Oseas
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Oseas
encabeza a los «Profetas Menores». Menores lo son si se mide por
el largo de sus libros. Pero también es cierto que muchos de ellos
no han tenido en la tradición el mismo peso que los tres «Grandes».
Oseas ha tenido en contra suya que era de Israel, el reino del
norte, y que todas sus profecías se referían a dicha nación; esto
no facilitó su reconocimiento por los judíos de Jerusalén que
reunieron los escritos proféticos.
Merece, sin embargo, una mención muy especial por ser el primero
que conoció a Yavé como el amante de Israel.
Dios lo llamó para advertir en su nombre a un pueblo idólatra
y materializado, y le pidió hablar, no sólo el lenguaje de Dios
Sabaot, Señor de Israel, sino también el del esposo traicionado.
Esa era una gran novedad. Grandes profetas que vinieron después
de Oseas: Jeremías, el Segundo-Isaías, Ezequiel iban a retomar
esta primera proclamación de Dios-amante. Una nueva visión de
la Alianza, unión y comunión de Dios con la humanidad, saldría
de ahí, pasando a ser uno de los rasgos más decisivos de la fe
judía, y luego, cristiana.
Para un tal mensaje, no era suficiente que el profeta supiera
expresar con figuras humanas la forma divina de mirar a los hombres.
La profecía auténtica no es cosa de palabras y de literatura,
y era necesario que el profeta hubiese experimentado en carne
propia lo que Dios siente y vive, en cierto sentido, tan realmente
como nosotros. El primer profeta de Dios-amante fue un profeta
engañado por su esposa, a la que, a pesar de sus infidelidades,
no dejó de amar.
Oseas empezó a predicar como en el año 746, es decir, al final
del próspero reino de Jeroboam II, en Israel del norte. Inmediatamente
después iban a empezar los veinte años de decadencia que tendrían
por conclusión la toma de Samaria y el destierro de sus habitantes
(año 721).
El
libro de Oseas comienza con el relato de su problema conyugal.
De allí saca una lección para Israel, infiel a Yavé (caps. 1-3).
Después, en los capítulos 4-13, se mezclan reproches, amenazas,
invitaciones a la conversión y anuncio del destierro. Oseas, sin
embargo, comprende que Dios es un educador y que no permite sin
razón las desgracias y aun la destrucción de la nación. Israel
va a volver a ser lo que era cuando Yavé lo tomó de la mano al
sacarlo de Egipto: será un pueblo pobre y humilde, capaz de seguir
a su Dios con fe y amor: 14,2-10.
Capítulo 1
La esposa infiel de Oseas, y sus hijos
1:1 Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri,
en días de Uzías,
Jotam,
Acazy
Ezequías,
reyes de Judá, y en días de Jeroboam
hijo de Joás, rey de Israel.
1:2 El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas.
Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria,
e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose
de Jehová.
1:3 Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual
concibió y le dio a luz un hijo.
1:4 Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque
de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú
por causa de la sangre de Jezreel,
y haré cesar el reino de la casa de Israel.
1:5 Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel
en el valle de Jezreel.
1:6 Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le
dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré
más de la casa de Israel, sino que los quitaré del
todo.
1:7 Mas de la casa de Judá tendré misericordia,
y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré
con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes.
1:8 Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió
y dio a luz un hijo.
1:9 Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no
sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.
1:10 Con todo, será el número de los hijos de Israel
como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el
lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío,
les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.
1:11 Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel,
y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra;
porque el día de Jezreel será grande.
Capítulo 2
El amor de Jehová hacia su pueblo infiel
2:1 Decid a vuestros hermanos: Ammi; y a vuestras hermanas: Ruhama.
2:2 Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi
mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro,
y sus adulterios de entre sus pechos;
2:3 no sea que yo la despoje y desnude, la ponga como el día
en que nació, la haga como un desierto, la deje como tierra
seca, y la mate de sed.
2:4 Ni tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos
de prostitución.
2:5 Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se
deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me
dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.
2:6 Por tanto, he aquí yo rodearé de espinos su camino,
y la cercaré con seto, y no hallará sus caminos.
2:7 Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los
buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré
y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces
que ahora.
2:8 Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino
y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ofrecían
a Baal.
2:9 Por tanto, yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo,
y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino
que había dado para cubrir su desnudez.
2:10 Y ahora descubriré yo su locura delante de los ojos
de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.
