;
9:21 mas el que no puso en su corazón la palabra de Jehová,
dejó sus criados y sus ganados en el campo.
9:22 Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia
el cielo, para que venga granizo en toda la tierra de Egipto sobre
los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda la hierba del campo
en el país de Egipto.
9:23 Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y
Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego se descargó
sobre la tierra; y Jehová hizo llover granizo sobre la
tierra de Egipto.
9:24 Hubo, pues, granizo, y fuego
mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la
tierra de Egipto desde que fue habitada.
9:25 Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto
todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias;
asimismo destrozó el granizo toda la hierba del campo,
y desgajó todos los árboles del país.
9:26 Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los
hijos de Israel, no hubo granizo.
9:27 Entonces Faraón envió a llamar a Moisés
y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; Jehová
es justo, y yo y mi pueblo impíos.
9:28 Orad a Jehová para que cesen los truenos de Dios y
el granizo, y yo os dejaré ir, y no os detendréis
más.
9:29 Y le respondió Moisés: Tan pronto salga yo
de la ciudad, extenderé mis manos a Jehová, y los
truenos cesarán, y no habrá más granizo;
para que sepas que de Jehová es la tierra.
9:30 Pero yo sé que ni tú ni tus siervos temeréis
todavía la presencia de Jehová Dios.
9:31 El lino, pues, y la cebada fueron destrozados, porque la
cebada estaba ya espigada, y el lino en caña.
9:32 Mas el trigo y el centeno no fueron destrozados, porque eran
tardíos.
9:33 Y salido Moisés de la presencia de Faraón,
fuera de la ciudad, extendió sus manos a Jehová,
y cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no cayó
más sobre la tierra.
9:34 Y viendo Faraón que la lluvia había cesado,
y el granizo y los truenos, se obstinó en pecar, y endurecieron
su corazón él y sus siervos.
9:35 Y el corazón de Faraón se endureció,
y no dejó ir a los hijos de Israel, como Jehová
lo había dicho por medio de Moisés.
Capítulo 10
La plaga de langostas
10:1 Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de
Faraón; porque yo he endurecido su corazón, y el corazón
de sus siervos, para mostrar entre ellos estas mis señales,
10:2 y para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que
yo hice en Egipto, y mis señales que hice entre ellos; para
que sepáis que yo soy Jehová.
10:3 Entonces vinieron Moisés y Aarón a Faraón,
y le dijeron: Jehová el Dios de los hebreos ha dicho así:
¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante
de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
10:4 Y si aún rehúsas dejarlo ir, he aquí que
mañana yo traeré sobre tu territorio la langosta,
10:5 la cual cubrirá la faz de la tierra, de modo que no
pueda verse la tierra; y ella comerá lo que escapó,
lo que os quedó del granizo; comerá asimismo todo
árbol que os fructifica en el campo.
10:6 Y llenará tus casas, y las casas de todos tus siervos,
y las casas de todos los egipcios, cual nunca vieron tus padres
ni tus abuelos, desde que ellos fueron sobre la tierra hasta hoy.
Y se volvió y salió de delante de Faraón.
10:7 Entonces los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta
cuándo será este hombre un lazo para nosotros? Deja
ir a estos hombres, para que sirvan a Jehová su Dios. ¿Acaso
no sabes todavía que Egipto está ya destruido?
10:8 Y Moisés y Aarón volvieron a ser llamados ante
Faraón, el cual les dijo: Andad, servid a Jehová vuestro
Dios. ¿Quiénes son los que han de ir?
10:9 Moisés respondió: Hemos de ir con nuestros niños
y con nuestros viejos, con nuestros hijos y con nuestras hijas;
con nuestras ovejas y con nuestras vacas hemos de ir; porque es
nuestra fiesta solemne para Jehová.
10:10 Y él les dijo: ¡Así sea Jehová
con vosotros! ¿Cómo os voy a dejar ir a vosotros y
a vuestros niños? ¡Mirad cómo el mal está
delante de vuestro rostro!
10:11 No será así; id ahora vosotros los varones,
y servid a Jehová, pues esto es lo que vosotros pedisteis.
Y los echaron de la presencia de Faraón.
10:12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano
sobre la tierra de Egipto para traer la langosta, a fin de que suba
sobre el país de Egipto, y consuma todo lo que el granizo
dejó.
10:13 Y extendió Moisés su vara sobre la tierra de
Egipto, y Jehová trajo un viento oriental sobre el país
todo aquel día y toda aquella noche; y al venir la mañana
el viento oriental trajo la langosta.
10:14 Y subió la langosta sobre toda la tierra de Egipto,
y se asentó en todo el país de Egipto en tan gran
cantidad como no la hubo antes ni la habrá después;
10:15 y cubrió la faz de todo el país, y oscureció
la tierra;
y consumió toda la hierba de la tierra, y todo el fruto de
los árboles que había dejado el granizo; no quedó
cosa verde en árboles ni en hierba del campo, en toda la
tierra de Egipto.
10:16 Entonces Faraón se apresuró a llamar a Moisés
y a Aarón, y dijo: He pecado contra Jehová vuestro
Dios, y contra vosotros.
10:17 Mas os ruego ahora que perdonéis mi pecado solamente
esta vez, y que oréis a Jehová vuestro Dios que quite
de mí al menos esta plaga mortal.
10:18 Y salió Moisés de delante de Faraón,
y oró a Jehová.
10:19 Entonces Jehová trajo un fortísimo viento occidental,
y quitó la langosta y la arrojó en el Mar Rojo; ni
una langosta quedó en todo el país de Egipto.
10:20 Pero Jehová endureció el corazón de Faraón,
y éste no dejó ir a los hijos de Israel.
La plaga de tinieblas
10:21 Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia
el cielo, para que haya tinieblas
sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe.
10:22 Y extendió Moisés su mano hacia el cielo,
y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres
días.
10:23 Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó
de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel
tenían luz en sus habitaciones.
10:24 Entonces Faraón hizo llamar a Moisés, y dijo:
Id, servid a Jehová; solamente queden vuestras ovejas y
vuestras vacas; vayan también vuestros niños con
vosotros.
10:25 Y Moisés respondió: Tú también
nos darás sacrificios y holocaustos que sacrifiquemos para
Jehová nuestro Dios.
10:26 Nuestros ganados irán también con nosotros;
no quedará ni una pezuña; porque de ellos hemos
de tomar para servir a Jehová nuestro Dios, y no sabemos
con qué hemos de servir a Jehová hasta que lleguemos
allá.
10:27 Pero Jehová endureció el corazón de
Faraón, y no quiso dejarlos ir.
10:28 Y le dijo Faraón: Retírate de mí; guárdate
que no veas más mi rostro, porque en cualquier día
que vieres mi rostro, morirás.
10:29 Y Moisés respondió: Bien has dicho; no veré
más tu rostro.
Capítulo 11
Anunciada la muerte de los primogénitos
11:1 Jehová dijo a Moisés: Una plaga traeré
aún sobre Faraón y sobre Egipto, después de
la cual él os dejará ir de aquí; y seguramente
os echará de aquí del todo.
11:2 Habla ahora al pueblo, y que cada uno pida a su vecino, y cada
una a su vecina, alhajas de plata y de oro.
11:3 Y Jehová dio gracia al pueblo en los ojos de los egipcios.
También Moisés era tenido por gran varón en
la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de Faraón,
y a los ojos del pueblo.
11:4 Dijo, pues, Moisés: Jehová ha dicho así:
A la medianoche yo saldré por en medio de Egipto,
11:5 y morirá todo primogénito en tierra de Egipto,
desde el primogénito de Faraón que se sienta en su
trono, hasta el primogénito de la sierva que está
tras el molino, y todo primogénito de las bestias.
11:6 Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual
nunca hubo, ni jamás habrá.
11:7 Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta
la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis
que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas.
11:8 Y descenderán a mí todos estos tus siervos, e
inclinados delante de mí dirán: Vete, tú y
todo el pueblo que está debajo de ti; y después de
esto yo saldré. Y salió muy enojado de la presencia
de Faraón.
11:9 Y Jehová dijo a Moisés: Faraón no os oirá,
para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto.
11:10 Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios
delante de Faraón; pues Jehová había endurecido
el corazón de Faraón, y no envió a los hijos
de Israel fuera de su país.
Capítulo 12
La Pascua
12:1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón
en la tierra de Egipto, diciendo:
12:2 Este mes os será principio de los meses; para vosotros
será éste el primero en los meses del año.
12:3 Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En
el diez de este mes tómese cada uno un cordero según
las familias de los padres, un cordero por familia.
12:4 Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para
comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su
casa tomarán uno según el número de las personas;
conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre
el cordero.
12:5 El animal será sin defecto, macho de un año;
lo tomaréis de las ovejas o de las cabras.
12:6 Y lo guardaréis hasta el día catorce de este
mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo
de Israel entre las dos tardes.
12:7 Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos
postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer.
12:8 Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes
sin levadura; con hierbas amargas lo comerán.
12:9 Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida
en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas.
12:10 Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana;
y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en
el fuego.
12:11 Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos,
vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra
mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de
Jehová.
12:12 Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto,
y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto,
así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré
mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová.
12:13 Y la sangre os será por señal en las casas donde
vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré
de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando
hiera la tierra de Egipto.
12:14 Y este día os será en memoria, y lo celebraréis
como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones;
por estatuto perpetuo lo celebraréis.
12:15 Siete días comeréis panes sin levadura; y así
el primer día haréis que no haya levadura en vuestras
casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día
hasta el séptimo, será cortado de Israel.
12:16 El primer día habrá santa convocación,
y asimismo en el séptimo día tendréis una santa
convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto
solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer.
12:17 Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque
en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra
de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras
generaciones por costumbre perpetua.
12:18 En el mes primero comeréis los panes sin levadura,
desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno
del mes por la tarde.
12:19 Por siete días no se hallará levadura en vuestras
casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero
como natural del país, será cortado de la congregación
de Israel.
12:20 Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones
comeréis panes sin levadura.
12:21 Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel,
y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad
la pascua.
12:22 Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará
en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre
que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de
las puertas de su casa hasta la mañana.
12:23 Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios;
y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará
Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor
en vuestras casas para herir.
12:24 Guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros
hijos para siempre.
12:25 Y cuando entréis en la tierra que Jehová os
dará, como prometió, guardaréis este rito.
12:26 Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es
este rito vuestro?,
12:27 vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua
de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de
los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios,
y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó
y adoró.
12:28 Y los hijos de Israel fueron e hicieron puntualmente así,
como Jehová había mandado a Moisés y a Aarón.
Muerte de los primogénitos
12:29 Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió
a todo primogénito
en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón
que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del
cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito
de los animales.
12:30 Y se levantó aquella noche Faraón, él
y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor
en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto.
12:31 E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche,
y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos
de Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho.
12:32 Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como
habéis dicho, e idos; y bendecidme también a mí.
12:33 Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa
a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos.
12:34 Y llevó el pueblo su masa antes que se leudase, sus
masas envueltas en sus sábanas sobre sus hombros.
12:35 E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de
Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de
oro, y vestidos.
12:36 Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios,
y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los
egipcios.
Los israelitas salen de Egipto
12:37 Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot,
como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños.
12:38 También subió con ellos grande multitud de
toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado.
12:39 Y cocieron tortas sin levadura de la masa que habían
sacado de Egipto, pues no había leudado, porque al echarlos
fuera los egipcios, no habían tenido tiempo ni para prepararse
comida.
12:40 El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue
cuatrocientos treinta años.
12:41 Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo
día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra
de Egipto.
12:42 Es noche de guardar para Jehová, por haberlos sacado
en ella de la tierra de Egipto. Esta noche deben guardarla para
Jehová todos los hijos de Israel en sus generaciones.
12:43 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Esta
es la ordenanza de la pascua; ningún extraño comerá
de ella.
12:44 Mas todo siervo humano comprado por dinero comerá
de ella, después que lo hubieres circuncidado.
12:45 El extranjero y el jornalero no comerán de ella.
12:46 Se comerá en una casa, y no llevarás de aquella
carne fuera de ella, ni quebraréis hueso suyo.
12:47 Toda la congregación de Israel lo hará.
12:48 Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere
celebrar la pascua para Jehová, séale circuncidado
todo varón, y entonces la celebrará, y será
como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso
comerá de ella.
12:49 La misma ley será para el natural, y para el extranjero
que habitare entre vosotros.
12:50 Así lo hicieron todos los hijos de Israel; como mandó
Jehová a Moisés y a Aarón, así lo
hicieron.
12:51 Y en aquel mismo día sacó Jehová a
los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.
Capítulo 13
Consagración de los primogénitos
13:1 Jehová habló a Moisés, diciendo:
13:2 Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre
matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como
de los animales, mío es.
13:3 Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día,
en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre,
pues Jehová os ha sacado de aquí con mano fuerte;
por tanto, no comeréis leudado.
13:4 Vosotros salís hoy en el mes de Abib.
13:5 Y cuando Jehová te hubiere metido en la tierra del cananeo,
del heteo, del amorreo, del heveo y del jebuseo, la cual juró
a tus padres que te daría, tierra que destila leche y miel,
harás esta celebración en este mes.
13:6 Siete días comerás pan sin leudar, y el séptimo
día será fiesta para Jehová.
13:7 Por los siete días se comerán los panes sin levadura,
y no se verá contigo nada leudado, ni levadura, en todo tu
territorio.
13:8 Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo:
Se hace esto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando
me sacó de Egipto.
13:9 Y te será como una señal sobre tu mano, y como
un memorial delante de tus ojos, para que la ley de Jehová
esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó
Jehová de Egipto.
13:10 Por tanto, tú guardarás este rito en su tiempo
de año en año.