2:11 Haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus nuevas lunas
y sus días de reposo, y todas sus festividades.
2:12 Y haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales
dijo: Mi salario son, salario que me han dado mis amantes. Y las
reduciré a un matorral, y las comerán las bestias
del campo.
2:13 Y la castigaré por los días en que incensaba
a los baales, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y
se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jehová.
2:14 Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré
al desierto, y hablaré a su corazón.
2:15 Y le daré sus viñas desde allí, y el valle
de Acor
por puerta de esperanza; y allí cantará como en los
tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de
la tierra de Egipto.
2:16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi,
y nunca más me llamarás Baali.
2:17 Porque quitaré de su boca los nombres de los baales,
y nunca más se mencionarán sus nombres.
2:18 En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del
campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra;
y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré
dormir segura.
2:19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré
conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.
2:20 Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás
a Jehová.
2:21 En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé
a los cielos, y ellos responderán a la tierra.
2:22 Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite,
y ellos responderán a Jezreel.
2:23 Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré
misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres
pueblo mío,
y él dirá: Dios mío.
Capítulo 3
Oseas y la adúltera
3:1 Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de
su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová
para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos,
y aman tortas de pasas.
3:2 La compré entonces para mí por quince siclos de
plata
y un homer y medio de cebada.
3:3 Y le dije: Tú serás mía durante muchos
días; no fornicarás, ni tomarás otro varón;
lo mismo haré yo contigo.
3:4 Porque muchos días estarán los hijos de Israel
sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod
y sin terafines.
3:5 Después volverán los hijos de Israel, y buscarán
a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová
y a su bondad en el fin de los días.
Capítulo 4
Controversia de Jehová con Israel
4:1 Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque
Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no
hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.
4:2 Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio
tras homicidio se suceden.
4:3 Por lo cual se enlutará la tierra, y se extenuará
todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo;
y aun los peces del mar morirán.
4:4 Ciertamente hombre no contienda ni reprenda a hombre, porque
tu pueblo es como los que resisten al sacerdote.
4:5 Caerás por tanto en el día, y caerá también
contigo el profeta de noche; y a tu madre destruiré.
4:6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento.
Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio;
y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré
de tus hijos.
4:7 Conforme a su grandeza, así pecaron contra mí;
también yo cambiaré su honra en afrenta.
4:8 Del pecado de mi pueblo comen, y en su maldad levantan su alma.
4:9 Y será el pueblo como el sacerdote; le castigaré
por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras.
4:10 Comerán, pero no se saciarán; fornicarán,
mas no se multiplicarán, porque dejaron de servir a Jehová.
4:11 Fornicación, vino y mosto quitan el juicio.
4:12 Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño
le responde; porque espíritu de fornicaciones lo hizo errar,
y dejaron a su Dios para fornicar.
4:13 Sobre las cimas de los montes sacrificaron, e incensaron sobre
los collados, debajo de las encinas, álamos y olmos que tuviesen
buena sombra; por tanto, vuestras hijas fornicarán, y adulterarán
vuestras nueras.
4:14 No castigaré a vuestras hijas cuando forniquen, ni a
vuestras nueras cuando adulteren; porque ellos mismos se van con
rameras, y con malas mujeres sacrifican; por tanto, el pueblo sin
entendimiento caerá.
4:15 Si fornicas tú, Israel, a lo menos no peque Judá;
y no entréis en Gilgal, ni subáis a Bet-avén,
ni juréis: Vive Jehová.
4:16 Porque como novilla indómita se apartó Israel;
¿los apacentará ahora Jehová como a corderos
en lugar espacioso?
4:17 Efraín es dado a ídolos; déjalo.
4:18 Su bebida se corrompió; fornicaron sin cesar; sus príncipes
amaron lo que avergüenza.
4:19 El viento los ató en sus alas, y de sus sacrificios
serán avergonzados.
Capítulo 5
Castigo de la apostasía de Israel
5:1 Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel,
y casa del rey, escuchad; porque para vosotros es el juicio, pues
habéis sido lazo en Mizpa, y red tendida sobre Tabor.
5:2 Y haciendo víctimas han bajado hasta lo profundo; por
tanto, yo castigaré a todos ellos.
5:3 Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque
ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado
Israel.
5:4 No piensan en convertirse a su Dios, porque espíritu
de fornicación está en medio de ellos, y no conocen
a Jehová.
5:5 La soberbia de Israel le desmentirá en su cara; Israel
y Efraín tropezarán en su pecado, y Judá tropezará
también con ellos.
5:6 Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová,
y no le hallarán; se apartó de ellos.
5:7 Contra Jehová prevaricaron, porque han engendrado hijos
extraños; ahora en un solo mes serán consumidos ellos
y sus heredades.
5:8 Tocad bocina en Gabaa, trompeta en Ramá: sonad alarma
en Bet-avén; tiembla, oh Benjamín.
5:9 Efraín será asolado en el día del castigo;
en las tribus de Israel hice conocer la verdad.
5:10 Los príncipes de Judá fueron como los que traspasan
los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira.
5:11 Efraín es vejado, quebrantado en juicio, porque quiso
andar en pos de vanidades.
5:12 Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como
carcoma a la casa de Judá.
5:13 Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su
llaga; irá entonces Efraín a Asiria, y enviará
al rey Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará
la llaga.
5:14 Porque yo seré como león a Efraín, y como
cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo arrebataré,
y me iré; tomaré, y no habrá quien liberte.
Insinceridad del arrepentimiento de Israel
5:15 Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan
su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.
Capítulo 6
6:1 Venid y volvamos a Jehová; porque
él arrebató, y nos curará; hirió, y
nos vendará.
6:2 Nos dará vida después de dos días; en el
tercer día nos resucitará,
y viviremos delante de él.
6:3 Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como
el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros
como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.
6:4 ¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué
haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube
de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que
se desvanece.
6:5 Por esta causa los corté por medio de los profetas, con
las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán
como luz que sale.
6:6 Porque misericordia quiero, y no sacrificio,
y conocimiento de Dios más que holocaustos.
6:7 Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí
prevaricaron contra mí.
6:8 Galaad, ciudad de hacedores de iniquidad, manchada de sangre.
6:9 Y como ladrones que esperan a algún hombre, así
una compañía de sacerdotes mata en el camino hacia
Siquem; así cometieron abominación.
6:10 En la casa de Israel he visto inmundicia; allí fornicó
Efraín, y se contaminó Israel.
6:11 Para ti también, oh Judá, está preparada
una siega, cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo.
Capítulo 7
Iniquidad y rebelión de Israel
7:1 Mientras curaba yo a Israel, se descubrió la iniquidad
de Efraín, y las maldades de Samaria; porque hicieron engaño;
y entra el ladrón, y el salteador despoja por fuera.
7:2 Y no consideran en su corazón que tengo en memoria toda
su maldad; ahora les rodearán sus obras; delante de mí
están.
7:3 Con su maldad alegran al rey, y a los príncipes con sus
mentiras.
7:4 Todos ellos son adúlteros; son como horno encendido por
el hornero, que cesa de avivar el fuego después que está
hecha la masa, hasta que se haya leudado.
7:5 En el día de nuestro rey los príncipes lo hicieron
enfermar con copas de vino; extendió su mano con los escarnecedores.
7:6 Aplicaron su corazón, semejante a un horno, a sus artificios;
toda la noche duerme su hornero; a la mañana está
encendido como llama de fuego.
7:7 Todos ellos arden como un horno, y devoraron a sus jueces; cayeron
todos sus reyes; no hay entre ellos quien a mí clame.
7:8 Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín
fue torta no volteada.
7:9 Devoraron extraños su fuerza, y él no lo supo;
y aun canas le han cubierto, y él no lo supo.
7:10 Y la soberbia de Israel testificará contra él
en su cara; y no se volvieron a Jehová su Dios, ni lo buscaron
con todo esto.
7:11 Efraín fue como paloma incauta, sin entendimiento; llamarán
a Egipto, acudirán a Asiria.
7:12 Cuando fueren, tenderé sobre ellos mi red; les haré
caer como aves del cielo; les castigaré conforme a lo que
se ha anunciado en sus congregaciones.
7:13 ¡Ay de ellos! porque se apartaron de mí; destrucción
vendrá sobre ellos, porque contra mí se rebelaron;
yo los redimí, y ellos hablaron mentiras contra mí.
7:14 Y no clamaron a mí con su corazón cuando gritaban
sobre sus camas; para el trigo y el mosto se congregaron, se rebelaron
contra mí.