13:11 Y cuando Jehová te haya metido en la tierra del cananeo,
como te ha jurado a ti y a tus padres, y cuando te la hubiere dado,
13:12 dedicarás a Jehová todo aquel que abriere matriz,
y asimismo todo primer nacido de tus animales; los machos serán
de Jehová.
13:13 Mas todo primogénito de asno redimirás con un
cordero; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. También
redimirás al primogénito de tus hijos.
13:14 Y cuando mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué
es esto?, le dirás: Jehová nos sacó con mano
fuerte de Egipto, de casa de servidumbre;
13:15 y endureciéndose Faraón para no dejarnos ir,
Jehová hizo morir en la tierra de Egipto a todo primogénito,
desde el primogénito humano hasta el primogénito de
la bestia; y por esta causa yo sacrifico para Jehová todo
primogénito macho, y redimo al primogénito de mis
hijos.
13:16 Te será, pues, como una señal sobre tu mano,
y por un memorial delante de tus ojos, por cuanto Jehová
nos sacó de Egipto con mano fuerte.
La columna de nube y de fuego
13:17 Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios
no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos,
que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta
el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto.
13:18 Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto
del Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados.
13:19 Tomó también consigo Moisés los huesos
de José, el cual había juramentado a los hijos de
Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis
subir mis huesos de aquí con vosotros.
13:20 Y partieron de Sucot y acamparon en Etam, a la entrada del
desierto.
13:21 Y Jehová iba delante de ellos de día en una
columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una
columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de
día y de noche.
13:22 Nunca se apartó de delante del pueblo la columna
de nube de día, ni de noche la columna de fuego.
Capítulo 14
Los israelitas cruzan el Mar Rojo
14:1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
14:2 Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante
de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante
de él acamparéis junto al mar.
14:3 Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados
están en la tierra, el desierto los ha encerrado.
14:4 Y yo endureceré el corazón de Faraón para
que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo
su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová.
Y ellos lo hicieron así.
14:5 Y fue dado aviso al rey de Egipto, que el pueblo huía;
y el corazón de Faraón y de sus siervos se volvió
contra el pueblo, y dijeron: ¿Cómo hemos hecho esto
de haber dejado ir a Israel, para que no nos sirva?
14:6 Y unció su carro, y tomó consigo su pueblo;
14:7 y tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros
de Egipto, y los capitanes sobre ellos.
14:8 Y endureció Jehová el corazón de Faraón
rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel;
pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa.
14:9 Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería
y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército,
los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante
de Baal-zefón.
14:10 Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel
alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían
tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera,
y clamaron a Jehová.
14:11 Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros
en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por
qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado
de Egipto?
14:12 ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo:
Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir
a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.
14:13 Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes,
y ved la salvación que Jehová hará hoy con
vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca
más para siempre los veréis.
14:14 Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis
tranquilos.
14:15 Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué
clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.
14:16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar,
y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del
mar, en seco.
14:17 Y he aquí, yo endureceré el corazón de
los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón
y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería;
14:18 y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando
me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a
caballo.
14:19 Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de
Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna
de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus
espaldas,
14:20 e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento
de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba
a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los
unos a los otros.
14:21 Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo
Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda
aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron
divididas.
14:22 Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar,
en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda.
14:23 Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta
la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus
carros y su gente de a caballo.
14:24 Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová
miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego
y nube, y trastornó el campamento de los egipcios,
14:25 y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó
gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de
Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.
14:26 Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre
el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus
carros, y sobre su caballería.
14:27 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar,
y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza,
y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová
derribó a los egipcios en medio del mar.
14:28 Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería,
y todo el ejército de Faraón que había entrado
tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.
14:29 Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco,
teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.
14:30 Así salvó Jehová aquel día a Israel
de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la
orilla del mar.
14:31 Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó
contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y
creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.
Capítulo 15
Cántico de Moisés y de María
15:1 Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este
cántico
a Jehová, y dijeron:
Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
15:2 Jehová es mi fortaleza y mi cántico,
Y ha sido mi salvación.
Este es mi Dios, y lo alabaré;
Dios de mi padre, y lo enalteceré.
15:3 Jehová es varón de guerra;
Jehová es su nombre.
15:4 Echó en el mar los carros de Faraón y su ejército;
Y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo.
15:5 Los abismos los cubrieron;
Descendieron a las profundidades como piedra.
15:6 Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder;
Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo.
15:7 Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se
levantaron contra ti.
Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca.
15:8 Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas;
Se juntaron las corrientes como en un montón;
Los abismos se cuajaron en medio del mar.
15:9 El enemigo dijo:
Perseguiré, apresaré, repartiré despojos;
Mi alma se saciará de ellos;
Sacaré mi espada, los destruirá mi mano.
15:10 Soplaste con tu viento; los cubrió el mar;
Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.
15:11 ¿Quién como tú, oh Jehová,
entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?
15:12 Extendiste tu diestra;
La tierra los tragó.
15:13 Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste;
Lo llevaste con tu poder a tu santa morada.
15:14 Lo oirán los pueblos, y temblarán;
Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos.
15:15 Entonces los caudillos de Edom se turbarán;
A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor;
Se acobardarán todos los moradores de Canaán.
15:16 Caiga sobre ellos temblor y espanto;
A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra;
Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová,
Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.
15:17 Tú los introducirás y los plantarás
en el monte de tu heredad,
En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová,
En el santuario que tus manos,
oh Jehová, han afirmado.
15:18 Jehová reinará eternamente y para siempre.
15:19 Porque Faraón entró cabalgando con sus carros
y su gente de a caballo en el mar, y Jehová hizo volver
las aguas del mar sobre ellos; mas los hijos de Israel pasaron
en seco por en medio del mar.
15:20 Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó
un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de
ella con panderos y danzas.
15:21 Y María les respondía:
Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
El agua amarga de Mara
15:22 E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo,
y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días
por el desierto sin hallar agua.
15:23 Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara,
porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.
15:24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés,
y dijo: ¿Qué hemos de beber?
15:25 Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová
le mostró un árbol; y lo echó en las aguas,
y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas,
y allí los probó;
15:26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu
Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído
a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad
de las que envié a los egipcios te enviaré a ti;
porque yo soy Jehová tu sanador.
15:27 Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas,
y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.
Capítulo 16
Dios da el maná
16:1 Partió luego de Elim toda la congregación de
los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está
entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo
mes después que salieron de la tierra de Egipto.
16:2 Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró
contra Moisés y Aarón en el desierto;
16:3 y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos
muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando
nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos
pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto
para matar de hambre a toda esta multitud.
16:4 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os
haré llover pan del cielo;
y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción
de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.
16:5 Mas en el sexto día prepararán para guardar el
doble de lo que suelen recoger cada día.
16:6 Entonces dijeron Moisés y Aarón a todos los hijos
de Israel: En la tarde sabréis que Jehová os ha sacado
de la tierra de Egipto,
16:7 y a la mañana veréis la gloria de Jehová;
porque él ha oído vuestras murmuraciones contra Jehová;
porque nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis
contra nosotros?
16:8 Dijo también Moisés: Jehová os dará
en la tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta saciaros;
porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que
habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué
somos? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra
Jehová.
16:9 Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación
de los hijos de Israel: Acercaos a la presencia de Jehová,
porque él ha oído vuestras murmuraciones.
16:10 Y hablando Aarón a toda la congregación de los
hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y he aquí la
gloria de Jehová apareció en la nube.
16:11 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
16:12 Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel;
háblales, diciendo: Al caer la tarde comeréis carne,
y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis
que yo soy Jehová vuestro Dios.
16:13 Y venida la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento;
y por la mañana descendió rocío en derredor
del campamento.
16:14 Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí
sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como
una escarcha sobre la tierra.
16:15 Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros:
¿Qué es esto? porque no sabían qué era.
Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os
da para comer.
16:16 Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él
cada uno según lo que pudiere comer; un gomer
por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis
cada uno para los que están en su tienda.
16:17 Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron
unos más, otros menos;
16:18 y lo medían por gomer,
y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó
al que había recogido poco;
cada uno recogió conforme a lo que había de comer.
16:19 Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana.
16:20 Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos
dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió;
y se enojó contra ellos Moisés.
16:21 Y lo recogían cada mañana, cada uno según
lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía.
16:22 En el sexto día recogieron doble porción de
comida, dos gomeres
para cada uno; y todos los príncipes de la congregación
vinieron y se lo hicieron saber a Moisés.
16:23 Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová:
Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado
a Jehová;
lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis
de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para
mañana.
16:24 Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según
lo que Moisés había mandado, y no se agusanó,
ni hedió.
16:25 Y dijo Moisés: Comedlo hoy, porque hoy es día
de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo.
16:26 Seis días lo recogeréis; mas el séptimo
día es día de reposo; en él no se hallará.
16:27 Y aconteció que algunos del pueblo salieron en el séptimo
día a recoger, y no hallaron.
16:28 Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo
no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?
16:29 Mirad que Jehová os dió el día de reposo,
y por eso en el sexto día os da pan para dos días.
Estése, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él
en el séptimo día.
16:30 Así el pueblo reposó el séptimo día.
16:31 Y la casa de Israel lo llamó Maná; y era como
semilla de culantro, blanco, y su sabor como de hojuelas con miel.
16:32 Y dijo Moisés: Esto es lo que Jehová ha mandado:
Llenad un gomer
de él, y guardadlo para vuestros descendientes, a fin de
que vean el pan que yo os di a comer en el desierto, cuando yo os
saqué de la tierra de Egipto.
16:33 Y dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon
en ella un gomer
de maná,
y ponlo delante de Jehová, para que sea guardado para vuestros
descendientes.
16:34 Y Aarón lo puso delante del Testimonio para guardarlo,
como Jehová lo mandó a Moisés.
16:35 Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta
años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron
hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán.
16:36 Y un gomer
es la décima parte de un efa.
Capítulo 17
Agua de la roca
17:1 Toda la congregación de los hijos de Israel partió
del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de
Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para
que el pueblo bebiese.
17:2 Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos
agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué
altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis
a Jehová?
17:3 Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró
contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste
subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos
y a nuestros ganados?
17:4 Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo:
¿Qué haré con este pueblo? De aquí a
un poco me apedrearán.
17:5 Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo,
y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también
en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve.
17:6 He aquí que yo estaré delante de ti allí
sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña,
y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés
lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.
17:7 Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por
la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová,
diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros,
o no?
Guerra con Amalec
17:8 Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim.
17:9 Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones,
y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre
la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.
17:10 E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando
contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a
la cumbre del collado.
17:11 Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano,
Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano,
prevalecía Amalec.
17:12 Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron
una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó
sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el
uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos
firmeza hasta que se puso el sol.
17:13 Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de
espada.
17:14 Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para
memoria en un libro, y di a Josué que raeré del
todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.
17:15 Y Moisés edificó un altar, y llamó
su nombre Jehová- nisi;
17:16 y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra
el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra
con Amalec de generación en generación.
Capítulo 18
Jetro visita a Moisés
18:1 Oyó Jetro sacerdote de Madián, suegro de Moisés,
todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y
con Israel su pueblo, y cómo Jehová había sacado
a Israel de Egipto.
18:2 Y tomó Jetro suegro de Moisés a Séfora
la mujer de Moisés, después que él la envió,
18:3 y a sus dos hijos;
el uno se llamaba Gersón, porque dijo: Forastero he sido
en tierra ajena;
18:4 y el otro se llamaba Eliezer, porque dijo: El Dios de mi padre
me ayudó, y me libró de la espada de Faraón.
18:5 Y Jetro el suegro de Moisés, con los hijos y la mujer
de éste, vino a Moisés en el desierto, donde estaba
acampado junto al monte de Dios;
18:6 y dijo a Moisés: Yo tu suegro Jetro vengo a ti, con
tu mujer, y sus dos hijos con ella.
18:7 Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó,
y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban,
y vinieron a la tienda.
18:8 Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que
Jehová había hecho a Faraón y a los egipcios
por amor de Israel, y todo el trabajo que habían pasado en
el camino, y cómo los había librado Jehová.
18:9 Y se alegró Jetro de todo el bien que Jehová
había hecho a Israel, al haberlo librado de mano de los egipcios.
18:10 Y Jetro dijo: Bendito sea Jehová, que os libró
de mano de los egipcios, y de la mano de Faraón, y que libró
al pueblo de la mano de los egipcios.
18:11 Ahora conozco que Jehová es más grande que todos
los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció
contra ellos.
18:12 Y tomó Jetro, suegro de Moisés, holocaustos
y sacrificios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos
de Israel para comer con el suegro de Moisés delante de Dios.
Nombramiento de jueces
(Dt. 1.9-18)
18:13 Aconteció que al día siguiente se sentó
Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de
Moisés desde la mañana hasta la tarde.
18:14 Viendo el suegro de Moisés todo lo que él
hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que
haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas
tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde
la mañana hasta la tarde?
18:15 Y Moisés respondió a su suegro: Porque el
pueblo viene a mí para consultar a Dios.
18:16 Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre
el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.
18:17 Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está
bien lo que haces.
18:18 Desfallecerás del todo, tú, y también
este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado
pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.
18:19 Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará
contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios,
y somete tú los asuntos a Dios.
18:20 Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales
el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer.
18:21 Además escoge tú de entre todo el pueblo varones
de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan
la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de
centenas, de cincuenta y de diez.
18:22 Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto
grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto
pequeño. Así aliviarás la carga de sobre
ti, y la llevarán ellos contigo.
18:23 Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás
sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz
a su lugar.
18:24 Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo
lo que dijo.
18:25 Escogió Moisés varones de virtud de entre
todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil,
sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.
18:26 Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil
lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto
pequeño.
18:27 Y despidió Moisés a su suegro, y éste
se fue a su tierra.
Capítulo 19
Israel en Sinaí
19:1 En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la
tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de
Sinaí.
19:2 Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de
Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí
Israel delante del monte.
19:3 Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó
desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob,
y anunciarás a los hijos de Israel:
19:4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo
os tomé sobre alas de águilas, y os he traído
a mí.
19:5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis
mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro
sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
19:6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y
gente santa.
Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
19:7 Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos
del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras
que Jehová le había mandado.
19:8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo
que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió
a Jehová las palabras del pueblo.
19:9 Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí,
yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras
yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre.
Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová.
19:10 Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos
hoy y mañana; y laven sus vestidos,
19:11 y estén preparados para el día tercero, porque
al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo
el pueblo sobre el monte de Sinaí.
19:12 Y señalarás término al pueblo en derredor,
diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis
sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.
19:13 No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado;
sea animal o sea hombre, no vivirá.
Cuando suene largamente la bocina, subirán al monte.
19:14 Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó
al pueblo; y lavaron sus vestidos.
19:15 Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día;
no toquéis mujer.
19:16 Aconteció que al tercer día, cuando vino la
mañana, vinieron truenos y relámpagos, y
espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se
estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.
19:17 Y Moisés sacó del campamento al pueblo para
recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte.
19:18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había
descendido sobre él en fuego;
y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte
se estremecía en gran manera.
19:19 El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés
hablaba, y Dios le respondía con voz tronante.
19:20 Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí,
sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés
a la cumbre del monte, y Moisés subió.
19:21 Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al
pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová,
porque caerá multitud de ellos.
19:22 Y también que se santifiquen los sacerdotes que se
acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos
estrago.
19:23 Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá
subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo:
Señala límites al monte, y santifícalo.
19:24 Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú,
y Aarón contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen
el límite para subir a Jehová, no sea que haga en
ellos estrago.
19:25 Entonces Moisés descendió y se lo dijo al pueblo.
Capítulo 20
Los Diez Mandamientos
(Dt. 5.1-21)
20:1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:
20:2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra
de Egipto, de casa de servidumbre.
20:3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
20:4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté
arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo
de la tierra.
20:5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque
yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad
de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación
de los que me aborrecen,
20:6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan
mis mandamientos.
20:7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano;
porque no dará por inocente Jehová al que tomare su
nombre en vano.
20:8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
20:9 Seis días trabajarás, y harás toda tu
obra;
20:10 mas el séptimo día es reposo para Jehová
tu Dios; no hagas en él obra alguna,
tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni
tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
20:11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y
la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó
en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo
el día de reposo y lo santificó.
20:12 Honra a tu padre y a tu madre,
para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová
tu Dios te da.
20:13 No matarás.
20:14 No cometerás adulterio.
20:15 No hurtarás.
20:16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
20:17 No codiciarás la
casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo,
ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna
de tu prójimo.
El terror del pueblo
(Dt. 5.22-33)
20:18 Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos,
y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo
el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos.
20:19 Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros,
y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que
no muramos.
20:20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis;
porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté
delante de vosotros, para que no pequéis.
20:21 Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se
acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios.
20:22 Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás
a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado
desde el cielo con vosotros.
20:23 No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro
os haréis.
20:24 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás
sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas
y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la
memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré.
20:25 Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería;
porque si alzares herramienta sobre él, lo profanarás.
20:26 No subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez
no se descubra junto a él.
Capítulo 21
Leyes sobre los esclavos
(Dt. 15.12-18)
21:1 Estas son las leyes que les propondrás.
21:2 Si comprares siervo hebreo, seis años servirá;
mas al séptimo saldrá libre, de balde.
21:3 Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer,
saldrá él y su mujer con él.
21:4 Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le diere hijos o hijas,
la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá
solo.
21:5 Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer
y a mis hijos, no saldré libre;
21:6 entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará
estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará
la oreja con lesna, y será su siervo para siempre.
21:7 Y cuando alguno vendiere su hija por sierva, no saldrá
ella como suelen salir los siervos.
21:8 Si no agradare a su señor, por lo cual no la tomó
por esposa, se le permitirá que se rescate, y no la podrá
vender a pueblo extraño cuando la desechare.
21:9 Mas si la hubiere desposado con su hijo, hará con ella
según la costumbre de las hijas.
21:10 Si tomare para él otra mujer, no disminuirá
su alimento, ni su vestido, ni el deber conyugal.
21:11 Y si ninguna de estas tres cosas hiciere, ella saldrá
de gracia, sin dinero.
Leyes sobre actos de violencia
21:12 El que hiriere a alguno, haciéndole así morir,
él morirá.
21:13 Mas el que no pretendía herirlo, sino que Dios lo
puso en sus manos, entonces yo te señalaré lugar
al cual ha de huir.
21:14 Pero si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo
y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás
para que muera.
21:15 El que hiriere a su padre o a su madre, morirá.
21:16 Asimismo el que robare una persona y la vendiere, o si fuere
hallada en sus manos, morirá.
21:17 Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá.
21:18 Además, si algunos riñeren, y uno hiriere
a su prójimo con piedra o con el puño, y éste
no muriere, pero cayere en cama;
21:19 si se levantare y anduviere fuera sobre su báculo,
entonces será absuelto el que lo hirió; solamente
le satisfará por lo que estuvo sin trabajar, y hará
que le curen.
21:20 Y si alguno hiriere a su siervo o a su sierva con palo,
y muriere bajo su mano, será castigado;
21:21 mas si sobreviviere por un día o dos, no será
castigado, porque es de su propiedad.
21:22 Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada,
y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados
conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren
los jueces.
21:23 Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por
vida,
21:24 ojo por ojo, diente por diente,
mano por mano, pie por pie,
21:25 quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.
Leyes sobre responsabilidades de amos y dueños
21:26 Si alguno hiriere el ojo de su siervo, o el ojo de su sierva,
y lo dañare, le dará libertad por razón de
su ojo.
21:27 Y si hiciere saltar un diente de su siervo, o un diente
de su sierva, por su diente le dejará ir libre.
21:28 Si un buey acorneare a hombre o a mujer, y a causa de ello
muriere, el buey será apedreado, y no será comida
su carne; mas el dueño del buey será absuelto.
21:29 Pero si el buey fuere acorneador desde tiempo atrás,
y a su dueño se le hubiere notificado, y no lo hubiere
guardado, y matare a hombre o mujer, el buey será apedreado,
y también morirá su dueño.
21:30 Si le fuere impuesto precio de rescate, entonces dará
por el rescate de su persona cuanto le fuere impuesto.
21:31 Haya acorneado a hijo, o haya acorneado a hija, conforme
a este juicio se hará con él.
21:32 Si el buey acorneare a un siervo o a una sierva, pagará
su dueño treinta siclos de plata,
y el buey será apedreado.
21:33 Y si alguno abriere un pozo, o cavare cisterna, y no la
cubriere, y cayere allí buey o asno,
21:34 el dueño de la cisterna pagará el daño,
resarciendo a su dueño, y lo que fue muerto será
suyo.
21:35 Y si el buey de alguno hiriere al buey de su prójimo
de modo que muriere, entonces venderán el buey vivo y partirán
el dinero de él, y también partirán el buey
muerto.
21:36 Mas si era notorio que el buey era acorneador desde tiempo
atrás, y su dueño no lo hubiere guardado, pagará
buey por buey, y el buey muerto será suyo.
Capítulo 22
Leyes sobre la restitución
22:1 Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere,
por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro
ovejas.
22:2 Si el ladrón fuere hallado forzando una casa, y fuere
herido y muriere, el que lo hirió no será culpado
de su muerte.
22:3 Pero si fuere de día, el autor de la muerte será
reo de homicidio. El ladrón hará completa restitución;
si no tuviere con qué, será vendido por su hurto.
22:4 Si fuere hallado con el hurto en la mano, vivo, sea buey o
asno u oveja, pagará el doble.
22:5 Si alguno hiciere pastar en campo o viña, y metiere
su bestia en campo de otro, de lo mejor de su campo y de lo mejor
de su viña pagará.
22:6 Cuando se prendiere fuego, y al quemar espinos quemare mieses
amontonadas o en pie, o campo, el que encendió el fuego pagará
lo quemado.
22:7 Cuando alguno diere a su prójimo plata o alhajas a guardar,
y fuere hurtado de la casa de aquel hombre, si el ladrón
fuere hallado, pagará el doble.
22:8 Si el ladrón no fuere hallado, entonces el dueño
de la casa será presentado a los jueces, para que se vea
si ha metido su mano en los bienes de su prójimo.
22:9 En toda clase de fraude, sobre buey, sobre asno, sobre oveja,
sobre vestido, sobre toda cosa perdida, cuando alguno dijere: Esto
es mío, la causa de ambos vendrá delante de los jueces;
y el que los jueces condenaren, pagará el doble a su prójimo.
22:10 Si alguno hubiere dado a su prójimo asno, o buey, u
oveja, o cualquier otro animal a guardar, y éste muriere
o fuere estropeado, o fuere llevado sin verlo nadie;
22:11 juramento de Jehová habrá entre ambos, de que
no metió su mano a los bienes de su prójimo; y su
dueño lo aceptará, y el otro no pagará.
22:12 Mas si le hubiere sido hurtado, resarcirá a su dueño.
22:13 Y si le hubiere sido arrebatado por fiera, le traerá
testimonio, y no pagará lo arrebatado.
22:14 Pero si alguno hubiere tomado prestada bestia de su prójimo,
y fuere estropeada o muerta, estando ausente su dueño, deberá
pagarla.
22:15 Si el dueño estaba presente no la pagará. Si
era alquilada, reciba el dueño el alquiler.
Leyes humanitarias
22:16 Si alguno engañare a una doncella que no fuere desposada,
y durmiere con ella, deberá dotarla y tomarla por mujer.
22:17 Si su padre no quisiere dársela, él le pesará
plata conforme a la dote de las vírgenes.
22:18 A la hechicera
no dejarás que viva.
22:19 Cualquiera que cohabitare con bestia, morirá.
22:20 El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente a
Jehová, será muerto.
22:21 Y al extranjero no engañarás ni angustiarás,
porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.
22:22 A ninguna viuda ni huérfano afligiréis.
22:23 Porque si tú llegas a afligirles, y ellos clamaren
a mí, ciertamente oiré yo su clamor;
22:24 y mi furor se encenderá, y os mataré a espada,
y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros
hijos.
22:25 Cuando prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre que
está contigo, no te portarás con él como
logrero, ni le impondrás usura.
22:26 Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, a
la puesta del sol se lo devolverás.
22:27 Porque sólo eso es su cubierta, es su vestido para
cubrir su cuerpo. ¿En qué dormirá? Y cuando
él clamare a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso.
22:28 No injuriarás a los jueces, ni maldecirás
al príncipe de tu pueblo.
22:29 No demorarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar.
Me darás el primogénito de tus hijos.
22:30 Lo mismo harás con el de tu buey y de tu oveja; siete
días estará con su madre, y al octavo día
me lo darás.
22:31 Y me seréis varones santos. No comeréis carne
destrozada por las fieras
en el campo; a los perros la echaréis.
Capítulo 23
23:1 No admitirás falso rumor. No
te concertarás con el impío para ser testigo falso.
23:2 No seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás
en litigio inclinándote a los más para hacer agravios;
23:3 ni al pobre distinguirás en su causa.
23:4 Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado,
vuelve a llevárselo.
23:5 Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de
su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás
a levantarlo.
23:6 No pervertirás el derecho de tu mendigo en su pleito.
23:7 De palabra de mentira te alejarás, y no matarás
al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío.
23:8 No recibirás presente; porque el presente ciega a los
que ven, y pervierte las palabras de los justos.
23:9 Y no angustiarás al extranjero; porque vosotros sabéis
cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis
en la tierra de Egipto.
23:10 Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás
su cosecha;
23:11 mas el séptimo año la dejarás libre,
para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán
las bestias del campo; así harás con tu viña
y con tu olivar.
23:12 Seis días trabajarás, y al séptimo día
reposarás,
para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de
tu sierva, y el extranjero.
23:13 Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses
no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca.
Las tres fiestas anuales
(Ex. 34.18-26; Dt.
16.1-17)
23:14 Tres veces en el año me celebraréis fiesta.
23:15 La fiesta de los panes sin levadura guardarás.
Siete días comerás los panes sin levadura, como
yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él
saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí
con las manos vacías.
23:16 También la fiesta de la siega, los primeros frutos
de tus labores,
que hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a
la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de
tus labores del campo.
23:17 Tres veces en el año se presentará todo varón
delante de Jehová el Señor.
23:18 No ofrecerás con pan leudo la sangre de mi sacrificio,
ni la grosura de mi víctima quedará de la noche
hasta la mañana.
23:19 Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás
a la casa de Jehová tu Dios.
No guisarás el cabrito en la leche de su madre.
El Angel de Jehová enviado para guiar a Israel
23:20 He aquí yo envío mi Angel delante de ti para
que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo
he preparado.
23:21 Guárdate delante de él, y oye su voz; no le
seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión,
porque mi nombre está en él.
23:22 Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo
te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré
a los que te afligieren.
23:23 Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará
a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo,
del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.
23:24 No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás,
ni harás como ellos hacen; antes los destruirás
del todo, y quebrarás totalmente sus estatuas.
23:25 Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él
bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda
enfermedad de en medio de ti.
23:26 No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu
tierra; y yo completaré el número de tus días.