7:15 Y aunque yo los enseñé y fortalecí sus
brazos, contra mí pensaron mal.
7:16 Volvieron, pero no al Altísimo; fueron como arco engañoso;
cayeron sus príncipes a espada por la soberbia de su lengua;
esto será su escarnio en la tierra de Egipto.
Capítulo 8
Reprensión de la idolatría de
Israel
8:1 Pon a tu boca trompeta. Como águila viene contra la casa
de Jehová, porque traspasaron mi pacto, y se rebelaron contra
mi ley.
8:2 A mí clamará Israel: Dios mío, te hemos
conocido.
8:3 Israel desechó el bien; enemigo lo perseguirá.
8:4 Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí;
constituyeron príncipes, mas yo no lo supe; de su plata y
de su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos
mismos destruidos.
8:5 Tu becerro, oh Samaria, te hizo alejarte; se encendió
mi enojo contra ellos, hasta que no pudieron alcanzar purificación.
8:6 Porque de Israel es también éste, y artífice
lo hizo; no es Dios; por lo que será deshecho en pedazos
el becerro de Samaria.
8:7 Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrán
mies, ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños
la comerán.
8:8 Devorado será Israel; pronto será entre las naciones
como vasija que no se estima.
8:9 Porque ellos subieron a Asiria, como asno montés para
sí solo; Efraín con salario alquiló amantes.
8:10 Aunque alquilen entre las naciones, ahora las juntaré,
y serán afligidos un poco de tiempo por la carga del rey
y de los príncipes.
8:11 Porque multiplicó Efraín altares para pecar,
tuvo altares para pecar.
8:12 Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas
por cosa extraña.
8:13 En los sacrificios de mis ofrendas sacrificaron carne, y comieron;
no los quiso Jehová; ahora se acordará de su iniquidad,
y castigará su pecado; ellos volverán a Egipto.
8:14 Olvidó, pues, Israel a su Hacedor, y edificó
templos, y Judá multiplicó ciudades fortificadas;
mas yo meteré fuego en sus ciudades, el cual consumirá
sus palacios.
Capítulo 9
Castigo de la persistente infidelidad de Israel
9:1 No te alegres, oh Israel, hasta saltar de gozo como los pueblos,
pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario
de ramera en todas las eras de trigo.
9:2 La era y el lagar no los mantendrán, y les fallará
el mosto.
9:3 No quedarán en la tierra de Jehová, sino que volverá
Efraín a Egipto y a Asiria, donde comerán vianda inmunda.
9:4 No harán libaciones a Jehová, ni sus sacrificios
le serán gratos; como pan de enlutados les serán a
ellos; todos los que coman de él serán inmundos. Será,
pues, el pan de ellos para sí mismos; ese pan no entrará
en la casa de Jehová.
9:5 ¿Qué haréis en el día de la solemnidad,
y en el día de la fiesta de Jehová?
9:6 Porque he aquí se fueron ellos a causa de la destrucción.
Egipto los recogerá, Menfis los enterrará. La ortiga
conquistará lo deseable de su plata, y espino crecerá
en sus moradas.
9:7 Vinieron los días del castigo,
vinieron los días de la retribución; e Israel lo conocerá.
Necio es el profeta, insensato es el varón de espíritu,
a causa de la multitud de tu maldad, y grande odio.
9:8 Atalaya es Efraín para con mi Dios; el profeta es lazo
de cazador en todos sus caminos, odio en la casa de su Dios.
9:9 Llegaron hasta lo más bajo en su corrupción, como
en los días de Gabaa;
ahora se acordará de su iniquidad, castigará su pecado.
9:10 Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta
temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Ellos
acudieron a Baal-peor,
se apartaron para vergüenza, y se hicieron abominables como
aquello que amaron.
9:11 La gloria de Efraín volará cual ave, de modo
que no habrá nacimientos, ni embarazos, ni concepciones.
9:12 Y si llegaren a grandes sus hijos, los quitaré de entre
los hombres, porque ¡ay de ellos también, cuando de
ellos me aparte!
9:13 Efraín, según veo, es semejante a Tiro, situado
en lugar delicioso; pero Efraín sacará sus hijos a
la matanza.
9:14 Dales, oh Jehová, lo que les has de dar; dales matriz
que aborte, y pechos enjutos.
9:15 Toda la maldad de ellos fue en Gilgal; allí, pues, les
tomé aversión; por la perversidad de sus obras los
echaré de mi casa; no los amaré más; todos
sus príncipes son desleales.
9:16 Efraín fue herido, su raíz está seca,
no dará más fruto; aunque engendren, yo mataré
lo deseable de su vientre.
9:17 Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y
andarán errantes entre las naciones.
Capítulo 10
10:1 Israel es una frondosa viña, que da abundante fruto
para sí mismo; conforme a la abundancia de su fruto multiplicó
también los altares, conforme a la bondad de su tierra aumentaron
sus ídolos.
10:2 Está dividido su corazón. Ahora serán
hallados culpables; Jehová demolerá sus altares, destruirá
sus ídolos.
10:3 Seguramente dirán ahora: No tenemos rey, porque no temimos
a Jehová; ¿y qué haría el rey por nosotros?
10:4 Han hablado palabras jurando en vano al hacer pacto; por tanto,
el juicio florecerá como ajenjo en los surcos del campo.
10:5 Por las becerras de Bet-avén
serán atemorizados los moradores de Samaria; porque su pueblo
lamentará a causa del becerro, y sus sacerdotes que en él
se regocijaban por su gloria, la cual será disipada.
10:6 Aun será él llevado a Asiria como presente al
rey Jareb; Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará
de su consejo.
10:7 De Samaria fue cortado su rey como espuma sobre la superficie
de las aguas.
10:8 Y los lugares altos de Avén serán destruidos,
el pecado de Israel; crecerá sobre sus altares espino y cardo.
Y dirán a los montes: Cubridnos; y a los collados: Caed sobre
nosotros.
10:9 Desde los días de Gabaa
has pecado, oh Israel; allí estuvieron; no los tomó
la batalla en Gabaa contra los inicuos.
10:10 Y los castigaré cuando lo desee; y pueblos se juntarán
sobre ellos cuando sean atados por su doble crimen.
10:11 Efraín es novilla domada, que le gusta trillar, mas
yo pasaré sobre su lozana cerviz; haré llevar yugo
a Efraín; arará Judá, quebrará sus terrones
Jacob.
10:12 Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en
misericordia; haced para vosotros barbecho;
porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y
os enseñe justicia.
10:13 Habéis arado impiedad, y segasteis iniquidad; comeréis
fruto de mentira, porque confiaste en tu camino y en la multitud
de tus valientes.
10:14 Por tanto, en tus pueblos se levantará alboroto, y
todas tus fortalezas serán destruidas, como destruyó
Salmán a Bet-arbel en el día de la batalla, cuando
la madre fue destrozada con los hijos.
10:15 Así hará a vosotros Bet-el, por causa de vuestra
gran maldad; a la mañana será del todo cortado el
rey de Israel.
Capítulo 11
Dios se compadece de su pueblo obstinado
11:1 Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé
a mi hijo.
11:2 Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban
de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían
sahumerios.
11:3 Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín,
tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba.
11:4 Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui
para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse
delante de ellos la comida.
11:5 No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo
será su rey, porque no se quisieron convertir.
11:6 Caerá espada sobre sus ciudades, y consumirá
sus aldeas; las consumirá a causa de sus propios consejos.
11:7 Entre tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión
contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente
me quiere enaltecer.
11:8 ¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín?
¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré
yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim?
Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda
mi compasión.
11:9 No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para
destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo
en medio de ti; y no entraré en la ciudad.
11:10 En pos de Jehová caminarán; él rugirá
como león; rugirá, y los hijos vendrán temblando
desde el occidente.
11:11 Como ave acudirán velozmente de Egipto, y de la tierra
de Asiria como paloma; y los haré habitar en sus casas, dice
Jehová.
11:12 Me rodeó Efraín de mentira, y la casa de Israel
de engaño. Judá aún gobierna con Dios, y es
fiel con los santos.
Capítulo 12
Efraín reprendido por su falsedad
y opresión
12:1 Efraín se apacienta de viento, y sigue al solano; mentira
y destrucción aumenta continuamente; porque hicieron pacto
con los asirios, y el aceite se lleva a Egipto.
12:2 Pleito tiene Jehová con Judá para castigar a
Jacob conforme a sus caminos; le pagará conforme a sus obras.
12:3 En el seno materno tomó por el calcañar a su
hermano,
y con su poder venció al ángel.
12:4 Venció al ángel, y prevaleció; lloró,
y le rogó;
en Bet-el le halló,
y allí habló con nosotros.