23:27 Yo enviaré mi terror delante de ti, y consternaré
a todo pueblo donde entres, y te daré la cerviz de todos
tus enemigos.
23:28 Enviaré delante de ti la avispa, que eche fuera al
heveo, al cananeo y al heteo, de delante de ti.
23:29 No los echaré de delante de ti en un año,
para que no quede la tierra desierta, y se aumenten contra ti
las fieras del campo.
23:30 Poco a poco los echaré de delante de ti, hasta que
te multipliques y tomes posesión de la tierra.
23:31 Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta
el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Eufrates;
porque pondré en tus manos a los moradores de la tierra,
y tú los echarás de delante de ti.
23:32 No harás alianza con ellos, ni con sus dioses.
23:33 En tu tierra no habitarán, no sea que te hagan pecar
contra mí sirviendo a sus dioses, porque te será
tropiezo.
Capítulo 24
Moisés y los ancianos en el Monte Sinaí
24:1 Dijo Jehová a Moisés: Sube ante Jehová,
tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los
ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos.
24:2 Pero Moisés solo se acercará a Jehová;
y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él.
24:3 Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras
de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió
a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová
ha dicho.
24:4 Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová,
y levantándose de mañana edificó un altar al
pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de
Israel.
24:5 Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales
ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová.
24:6 Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso
en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el
altar.
24:7 Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos
del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová
ha dicho, y obedeceremos.
24:8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció
sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto
que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.
24:9 Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú,
y setenta de los ancianos de Israel;
24:10 y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies
como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está
sereno.
24:11 Mas no extendió su mano sobre los príncipes
de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.
24:12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí
al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra,
y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.
24:13 Y se levantó Moisés con Josué su servidor,
y Moisés subió al monte de Dios.
24:14 Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos
a vosotros; y he aquí Aarón y Hur están con
vosotros; el que tuviere asuntos, acuda a ellos.
24:15 Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió
el monte.
24:16 Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte
Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y
al séptimo día llamó a Moisés de en
medio de la nube.
24:17 Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un
fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos
de Israel.
24:18 Y entró Moisés en medio de la nube, y subió
al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días
y cuarenta noches.
Capítulo 25
La ofrenda para el tabernáculo
(Ex. 35.4-9)
25:1 Jehová habló a Moisés, diciendo:
25:2 Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda;
de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón,
tomaréis mi ofrenda.
25:3 Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata,
cobre,
25:4 azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras,
25:5 pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones,
madera de acacia,
25:6 aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción
y para el incienso aromático,
25:7 piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod
y para el pectoral.
25:8 Y harán un santuario para mí, y habitaré
en medio de ellos.
25:9 Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del
tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios,
así lo haréis.
El arca del testimonio
(Ex. 37.1-9)
25:10 Harán también un arca de madera de acacia,
cuya longitud será de dos codos
y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio.
25:11 Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera,
y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor.
25:12 Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás
en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos
al otro lado.
25:13 Harás unas varas de madera de acacia, las cuales
cubrirás de oro.
25:14 Y meterás las varas por los anillos a los lados del
arca, para llevar el arca con ellas.
25:15 Las varas quedarán en los anillos del arca; no se
quitarán de ella.
25:16 Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.
25:17 Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud
será de dos codos
y medio, y su anchura de codo y medio.
25:18 Harás también dos querubines de oro; labrados
a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio.
25:19 Harás, pues, un querubín en un extremo, y
un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio
harás los querubines en sus dos extremos.
25:20 Y los querubines extenderán por encima las alas,
cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente
del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines.
25:21 Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en
el arca pondrás el testimonio que yo te daré.
25:22 Y de allí me declararé a ti, y hablaré
contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines
que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo
te mandare para los hijos de Israel.
La mesa para el pan de la proposición
(Ex. 37.10-16)
25:23 Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su
longitud será de dos codos,
y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio.
25:24 Y la cubrirás de oro puro, y le harás una
cornisa de oro alrededor.
25:25 Le harás también una moldura alrededor, de
un palmo menor
de anchura, y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor.
25:26 Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás
en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas.
25:27 Los anillos estarán debajo de la moldura, para lugares
de las varas para llevar la mesa.
25:28 Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás
de oro, y con ellas será llevada la mesa.
25:29 Harás también sus platos, sus cucharas, sus
cubiertas y sus tazones, con que se libará; de oro fino
los harás.
25:30 Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición
delante de mí continuamente.
El candelero de oro
(Ex. 37.17-24)
25:31 Harás además un candelero de oro puro; labrado
a martillo se hará el candelero; su pie, su caña,
sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo.
25:32 Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del
candelero a un lado, y tres brazos al otro lado.
25:33 Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una
manzana y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro
en otro brazo, una manzana y una flor; así en los seis
brazos que salen del candelero;
25:34 y en la caña central del candelero cuatro copas en
forma de flor de almendro, sus manzanas y sus flores.
25:35 Habrá una manzana debajo de dos brazos del mismo,
otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana
debajo de los otros dos brazos del mismo, así para los
seis brazos que salen del candelero.
25:36 Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo
ello una pieza labrada a martillo, de oro puro.
25:37 Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás
para que alumbren hacia adelante.
25:38 También sus despabiladeras y sus platillos, de oro
puro.
25:39 De un talento de oro
fino lo harás, con todos estos utensilios.
25:40 Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado
en el monte.
Capítulo 26
El tabernáculo
(Ex. 36.8-38)
26:1 Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino
torcido, azul, púrpura y carmesí; y lo harás
con querubines de obra primorosa.
26:2 La longitud de una cortina de veintiocho codos,
y la anchura de la misma cortina de cuatro codos; todas las cortinas
tendrán una misma medida.
26:3 Cinco cortinas estarán unidas una con la otra, y las
otras cinco cortinas unidas una con la otra.
26:4 Y harás lazadas de azul en la orilla de la última
cortina de la primera unión; lo mismo harás en la
orilla de la cortina de la segunda unión.
26:5 Cincuenta lazadas harás en la primera cortina, y cincuenta
lazadas harás en la orilla de la cortina que está
en la segunda unión; las lazadas estarán contrapuestas
la una a la otra.
26:6 Harás también cincuenta corchetes de oro, con
los cuales enlazarás las cortinas la una con la otra, y se
formará un tabernáculo.
26:7 Harás asimismo cortinas de pelo de cabra para una cubierta
sobre el tabernáculo; once cortinas harás.
26:8 La longitud de cada cortina será de treinta codos,
y la anchura de cada cortina de cuatro codos; una misma medida tendrán
las once cortinas.
26:9 Y unirás cinco cortinas aparte y las otras seis cortinas
aparte; y doblarás la sexta cortina en el frente del tabernáculo.
26:10 Y harás cincuenta lazadas en la orilla de la cortina,
al borde en la unión, y cincuenta lazadas en la orilla de
la cortina de la segunda unión.
26:11 Harás asimismo cincuenta corchetes de bronce, los cuales
meterás por las lazadas; y enlazarás las uniones para
que se haga una sola cubierta.
26:12 Y la parte que sobra en las cortinas de la tienda, la mitad
de la cortina que sobra, colgará a espaldas del tabernáculo.
26:13 Y un codo
de un lado, y otro codo del otro lado, que sobra a lo largo de las
cortinas de la tienda, colgará sobre los lados del tabernáculo
a un lado y al otro, para cubrirlo.
26:14 Harás también a la tienda una cubierta de pieles
de carneros teñidas de rojo, y una cubierta de pieles de
tejones encima.
26:15 Y harás para el tabernáculo tablas de madera
de acacia, que estén derechas.
26:16 La longitud de cada tabla será de diez codos,
y de codo y medio la anchura.
26:17 Dos espigas tendrá cada tabla, para unirlas una con
otra; así harás todas las tablas del tabernáculo.
26:18 Harás, pues, las tablas del tabernáculo; veinte
tablas al lado del mediodía, al sur.
26:19 Y harás cuarenta basas de plata debajo de las veinte
tablas; dos basas debajo de una tabla para sus dos espigas, y dos
basas debajo de otra tabla para sus dos espigas.
26:20 Y al otro lado del tabernáculo, al lado del norte,
veinte tablas;
26:21 y sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de una tabla,
y dos basas debajo de otra tabla.
26:22 Y para el lado posterior del tabernáculo, al occidente,
harás seis tablas.
26:23 Harás además dos tablas para las esquinas del
tabernáculo en los dos ángulos posteriores;
26:24 las cuales se unirán desde abajo, y asimismo se juntarán
por su alto con un gozne; así será con las otras dos;
serán para las dos esquinas.
26:25 De suerte que serán ocho tablas, con sus basas de plata,
dieciséis basas; dos basas debajo de una tabla, y dos basas
debajo de otra tabla.
26:26 Harás también cinco barras de madera de acacia,
para las tablas de un lado del tabernáculo,
26:27 y cinco barras para las tablas del otro lado del tabernáculo,
y cinco barras para las tablas del lado posterior del tabernáculo,
al occidente.
26:28 Y la barra de en medio pasará por en medio de las tablas,
de un extremo al otro.
26:29 Y cubrirás de oro las tablas, y harás sus anillos
de oro para meter por ellos las barras; también cubrirás
de oro las barras.
26:30 Y alzarás el tabernáculo conforme al modelo
que te fue mostrado en el monte.
26:31 También harás un velo de azul, púrpura,
carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa,
con querubines;
26:32 y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de acacia
cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata.
26:33 Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás
allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel velo
os hará separación entre el lugar santo y el santísimo.
26:34 Pondrás el propiciatorio sobre el arca del testimonio
en el lugar santísimo.
26:35 Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelero enfrente
de la mesa al lado sur del tabernáculo; y pondrás
la mesa al lado del norte.
26:36 Harás para la puerta del tabernáculo una cortina
de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, obra de
recamador.
26:37 Y harás para la cortina cinco columnas de madera de
acacia, las cuales cubrirás de oro, con sus capiteles de
oro; y fundirás cinco basas de bronce para ellas.
Capítulo 27
El altar de bronce
(Ex. 38.1-7)
27:1 Harás también un altar de madera de acacia de
cinco codos
de longitud, y de cinco codos de anchura; será cuadrado el
altar, y su altura de tres codos.
27:2 Y le harás cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos
serán parte del mismo; y lo cubrirás de bronce.
27:3 Harás también sus calderos para recoger la ceniza,
y sus paletas, sus tazones, sus garfios y sus braseros; harás
todos sus utensilios de bronce.
27:4 Y le harás un enrejado de bronce de obra de rejilla,
y sobre la rejilla harás cuatro anillos de bronce a sus cuatro
esquinas.
27:5 Y la pondrás dentro del cerco del altar abajo; y llegará
la rejilla hasta la mitad del altar.
27:6 Harás también varas para el altar, varas de madera
de acacia, las cuales cubrirás de bronce.
27:7 Y las varas se meterán por los anillos, y estarán
aquellas varas a ambos lados del altar cuando sea llevado.
27:8 Lo harás hueco, de tablas; de la manera que te fue mostrado
en el monte, así lo harás.
El atrio del tabernáculo
(Ex. 38.9-20)
27:9 Asimismo harás el atrio del tabernáculo. Al
lado meridional, al sur, tendrá el atrio cortinas de lino
torcido, de cien codos
de longitud para un lado.
27:10 Sus veinte columnas y sus veinte basas serán de bronce;
los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata.
27:11 De la misma manera al lado del norte habrá a lo largo
cortinas de cien codos
de longitud, y sus veinte columnas con sus veinte basas de bronce;
los capiteles de sus columnas y sus molduras, de plata.
27:12 El ancho del atrio, del lado occidental, tendrá cortinas
de cincuenta codos; sus columnas diez, con sus diez basas.
27:13 Y en el ancho del atrio por el lado del oriente, al este,
habrá cincuenta codos.
27:14 Las cortinas a un lado de la entrada serán de quince
codos;
sus columnas tres, con sus tres basas.
27:15 Y al otro lado, quince codos
de cortinas; sus columnas tres, con sus tres basas.
27:16 Y para la puerta del atrio habrá una cortina de veinte
codos, de azul, púrpura y carmesí, y lino torcido,
de obra de recamador; sus columnas cuatro, con sus cuatro basas.
27:17 Todas las columnas alrededor del atrio estarán ceñidas
de plata; sus capiteles de plata, y sus basas de bronce.
27:18 La longitud del atrio será de cien codos,
y la anchura cincuenta por un lado y cincuenta por el otro, y
la altura de cinco codos; sus cortinas de lino torcido, y sus
basas de bronce.
27:19 Todos los utensilios del tabernáculo en todo su servicio,
y todas sus estacas, y todas las estacas del atrio, serán
de bronce.
Aceite para las lámparas
(Lv. 24.1-4)
27:20 Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan
aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer
arder continuamente las lámparas.
27:21 En el tabernáculo de reunión, afuera del velo
que está delante del testimonio, las pondrá en orden
Aarón y sus hijos para que ardan delante de Jehová
desde la tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo
de los hijos de Israel por sus generaciones.
Capítulo 28
Las vestiduras de los sacerdotes
(Ex. 39.1-31)
28:1 Harás llegar delante de ti a Aarón tu hermano,
y a sus hijos consigo, de entre los hijos de Israel, para que sean
mis sacerdotes; a Aarón y a Nadab, Abiú, Eleazar e
Itamar hijos de Aarón.
28:2 Y harás vestiduras sagradas a Aarón tu hermano,
para honra y hermosura.
28:3 Y tú hablarás a todos los sabios de corazón,
a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría,
para que hagan las vestiduras de Aarón, para consagrarle
para que sea mi sacerdote.
28:4 Las vestiduras que harán son estas: el pectoral, el
efod, el manto, la túnica bordada, la mitra y el cinturón.