12:5 Mas Jehová es Dios de los ejércitos; Jehová
es su nombre.
12:6 Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia
y juicio, y en tu Dios confía siempre.
12:7 Mercader que tiene en su mano peso falso, amador de opresión,
12:8 Efraín dijo: Ciertamente he enriquecido, he hallado
riquezas para mí; nadie hallará iniquidad en mí,
ni pecado en todos mis trabajos.
12:9 Pero yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto;
aún te haré morar en tiendas, como en los días
de la fiesta.
12:10 Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía,
y por medio de los profetas usé parábolas.
12:11 ¿Es Galaad iniquidad? Ciertamente vanidad han sido;
en Gilgal sacrificaron bueyes, y sus altares son como montones en
los surcos del campo.
12:12 Pero Jacob huyó a tierra de Aram, Israel sirvió
para adquirir mujer, y por adquirir mujer fue pastor.
12:13 Y por un profeta Jehová hizo subir a Israel de Egipto,
y por un profeta fue guardado.
12:14 Efraín ha provocado a Dios con amarguras; por tanto,
hará recaer sobre él la sangre que ha derramado, y
su Señor le pagará su oprobio.
Capítulo 13
Destrucción total de Efraín
predicha
13:1 Cuando Efraín hablaba, hubo temor; fue exaltado en Israel;
mas pecó en Baal, y murió.
13:2 Y ahora añadieron a su pecado, y de su plata se han
hecho según su entendimiento imágenes de fundición,
ídolos, toda obra de artífices, acerca de los cuales
dicen a los hombres que sacrifican, que besen los becerros.
13:3 Por tanto, serán como la niebla de la mañana,
y como el rocío de la madrugada que se pasa; como el tamo
que la tempestad arroja de la era, y como el humo que sale de la
chimenea.
13:4 Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto;
no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro
salvador sino a mí.
13:5 Yo te conocí en el desierto,
en tierra seca.
13:6 En sus pastos se saciaron, y repletos, se ensoberbeció
su corazón; por esta causa se olvidaron de mí.
13:7 Por tanto, yo seré para ellos como león; como
un leopardo en el camino los acecharé.
13:8 Como osa que ha perdido los hijos los encontraré, y
desgarraré las fibras de su corazón, y allí
los devoraré como león; fiera del campo los despedazará.
13:9 Te perdiste, oh Israel, mas en mí está tu ayuda.
13:10 ¿Dónde está tu rey, para que te guarde
con todas tus ciudades; y tus jueces, de los cuales dijiste: Dame
rey y príncipes?
13:11 Te di rey en mi furor,
y te lo quité en mi ira.
13:12 Atada está la maldad de Efraín; su pecado está
guardado.
13:13 Dolores de mujer que da a luz le vendrán; es un hijo
no sabio, porque ya hace tiempo que no debiera detenerse al punto
mismo de nacer.
13:14 De la mano del Seol los redimiré, los libraré
de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré
tu destrucción, oh Seol;
la compasión será escondida de mi vista.
13:15 Aunque él fructifique entre los hermanos, vendrá
el solano, viento de Jehová; se levantará desde el
desierto, y se secará su manantial, y se agotará su
fuente; él saqueará el tesoro de todas sus preciosas
alhajas.
13:16 Samaria será asolada, porque se rebeló contra
su Dios; caerán a espada; sus niños serán estrellados,
y sus mujeres encintas serán abiertas.
Capítulo 14
Súplica a Israel para que vuelva a
Jehová
14:1 Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado
has caído.
14:2 Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a
Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien,
y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios.
14:3 No nos librará el asirio; no montaremos en caballos,
ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses
nuestros; porque en ti el huérfano alcanzará misericordia.
14:4 Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura
gracia; porque mi ira se apartó de ellos.
14:5 Yo seré a Israel como rocío; él florecerá
como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.
14:6 Se extenderán sus ramas, y será su gloria como
la del olivo, y perfumará como el Líbano.
14:7 Volverán y se sentarán bajo su sombra; serán
vivificados como trigo, y florecerán como la vid; su olor
será como de vino del Líbano.
14:8 Efraín dirá: ¿Qué más tendré
ya con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo
seré a él como la haya verde; de mí será
hallado tu fruto.
14:9 ¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente
para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos,
y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes caerán
en ellos.
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