Hagan, pues, las vestiduras sagradas para Aarón tu hermano,
y para sus hijos, para que sean mis sacerdotes.
28:5 Tomarán oro, azul, púrpura, carmesí y
lino torcido,
28:6 y harán el efod de oro, azul, púrpura, carmesí
y lino torcido, de obra primorosa.
28:7 Tendrá dos hombreras que se junten a sus dos extremos,
y así se juntará.
28:8 Y su cinto de obra primorosa que estará sobre él,
será de la misma obra, parte del mismo; de oro, azul, púrpura,
carmesí y lino torcido.
28:9 Y tomarás dos piedras de ónice, y grabarás
en ellas los nombres de los hijos de Israel;
28:10 seis de sus nombres en una piedra, y los otros seis nombres
en la otra piedra, conforme al orden de nacimiento de ellos.
28:11 De obra de grabador en piedra, como grabaduras de sello, harás
grabar las dos piedras con los nombres de los hijos de Israel; les
harás alrededor engastes de oro.
28:12 Y pondrás las dos piedras sobre las hombreras del efod,
para piedras memoriales a los hijos de Israel; y Aarón llevará
los nombres de ellos delante de Jehová sobre sus dos hombros
por memorial.
28:13 Harás, pues, los engastes de oro,
28:14 y dos cordones de oro fino, los cuales harás en forma
de trenza; y fijarás los cordones de forma de trenza en los
engastes.
28:15 Harás asimismo el pectoral del juicio de obra primorosa,
lo harás conforme a la obra del efod, de oro, azul, púrpura,
carmesí y lino torcido.
28:16 Será cuadrado y doble, de un palmo
de largo y un palmo de ancho;
28:17 y lo llenarás de pedrería en cuatro hileras
de piedras; una hilera de una piedra sárdica, un topacio
y un carbunclo;
28:18 la segunda hilera, una esmeralda, un zafiro y un diamante;
28:19 la tercera hilera, un jacinto, una ágata y una amatista;
28:20 la cuarta hilera, un berilo, un ónice y un jaspe. Todas
estarán montadas en engastes de oro.
28:21 Y las piedras serán según los nombres de los
hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras
de sello cada una con su nombre, serán según las doce
tribus.
28:22 Harás también en el pectoral cordones de hechura
de trenzas de oro fino.
28:23 Y harás en el pectoral dos anillos de oro, los cuales
pondrás a los dos extremos del pectoral.
28:24 Y fijarás los dos cordones de oro en los dos anillos
a los dos extremos del pectoral;
28:25 y pondrás los dos extremos de los dos cordones sobre
los dos engastes, y los fijarás a las hombreras del efod
en su parte delantera.
28:26 Harás también dos anillos de oro, los cuales
pondrás a los dos extremos del pectoral, en su orilla que
está al lado del efod hacia adentro.
28:27 Harás asimismo los dos anillos de oro, los cuales fijarás
en la parte delantera de las dos hombreras del efod, hacia abajo,
delante de su juntura sobre el cinto del efod.
28:28 Y juntarán el pectoral por sus anillos a los dos anillos
del efod con un cordón de azul, para que esté sobre
el cinto del efod, y no se separe el pectoral del efod.
28:29 Y llevará Aarón los nombres de los hijos de
Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón, cuando
entre en el santuario, por memorial delante de Jehová continuamente.
28:30 Y pondrás en el pectoral del juicio Urim y Tumim,
para que estén sobre el corazón de Aarón cuando
entre delante de Jehová; y llevará siempre Aarón
el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante
de Jehová.
28:31 Harás el manto del efod todo de azul;
28:32 y en medio de él por arriba habrá una abertura,
la cual tendrá un borde alrededor de obra tejida, como el
cuello de un coselete, para que no se rompa.
28:33 Y en sus orlas harás granadas de azul, púrpura
y carmesí alrededor, y entre ellas campanillas de oro alrededor.
28:34 Una campanilla de oro y una granada, otra campanilla de oro
y otra granada, en toda la orla del manto alrededor.
28:35 Y estará sobre Aarón cuando ministre; y se oirá
su sonido cuando él entre en el santuario delante de Jehová
y cuando salga, para que no muera.
28:36 Harás además una lámina de oro fino,
y grabarás en ella como grabadura de sello, SANTIDAD A JEHOVÁ.
28:37 Y la pondrás con un cordón de azul, y estará
sobre la mitra; por la parte delantera de la mitra estará.
28:38 Y estará sobre la frente de Aarón, y llevará
Aarón las faltas cometidas en todas las cosas santas, que
los hijos de Israel hubieren consagrado en todas sus santas ofrendas;
y sobre su frente estará continuamente, para que obtengan
gracia delante de Jehová.
28:39 Y bordarás una túnica de lino, y harás
una mitra de lino; harás también un cinto de obra
de recamador.
28:40 Y para los hijos de Aarón harás túnicas;
también les harás cintos, y les harás tiaras
para honra y hermosura.
28:41 Y con ellos vestirás a Aarón tu hermano, y a
sus hijos con él; y los ungirás, y los consagrarás
y santificarás, para que sean mis sacerdotes.
28:42 Y les harás calzoncillos de lino para cubrir su desnudez;
serán desde los lomos hasta los muslos.
28:43 Y estarán sobre Aarón y sobre sus hijos cuando
entren en el tabernáculo de reunión, o cuando se acerquen
al altar para servir en el santuario, para que no lleven pecado
y mueran. Es estatuto perpetuo para él, y para su descendencia
después de él.
Capítulo 29
Consagración de Aarón y de sus
hijos
(Lv. 8.1-36)
29:1 Esto es lo que les harás para consagrarlos, para que
sean mis sacerdotes: Toma un becerro de la vacada, y dos carneros
sin defecto;
29:2 y panes sin levadura, y tortas sin levadura amasadas con aceite,
y hojaldres sin levadura untadas con aceite; las harás de
flor de harina de trigo.
29:3 Y las pondrás en un canastillo, y en el canastillo las
ofrecerás, con el becerro y los dos carneros.
29:4 Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta
del tabernáculo de reunión, y los lavarás con
agua.
29:5 Y tomarás las vestiduras, y vestirás a Aarón
la túnica, el manto del efod, el efod y el pectoral, y le
ceñirás con el cinto del efod;
29:6 y pondrás la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra
pondrás la diadema santa.
29:7 Luego tomarás el aceite de la unción, y lo derramarás
sobre su cabeza, y le ungirás.
29:8 Y harás que se acerquen sus hijos, y les vestirás
las túnicas.
29:9 Les ceñirás el cinto a Aarón y a sus hijos,
y les atarás las tiaras, y tendrán el sacerdocio por
derecho perpetuo. Así consagrarás a Aarón y
a sus hijos.
29:10 Después llevarás el becerro delante del tabernáculo
de reunión, y Aarón y sus hijos pondrán sus
manos sobre la cabeza del becerro.
29:11 Y matarás el becerro delante de Jehová, a la
puerta del tabernáculo de reunión.
29:12 Y de la sangre del becerro tomarás y pondrás
sobre los cuernos del altar con tu dedo, y derramarás toda
la demás sangre al pie del altar.
29:13 Tomarás también toda la grosura que cubre los
intestinos, la grosura de sobre el hígado, los dos riñones,
y la grosura que está sobre ellos, y lo quemarás sobre
el altar.
29:14 Pero la carne del becerro, y su piel y su estiércol,
los quemarás a fuego fuera del campamento; es ofrenda por
el pecado.
29:15 Asimismo tomarás uno de los carneros, y Aarón
y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero.
29:16 Y matarás el carnero, y con su sangre rociarás
sobre el altar alrededor.
29:17 Cortarás el carnero en pedazos, y lavarás sus
intestinos y sus piernas, y las pondrás sobre sus trozos
y sobre su cabeza.
29:18 Y quemarás todo el carnero sobre el altar; es holocausto
de olor grato
para Jehová, es ofrenda quemada a Jehová.
29:19 Tomarás luego el otro carnero, y Aarón y sus
hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero.
29:20 Y matarás el carnero, y tomarás de su sangre
y la pondrás sobre el lóbulo de la oreja derecha de
Aarón, sobre el lóbulo de la oreja de sus hijos, sobre
el dedo pulgar de las manos derechas de ellos, y sobre el dedo pulgar
de los pies derechos de ellos, y rociarás la sangre sobre
el altar alrededor.
29:21 Y con la sangre que estará sobre el altar, y el aceite
de la unción, rociarás sobre Aarón, sobre sus
vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de éstos;
y él será santificado, y sus vestiduras, y sus hijos,
y las vestiduras de sus hijos con él.
29:22 Luego tomarás del carnero la grosura, y la cola, y
la grosura que cubre los intestinos, y la grosura del hígado,
y los dos riñones, y la grosura que está sobre ellos,
y la espaldilla derecha; porque es carnero de consagración.
29:23 También una torta grande de pan, y una torta de pan
de aceite, y una hojaldre del canastillo de los panes sin levadura
presentado a Jehová,
29:24 y lo pondrás todo en las manos de Aarón, y en
las manos de sus hijos; y lo mecerás como ofrenda mecida
delante de Jehová.
29:25 Después lo tomarás de sus manos y lo harás
arder en el altar, sobre el holocausto, por olor grato delante de
Jehová. Es ofrenda encendida a Jehová.
29:26 Y tomarás el pecho del carnero de las consagraciones,
que es de Aarón, y lo mecerás por ofrenda mecida delante
de Jehová; y será porción tuya.
29:27 Y apartarás el pecho de la ofrenda mecida, y la espaldilla
de la ofrenda elevada, lo que fue mecido y lo que fue elevado del
carnero de las consagraciones de Aarón y de sus hijos,
29:28 y será para Aarón y para sus hijos como estatuto
perpetuo para los hijos de Israel, porque es ofrenda elevada; y
será una ofrenda elevada de los hijos de Israel, de sus sacrificios
de paz, porción de ellos elevada en ofrenda a Jehová.
29:29 Y las vestiduras santas, que son de Aarón, serán
de sus hijos después de él, para ser ungidos en ellas,
y para ser en ellas consagrados.
29:30 Por siete días las vestirá el que de sus hijos
tome su lugar como sacerdote, cuando venga al tabernáculo
de reunión para servir en el santuario.
29:31 Y tomarás el carnero de las consagraciones, y cocerás
su carne en lugar santo.
29:32 Y Aarón y sus hijos comerán la carne del carnero,
y el pan que estará en el canastillo, a la puerta del tabernáculo
de reunión.
29:33 Y comerán aquellas cosas con las cuales se hizo expiación,
para llenar sus manos para consagrarlos; mas el extraño no
las comerá, porque son santas.
29:34 Y si sobrare hasta la mañana algo de la carne de las
consagraciones y del pan, quemarás al fuego lo que hubiere
sobrado; no se comerá, porque es cosa santa.
29:35 Así, pues, harás a Aarón y a sus hijos,
conforme a todo lo que yo te he mandado; por siete días los
consagrarás.
29:36 Cada día ofrecerás el becerro del sacrificio
por el pecado, para las expiaciones; y purificarás el altar
cuando hagas expiación por él, y lo ungirás
para santificarlo.
29:37 Por siete días harás expiación por el
altar, y lo santificarás, y será un altar santísimo:
cualquiera cosa que tocare el altar, será santificada.
Las ofrendas diarias
(Nm. 28.1-8)
29:38 Esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos
de un año cada día, continuamente.
29:39 Ofrecerás uno de los corderos por la mañana,
y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde.
29:40 Además, con cada cordero una décima parte
de un efa
de flor de harina amasada con la cuarta parte de un hin de aceite
de olivas machacadas; y para la libación, la cuarta parte
de un hin de vino.
29:41 Y ofrecerás el otro cordero a la caída de
la tarde, haciendo conforme a la ofrenda de la mañana,
y conforme a su libación, en olor grato; ofrenda encendida
a Jehová.
29:42 Esto será el holocausto continuo por vuestras generaciones,
a la puerta del tabernáculo de reunión, delante
de Jehová, en el cual me reuniré con vosotros, para
hablaros allí.
29:43 Allí me reuniré con los hijos de Israel; y
el lugar será santificado con mi gloria.
29:44 Y santificaré el tabernáculo de reunión
y el altar; santificaré asimismo a Aarón y a sus
hijos, para que sean mis sacerdotes.
29:45 Y habitaré entre los hijos de Israel, y seré
su Dios.
29:46 Y conocerán que yo soy Jehová su Dios, que
los saqué de la tierra de Egipto, para habitar en medio
de ellos. Yo Jehová su Dios.
Capítulo 30
El altar del incienso
(Ex. 37.25-28)
30:1 Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de
madera de acacia lo harás.
30:2 Su longitud será de un codo,
y su anchura de un codo; será cuadrado, y su altura de dos
codos; y sus cuernos serán parte del mismo.
30:3 Y lo cubrirás de oro puro, su cubierta, sus paredes
en derredor y sus cuernos; y le harás en derredor una cornisa
de oro.
30:4 Le harás también dos anillos de oro debajo de
su cornisa, a sus dos esquinas a ambos lados suyos, para meter las
varas con que será llevado.
30:5 Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás
de oro.
30:6 Y lo pondrás delante del velo que está junto
al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está
sobre el testimonio, donde me encontraré contigo.
30:7 Y Aarón quemará incienso aromático sobre
él; cada mañana cuando aliste las lámparas
lo quemará.
30:8 Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer,
quemará el incienso; rito perpetuo delante de Jehová
por vuestras generaciones.
30:9 No ofreceréis sobre él incienso extraño,
ni holocausto, ni ofrenda; ni tampoco derramaréis sobre él
libación.
30:10 Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación
una vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado
para expiación; una vez en el año hará expiación
sobre él por vuestras generaciones; será muy santo
a Jehová.
El dinero del rescate
30:11 Habló también Jehová a Moisés,
diciendo:
30:12 Cuando tomes el número de los hijos de Israel conforme
a la cuenta de ellos, cada uno dará a Jehová el
rescate de su persona, cuando los cuentes, para que no haya en
ellos mortandad cuando los hayas contado.
30:13 Esto dará todo aquel que sea contado; medio siclo,
conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras.
La mitad de un siclo será la ofrenda a Jehová.
30:14 Todo el que sea contado, de veinte años arriba, dará
la ofrenda a Jehová.
30:15 Ni el rico aumentará, ni el pobre disminuirá
del medio siclo,
cuando dieren la ofrenda a Jehová para hacer expiación
por vuestras personas.
30:16 Y tomarás de los hijos de Israel el dinero de las
expiaciones, y lo darás para el servicio del tabernáculo
de reunión; y será por memorial a los hijos de Israel
delante de Jehová, para hacer expiación por vuestras
personas.
30:17 Habló más Jehová a Moisés, diciendo:
30:18 Harás también una fuente de bronce,
con su base de bronce, para lavar; y la colocarás entre
el tabernáculo de reunión y el altar, y pondrás
en ella agua.
30:19 Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos las
manos y los pies.
30:20 Cuando entren en el tabernáculo de reunión,
se lavarán con agua, para que no mueran; y cuando se acerquen
al altar para ministrar, para quemar la ofrenda encendida para
Jehová,
30:21 se lavarán las manos y los pies, para que no mueran.
Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su descendencia
por sus generaciones.
El aceite de la unción, y el incienso
30:22 Habló más Jehová a Moisés,
diciendo:
30:23 Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos
siclos,
y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta,
de cálamo aromático doscientos cincuenta,
30:24 de casia quinientos, según el siclo del santuario,
y de aceite de olivas un hin.
30:25 Y harás de ello el aceite de la santa unción;
superior ungüento, según el arte del perfumador, será
el aceite de la unción santa.
30:26 Con él ungirás el tabernáculo de reunión,
el arca del testimonio,
30:27 la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos
sus utensilios, el altar del incienso,
30:28 el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente
y su base.
30:29 Así los consagrarás, y serán cosas
santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado.
30:30 Ungirás también a Aarón y a sus hijos,
y los consagrarás para que sean mis sacerdotes.
30:31 Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este
será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones.
30:32 Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis
otro semejante, conforme a su composición; santo es, y
por santo lo tendréis vosotros.
30:33 Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que
pusiere de él sobre extraño, será cortado
de entre su pueblo.
30:34 Dijo además Jehová a Moisés: Toma especias
aromáticas, estacte y uña aromática y gálbano
aromático e incienso puro; de todo en igual peso,
30:35 y harás de ello el incienso, un perfume según
el arte del perfumador, bien mezclado, puro y santo.
30:36 Y molerás parte de él en polvo fino, y lo
pondrás delante del testimonio en el tabernáculo
de reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será
cosa santísima.
30:37 Como este incienso que harás, no os haréis
otro según su composición; te será cosa sagrada
para Jehová.
30:38 Cualquiera que hiciere otro como este para olerlo, será
cortado de entre su pueblo.
Capítulo 31
Llamamiento de Bezaleel y de Aholiab
(Ex. 35.30—36.1)
31:1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
31:2 Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo
de Hur, de la tribu de Judá;
31:3 y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría
y en inteligencia, en ciencia y en todo arte,
31:4 para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata
y en bronce,
31:5 y en artificio de piedras para engastarlas, y en artificio
de madera; para trabajar en toda clase de labor.
31:6 Y he aquí que yo he puesto con él a Aholiab hijo
de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en
el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan
todo lo que te he mandado;
31:7 el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio,
el propiciatorio que está sobre ella, y todos los utensilios
del tabernáculo,
31:8 la mesa y sus utensilios, el candelero limpio y todos sus utensilios,
el altar del incienso,
31:9 el altar del holocausto y todos sus utensilios, la fuente y
su base,
31:10 los vestidos del servicio, las vestiduras santas para Aarón
el sacerdote, las vestiduras de sus hijos para que ejerzan el sacerdocio,
31:11 el aceite de la unción, y el incienso aromático
para el santuario; harán conforme a todo lo que te he mandado.
El día de reposo como señal
31:12 Habló además Jehová a Moisés,
diciendo:
31:13 Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo:
En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo;
porque es señal entre mí y vosotros por vuestras
generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová
que os santifico.
31:14 Así que guardaréis el día de reposo,
porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá;
porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella
persona será cortada de en medio de su pueblo.
31:15 Seis días se trabajará, mas el día
séptimo es día de reposo consagrado a Jehová;
cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente
morirá.
31:16 Guardarán, pues, el día de reposo los hijos
de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto
perpetuo.
31:17 Señal es para siempre entre mí y los hijos
de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos
y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.
El becerro de oro
(Dt. 9.6-29)
31:18 Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con
él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio,
tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.
Capítulo 32
32:1 Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del
monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate,
haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés,
el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos
qué le haya acontecido.
32:2 Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están
en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras
hijas, y traédmelos.
32:3 Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro
que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón;
32:4 y él los tomó de las manos de ellos, y le dio
forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición.
Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de
la tierra de Egipto.
32:5 Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante
del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana
será fiesta para Jehová.
32:6 Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos,
y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer
y a beber, y se levantó a regocijarse.
32:7 Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende,
porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido.
32:8 Pronto se han apartado del camino que yo les mandé;
se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y
le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus
dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
32:9 Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto
a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz.
32:10 Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos,
y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.
32:11 Entonces Moisés oró en presencia de Jehová
su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá
tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de
Egipto con gran poder y con mano fuerte?
32:12 ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo:
Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos
de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira,
y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo.
32:13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos,
a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré
vuestra descendencia como las estrellas del cielo;
y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he
hablado, y la tomarán por heredad para siempre.
32:14 Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo
que había de hacer a su pueblo.
32:15 Y volvió Moisés y descendió del monte,
trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas
por ambos lados; de uno y otro lado estaban escritas.
32:16 Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura
de Dios grabada sobre las tablas.
32:17 Cuando oyó Josué el clamor del pueblo que gritaba,
dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento.
32:18 Y él respondió: No es voz de alaridos de fuertes,
ni voz de alaridos de débiles; voz de cantar oigo yo.
32:19 Y aconteció que cuando él llegó al campamento,
y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés,
y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al
pie del monte.
32:20 Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó
en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció
sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel.
32:21 Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te
ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan
gran pecado?
32:22 Y respondió Aarón: No se enoje mi señor;
tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal.
32:23 Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros;
porque a este Moisés, el varón que nos sacó
de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.
32:24 Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro?
Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió
este becerro.
32:25 Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado,
porque Aarón lo había permitido, para vergüenza
entre sus enemigos,
32:26 se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo:
¿Quién está por Jehová? Júntese
conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.
32:27 Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el
Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y
volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a
su hermano, y a su amigo, y a su pariente.
32:28 Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de
Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres
mil hombres.
32:29 Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado
a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en
su hermano, para que él dé bendición hoy sobre
vosotros.
32:30 Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés
al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero
yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré
acerca de vuestro pecado.
32:31 Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo:
Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se
hicieron dioses de oro,
32:32 que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora
de tu libro que has escrito.
32:33 Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare
contra mí, a éste raeré yo de mi libro.
32:34 Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho;
he aquí mi ángel irá delante de ti; pero en
el día del castigo, yo castigaré en ellos su pecado.
32:35 Y Jehová hirió al pueblo, porque habían
hecho el becerro que formó Aarón.
Capítulo 33
La presencia de Dios prometida
33:1 Jehová dijo a Moisés: Anda, sube de aquí,
tú y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra
de la cual juré a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu
descendencia la daré;
33:2 y yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré
fuera al cananeo y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al heveo y
al jebuseo
33:3 (a la tierra que fluye leche y miel); pero yo no subiré
en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te
consuma en el camino.
33:4 Y oyendo el pueblo esta mala noticia, vistieron luto, y ninguno
se puso sus atavíos.
33:5 Porque Jehová había dicho a Moisés: Di
a los hijos de Israel: Vosotros sois pueblo de dura cerviz; en un
momento subiré en medio de ti, y te consumiré. Quítate,
pues, ahora tus atavíos, para que yo sepa lo que te he de
hacer.
33:6 Entonces los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos
desde el monte Horeb.
33:7 Y Moisés tomó el tabernáculo, y lo levantó
lejos, fuera del campamento, y lo llamó el Tabernáculo
de Reunión. Y cualquiera que buscaba a Jehová, salía
al tabernáculo de reunión que estaba fuera del campamento.
33:8 Y sucedía que cuando salía Moisés al tabernáculo,
todo el pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta
de su tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él
entraba en el tabernáculo.
33:9 Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna
de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo,
y Jehová hablaba con Moisés.
33:10 Y viendo todo el pueblo la columna de nube que estaba a la
puerta del tabernáculo, se levantaba cada uno a la puerta
de su tienda y adoraba.
33:11 Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como
habla cualquiera a su compañero. Y él volvía
al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor,
nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.
33:12 Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices
a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a
quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices:
Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia
en mis ojos.
33:13 Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que
me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia
en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo.
33:14 Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré
descanso.
33:15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de
ir conmigo, no nos saques de aquí.
33:16 ¿Y en qué se conocerá aquí que
he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú
andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos
los pueblos que están sobre la faz de la tierra?
33:17 Y Jehová dijo a Moisés: También haré
esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y
te he conocido por tu nombre.
33:18 El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.
33:19 Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante
de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante
de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia,
y seré clemente para con el que seré clemente.
33:20 Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no
me verá hombre, y vivirá.
33:21 Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto
a mí, y tú estarás sobre la peña;
33:22 y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura
de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya
pasado.
33:23 Después apartaré mi mano, y verás mis
espaldas; mas no se verá mi rostro.
Capítulo 34
El pacto renovado
(Dt. 10.1-5)
34:1 Y Jehová dijo a Moisés: Alísate dos tablas
de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas
las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste.
34:2 Prepárate, pues, para mañana, y sube de mañana
al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre
la cumbre del monte.
34:3 Y no suba hombre contigo, ni parezca alguno en todo el monte;
ni ovejas ni bueyes pazcan delante del monte.
34:4 Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las
primeras; y se levantó de mañana y subió al
monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó
en su mano las dos tablas de piedra.
34:5 Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí
con él, proclamando el nombre de Jehová.
34:6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó:
¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso
y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;
34:7 que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad,
la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá
por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre
los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta
generación.
34:8 Entonces Moisés, apresurándose, bajó la
cabeza hacia el suelo y adoró.
34:9 Y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia en tus ojos,
vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque es un pueblo
de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y
tómanos por tu heredad.
34:10 Y él contestó: He aquí, yo hago pacto
delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido
hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá
todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra
de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré
contigo.
Advertencia contra la idolatría de Canaán
(Dt. 7.1-5)
34:11 Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo
de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo, al
ferezeo, al heveo y al jebuseo.
34:12 Guárdate de hacer alianza con los moradores de la
tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en medio
de ti.
34:13 Derribaréis sus altares, y quebraréis sus
estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera.
34:14 Porque no te has de inclinar a ningún otro dios,
pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.
34:15 Por tanto, no harás alianza con los moradores de
aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses,
y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán,
y comerás de sus sacrificios;
34:16 o tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus
hijas en pos de sus dioses, harán fornicar también
a tus hijos en pos de los dioses de ellas.
34:17 No te harás dioses de fundición.
Fiestas anuales
(Ex. 23.14-19; Dt.
16.1-17)
34:18 La fiesta de los panes sin levadura guardarás;
siete días comerás pan sin levadura, según
te he mandado, en el tiempo señalado del mes de Abib; porque
en el mes de Abib saliste de Egipto.
34:19 Todo primer nacido, mío es;
y de tu ganado todo primogénito de vaca o de oveja, que
sea macho.
34:20 Pero redimirás con cordero el primogénito
del asno; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. Redimirás
todo primogénito de tus hijos;
y ninguno se presentará delante de mí con las manos
vacías.
34:21 Seis días trabajarás, mas en el séptimo
día descansarás;
aun en la arada y en la siega, descansarás.
34:22 También celebrarás la fiesta de las semanas,
la de las primicias de la siega del trigo,
y la fiesta de la cosecha a la salida del año.
34:23 Tres veces en el año se presentará todo varón
tuyo delante de Jehová el Señor, Dios de Israel.
34:24 Porque yo arrojaré a las naciones de tu presencia,
y ensancharé tu territorio; y ninguno codiciará
tu tierra, cuando subas para presentarte delante de Jehová
tu Dios tres veces en el año.
34:25 No ofrecerás cosa leudada junto con la sangre de
mi sacrificio, ni se dejará hasta la mañana nada
del sacrificio de la fiesta de la pascua.
34:26 Las primicias de los primeros frutos de tu tierra llevarás
a la casa de Jehová tu Dios.
No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
Moisés y las tablas de la ley
34:27 Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú
estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto
contigo y con Israel.
34:28 Y él estuvo allí con Jehová cuarenta
días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió
agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los
diez mandamientos.
34:29 Y aconteció que descendiendo Moisés del monte
Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al
descender del monte, no sabía Moisés que la piel
de su rostro resplandecía, después que hubo hablado
con Dios.
34:30 Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés,
y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y tuvieron
miedo de acercarse a él.
34:31 Entonces Moisés los llamó; y Aarón
y todos los príncipes de la congregación volvieron
a él, y Moisés les habló.
34:32 Después se acercaron todos los hijos de Israel, a
los cuales mandó todo lo que Jehová le había
dicho en el monte Sinaí.
34:33 Y cuando acabó Moisés de hablar con ellos,
puso un velo sobre su rostro.
34:34 Cuando venía Moisés delante de Jehová
para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía;
y saliendo, decía a los hijos de Israel lo que le era mandado.
34:35 Y al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés,
veían que la piel de su rostro era resplandeciente; y volvía
Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba
a hablar con Dios.
Capítulo 35
Reglamento del día de reposo
35:1 Moisés convocó a toda la congregación
de los hijos de Israel y les dijo: Estas son las cosas que Jehová
ha mandado que sean hechas:
35:2 Seis días se trabajará, mas el día séptimo
os será santo, día de reposo para Jehová; cualquiera
que en él hiciere trabajo alguno, morirá.
35:3 No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas
en el día de reposo.
La ofrenda para el tabernáculo
(Ex. 25.1-9)
35:4 Y habló Moisés a toda la congregación
de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová
ha mandado:
35:5 Tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová; todo
generoso de corazón la traerá a Jehová; oro,
plata, bronce,
35:6 azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de
cabras,
35:7 pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones,
madera de acacia,
35:8 aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción
y para el incienso aromático,
35:9 y piedras de ónice y piedras de engaste para el efod
y para el pectoral.
La obra del tabernáculo
(Ex. 39.32-43)
35:10 Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá
y hará todas las cosas que Jehová ha mandado:
35:11 el tabernáculo, su tienda, su cubierta, sus corchetes,
sus tablas, sus barras, sus columnas y sus basas;
35:12 el arca y sus varas, el propiciatorio, el velo de la tienda;
35:13 la mesa y sus varas, y todos sus utensilios, y el pan de
la proposición;
35:14 el candelero del alumbrado y sus utensilios, sus lámparas,
y el aceite para el alumbrado;
35:15 el altar del incienso y sus varas, el aceite de la unción,
el incienso aromático, la cortina de la puerta para la
entrada del tabernáculo;
35:16 el altar del holocausto, su enrejado de bronce y sus varas,
y todos sus utensilios, y la fuente con su base;
35:17 las cortinas del atrio, sus columnas y sus basas, la cortina
de la puerta del atrio;
35:18 las estacas del tabernáculo, y las estacas del atrio
y sus cuerdas;
35:19 las vestiduras del servicio para ministrar en el santuario,
las sagradas vestiduras de Aarón el sacerdote, y las vestiduras
de sus hijos para servir en el sacerdocio.
El pueblo trae la ofrenda
35:20 Y salió toda la congregación de los hijos
de Israel de delante de Moisés.
35:21 Y vino todo varón a quien su corazón estimuló,
y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda
a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión
y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras.
35:22 Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios
de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes
y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrenda de oro
a Jehová.
35:23 Todo hombre que tenía azul, púrpura, carmesí,
lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de
rojo, o pieles de tejones, lo traía.
35:24 Todo el que ofrecía ofrenda de plata o de bronce
traía a Jehová la ofrenda; y todo el que tenía
madera de acacia la traía para toda la obra del servicio.
35:25 Además todas las mujeres sabias de corazón
hilaban con sus manos, y traían lo que habían hilado:
azul, púrpura, carmesí o lino fino.
35:26 Y todas las mujeres cuyo corazón las impulsó
en sabiduría hilaron pelo de cabra.
35:27 Los príncipes trajeron piedras de ónice, y
las piedras de los engastes para el efod y el pectoral,
35:28 y las especias aromáticas, y el aceite para el alumbrado,
y para el aceite de la unción, y para el incienso aromático.
35:29 De los hijos de Israel, así hombres como mujeres,
todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para
toda la obra, que Jehová había mandado por medio
de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria a Jehová.
Llamamiento de Bezaleel y de Aholiab
(Ex. 31.1-11)
35:30 Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová
ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de
Judá;
35:31 y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría,
en inteligencia, en ciencia y en todo arte,
35:32 para proyectar diseños, para trabajar en oro, en
plata y en bronce,
35:33 y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera,
para trabajar en toda labor ingeniosa.
35:34 Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar,
así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu
de Dan;
35:35 y los ha llenado de sabiduría de corazón,
para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado
en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y
en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño.
Capítulo 36
36:1 Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de
corazón a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia
para saber hacer toda la obra del servicio del santuario, harán
todas las cosas que ha mandado Jehová.
Moisés suspende la ofrenda del pueblo
36:2 Y Moisés llamó a Bezaleel y a Aholiab y a
todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón
había puesto Jehová sabiduría, todo hombre
a quien su corazón le movió a venir a la obra para
trabajar en ella.
36:3 Y tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que
los hijos de Israel habían traído para la obra del
servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos seguían
trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana.
36:4 Tanto, que vinieron todos los maestros que hacían
toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía,
36:5 y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho
más de lo que se necesita para la obra que Jehová
ha mandado que se haga.
36:6 Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento,
diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la
ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo
ofrecer más;
36:7 pues tenían material abundante para hacer toda la
obra, y sobraba.
Construcción del tabernáculo
(Ex. 26.1-37)
36:8 Todos los sabios de corazón de entre los que hacían
la obra, hicieron el tabernáculo de diez cortinas de lino
torcido, azul, púrpura y carmesí; las hicieron con
querubines de obra primorosa.
36:9 La longitud de una cortina era de veintiocho codos, y la
anchura de cuatro codos; todas las cortinas eran de igual medida.
36:10 Cinco de las cortinas las unió entre sí, y
asimismo unió las otras cinco cortinas entre sí.
36:11 E hizo lazadas de azul en la orilla de la cortina que estaba
al extremo de la primera serie; e hizo lo mismo en la orilla de
la cortina final de la segunda serie.
36:12 Cincuenta lazadas hizo en la primera cortina, y otras cincuenta
en la orilla de la cortina de la segunda serie; las lazadas de
la una correspondían a las de la otra.
36:13 Hizo también cincuenta corchetes de oro, con los
cuales enlazó las cortinas una con otra, y así quedó
formado un tabernáculo.
36:14 Hizo asimismo cortinas de pelo de cabra para una tienda
sobre el tabernáculo; once cortinas hizo.
36:15 La longitud de una cortina era de treinta codos, y la anchura
de cuatro codos; las once cortinas tenían una misma medida.
36:16 Y unió cinco de las cortinas aparte, y las otras
seis cortinas aparte.
36:17 Hizo además cincuenta lazadas en la orilla de la
cortina que estaba al extremo de la primera serie, y otras cincuenta
lazadas en la orilla de la cortina final de la segunda serie.
36:18 Hizo también cincuenta corchetes de bronce para enlazar
la tienda, de modo que fuese una.
36:19 E hizo para la tienda una cubierta de pieles de carneros
teñidas de rojo, y otra cubierta de pieles de tejones encima.
36:20 Además hizo para el tabernáculo las tablas
de madera de acacia, derechas.
36:21 La longitud de cada tabla era de diez codos, y de codo y
medio la anchura.
36:22 Cada tabla tenía dos espigas, para unirlas una con
otra; así hizo todas las tablas del tabernáculo.
36:23 Hizo, pues, las tablas para el tabernáculo; veinte
tablas al lado del sur, al mediodía.
36:24 Hizo también cuarenta basas de plata debajo de las
veinte tablas: dos basas debajo de una tabla, para sus dos espigas,
y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espigas.
36:25 Y para el otro lado del tabernáculo, al lado norte,
hizo otras veinte tablas,
36:26 con sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de una
tabla, y dos basas debajo de otra tabla.
36:27 Y para el lado occidental del tabernáculo hizo seis
tablas.
36:28 Para las esquinas del tabernáculo en los dos lados
hizo dos tablas,
36:29 las cuales se unían desde abajo, y por arriba se
ajustaban con un gozne; así hizo a la una y a la otra en
las dos esquinas.
36:30 Eran, pues, ocho tablas, y sus basas de plata dieciséis;
dos basas debajo de cada tabla.
36:31 Hizo también las barras de madera de acacia; cinco
para las tablas de un lado del tabernáculo,
36:32 cinco barras para las tablas del otro lado del tabernáculo,
y cinco barras para las tablas del lado posterior del tabernáculo
hacia el occidente.
36:33 E hizo que la barra de en medio pasase por en medio de las
tablas de un extremo al otro.
36:34 Y cubrió de oro las tablas, e hizo de oro los anillos
de ellas, por donde pasasen las barras; cubrió también
de oro las barras.
36:35 Hizo asimismo el velo de azul, púrpura, carmesí
y lino torcido; lo hizo con querubines de obra primorosa.
36:36 Y para él hizo cuatro columnas de madera de acacia,
y las cubrió de oro, y sus capiteles eran de oro; y fundió
para ellas cuatro basas de plata.
36:37 Hizo también el velo para la puerta del tabernáculo,
de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, obra de
recamador;
36:38 y sus cinco columnas con sus capiteles; y cubrió
de oro los capiteles y las molduras, e hizo de bronce sus cinco
basas.
Capítulo 37
Mobiliario del tabernáculo
(Ex. 25.10-40; 27.1-8;
30.1-10)
37:1 Hizo también Bezaleel el arca de madera de acacia; su
longitud era de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y
su altura de codo y medio.
37:2 Y la cubrió de oro puro por dentro y por fuera, y le
hizo una cornisa de oro en derredor.
37:3 Además fundió para ella cuatro anillos de oro
a sus cuatro esquinas; en un lado dos anillos y en el otro lado
dos anillos.
37:4 Hizo también varas de madera de acacia, y las cubrió
de oro.
37:5 Y metió las varas por los anillos a los lados del arca,
para llevar el arca.
37:6 Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro; su longitud de
dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.
37:7 Hizo también los dos querubines de oro, labrados a martillo,
en los dos extremos del propiciatorio.
37:8 Un querubín a un extremo, y otro querubín al
otro extremo; de una pieza con el propiciatorio hizo los querubines
a sus dos extremos.
37:9 Y los querubines extendían sus alas por encima, cubriendo
con sus alas el propiciatorio; y sus rostros el uno enfrente del
otro miraban hacia el propiciatorio.
37:10 Hizo también la mesa de madera de acacia; su longitud
de dos codos, su anchura de un codo, y de codo y medio su altura;
37:11 y la cubrió de oro puro, y le hizo una cornisa de oro
alrededor.
37:12 Le hizo también una moldura de un palmo menor
de anchura alrededor, e hizo en derredor de la moldura una cornisa
de oro.
37:13 Le hizo asimismo de fundición cuatro anillos de oro,
y los puso a las cuatro esquinas que correspondían a las
cuatro patas de ella.
37:14 Debajo de la moldura estaban los anillos, por los cuales se
metían las varas para llevar la mesa.
37:15 E hizo las varas de madera de acacia para llevar la mesa,
y las cubrió de oro.
37:16 También hizo los utensilios que habían de estar
sobre la mesa, sus platos, sus cucharas, sus cubiertos y sus tazones
con que se había de libar, de oro fino.
37:17 Hizo asimismo el candelero de oro puro, labrado a martillo;
su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores eran
de lo mismo.
37:18 De sus lados salían seis brazos; tres brazos de un
lado del candelero, y otros tres brazos del otro lado del candelero.
37:19 En un brazo, tres copas en forma de flor de almendro, una
manzana y una flor, y en otro brazo tres copas en figura de flor
de almendro, una manzana y una flor; así en los seis brazos
que salían del candelero.
37:20 Y en la caña del candelero había cuatro copas
en figura de flor de almendro, sus manzanas y sus flores,
37:21 y una manzana debajo de dos brazos del mismo, y otra manzana
debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los
otros dos brazos del mismo, conforme a los seis brazos que salían
de él.
37:22 Sus manzanas y sus brazos eran de lo mismo; todo era una pieza
labrada a martillo, de oro puro.
37:23 Hizo asimismo sus siete lamparillas, sus despabiladeras y
sus platillos, de oro puro.
37:24 De un talento de oro
puro lo hizo, con todos sus utensilios.
37:25 Hizo también el altar del incienso, de madera de acacia;
de un codo su longitud, y de otro codo su anchura; era cuadrado,
y su altura de dos codos; y sus cuernos de la misma pieza.
37:26 Y lo cubrió de oro puro, su cubierta y sus paredes
alrededor, y sus cuernos, y le hizo una cornisa de oro alrededor.
37:27 Le hizo también dos anillos de oro debajo de la cornisa
en las dos esquinas a los dos lados, para meter por ellos las varas
con que había de ser conducido.
37:28 E hizo las varas de madera de acacia, y las cubrió
de oro.
37:29 Hizo asimismo el aceite santo de la unción, y el incienso
puro, aromático, según el arte del perfumador.
Capítulo 38
38:1 Igualmente hizo de madera de acacia el altar del holocausto;
su longitud de cinco codos, y su anchura de otros cinco codos, cuadrado,
y de tres codos de altura.
38:2 E hizo sus cuernos a sus cuatro esquinas, los cuales eran de
la misma pieza, y lo cubrió de bronce.
38:3 Hizo asimismo todos los utensilios del altar; calderos, tenazas,
tazones, garfios y palas; todos sus utensilios los hizo de bronce.
38:4 E hizo para el altar un enrejado de bronce de obra de rejilla,
que puso por debajo de su cerco hasta la mitad del altar.
38:5 También fundió cuatro anillos a los cuatro extremos
del enrejado de bronce, para meter las varas.
38:6 E hizo las varas de madera de acacia, y las cubrió de
bronce.
38:7 Y metió las varas por los anillos a los lados del altar,
para llevarlo con ellas; hueco lo hizo, de tablas.
38:8 También hizo la fuente de bronce y su base de bronce,
de los espejos de las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo
de reunión.
El atrio del tabernáculo
(Ex. 27.9-19)
38:9 Hizo asimismo el atrio; del lado sur, al mediodía,
las cortinas del atrio eran de cien codos, de lino torcido.
38:10 Sus columnas eran veinte, con sus veinte basas de bronce;
los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata.
38:11 Y del lado norte cortinas de cien codos;
sus columnas, veinte, con sus veinte basas de bronce; los capiteles
de las columnas y sus molduras, de plata.
38:12 Del lado del occidente, cortinas de cincuenta codos;
sus columnas diez, y sus diez basas; los capiteles de las columnas
y sus molduras, de plata.
38:13 Del lado oriental, al este, cortinas de cincuenta codos;
38:14 a un lado cortinas de quince codos,
sus tres columnas y sus tres basas;
38:15 al otro lado, de uno y otro lado de la puerta del atrio,
cortinas de quince codos,
con sus tres columnas y sus tres basas.
38:16 Todas las cortinas del atrio alrededor eran de lino torcido.
38:17 Las basas de las columnas eran de bronce; los capiteles
de las columnas y sus molduras, de plata; asimismo las cubiertas
de las cabezas de ellas, de plata; y todas las columnas del atrio
tenían molduras de plata.
38:18 La cortina de la entrada del atrio era de obra de recamador,
de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; era de
veinte codos
de longitud, y su anchura, o sea su altura, era de cinco codos,
lo mismo que las cortinas del atrio.
38:19 Sus columnas eran cuatro, con sus cuatro basas de bronce
y sus capiteles de plata; y las cubiertas de los capiteles de
ellas, y sus molduras, de plata.
38:20 Todas las estacas del tabernáculo y del atrio alrededor
eran de bronce.
Dirección de la obra
38:21 Estas son las cuentas del tabernáculo, del tabernáculo
del testimonio, las que se hicieron por orden de Moisés
por obra de los levitas bajo la dirección de Itamar hijo
del sacerdote Aarón.
38:22 Y Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá,
hizo todas las cosas que Jehová mandó a Moisés.
38:23 Y con él estaba Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu
de Dan, artífice, diseñador y recamador en azul,
púrpura, carmesí y lino fino.
Metales usados en el santuario
38:24 Todo el oro empleado en la obra, en toda la obra del santuario,
el cual fue oro de la ofrenda, fue veintinueve talentos
y setecientos treinta siclos, según el siclo del santuario.
38:25 Y la plata de los empadronados de la congregación
fue cien talentos
y mil setecientos setenta y cinco siclos, según el siclo
del santuario;
38:26 medio siclo
por cabeza, según el siclo del santuario; a todos los que
pasaron por el censo, de edad de veinte años arriba, que
fueron seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
38:27 Hubo además cien talentos de plata
para fundir las basas del santuario y las basas del velo; en cien
basas, cien talentos, a talento por basa.
38:28 Y de los mil setecientos setenta y cinco siclos
hizo los capiteles de las columnas, y cubrió los capiteles
de ellas, y las ciñó.
38:29 El bronce ofrendado fue setenta talentos
y dos mil cuatrocientos siclos,
38:30 del cual fueron hechas las basas de la puerta del tabernáculo
de reunión, y el altar de bronce y su enrejado de bronce,
y todos los utensilios del altar,
38:31 las basas del atrio alrededor, las basas de la puerta del
atrio, y todas las estacas del tabernáculo y todas las
estacas del atrio alrededor.
Capítulo 39
Hechura de las vestiduras de los sacerdotes
(Ex. 28.1-43)
39:1 Del azul, púrpura y carmesí hicieron las vestiduras
del ministerio para ministrar en el santuario, y asimismo hicieron
las vestiduras sagradas para Aarón, como Jehová lo
había mandado a Moisés.
39:2 Hizo también el efod de oro, de azul, púrpura,
carmesí y lino torcido.
39:3 Y batieron láminas de oro, y cortaron hilos para tejerlos
entre el azul, la púrpura, el carmesí y el lino, con
labor primorosa.
39:4 Hicieron las hombreras para que se juntasen, y se unían
en sus dos extremos.
39:5 Y el cinto del efod que estaba sobre él era de lo mismo,
de igual labor; de oro, azul, púrpura, carmesí y lino
torcido, como Jehová lo había mandado a Moisés.
39:6 Y labraron las piedras de ónice montadas en engastes
de oro, con grabaduras de sello con los nombres de los hijos de
Israel,
39:7 y las puso sobre las hombreras del efod, por piedras memoriales
para los hijos de Israel, como Jehová lo había mandado
a Moisés.
39:8 Hizo también el pectoral de obra primorosa como la obra
del efod, de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido.
39:9 Era cuadrado; doble hicieron el pectoral; su longitud era de
un palmo,
y de un palmo su anchura, cuando era doblado.
39:10 Y engastaron en él cuatro hileras de piedras. La primera
hilera era un sardio, un topacio y un carbunclo; esta era la primera
hilera.
39:11 La segunda hilera, una esmeralda, un zafiro y un diamante.
39:12 La tercera hilera, un jacinto, una ágata y una amatista.
39:13 Y la cuarta hilera, un berilo, un ónice y un jaspe,
todas montadas y encajadas en engastes de oro.
39:14 Y las piedras eran conforme a los nombres de los hijos de
Israel, doce según los nombres de ellos; como grabaduras
de sello, cada una con su nombre, según las doce tribus.
39:15 Hicieron también sobre el pectoral los cordones de
forma de trenza, de oro puro.
39:16 Hicieron asimismo dos engastes y dos anillos de oro, y pusieron
dos anillos de oro en los dos extremos del pectoral,
39:17 y fijaron los dos cordones de oro en aquellos dos anillos
a los extremos del pectoral.
39:18 Fijaron también los otros dos extremos de los dos cordones
de oro en los dos engastes que pusieron sobre las hombreras del
efod por delante.
39:19 E hicieron otros dos anillos de oro que pusieron en los dos
extremos del pectoral, en su orilla, frente a la parte baja del
efod.
39:20 Hicieron además dos anillos de oro que pusieron en
la parte delantera de las dos hombreras del efod, hacia abajo, cerca
de su juntura, sobre el cinto del efod.
39:21 Y ataron el pectoral por sus anillos a los anillos del efod
con un cordón de azul, para que estuviese sobre el cinto
del mismo efod y no se separase el pectoral del efod, como Jehová
lo había mandado a Moisés.
39:22 Hizo también el manto del efod de obra de tejedor,
todo de azul,
39:23 con su abertura en medio de él, como el cuello de un
coselete, con un borde alrededor de la abertura, para que no se
rompiese.
39:24 E hicieron en las orillas del manto granadas de azul, púrpura,
carmesí y lino torcido.
39:25 Hicieron también campanillas de oro puro, y pusieron
campanillas entre las granadas en las orillas del manto, alrededor,
entre las granadas;
39:26 una campanilla y una granada, otra campanilla y otra granada
alrededor, en las orillas del manto, para ministrar, como Jehová
lo mandó a Moisés.
39:27 Igualmente hicieron las túnicas de lino fino de obra
de tejedor, para Aarón y para sus hijos.
39:28 Asimismo la mitra de lino fino, y los adornos de las tiaras
de lino fino, y los calzoncillos de lino, de lino torcido.
39:29 También el cinto de lino torcido, de azul, púrpura
y carmesí, de obra de recamador, como Jehová lo mandó
a Moisés.
39:30 Hicieron asimismo la lámina de la diadema santa de
oro puro, y escribieron en ella como grabado de sello: SANTIDAD
A JEHOVÁ.
39:31 Y pusieron en ella un cordón de azul para colocarla
sobre la mitra por arriba, como Jehová lo había mandado
a Moisés.
La obra del tabernáculo terminada
(Ex. 35.10-19)
39:32 Así fue acabada toda la obra del tabernáculo,
del tabernáculo de reunión; e hicieron los hijos
de Israel como Jehová lo había mandado a Moisés;
así lo hicieron.
39:33 Y trajeron el tabernáculo a Moisés, el tabernáculo
y todos sus utensilios; sus corchetes, sus tablas, sus barras,
sus columnas, sus basas;
39:34 la cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo,
la cubierta de pieles de tejones, el velo del frente;
39:35 el arca del testimonio y sus varas, el propiciatorio;
39:36 la mesa, todos sus vasos, el pan de la proposición;
39:37 el candelero puro, sus lamparillas, las lamparillas que
debían mantenerse en orden, y todos sus utensilios, el
aceite para el alumbrado;
39:38 el altar de oro, el aceite de la unción, el incienso
aromático, la cortina para la entrada del tabernáculo;
39:39 el altar de bronce con su enrejado de bronce, sus varas
y todos sus utensilios, la fuente y su base;
39:40 las cortinas del atrio, sus columnas y sus basas, la cortina
para la entrada del atrio, sus cuerdas y sus estacas, y todos
los utensilios del servicio del tabernáculo, del tabernáculo
de reunión;
39:41 las vestiduras del servicio para ministrar en el santuario,
las sagradas vestiduras para Aarón el sacerdote, y las
vestiduras de sus hijos, para ministrar en el sacerdocio.
39:42 En conformidad a todas las cosas que Jehová había
mandado a Moisés, así hicieron los hijos de Israel
toda la obra.
39:43 Y vio Moisés toda la obra, y he aquí que la
habían hecho como Jehová había mandado; y
los bendijo.
Capítulo 40
Moisés erige el tabernáculo
40:1 Luego Jehová habló a Moisés, diciendo:
40:2 En el primer día del mes primero harás levantar
el tabernáculo, el tabernáculo de reunión;
40:3 y pondrás en él el arca del testimonio, y la
cubrirás con el velo.
40:4 Meterás la mesa y la pondrás en orden; meterás
también el candelero y encenderás sus lámparas,
40:5 y pondrás el altar de oro para el incienso delante del
arca del testimonio, y pondrás la cortina delante a la entrada
del tabernáculo.
40:6 Después pondrás el altar del holocausto delante
de la entrada del tabernáculo, del tabernáculo de
reunión.
40:7 Luego pondrás la fuente entre el tabernáculo
de reunión y el altar, y pondrás agua en ella.
40:8 Finalmente pondrás el atrio alrededor, y la cortina
a la entrada del atrio.
40:9 Y tomarás el aceite de la unción y ungirás
el tabernáculo, y todo lo que está en él; y
lo santificarás con todos sus utensilios, y será santo.
40:10 Ungirás también el altar del holocausto y todos
sus utensilios; y santificarás el altar, y será un
altar santísimo.
40:11 Asimismo ungirás la fuente y su base, y la santificarás.
40:12 Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta
del tabernáculo de reunión, y los lavarás con
agua.
40:13 Y harás vestir a Aarón las vestiduras sagradas,
y lo ungirás, y lo consagrarás, para que sea mi sacerdote.
40:14 Después harás que se acerquen sus hijos, y les
vestirás las túnicas;
40:15 y los ungirás, como ungiste a su padre, y serán
mis sacerdotes, y su unción les servirá por sacerdocio
perpetuo, por sus generaciones.
40:16 Y Moisés hizo conforme a todo lo que Jehová
le mandó; así lo hizo.
40:17 Así, en el día primero del primer mes, en el
segundo año, el tabernáculo fue erigido.
40:18 Moisés hizo levantar el tabernáculo, y asentó
sus basas, y colocó sus tablas, y puso sus barras, e hizo
alzar sus columnas.
40:19 Levantó la tienda sobre el tabernáculo, y puso
la sobrecubierta encima del mismo, como Jehová había
mandado a Moisés.
40:20 Y tomó el testimonio y lo puso dentro del arca, y colocó
las varas en el arca, y encima el propiciatorio sobre el arca.
40:21 Luego metió el arca en el tabernáculo, y puso
el velo extendido, y ocultó el arca del testimonio, como
Jehová había mandado a Moisés.
40:22 Puso la mesa en el tabernáculo de reunión, al
lado norte de la cortina, fuera del velo,
40:23 y sobre ella puso por orden los panes delante de Jehová,
como Jehová había mandado a Moisés.
40:24 Puso el candelero en el tabernáculo de reunión,
enfrente de la mesa, al lado sur de la cortina,
40:25 y encendió las lámparas delante de Jehová,
como Jehová había mandado a Moisés.
40:26 Puso también el altar de oro en el tabernáculo
de reunión, delante del velo,
40:27 y quemó sobre él incienso aromático,
como Jehová había mandado a Moisés.
40:28 Puso asimismo la cortina a la entrada del tabernáculo.
40:29 Y colocó el altar del holocausto a la entrada del tabernáculo,
del tabernáculo de reunión, y sacrificó sobre
él holocausto y ofrenda, como Jehová había
mandado a Moisés.
40:30 Y puso la fuente entre el tabernáculo de reunión
y el altar, y puso en ella agua para lavar.
40:31 Y Moisés y Aarón y sus hijos lavaban en ella
sus manos y sus pies.
40:32 Cuando entraban en el tabernáculo de reunión,
y cuando se acercaban al altar, se lavaban, como Jehová había
mandado a Moisés.
40:33 Finalmente erigió el atrio alrededor del tabernáculo
y del altar, y puso la cortina a la entrada del atrio. Así
acabó Moisés la obra.
La nube sobre el tabernáculo
(Nm. 9.15-23)
40:34 Entonces una nube cubrió el tabernáculo de
reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo.
40:35 Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo
de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la
gloria de Jehová lo llenaba.
40:36 Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos
de Israel se movían en todas sus jornadas;
40:37 pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta
el día en que ella se alzaba.
40:38 Porque la nube de Jehová estaba de día sobre
el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él,
a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.
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